miércoles, 2 de julio de 2008

Contenido


• Congreso de la Internacional Socialista. Atenas.
• A la historia política se entra sólo de a uno, Tomás Eloy Martínez.
• Coca a cambio de Estado, Jorge Mejía.
• El camino hacia mejores medios de comunicación, Amy Goodman.
• El acceso a la educación, clave a la igualdad, Alvaro Marchesi.
• Se hacen los locos, César González Muñoz.
• Seguridad democrática, no todo es color de rosa. Ramón Elejalde.
• El último sobreviviente, Guillermo Pérez.
• Defensa de la democracia, Mauricio Cabrera Galvis.
• El drama de Sísifo, Amylkar Acosta Medina.
• Maquiavelo contra si mismo, Pedro Durán Barajas.



Congresos
XXIII Congreso de la Internacional Socialista, Atenas
Solidaridad Global: La valentía de lograr la diferencia
30 de junio-02 de julio de 2008
Cerca de 700 participantes de 150 partidos y organizaciones políticas de 120 países participarán en el XXIII Congreso, al reunirse en Atenas, Grecia, del 30 de junio al 2 de julio.
Bajo el tema general de Solidaridad Global: La valentía de lograr la diferencia, el XXIII Congreso abordará cuatro asuntos clave al centro de la atención de nuestro movimiento socialdemócrata mundial y de las preocupaciones de la comunidad internacional: el cambio climático, la paz y la resolución de conflictos, la economía mundial y cuestiones relacionadas con la migración.
Los debates sobre las materias del Congreso incluirán intervenciones de introducción a los temas, contribuciones de los delegados de partidos miembros y, adicionalmente, discusiones en paneles para lograr un examen más detallado de algunos aspectos específicos de cada uno de los temas.
El primer tema principal ACTUANDO YA SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO: Para lograr una sociedad mundial sostenible, continuará el trabajo que está desarrollando la Comisión de la Internacional Socialista para una Sociedad Mundial Sostenible, la que ya ha celebrado reuniones en Londres, en noviembre de 2007 y en Santiago de Chile, en marzo de 2008. El debate incluirá asimismo dos paneles de discusión, en primer lugar ¿Cómo llegar con éxito a un régimen post-2012? seguido de ¿Cómo reforzar la arquitectura multilateral para un futuro sostenible?
EN PROCURA DE UN MUNDO EN PAZ: Para resolver conflictos y superar la inestabilidad, pondrá de manifiesto el compromiso de la Internacional Socialista en diferentes áreas del mundo donde existen conflictos abiertos o donde la paz y la estabilidad se encuentran amenazadas, en un debate con los actores directamente involucrados. El panel de discusión de este segundo tema principal, Luchando por la democracia para erradicar los conflictos nacionales, abordará las preocupaciones de los pueblos en el mundo donde la ausencia de democracia lleva a la represión, a la violencia y al sufrimiento humano.
Oradores iniciales contribuirán al tema de CONDUCIENDO LA ECONOMIA MUNDIAL HACIA UN NUEVO CAMINO: Para un crecimiento y un desarrollo con oportunidades para todos, con un panel que tratará el tema de la escasez de alimentos y el alza de precios, bajo el título de La crisis alimentaria: cómo enfrentar el largo plazo. Durante este tercer tema principal será presentado un informe del Comité de la Internacional que se ocupa de los temas económicos, y que es el resultado de discusiones sostenidas por partidos miembros provenientes de diferentes regiones del mundo durante este periodo inter-Congresos.
En cuarto lugar, el Congreso abordará el impacto de la migración a escala global, bajo el tema de RESALTANDO EL ROSTRO HUMANO DE LA MIGRACION: Para impulsar una nueva agenda de la migración con la gente en primer lugar, durante el cual se discutirá un informe del Comité que ha estado tratando los temas a que ha dado origen este fenómeno en todas las regiones del mundo. Una discusión en panel enfocará Migración y desarrollo, examinando cómo, tanto los países de origen como los de destino, pueden obtener beneficio de los flujos migratorios.
El Congreso, que contará como anfitrión con el Movimiento Panhelénico Socialista, Pasok, el partido griego miembro de la organización, reunirá a cerca de 600 delegados, incluyendo a líderes de partidos, entre ellos algunos Jefes de Gobierno y Presidentes de la República, ministros, parlamentarios, y representantes de partidos de más de 140 países de alrededor del mundo, como también invitados especiales.
El Congreso, el órgano supremo para la toma de decisiones de la organización, definirá las prioridades y estrategias políticas para el periodo venidero, admitirá nuevos miembros y elegirá a las autoridades de la Internacional.



A la historia política se entra sólo de a uno


Tomás Eloy Martínez, Para LA NACION

Sábado 14 de junio de 2008 | Publicado en la Edición impresa
HIGHLAND PARK, Nueva Jersey.– Ganar la historia fue siempre una ambición central de los grandes políticos. Pocos, sin embargo, pudieron crear alguna forma de eternidad, ya fuera tanto para la abominación como para la gloria, y son aún menos los que entienden lo que eso significa. Tratan de permanecer para siempre en la memoria de los pueblos, pero no saben cómo lograrlo. ¿Monumentos imponentes, palabras de mármol, matanza despiadada de los que se les oponen? Todo se ha probado y a casi todo se lo ha llevado el tiempo. La conciencia de la historia –o, si se prefiere, la pasión por la eternidad– estuvo clara en estadistas como Felipe II, Napoleón, Abraham Lincoln y, durante el atroz siglo que acaba de pasar, también lo estuvo en monstruos como Stalin y Hitler, cuyos absolutismos y afán de poder arrastraron a la muerte y a la tragedia a incontables millones de seres humanos.

A su manera, Juan Perón quería que la historia le concediera el lugar que él estaba seguro de merecer. Fui testigo de las manifestaciones de esa conciencia en marzo de 1970, durante los cuatro días de entrevistas que tuve en su casa de Puerta de Hierro, en las afueras de Madrid. En la última de esas conversaciones me arriesgué a preguntarle si se daba cuenta de que su segunda esposa, Evita, estaba ganándole el lugar. Como se puede suponer, Perón reaccionó indignado. En la grabación de aquella mañana aún se oye el golpe que dio sobre la mesa, el tintineo de los pocillos de café y el temblor de su voz airada, en rechazo de mi observación: "¡Eva Perón es un producto mío! ¡Yo la hice! ¡Yo la preparé para que fuera lo que llegó a ser!".

Es infrecuente el duelo de las parejas por abrirse paso ante la Historia. Pero en esos casos, cuando las mujeres conquistan alguna participación, se llevan el mayor peso de las derrotas. Sucede también, a menudo, que el afán del marido por ocupar el escenario completo (o la sensación de ser nadie cuando pierde ese lugar) destruye tanto al uno como al otro. Acaso eso haya ocurrido o esté ocurriendo en la Argentina de los Kirchner. Pero, sin duda, acaba de pasar con el ex presidente Bill Clinton, quien quiso poner toda su popularidad y su enorme capital político al servicio de la candidatura de Hillary. Lo hizo tan mal que erosionó una por una todas las posibilidades de éxito de su mujer y, al final, rompió en pedazos el recuerdo de sus excelentes dos períodos presidenciales.

Aunque algo les debe a las actitudes de Bill Clinton, Barack Obama ganó la candidatura presidencial por el Partido Demócrata gracias a una campaña que privó a Hillary de los dos grandes ejes que habían dado la presidencia a su marido: cambio y esperanza. El formidable carisma de Obama le permitió comunicarlos con eficacia al electorado demócrata del siglo XXI y encendió así a los jóvenes norteamericanos. Convirtió a Internet no sólo en un gran medio para la difusión de su mensaje, sino en la mayor máquina de recaudación de pequeños aportes en la historia de los Estados Unidos.

Obama emergió como un cometa en el cielo político el 27 de julio de 2004, durante la convención que proclamó a John Kerry. Ha tenido poco tiempo para cometer errores y la infinita suerte de los hombres destinados a vencer, además de parecer incontaminado por la atmósfera de componendas de Washington, en la que Hillary se movió demasiado tiempo. Sus discursos son maravillosos, tan elocuentes como el de Martin Luther King en Washington, el de Lincoln en Gettysburg y el de John Fitzgerald Kennedy el día de su asunción. Además, Obama tiene la ventaja de que a su lado hay una mujer prudente, brillante, sin ambiciones políticas y con una conciencia clara de su lugar en la Historia.

Bill Clinton la tuvo alguna vez. Si algo compartieron él y Hillary fue la determinación de no cejar, tanto durante los escándalos que obstaculizaron su gestión como durante los diecisiete meses de campaña que no le alcanzaron a ella para convertirse en la primera mujer candidata a la presidencia de los Estados Unidos. Pero algo de esa fuerza común empezó a deshacerse en el aire cuando intentaron invertir la fórmula "dos por uno", que lo llevó a él a la Casa Blanca. Aunque se mantuvo a un costado durante el acto del sábado 5 de junio en Washington -en el que Hillary reconoció su derrota y manifestó su apoyo a Obama-, Bill Clinton intervino hasta en la redacción del discurso de fracaso. Ahora casi nadie quiere que la candidatura a la vicepresidencia se conceda a una mujer admirable a la que su marido maniató y trató de manipular.

Cuando armó su equipo de campaña, Hillary convocó a buena parte de la gente que había trabajado en la elección o la reelección de Bill, como el encargado de su estrategia, Mark J. Penn. Quizá le resultó más difícil que a Al Gore, quien logró que su ex jefe no participara en la campaña por la presidencia en el año 2000, pero esa incapacidad para independizarse tuvo consecuencias. Penn y sus asistentes se mostraron lentos de reflejos para usar Internet y los nuevos medios. Advirtieron tarde y mal los enormes cambios del lenguaje de la comunicación.

Fue Penn quien impuso, contra la opinión de otros consejeros y en ocasiones de la propia candidata, los ataques a Obama por los cuales el congresista demócrata James E. Clyburn, un veterano del movimiento por los derechos civiles, acusó a Bill Clinton de racismo por decir que Obama estaba jugando la carta de la raza. Clyburn declaró su apoyo a Obama y Clinton empeoró las cosas cuando llamó al congresista por teléfono y lo insultó con epítetos que Clyburn no quiso revelar a la prensa. Ese paso en falso -en Carolina del Sur- resultó una herida gravísima para los Clinton, que contaban con el apoyo masivo del electorado afronorteamericano.

El marido no sólo intervino en el diseño de las giras de Hillary, sino que hizo algunas por ella. Su afán de protagonismo llegó tan lejos que hasta comparaba los resultados de las votaciones en los lugares donde habían hablado por separado. Parecía dar por sentado que ella, activa senadora e influyente ex primera dama, tenía ganado el derecho a la candidatura sólo porque proyectaba su luz.

Cuando el prestigioso periodista Todd Purdum publicó una nota en la revista Vanity Fair sobre cómo el ex presidente arrojaba una sombra dañina sobre la candidatura de Hillary, Bill lo describió como "un cronista realmente deshonesto" y lo calificó de "cabrón" y "falso". El desplante reveló su intolerancia a la adversidad y sumó imágenes a la nutrida sección que en YouTube muestra los enojos del ex presidente.

Por supuesto, la senadora Clinton también hizo aportes notables a la derrota. Por su arrogante confianza en que sería nominada subestimó a un contendiente novato y ya muy tarde advirtió que le servía de poco haber ganado las primarias más importantes -Nueva York, California, Texas, Pensilvania, Ohio, Nueva Jersey- frente a una campaña más moderna que imperceptiblemente la fue convirtiendo en una figura más del establishment frente a la frescura de Obama.

La estrategia de Hillary cambió de rumbo demasiadas veces. Comenzó con repetidas invocaciones al cambio que había impuesto en Washington el gobierno de su marido. Luego se concentró en su experiencia política y por último se presentó como interlocutora de la clase trabajadora. Esa actitud camaleónica impregnó con un olor de oportunismo su voluntad de ser la presidenta "que ponga al país de nuevo en el camino hacia la paz, la prosperidad y el progreso", como dijo al apoyar la candidatura de Obama.

Si hubiera reconocido a tiempo el triunfo de su rival, Hillary podría haber salvado para la Historia el derecho de cualquier otra mujer de su temple a aspirar a la presidencia de los Estados Unidos. Esa demora inútil -otro consejo de Bill- tornará mucho más arduo el esfuerzo de quienes la sigan.

El vencedor, Obama, que sólo ha mostrado por ahora una retórica flamígera y una energía contagiosa, ha conquistado ya, sin embargo, un lugar seguro en la historia de su país. Todos los vientos soplan a su favor, salvo el que todavía está barriendo la devastación dejada por George W. Bush en el país próspero, libre y tolerante de su predecesor Bill Clinton, a quien la Historia respeta menos que hace una década.



Coca a cambio del Estado

Jorge Mejía Martínez, Jorge.mejia@une.net.co
100 días duró la dicha oficial. De marzo 4 a junio 13 de este año las cifras sobre el comportamiento de los cultivos de coca en el país, en el año 2007, dieron un salto patas arriba. Los titulares del periódico El Tiempo, en las fechas mencionadas, lo dicen todo: Colombia redujo los cultivos de coca a 78.000 hectáreas, la mitad de lo que tenía en el 2000¨ vs. ¨20.000 hectáreas más de tierras cultivadas de coca se registraron en el país en el 2007¨. La fuente del primer titular fue el informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), mientras el reporte del Sistema Nacional de Monitoreo (SIMCI) indica que pese a que el año pasado fue en el que más se erradicó, el crecimiento en el área de cultivos ilícitos fue del 25%. Se registraron 98 mil hectáreas de coca, mientras que en 2006, fueron 78 mil. Regresamos a las cifras del año 2002. Para quienes tienen la obligación de diseñar las políticas públicas y para quienes tienen la obligación de aceptarlas o controvertirlas, no deja de ser factor de incertidumbre la disparidad de las cifras sobre el mismo problema.
El gobierno y las entidades públicas y privadas dedicadas a seguirle el paso al comportamiento de los cultivos de coca, no salen de dos variables: las hectáreas dedicadas a la siembra y las hectáreas erradicadas, de manera manual o vía aérea con glifosato. De allí se desprenden los titulares de los comunicados triunfalistas o apabullados de cada año. Criminalizar y reprimir, no hay más opción. Para nada se menciona la variable sustitución de cultivos ilícitos por cultivos lícitos. A la gente del común le cuesta mucho entender que mientras en 2006 se erradicaron 213.555 hectáreas, 26% más que en 2005 y el año anterior se destruyeron cerca de 220.000 hectáreas, las áreas dedicadas a la coca se hayan incrementado más del 25%.
Se nos dice que la respuesta es la resiembra: "En Colombia, alrededor del 50 por ciento de la superficie total en que se erradicaron cultivos se ha vuelto a cultivar", advierte el informe de la Junta. Agrega que cada vez hay mejores métodos de cultivo y el uso intensivo de productos agroquímicos ha mejorado el rendimiento de la coca. "En algunas zonas se puede cosechar hasta ocho veces al año". Cálculos de la Embajada de Estados Unidos apuntan a que el promedio de hectáreas resembradas es de cuatro por cada diez erradicadas.
¿Hasta cuándo nos seguiremos dando contra la pared, perdiendo la batalla contra la droga, mientras nos dedicamos a recibir las órdenes, las migajas y la demanda desde los Estados Unidos y a colocar los muertos y la tragedia? Hace algunos días, dos connotados analistas colombianos, Carlos Caballero Argáez y francisco E. Thoumi, cuestionaron, desde orillas diferentes, los resultados de las políticas antidrogas.
Carlos Caballero trajo a colación la postura de la revista Foreign Policy –portada y artículo central de septiembre/octubre de 2007-editada por una entidad del ¨establecimiento¨ de los Estados Unidos, con un duro cuestionamiento a los mitos de la política global contra las drogas. Llegó el momento de decir no a la ¨prohibición¨ y pensar seriamente en la legalización. Mitos: La guerra global contra las drogas puede ganarse. No se puede. "Un mundo libre de drogas" es tan utópico como "un mundo libre de alcohol"; Se puede reducir la demanda de drogas. Tiene mucho sentido rebajar la demanda de narcóticos a través de una buena educación y de proveer alternativas al uso de drogas ilícitas. Las que no parecerían efectivas son aquellas políticas de "tolerancia cero". Son preferibles las acciones orientadas al "control del daño". Hay que enfocar los esfuerzos, entonces, por el lado de la salud pública, como en el caso del consumo de alcohol y de cigarrillos; La solución está es reducir la oferta de drogas. La historia demuestra lo contrario. Por medio siglo se han ensayado todo tipo de políticas de erradicación y sustitución, que han fracasado. La producción de opio se trasladó de Pakistán a Afganistán, la de coca de Perú a Colombia y la de marihuana de México a Estados Unidos; Una legalización total del uso de drogas ilícitas está muy lejana. Pero esto no excluye las legalizaciones parciales.
El profesor Thoumi no es tan optimista con la legalización. La legalización de las drogas tendría dos posibles opciones: la legalización unilateral por parte del Estado colombiano o la legalización mundial. Una legalización unilateral no sería efectiva porque Colombia no puede afectar las normas internas de los demás países. En este caso la exportación de las drogas seguiría siendo ilegal. La otra opción es modificar las Convenciones internacionales. Proceso arduo y largo. El problema para Colombia surge de algo elemental: cuando en el nivel mundial se declara ilegal algo fácil de producir, esto se producirá y concentrará en los lugares del mundo en los que sea más fácil hacer cosas ilegales. En otras palabras, Colombia no concentra las drogas porque son rentables sino porque son ilegales. Las políticas represivas hacia las drogas no han funcionado ni pueden funcionar porque todas buscan atacar la rentabilidad pero no responden a las causas de la concentración. Además, al atacar la rentabilidad en un eslabón de la cadena, la aumentan en otros. Si no se elimina la facilidad para hacer cosas ilegales, no será posible acabar con las drogas. El gran desafío que enfrenta Colombia es construir una sociedad legal, no es legalizar las drogas.
Hasta allí está el debate. La droga no desaparecerá por obra y gracia del veneno desde las alturas o la arrancada a mano de las matas, mientras el Estado siga ausente de buena parte del territorio colombiano. Por lo menos son más 98.000 hectáreas.


El camino hacia mejores medios de comunicación


Publicado el 11 de Junio de 2008 Por Amy Goodman.

“This way to better media” (El camino hacia mejores medios) rezaba el letrero, indicando a la gente que debía seguir por la pasarela techada para llegar al Centro de Convenciones de Minneapolis. Miles de personas se reunieron allí para participar de la cuarta Conferencia Nacional sobre la Reforma de los Medios, evento organizado por freepress.net. Los asistentes eran de distintas edades y estilos y se congregaron para abordar una de las crisis centrales de nuestra sociedad: nuestro quebrado sistema de medios de comunicación. Yo era una de las disertantes invitadas.
A pesar del incremento en la oferta que suponen los medios digitales y de la existencia de cientos de canales de televisión, vemos cómo junto con la disminución de la diversidad de propietarios de los medios de comunicación, disminuye la diversidad de las voces que son emitidas en ellos. Los ciudadanos se defienden de esto organizándose, creando alternativas y reclamando que las grandes corporaciones mediáticas rindan cuentas sobre su accionar. Las corporaciones repelen esta posibilidad. Con la vida y la muerte y la guerra y la paz en juego y dependiendo de un pueblo informado y comprometido, los riesgos nunca han sido tan grandes, los medios nunca han sido tan importantes.
Destacados periodistas de los medios tradicionales con décadas de experiencia se mezclaron con la generación emergente de productores de los nuevos medios. El periodista Bill Moyers, que ganó más de 30 premios Emmy, escribió cuatro best-sellers y actualmente conduce en la PBS el popular programa semanal de noticias “Bill Moyers Journal”, inauguró el evento el sábado con una conferencia plenaria, en la que dijo:

“Las corporaciones que dominan los medios de comunicación, en última instancia, responden únicamente ante las juntas directivas, cuya misión no es la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad para toda nuestra república, sino incrementar las ganancias de los ejecutivos y accionistas de las empresas”. News Corp., propiedad de Rupert Murdoch, es el arquetipo de los conglomerados mediáticos. El imperio mediático de Murdoch abarca todo el planeta, con 35 emisoras en EE.UU., el supuesto canal de noticias Fox News Channel y muchos otros canales de cable, The Wall Street Journal, el New York Post, HarperCollins, los estudios de cine 20th Century Fox y una gran cantidad de espacios deportivos y de entretenimiento relacionados entre sí.
La crítica abierta de Moyers hacia los medios corporativos ha provocado al principal perro de ataque de Murdoch, Bill O’Reilly. La semana pasada, en su programa de la Fox, O’Reilly dijo de los partidarios de la reforma de los medios: “Esta gente está loca... ¡son verdaderos chiflados!” Josh Silver, Director Ejecutivo de Free Press, respondió: “[O'Reilly] es el portavoz de las corporaciones mediáticas más grandes. Y de tratar de controlar ese poder omnipotente que tienen estas empresas de comunicación social es precisamente de lo que se trata esta conferencia.

Cuando Moyers terminó de firmar ejemplares de su último libro, el productor de “O’Reilly Factor”, Porter Berry, acompañado de su equipo de cámara, se abalanzó sobre él. Dan Rather estaba en la conferencia pero logró eludir el acorralamiento de la Fox. Moyers volvió la emboscada de la Fox contra Berry:

Moyers: “Rupert Murdoch dijo que la mejor cosa que sacaríamos de la guerra de Irak sería el petróleo a 20 dólares el barril. Ahora bien, hoy, cuando llegue aquí, me fijé, y estaba a 130 y pico de dólares. ¿Cuándo va a explicar Rupert por qué la guerra no nos ha conseguido un barril de petróleo a 20 dólares?”
Estableciendo el vínculo entre los conglomerados mediáticos y el militarismo, Moyers siguió interrogando a Berry acerca de Murdoch:

Moyers: “¿Trabaja Bill O’Reilly para Rupert Murdoch?”

Berry: “Trabaja para Fox News”.

Moyers: “Pero, ¿quién es el dueño de Fox News?”

Berry: “News Corp. ...”

Moyers: “Rupert Murdoch es el que manda”.
Los videastas de Indymedia se agolparon alrededor de ellos, y los videos tardaron poco en aparecer en internet. O’Reilly emitió una versión muy editada del intercambio, que no incluía nada de lo mencionado arriba, pero había invitado a su programa a un “experto en lenguaje corporal”, en un intento de desprestigiar a Moyers. El hecho de que hubiera productores de Murdoch en la conferencia intentando desacreditar a participantes de gran relevancia demuestra lo necesario que es disponer de medios de difusión honestos, sólidos y que ofrezcan una alternativa al paradigma dominante.
El senador Byron Dorgan también se sumó a la Conferencia. El lunes, él y los senadores John Kerry, Robert Menéndez y Frank Lautenberg presentaron un proyecto de ley que impediría al Pentágono el uso de fondos para realizar propaganda, y pidieron al inspector general del Pentágono y a la Oficina de Responsabilidad Gubernamental del Congreso (GAO, por sus siglas en inglés) que investiguen las acusaciones de que se empleó a generales retirados para impulsar la guerra contra Irak.
Los funcionarios electos no solucionarán solos nuestra crisis mediática. El movimiento de base a favor de la reforma de los medios está creciendo y, en tiempos de despidos masivos en las salas de redacción de periódicos y emisoras, elecciones cruciales, crecientes presupuestos militares y guerras y ocupaciones múltiples, además de las nuevas y accesibles herramientas digitales y las redes de comunicación alternativa cada vez más accesibles para más cantidad de personas, no puede haber mejor momento para sumarse al movimiento.
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Amy Goodman es la presentadora de Democracy Now!, www.democracynow.org, noticiero internacional diario emitido en más de 700 emisoras de radio y TV en Estados Unidos y el mundo.
© 2008 Amy Goodman.



EL ACCESO A LA EDUCACIÓN, CLAVE DE LA IGUALDAD.

ALVARO MARCHESI, Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(La brutal falta de oportunidades marca el destino de niños y jóvenes en Latinoamérica)
Desde hace varias décadas, los psicólogos cognitivos han estudiado el razonamiento humano y han encontrado determinados errores en los que caen, sin darse cuenta, un significativo número de personas. En algunos casos, en el origen de estos sesgos operan factores ideológicos; en otros son de tipo afectivo y en el resto, simplemente se produce un razonamiento que se salta la secuencia lógica esperada. Uno de los experimentos reportados para comprobar estos sesgos se refiera a la inferencia general desde los casos particulares: si hay un fumador empedernido, por ejemplo, que vive hasta los 90 años, la conclusión "lógica" es poner en cuestión la afirmación de que el tabaco es dañino para la salud. Cuando se formulan relaciones entre determinadas variables comprobadas de forma empírica, no es extraño que algunos interlocutores las pongan en duda y ejemplifiquen su oposición con algún caso concreto conocido.
Esta reflexión me vino a la mente al leer el artículo Las lecciones de los pobres del admirado escritor Mario Vargas Llosa. En él, a partir de cuatro casos ejemplares de personas que desde la pobreza han llegado a la cima empresarial, se concluye que cualquier persona puede llegar adonde se proponga con sus solas fuerzas siempre que se profundice en la libertad de mercado y en el espíritu empresarial, y se creen condiciones de libertad y de competencia. ¿Será cierto que los supuestos individuales pueden conducir a reglas generales o existe un sesgo en semejante razonamiento?
Repasemos brevemente la situación social y educativa de Iberoamérica. Según las estimaciones de la CEPAL, la región muestra la mayor desigualdad del mundo, con enormes diferencias entre los sectores de más altos y de menores ingresos. Los pobres se sitúan en torno al 40% de la población y el número de personas que se considera que viven en situación de pobreza extrema se aproxima a los 100 millones de personas. Una cifra que podría incrementarse en 10 millones si se mantiene el incremento del precio de los alimentos.
Esta dramática situación afecta directamente a las condiciones educativas de la población. El porcentaje de personas analfabetas se sitúa en torno a los 30 millones de personas. Además, cerca de 110 millones de personas no han terminado su educación primaria. Estudios recientes señalan que el porcentaje de alumnos que completan la educación secundaria es cinco veces superior entre aquellos que se encuentran entre el 20% más rico de la población que entre aquellos situados entre el 20% de la población con menores ingresos familiares. Mientras que el 23% de los primeros terminan la educación superior, sólo el 1% de los más pobres lo consiguen. El promedio de escolarización en el 20% de la población con mayores ingresos es de 11,4 años mientras que en el 20% inferior es de 3,1 años.
¿Podemos pensar que la alimentación, la vivienda, la salud y el nivel cultural de la familia nada tiene que ver con las posibilidades futuras de los jóvenes? ¿Es posible considerar que el nivel educativo alcanzado y, por tanto, las posibilidades de acceso a una educación de similar calidad, apenas condiciona las opciones profesionales y laborales de los alumnos y que con el refuerzo al libre mercado y a la competencia se puede garantizar la igualdad de las personas ante su destino? Sin duda, existen ejemplos dignos de admiración, como los expuestos en el artículo aquí comentado, en los que se manifiesta la fuerza arrolladora del ser humano para sobreponerse a sus condiciones negativas y para equipararse con los triunfadores de la sociedad que tuvieron durante sus años escolares todo a su favor. Pero de esa situación de excepcionalidad no puede en modo alguno concluirse que las condiciones de partida no limitan de forma brutal los itinerarios vitales de las personas a lo largo de su vida.
¿Qué hacer en esta nueva hipótesis interpretativa? Apostar sin duda de forma decidida para que las condiciones iniciales de toda la población, sobre todo de las nuevas generaciones, sean lo más equitativas posibles y para que todos los niños y jóvenes tengan acceso a una educación básica de calidad que les permita abrirse camino en la vida con mayores garantías de promoción social y de éxito. Entonces sí se podrá exigir esfuerzo y dedicación, innovación y creatividad, superación de los obstáculos y perseverancia. Entonces, y sólo entonces, no habrá cuatro casos envidiables, sino miles de ellos que demandarán el reconocimiento histórico de aquella sociedad y de aquellos gestores públicos que lo hicieron posible.
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Álvaro Marchesi es Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI)


Se hacen los locos

César González Muñoz
No es justo con esta nación, ni con su historia, ni con sus ciudadanos de hoy y del futuro, que sus dirigentes políticos y culturales, buena parte de los administradores públicos y de los cronistas cotidianos, se hagan los locos con el impacto de la economía criminal en tantos aspectos de la vida nacional. En materia de análisis económico el método para sacar el fuste es muy sencillo: No hable del tema. No se enrede con eso. No tiene glamour. Le quita simplicidad y bravura y robustez al análisis, o al pantallazo en “powerpoint”, o al pantallazo en la TV. Cuando alguien insista en preguntar por el lavado de activos, el narcotráfico, la falsa inversión extranjera, responda: “No, yo aquí estoy defendiendo la liberación de los mercados, maestro”; o, más bien “Si algún héroe se atreve, pues que lo haga. Nosotros le haremos una estatua después”.
¿Ha notado usted que, en toda esta retreta de la absurda revaluación del peso, nadie menciona siquiera de paso el narco, la economía criminal, como posibles factores contribuyentes al “fortalecimiento” del peso?
El combate ocurre entre quienes acusan a las finanzas públicas de ser responsables de alimentar, vía deuda, la oferta de divisas extranjeras en el mercado cambiario, y quienes creen –desde el gobierno, o como ex ministros – que lo que se podía hacer ya se hizo, y que no hay novedad en el frente fiscal. O entre quienes quieren que se pongan emplastos aquí o allá – tasas diferenciales, transferencias fiscales teledirigidas, rebaja de impuestos, créditos “a tasas blandas y plazos largos” etc., para compensar el desmadre cambiario, y quienes creen que el dejar hacer, dejar pasar, sigue siendo la fórmula.
Quienes quisiéramos que hubiera bloqueos y controles a las avenidas por donde campea el narco y el lavado, reclamamos que la economía criminal es, precisamente, la peor amenaza que se cierne sobre una sociedad y una economía liberales en Colombia.
Los expertos decían hace varios años que el contrabando podría valer entre cuatro y seis mil millones de dólares por año. ¿Ahora?
Hace un par de años no se sabe en Colombia cuánta moneda extranjera entra en efectivo al mercado cambiario, supuestamente en los bolsillos de turistas o visitantes de negocios. Por ahí hubo un breve intercambio entre un empresario y un ministro sobre la realidad de las cifras del turismo internacional en este país. Nada más. Tablas.
Anguilla, un paraíso fiscal del Caribe que mide 100 kilómetros cuadrados, fue en 2007 el segundo país inversionista en Colombia en sectores distintos al petrolero, después de Estados Unidos. De ese puntito de exótica belleza vinieron más de mil millones de dólares de inversión extranjera directa el año pasado.
Los británicos hablan de cómo sus últimos territorios de ultramar son sitios abiertos al fraude tributario y al lavado de activos; Un comité del Parlamento dijo muy recientemente que en Montserrat y Anguilla, con 150 y 200 personas empleadas, respectivamente, en el sector financiero, sólo hay una persona en cada isla capacitada para investigar operaciones sospechosas.
De Panamá, Anguilla, las Islas Caimán y las Islas Vírgenes Británicas llegaron 1800 millones de dólares el año pasado, según el Banco de la República. Un administrador juicioso del interés público debería preguntarse por el derecho real de esas corrientes económicas a denominarse “Inversión Extranjera Directa”, generadora de empleo, de impuestos, de comunidad. Debiera constatar. Debiera preguntarse por la posible relación entre esos dineros (y otros del mismo corte) y la evolución de la tasa de cambio. Y entre ellos y el extravío de la ética pública.
Pero no. De allá no vienen preguntas; se impone el silencio. Porque estamos construyendo una democracia liberal en Colombia.


Seguridad Democrática: No todo es color de rosa


Ramón Elejalde Arbeláez, ramone@une.net.co

Necio sería negar los éxitos de la Seguridad Democrática. La Fuerza Pública ha pasado, en los últimos seis años, de una posición defensiva y derrotista a una ofensiva y exitosa. Los pesos pesados de la subversión han venido cayendo, las entregas de guerrilleros de todos los pelambres se han multiplicado, la confianza nacional, la inversión y la reactivación económica son algunos de los éxitos de esa política puesta en práctica por el presidente Álvaro Uribe. Pero no todo es color de rosa. Los desplazados, el aumento de los cultivos ilícitos, el rearme paramilitar, el incremento del narcotráfico y de la violencia que aflora en ciertas ciudades y regiones de Colombia, son preocupantes. Por hoy nos ocuparemos de los dos primeros temas.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, un organismo creado por las Naciones Unidas en 1950 con el encargo de supervisar y coordinar la acción internacional a favor de la protección de los refugiados en el mundo y de la búsqueda de soluciones a los problemas de los refugiados, residenciada en Colombia desde 1997, entregó esta semana un preocupante informe sobre la dramática crisis humanitaria que vive Colombia en este sentido. Mientras en Sudán hay cinco millones de desplazados internos, en Colombia el número sube a tres millones, en Irak a dos millones y medio y en el Congo, Uganda y Somalia los desplazados pasan, en cada uno de ellos, de un millón o un poco más. Somos los subcampeones en desplazamiento interno. Es evidente, para que exista desplazamiento tienen que existir factores que así lo produzcan, como la violencia, la presión de los grupos armados por la tierra, el hambre, la degradación medioambiental, la desprotección del sector rural o la inseguridad. El desplazamiento aumenta todos los días. Es progresivo. Algo le falla a la Seguridad Democrática.
En refugiados, que son las personas que en busca de protección se trasladan a otros países, tenemos la medalla de bronce después de Afganistán y de Irak. 552 mil colombianos han buscado refugio en otros países, siendo Canadá y Ecuador los destinos preferidos. “Tras haber asistido a un descenso (de esas cantidades) durante cinco años, las hemos visto aumentar en los dos últimos y es preocupante”, afirmó el portugués Antonio Guterres, alto comisionado de la ONU. A estas afirmaciones respondió el Gobierno por intermedio del vicepresidente Santos: “La ACNUR también necesita recursos”. Simplista e irresponsable respuesta frente a un drama humanitario tan grave. No creo que un organismo de la ONU infle datos para obtener más recursos. Pachito Santos debería mirar, como una muestra, la aparición de numerosos indígenas en los últimos días en Bogotá, que han tenido que abandonar sus tierras ancestrales, por causa de la violencia, la miseria y el hambre.
“El problema de los desplazados internos en Colombia es una de las situaciones más graves del mundo. El Gobierno de Colombia estima que hay entre 2,5 y tres millones de desplazados internos en el país, siendo 1.796.508 los registrados en el Sistema Único de Registro, SUR, hasta el 30 de abril de 2006. Según datos de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, CODHES, algo más de 3.662.842 personas han sido desplazadas por la violencia hasta el 25 de octubre de 2005 y día a día esta cifra aumenta producto de la violencia política asociada al conflicto armado interno” (Página web de ACNUR).
Se raja la Seguridad Democrática también en el caso de los cultivos ilícitos. No obstante que durante 2007 se erradicaron un mayor número de hectáreas sembradas de coca con respecto a años anteriores, lo cierto fue que el área de cultivos ilícitos se incrementó en un 25% durante al año pasado. Con bombos y platillos las autoridades policiales cantaban victoria, por ejemplo, en lo que hoy sucede con la erradicación de estos cultivos en el Bajo Cauca, pero no han mirado para otras regiones donde es calamitoso lo que viene pasando con este tema. Los narcotraficantes han aprendido a combatir la erradicación: Cuando “calientan” un lugar, ya tienen prevista la región sustituta. En este tema el Estado no ha podido pasar de la defensiva a la ofensiva y en esto tiene mucho que ver el poder corruptor de los traficantes de droga. Hay lugares del país donde guerrillas, narcotraficantes y antiguos paramilitares tienen un verdadero matrimonio para vivir del narcotráfico y el Estado comprende la magnitud del problema cuando ya lo ha desbordado.



EL ULTIMO SOBREVIVIENTE


Guillermo Pérez.

Alvaro Uribe va a pasar a la historia como el último conservador de Suramérica, continente que, después de sufrir dictadores de todos los pelajes, paulatinamente se ha ido inclinando hacia la izquierda democrática, talvez como consecuencia de los errores cometidos por la derecha, especialmente la que sigue los dictados de Estados Unidos, donde está viviendo sus últimos días en el poder el mas impopular de sus presidentes, el cuestionado George W. Bush, quien embarcó a su país en una guerra inútil, perdida desde siempre, que le ha costado a ese país miles de millones de dólares, además de muchas vidas y su prestigio como primera potencia del mundo.

Como los colombianos tenemos la costumbre de vivir siempre a la penúltima moda, desde hace seis años ingresamos, otra vez, a la derecha más hirsuta, la que creíamos desterrada después de haber sufrido las dictaduras de Laureano y Mariano, que significaron un retroceso en el reloj de la historia. Tras el Frente Nacional, un reparto burocrático entre los dos partidos, que se distribuyeron la marrana del poder para evitar el surgimiento de fuerzas políticas distanciadas de las veinte familias que nos han gobernado desde que se fueron los españoles, muchos ilusos pensamos que había llegado la época del surgimiento de fuerzas democráticas de izquierda que llevaran a la realidad el sueño de varias generaciones: un país más generoso para todos, con trabajo, salud, educación y oportunidades para los colombianos de los distintos estamentos.

Pero con lo que no se contaba era con la resurrección del espíritu de Rafael Núñez, quien hace más de cien años logró el milagro de aplanchar a los radicales y a los liberales y llevó al poder a un conservatismo tradicional y camandulero que se atornilló en el poder por espacio de 44 años. Desde 1886 hasta 1930 se prolongó la hegemonía conservadora, cuyo mayor logro consistió en congelar los problemas y dejar para después la solución de los necesidades sociales. La hegemonía sólo acabó el día en que los dueños del poder cometieron el error de dividirse y permitir la victoria de un candidato liberal pálido, que había servido desde distintos cargos a los gobiernos azules.

Vino breve hegemonía liberal que, como es costumbre colombiana, acabó cuando el partido en el poder se dividió y permitió la victoria de la oposición. Sería muy largo recordar lo que vino después, pero no se puede dejar de lado el hecho de que gobiernos ineficaces y problemáticos llevaron al país a una solución nuñista: una coalición de gentes sin partido que volvieron a fundar gobierno de derecha, dominado por el conservatismo y encabezado por liberal retirado que está más amañado en el poder que solterona recién casada.

Alvaro Uribe ha logrado milagro inédito: según encuestas pagadas por medios de comunicación amigos ha llegado a una popularidad del 84 por ciento, cifra que hace soñar al hombre más importante de Antioquia y a sus seguidores con una nueva reelección, que representaría, nada más y nada menos, que el gobierno más largo desde la iniciación del siglo 20. Ni siquiera Núñez, con todas sus mañas, había estado tanto tiempo en el Palacio Presidencial.

Pero lo más sorprendente de Uribe es que logró acabar con los dos partidos tradicionales. A los liberales los dividió y los fragmentó en varios partidos de garaje y a los conservadores los transformó en fieles acólitos, gracias a excelente reparto burocrático, que ha comprendido cuotas para una serie de colectividades, con nombres exóticos, como Cambio Radical, Colombia Democrática y otros varios, que, gracias a maniobras poco santas que se encuentran bajo investigación de la Corte Suprema y otras autoridades judiciales, lograron elegir a varios parlamentarios. Muchos de los cuales están presos o fugitivos.

Lo más sorprendente de esa actualidad política es que a pesar de que el número de vinculados a la ‘’parapolítica’’, nombre que se le dio a la ingerencia del paramilitarismo en las últimas elecciones, la popularidad presidencial se mantiene y los seguidores del gobierno permanecen firmes, por lo que se habla en todos los círculos del ‘’efecto teflón’’, que permite a Uribe salir indemne de los problemas y escándalos, incluyendo uno muy grave, que en otros países hubiera causado terremoto: las denuncias de una exparlamentaria, quien reveló que la aprobación de la reelección en el Congreso fue resultado de delitos como el cohecho y el reparto de canonjías y puestos. Por menos que eso tuvo que renunciar Richard Nixon y Alberto Fujimori se vio obligado a huir al Japón.

Pero aquí no pasa nada. El país político parece haber perdido el norte y la oposición no encuentra la fórmula para oponerse a nueva reelección de Uribe, la cual sigue caminando de la mano de personajes muy cuestionados, entre ellos exsenador acusado de graves pecados que hace algunos años fueron denunciados bajo el nombre genérico de ‘’El robo a Caldas’’.

Como en Colombia todo puede pasar, no hay duda de que Uribe está promoviendo su nueva reelección, a pesar de los consejos de muchos que en otras épocas fueron sus asesores más cercanos y hoy consideran grave error montarse en nuevo proceso para alargar el período presidencial. Al respecto, hay quienes recuerdan que idea similar aceleró el proceso de desgaste y desprestigio que llevó a la renuncia a mandatarios como Menem y Fujimori.

Hay muchos interesados en que se alargue la actual administración. Seguramente, temas relacionados con las concesiones de obras públicas, la compra de material bélico, los nuevos canales de televisión, la venta de clínicas y hospitales, la construcción de centrales hidroeléctricas, el tren de cercanías de Bogotá y otros negocitos que pueden dejar buenas ganancias no dejan que los consejeros presidenciales que le hablan al oído a Uribe se inclinen por la lógica y le repitan que no es bueno seguir insistiendo en quedarse en el poder. Porque se corre el peligro de que la opinión pública se aburra de los consejos comunales de los sábados y se repita una constante histórica: se busque un relevo en el Palacio de Nariño porque aquí es sabido que a la gente le gusta ver caras nuevas en los carros oficiales. El ejemplo del cansancio popular es nada menos que Bolívar, a quien iban a matar en noche septembrina.

Una muestra más de la inclinación de Uribe hacia la derecha es el nombramiento de una comisión de bolsillo para que redacte una constitución a la medida, como lo quiso en su época Laureano Gómez. Pero más allá de la simple reelección, hay detalle digno de tener en cuenta en este mundo globalizado: Colombia es el único y el último país de derecha en Suramerica. Las últimas elecciones en Paraguay llevaron al poder a la izquierda democrática. Y ahora se anuncia con bombos y platillos que la exguerrilla salvadoreña, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) ganaría cómodamente las elecciones presidenciales de marzo del 2009, según encuesta revelada días pasados. Ese resultado nos dejaría como una especie de sobrevivientes de la edad de hielo. Soledad que se agravará si, como creo, gana la presidencia de Estados Unidos el demócrata Barack Obama. Quien no es propiamente un continuador de la política derechista de George W. Bush. GPT



DEFENSA DE LA DEMOCRACIA


MAURICIO CABRERA GALVIS, Cali, Junio 22 de 2008

Cada vez son más los amigos y partidarios del presidente Uribe que le aconsejan, le sugieren, le piden, que no cometa el error de buscar la segunda reelección. Periodistas, políticos, académicos y hasta empresarios que son uribistas de primera línea coinciden en que volver a cambiar la Constitución para permitir un tercer período del presidente no solo sería muy grave para las instituciones democráticas del país, sino también perjudicial para la imagen del mismo Uribe.

Hasta ahora Uribe no ha escuchado estos consejos ni ha desautorizado la recolección de firmas para el referendo que permitiría el tercer mandato; por el contrario sigue en campaña muy activa repartiendo cheques, subsidios y favores estatales a lo largo y ancho del país como si estuviera en víspera de elecciones. Como es muy probable que no cambie de opinión y siga en su empeño de perpetuarse en el poder, son muy importantes y oportunos los acuerdos que están buscando el Partido Liberal y el Polo Democrático para impedir este atentado contra la democracia.

La estrategia que han esbozado el expresidente Cesar Gaviria y el exalcalde Lucho Garzón para defender la democracia incluye dos etapas. La primera, formar una amplia coalición suprapartidista para derrotar en las urnas el referendo para la reelección con el arma más efectiva para hacerlo que es la abstención activa: no votar en el referendo para que no se consiga el 25% del censo electoral necesario para su aprobación como ya se logró en el primer referendo de Uribe. La segunda, en caso de no tener éxito en la anterior, es hacer una consulta entre los partidos de la oposición para escoger un candidato único que enfrente a Uribe en el 2010.

La primera etapa no ha tenido objeción alguna, y hasta es posible que a ella se unan grupos del partido Conservador o Cambio Radical que quieren tener candidato propio y otros uribistas que quieren preservar la democracia. Es la segunda etapa la que ya ha generado polémica y rechazo en los sectores más radicales del liberalismo y el Polo, con el argumento de que el problema no es de personas sino de acuerdos programáticos que son difíciles de lograr entre fuerzas políticas que tienen grandes diferencias ideológicas.

Estas críticas, supuestamente radicales, son infundadas. La propuesta de Gaviria y Garzón solamente equivale a anticipar lo que de todas maneras ocurriría en una eventual segunda vuelta en la que habría un solo candidato frente a Uribe, alrededor del cual se tendrían que unir todas las corrientes de oposición. Recuérdese que los socialistas franceses votaron por el conservador Chirac para derrotar al ultranacionalista Le Pen. Más aún, anticipar la escogencia del candidato único tiene grandes ventajas: de una parte permite una campaña más amplia y no reducida al mes y medio que hay entre la primera y la segunda vuelta, y de otra parte da tiempo para lograr acuerdos políticos y programáticos que vayan más allá de la coyuntura electoral.

El Partido Liberal y el Polo tienen diferencias pero también muchos puntos de cercanía y creo que es posible construir un programa de gobierno conjunto que tenga una verdadera orientación social demócrata y trabaje por la equidad y el bien-estar de la población. Pero si Uribe logra cambiar la Constitución para su tercer mandato, buscar un candidato único que se le enfrente puede ser una estrategia equivocada.

En las actuales circunstancias, sin un verdadero estatuto de la oposición, no hay las garantías mínimas para enfrentar a un presidente-candidato que sigue utilizando los recursos del Estado para su campaña. Es muy difícil derrotar a un candidato-presidente que atiende los derechos básicos de los ciudadanos a salud, educación y vivienda como dádivas personales del mandatario para mantener su popularidad. Tal vez la mejor manera de enfrentarlo sea retirarse de las elecciones y dejar a Uribe como único candidato, como lo hizo el liberalismo frente a Laureano Gómez y la oposición peruana frente a Fujimori. Así será evidente que la segunda reelección quebranta la democracia.



EL DRAMA DE SÍSIFO

Amylkar D. Acosta M[1]

Es de humanos errar, pero es de sabios rectificar

Sísifo fue un personaje de la mitología griega, quien, por pretender pasarse de listo engañando a la parca, fue condenado por los dioses a la estéril empresa de empujar penosamente una roca hasta alcanzar la cima de una montaña, para, cuando ya no la podía contenerla y se le deslizaba cuesta abajo hasta el abismo, volver a intentarlo una y otra vez hasta la eternidad. Con la erradicación de cultivos ilícitos en Colombia parece que se estuviera reeditando dicho maleficio. Según el último reporte de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Unodc), las áreas de cultivos de coca, materia prima para producir la cocaína, en lugar de reducirse aumentaron un 27% en 2007 con respecto a 2006, al pasar de 78.000 hectáreas a 99.000, regresando a la cifra del año 2002. Como lo manifestó Aldo Lale – Demoz, representante en Colombia de la Unodc, "el aumento en el 2007 es un serio y preocupante retroceso de las reducciones reportadas en años anteriores"[2] Ello es tanto más relevante, en la medida en que dicho crecimiento es el mayor en la región, por encima del promedio que se situó en el 16%, no obstante que Colombia es el epicentro de la estrategia antidrogas de los EEUU[3]. El gobierno se muestra desconcertado, pues este repunte de los cultivos de coca no se compadece con los esfuerzos realizados en su erradicación, toda vez que el 2007 es considerado por las autoridades como el año estrella, puesto que, según sus registros, se dieron por erradicadas 220 mil hectáreas, 6.445 más que el año anterior, ya sea por aspersión aérea o erradicación manual.
Al gobierno, desde luego, no le cuadran las cifras, pues a mayor erradicación le siguen mayores áreas cultivadas. Rodolfo Llinás, quien lideró la investigación de la Unodc en Colombia, esta aparente paradoja se explica por el "efecto globo" provocado por la fumigación, que se traduce en el desplazamiento de los cultivos ilícitos de unas zonas a otras y por la resiembra de aquellos que habían sido destruidos. El gobierno, en cambio, tiene "serias dudas sobre la metodología"[4] de la medición hecha para la Unodc por parte del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci). Según él se "incluyeron áreas que antes no habían detectado, incluyeron, inclusive, un satélite nuevo"[5]; es decir, que no sólo se cuestiona la metodología sino el método de medición, so pretexto de que el resultado que arrojan "no es compatible con ese gran esfuerzo"[6] erradicador de cultivos ilícitos. A este propósito, el doctor Llinás fue muy categórico al afirmar que este reporte "se hizo con la misma metodología y la misma calidad con que se ha hecho en estos nueve años. Son procedimientos reconocidos por el gobierno nacional y por el norteamericano"[7].Y, como contentillo, después de tender el manto de duda sobre tan desfavorables cifras, se le da la noticia al país por parte del general Oscar Naranjo, Director de la Policía Nacional, que según la misma Unodc pese al aumento en el área sembrada, la producción de cocaína cayó un pírrico 2% (¡!), al pasar de 610 toneladas métricas en 2006 a 600 en 2007[8]. Ello se explica por una baja en la productividad de los plantíos, ya sea por la mala calidad de las tierras hacia las que migran los cultivos o por ser estas zonas en conflicto. Esta noticia puede ser en alguna medida tranquilizadora para los Estados Unidos, ya que a ellos "lo que en realidad les importa es cuántas toneladas de cocaína exportó Colombia"[9]; pero no para el país, para el que "es muy importante el número de hectáreas con cultivos ilegales, por las consecuencias ambientales, sociales y económicas que esto tiene"[10]
A este respecto, podemos repetir lo afirmado por la Revista Cambio al referirse a un traspié similar de dicha política en 2005: "Es como si la fumigación no solo no sirviera para erradicar cultivos de coca, sino que, por el contrario, los multiplicara. La noticia es un verdadero desastre y la comprobación de que recorremos el camino equivocado"[11]. Es obvio de toda obviedad que si pensamos lo que siempre hemos pensado y hacemos lo que siempre hemos hecho, los resultados no pueden ser otros distintos a los que hemos obtenido en el pasado. Hace 36 años, Nixon declaró la guerra contra las drogas ilícitas y desde entonces a hoy, la producción, el tráfico y el consumo mundial ha crecido exponencialmente; empero, se persiste contumazmente en la estrategia equivocada. Los responsables de esta estrategia fracasada nos dirán con el reputado escritor y orador carlista, Vásquez De Mella, cuando justificaba sus desvaríos, que pueden estar en el error, "pero, eso sí, firmes!". Le asiste la razón al Nóbel García Márquez, cuando aseveró premonitoriamente: "Creo que el primer paso para la solución realista del problema de las drogas en el mundo, es reconocer el fracaso de los métodos con que se están combatiendo. Son esos métodos, más que la droga misma, los que han causado, complicado o agravado los males mayores que padecen tanto los países productores, como los consumidores".
Este planteamiento va muy en línea con lo expresado en su momento por el ex secretario de Estado de los EEUU, Colin Powell: "El verdadero problema no es causado por la región misma, sino por lo que sucede en las calles de Nueva York y otras grandes ciudades en el país, donde no solo niños pobres, sino abogados y artistas que continúan usando drogas de forma ilegal. Esto es lo que está causando el problema en Colombia y en otras naciones de la región andina. Y, por tanto, tenemos no solo que perseguir la oferta y recurrir a la interdicción. También debemos de asegurarnos que estamos atacando la demanda, recurriendo al tratamiento para ese horrendo problema"[12]. Pero, bien se sabe que del dicho al hecho hay mucho trecho; mientras tanto la droga maldita, con todas sus secuelas, seguirá gravitando sobre la realidad de nuestro país, signado por la tragedia sin par que ella apareja. Hasta cuándo Colombia seguirá comportándose como país satélite de los Estados Unidos, girando en la órbita de su política exterior y asumiendo sin reparos una estrategia antidroga que se ha sido un fiasco total. México, a diferencia de Colombia, le propuso a los Estados Unidos su Iniciativa Mérida para hacer frente, junto con Estados Unidos, al crimen organizado y al narcotráfico en la frontera norte. Y cuando este le quiso imponer sus condiciones para votar una ayuda antidrogas en el Congreso de US $400 millones para este 2008 le reviró; el Secretario de Gobernación de México, Juan Camilo Mouriño, rechazó "cualquier medida o evaluación unilateral que el Congreso estadounidense pretenda condicionar en el ejercicio de los recursos comprometidos en la Iniciativa Mérida…México no solicitó asistencia unilateral. El narcotráfico no es un problema exclusivo de nuestro país ante el que las autoridades estadounidenses puedan ofrecer apoyo". Así se habla, este es un ejemplo digno de imitar, en lugar de seguir a ciegas la fracasada estrategia antidrogas de los EEUU, sin reparar en los daños irreparables que se le causa al medio ambiente y a la frágil institucionalidad del país.


Bogotá, junio 19 de 2008
www.amylkaracosta.net



Maquiavelo contra sí mismo


Pedro Durán Barajas*

Hace quinientos años, mientras que Francia, España e Inglaterra ya se habían unificado como Estados, Italia era una región de Europa fragmentada en muchos pequeños países que se enfrentaban unos con otros en guerras interminables. Un político de Florencia consideró que la unión de Italia era la empresa más importante de su época y escribió un libro de consejos para quien se empeñara en esa dura tarea. La más célebre de sus recomendaciones es que en aras del éxito, podía servirse hasta de los peores recursos. El fin lo justificaba todo. Las leyes y la moral estaban subordinadas al propósito de consolidar el Estado.

Quinientos años después las cosas han cambiando. Surgió el principio de la separación del poder público en ramas independientes sometidas al orden legal, donde el gobierno se supedita a los legisladores y a los jueces. Poco a poco Maquiavelo fue siendo cosa del pasado. Pese a ello todavía hay quienes, quizá convencidos de la nobleza de sus fines, si se nos permite hacerles esa difícil concesión, obran según aquella vieja y siniestra escuela.

Excepcionalmente ilustrativo de lo anterior es el caso del ex-paramilitar “Tasmania”, que la semana pasada se retractó de sus acusaciones contra un Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, del cual había dicho que lo presionó para que hiciera declaraciones infames contra el Presidente de la República. Según la prensa nacional, tal vez “Tasmania” se asustó cuando supo que Juan Carlos Sierra, el intermediario que le solicitó su declaración contra el Magistrado, según parece por insinuación del Ex-Senador Mario Uribe (Semana Junio 26-30, p.38), fue extraditado por orden del Presidente hace unas semanas junto con otros connotados paramilitares. Pobre Juan Carlos Sierra y pobre “Tasmania”. Se enredaron en un asunto lleno de posibilidades extrañas que merecen investigarse y no deberían resbalar en el famoso teflón presidencial.

Aunque Colombia comparte algunas características con la Italia del Renacimiento, como la insuficiente consolidación del poder público, los quinientos años que nos separan de aquella época hacen inaplicable la fórmula maquiavélica. Es cierto que necesitamos más autoridad, pero dentro del marco del Estado de Derecho. Necesitamos más autoridad para el Presidente y al mismo tiempo más autoridad para el Poder Judicial. Si el primero socava al segundo sirviéndose de ardides maquiavélicos para hacerle creer a la opinión pública que las Cortes lo están emboscando, gana más poder relativo dentro de la opinión y dentro del Estado, pero simultáneamente debilita al Estado y le hace daño al país porque deteriora aun más la confianza de los ciudadanos en la Justicia. Si se nos dice que la justicia es parcial y arbitraria ¿a quién recurriremos para resolver nuestras diferencias?, ¿a los “paras”?

El gobierno puede permitirse influir en la opinión pública, por ejemplo, para crear confianza en la economía y en las condiciones de seguridad. Pero es inadmisible que lo haga tendiéndole celadas al mismo Estado, ya bastante débil, y cuyo fortalecimiento, según Maquiavelo, debe ser la primera finalidad del gobernante.

*Sociólogo. Profesor Universitario. duranpedro@yahoo.com

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