miércoles, 3 de diciembre de 2008

ANTE LA LLEGADA DEL NUEVO SAVONAROLA A LA PROCURADURÍA, PODEMOS EXCLAMAR COMO LOS ANTIGUOS:
Llegaron los Sarracenos
y nos molieron a palos
que Dios protege a los malos
cuando son más que los buenos.

Se va a arrepentir Colombia de elegir, en semejante cargo, a semejante bárbaro.

CONTENIDO


• La expansión cuantitativa, Editorial Revista Cinco Días.
• La aritmética de las pirámides, Mauricio Cabrera Galvis.
• Bolivia en vivo y en directo, Susana Selema Antelo.
• Julito quebró Granahorrar, Octavio Quintero.
• ¿Y qué pasó con el caso de Orbitel?, Rodolfo Correa.
• Tutu, Obama y medio Oriente, Amy Goodman.
• Ah, diciembre. César González Muñoz.


La expansión cuantitativa


Revista Cinco Días. Madrid. Diciembre 1 de 2008.

No es esta una crisis clásica, de las que se vencen con estímulos monetarios o simples ajustes de precios de los factores productivos. La crisis financiera ha provocado tal parálisis del crédito y ha puesto tan nebuloso el horizonte que los Gobiernos han tenido que echar mano de herramientas tan extraordinarias que hacía décadas que no se empleaban. De hecho, el referente histórico indicado para encontrar acontecimientos comparables es la Gran Depresión de hace ocho décadas. Desde años tan remotos no se ponían en marcha programas tan enormes de gasto público para combatir la parálisis de la actividad, prácticamente replicados en todas las áreas monetarias. En condiciones normales, para que los esfuerzos presupuestarios tengan éxito debería solucionarse en paralelo la desconfianza que atenaza al sistema bancario, y para ello es imprescindible el afloramiento de todos los activos dañados, aunque se lleve por delante nuevas entidades, por reputadas que sean.
Mientras más se retrase tal limpieza, más activos sanos se contaminarán y se devaluarán, porque la propia recesión genera tal cantidad de pérdidas que devuelve buena parte del daño al sistema financiero en forma de impagados crecientes. Simplemente, la crisis financiera y la de la economía real se retroalimentan en una endemoniada espiral. La única ventaja que puede apreciarse en este episodio crítico, en comparación con los del pasado, es la rapidez con la que la globalización puede devolver el crecimiento, al igual que antes ha extendido la crisis.
Contabilizando sólo el dinero público que los Gobiernos de EE UU, Unión Europea, China, Japón o Rusia han puesto a disposición de sus aparatos productivos, incluido el sistema financiero para estabilizarlo y recapitalizarlo, la cantidad impresiona. En sólo un año, los gigantes de la economía mundial desarrollada pueden incurrir en déficits fiscales de más del 10% de su producto interior bruto, escandalizando a los doctrinarios que siempre han velado por el equilibrio fiscal de los Estados para que los agentes privados disfrutaran de más espacio de generación económica. De hecho, EE UU ha ensayado incluso la puesta en circulación de moneda de nueva emisión, tras haber explotado ya el recurso a la emisión de deuda del Tesoro.
La primera gran dificultad de esta heterodoxa expansión cuantitativa es la captación suficiente de ahorro en el mundo para financiarla. La crisis financiera ha desatado en principio un desconocido apetito por los títulos públicos por su prima de seguridad. Pero una colocación tan vasta terminará discriminando los bonos buenos frente a los malos, y podría desatar una carrera alcista en los tipos de interés, más carga financiera para los Estados y mayor presión fiscal al contribuyente.
Por pasiva, tal como ha ocurrido en el pasado, el gasto público, si no sabe retirarse a tiempo de la actividad y se centra más en estimular la demanda que en reforzar la oferta -sobre todo las insfraestructuras-, generará también un rebrote inflacionista notable que deberá ser combatido más pronto que tarde por subidas de los propios tipos de interés. Para evitarlo, los Gobiernos no pueden hacer dejación de las correcciones que precisa el sistema financiero, para que esta orgía de gasto público no se extienda más de lo razonable.





LA ARITMETICA DE LAS PIRAMIDES


MAURICIO CABRERA GALVIS, Cali, Noviembre 30 de 2008


En las pirámides no se perdió plata; tan solo cambio de manos.. Esta tajante afirmación es casi una ofensa para los miles de colombianos que invirtieron sus escasos ahorros o se endeudaron con la ilusión de enormes ganancias –rápidas, fáciles y en efectivo– y de pronto se encontraron con que lo habían perdido todo. Es cierto, hubo muchísimos perdedores pero también hubo ganadores.

Por sus características intrínsecas las pirámides son lo que se conoce como un “juego de suma cero”, es decir un mecanismo en el que no se crea riqueza porque las pérdidas de unos son las ganancias de otros. Los altos intereses que prometen las pirámides, que si se pagan a los primeros que entran, no provienen de las utilidades de un negocio legal sino de la plata que pusieron los que entraron de segundos; y a estos les pagan con la plata de los que entraron después, y así sucesivamente hasta que deja de entrar más gente y se derrumba el castillo de naipes.

Por supuesto, aunque la plata no desaparece sino que se transforma y cambia de bolsillos siguiendo una especie de ley de entropía económica, son muchos más los perdedores que los ganadores porque las pirámides crecen en progresión geométrica. Si, por ejemplo, cada uno de los participantes debe traer cuatro nuevos para ganarse los intereses prometidos, al cabo de solo diez vueltas habría 1`048,576 personas involucradas en el esquema. (4 por 4 por 4… diez veces, da ese enorme número)

Si la pirámide se quiebra en el décimo nivel, los perdedores son los más de un millón que entraron de últimos, mientras que los ganadores son los avivatos organizadores, que para ese momento ya se habrán escapado, y todos los que entraron en las nueve vueltas anteriores y recuperaron su platica más los intereses, pero estos solo suman 349.524 personas.

Esta aritmética simple es la explicación de por qué la demora del presidente Uribe en intervenir las pirámides agravó el problema y ha generado protestas masivas. Si lo hubiera hecho hace un año cuando ya era evidente su expansión, los perjudicados no hubieran sido la mitad de los actuales, sino 40 o 50 veces menos. La aritmética es sorprendente: si la pirámide del ejemplo se hubiera detenido en el séptimo nivel (solo tres vueltas menos) los perdedores tan solo serían 16.384 y los ganadores 5.460, es decir un fenómeno social de dimensiones muy distintas. La negligencia del Gobierno permitió que el problema llegara a proporciones inmanejables.

Si en algo sirve de consuelo, no es la primera vez que un gobierno se demora en desmontar una pirámide. En su clásico análisis de la Gran Crisis de 1929 J.K Galbraith señala que esta se originó en una burbuja de finca raíz y acciones alimentada por el generalizado deseo del pueblo americano de hacerse millonarios rápidamente sin el más mínimo esfuerzo y por la demora en actuar del Gobierno que “estaba, o tan asombrado como los especuladores, o creyó que no era adecuado mostrar prudencia cuando hacerlo lo exponía al ridículo, a la crítica por dañar el juego o a la amenaza de perder votos.”

Lo que no es consuelo para algunos, porque la historia tiende a repetirse, es que por su inacción el presidente Hoover perdió en su intento de lograr la reelección.

* * *

ADENDA. Al escribir esta nota el inefable secretario del grupo de la U, Luís Guillermo Giraldo, no había explicado el origen de los $2.000 millones que reportó haberse gastado consiguiendo firmas para la mal redactada pregunta del referendo de la segunda reelección. Tampoco ha explicado por qué no incluyó en sus cuentas los aportes en especie de empresas de DMG, y quién sabe si de otros cuestionados donantes. Si en más de tres meses no ha podido presentar la contabilidad, es porque algo oscuro esconde o está preparando triquiñuelas para evitar que se conozca.



Bolivia en vivo y en directo


Susana Seleme Antelo

Y no la farsa en boca del Presidente, con su pretensión de salvar al mundo de las garras capitalistas, según expresó en el corazón del capitalismo financiero, hoy sumido en una de sus más severas crisis cíclicas. En realidad, su anticapitalismo no encaja en la realidad boliviana y el ilegal ciclo 'cultivo hoja de coca-cocaína-narcotráfico, ciclo hoy más poderoso que nunca, fiel al meollo del sistema de producción capitalista: dinero-mercancía-dinero, plusvalía mediante. El perverso circuito de la droga se arropa en un sofisticado e ilegal aparato productivo y de circulación, con altísimo valor agregado y funciona de acuerdo a las más estrictas normas de reproducción y acumulación de capital. Si no ¿cómo explicar que pesar de los casi diarios operativos en su contra -está científicamente comprobado que sólo se incauta entre 15/20 % de lo producido- el delito anda viento en popa?
En cambio, la Bolivia agropecuaria y agroindustrial, es decir, la Bolivia productiva legal, sobre todo en el Oriente, está coma, que luego repercutirá en la seguridad alimentaria, por falta de combustible, merced a la ineficiencia de la trilogía Ministerio de Hidrocarburos-YPFB-Superintendencia del ramo. El nuevo invento, dicen que para frenar el contrabando, es una sarta burocrática de marchas y contra marchas que rondan lo grotesco. Un ejemplo: una activa señora de 84 años, dedicada a la agropecuaria hace 60 años con su certificado de actividad, compró 360 litros de Diesel, creyendo que hasta 400, como instruía la última disposición, era permitido. Pero fue detenida cuando iba a su finca, llevada a la refinería de Palmasola, decomisaron su compra y la camioneta y ella estuvo detenida durante más seis horas como una vulgar contrabandista, mientras los verdaderos delincuentes 'bien gracias'. Esa es la Bolivia en vivo y en directo, donde se toma presa a gente trabajadora, mientras el crimen hace su agosto y los narcotraficantes, los ajustes de cuenta a su manera.
El "vas a ir preso" venezolano, para amedrentar a los oponentes de Chávez, ya tomó carta de ciudadanía en Bolivia, que sigue a pie juntillas lo que allí dice y hace el mentor masista. La lista de confinados, en paso a ser prisioneros y que acompañarán al maltratado prefecto de Pando, Leopoldo Fernández aumenta a gusto del poder central y sus secuaces, que acomodan las leyes a sus oscuros intereses políticos, pagan al lumpen para impedir que se cumplan las ordenes del Poder Judicial y agreden al abogado defensor de Fernández. "Le meten nomás, para eso han estudiado", ya lo dijo Morales. El y Chávez quieren a Bolivia cabeza de una insurrección indígena en Los Andes. Tanto, que Morales quería exportar sus movimientos sociales originario-indígena-campesino al Perú para estropear la reunión del comercio Asia-Pacífico celebrada en Lima, y crearle problemas a Alan García por su negociación bilateral con la Unión Europea.
En la Bolivia en vivo y en directo, los agresores a periodistas y los criminales linchadores de Achacachi, dictan su 'estado de sitio civil', se escudan en su justicia comunitaria, en su silencio cómplice y andarán libres sin pena ni culpa para eterna memoria. En cambio, los torturados, masacrados, quemados, hasta los muertos, resultan criminales prontuariados y han pasado a la justicia ordinaria.
Esa es la Bolivia en vivo y en directo. A esa Bolivia le diremos NO el 25 de enero.
EL DEBER 23-XII-O8



Julito quebró a Granahorrar

OCTAVIO QUINTERO, 28 – 11 – 08
Carlos Castillo Cardona recuerda en su columna de El Tiempo (26 – 11 – 08) una anécdota muy simpática sobre la quiebra del banco Pedro A. López por allá en 1926. Pero lo más simpático es que la titula “Julito, no me cuelgue”.
Permítame, don Carlos, tomarme su título (“Julito no me cuelgue”), para recordarle a Julito una anécdota de 1998 sobre la quiebra del Banco Granahorrar, de la cual fui testigo ático y se encuentra reseñada en una columna de la época publicada por El Espectador bajo mi firma.
Julito tenía en alguna emisora de RCN un programa informativo con micrófono abierto que ha sido su costumbre y su éxito. Yo era asesor de presidencia de Granahorrar.
Dicen, los que trabajaban por dentro con Julito, que cuando algún oyente llamaba a criticar alguna empresa, lo primero que preguntaba Julito a sus asesores era si la empresa en cuestión tenía pauta o no con el informativo. De eso dependía que la crítica se difundiera o no al aire.
Julito alternaba su función periodística en radio con un programa de televisión, también tipo informativo.
Julito llamaba todos los días al presidente de Granahorrar pidiéndole pauta y el ejecutivo bancario se negaba a pasarle al teléfono porque, como dicen las señoras bogotanas, le tenía tirria, y también, porque el banquero era de una arrogancia inmarcesible.
Julito, que de bobo no tiene nada, se olfateó por infidencia de un accionista del banco las discrepancias que dentro de la entidad financiera se habían establecido entre los dueños sobre el reparto de los negocios colaterales que se dan en torno al jugoso negocio de captar dineros del público.
Vean ustedes que ahora la investigación más importante sobre DMG ya no está en torno a cómo fueron sus relaciones con los ahorradores o inversionistas, como quiera llamárseles, sino a cuáles eran sus otras relaciones políticas y comerciales.
Julito entonces (el muy vivo), mandó a uno de sus camarógrafos a filmar una sucursal de Granahorrar en Bogotá que estaba en remodelación y, por supuesto, su frente se veía como si hubiera sido bombardeado (muy oportuna la toma en momentos en que Pablo Escobar había sometido a bombardeo diario a la capital del país). Luego montó la noticia que tituló: AGARRÓN ENTRE LOS DUEÑOS DE GRANAHORRAR, y mientras el periodista iba contando detalles del agarrón en off, como se dice en el argot periodístico, los televidentes iban viendo en in las “ruinas” de la sucursal en remodelación.
Al día siguiente, los clientes retiraron depósitos por más de 200.000 millones de pesos y de ahí en adelante, el pánico fue imposible de parar hasta que Granahorrar quebró.
Cuando publiqué la columna en El Espectador me llamaron algunos “amigos” de Julito a decirme que si me decidía a demandarlo por pánico económico, ellos me financiaban. Les dije que no porque mi función periodística sólo llegaba –así lo creía- hasta denunciar el hecho, y les agregué que los llamados a demandarlo por pánico económico eran los dueños del banco que se consideraran afectados.
Hasta ahí llega el cuento.
Pero, “Julito, no me cuelgue”: usted quebró a Granahorrar porque no le quiso dar publicidad.


Y ¿Qué pasó con el caso de Orbitel?


Rodolfo Correa, rodolfocorrea1@ hotmail.com

El pasado 20 de noviembre, se llevó a cabo la audiencia dentro del proceso de Orbitel, en la que se interrogó al ex acalde Fajardo. Diligencia que estuvo muy movida desde su inicio, pues luego de que hubiera rendido su versión el anterior burgomaestre en la que señaló que durante su administración se había tenido especial cuidado en el manejo de las Empresas Públicas de Medellín, tanto en la selección de la junta directiva como en las distintas negociaciones, le correspondió al suscrito el turno para interrogar, quien como primer cuestionamiento elevó el siguiente: Dr. Fajardo, dice usted que tuvo especial cuidado en el manejo de los asuntos de Epm, ¿podría explicarle al Despacho si el especial cuidado que tuvo para realizar la negociación de Orbitel fue el mismo especial cuidado que tuvo para seleccionar la junta directiva en la que, finalmente, resultó infiltrado un guerrillero?
La situación en la audiencia en ese momento fue de absoluta crispación, de tal manera que tuvo que intervenir la Juez para ordenar el retiro de la pregunta y lograr la continuidad de la diligencia. Finalmente, no se permitió que fuera absuelto el interrogante formulado al ilustre testigo.
Otra confidencia de esta actuación judicial, fue el malestar que generó en la parte demandante un apartado de la explicación del ex alcalde quien, refiriéndose a las posiciones asumidas al interior de los trabajadores de las Epm frente a la negociación de Orbitel, dijo que allí existían dos sindicatos, uno de los profesionales y otro “del resto”…
Ahora bien, consideramos muy importante para el desarrollo de la acción y el final esclarecimiento de los hechos, las respuestas del ex alcalde Sergio Fajardo, en las que reconoció frente a la administración de justicia, que no se interesó por conocer y tener en cuenta las anteriores valoraciones que se había efectuado de la compañía Orbitel en la que, los propios técnicos de las Epm, habían conceptuado que el valor era inferior, por varias decenas de millones de dólares, al que se pagó en junio de 2006.
Finalmente, otro de los hechos más relevantes fue el haberse admitido por el entonces presidente de la junta directiva de Epm, que no conoció con profundidad y especificidad algún estudio de mercado que sustentara la proyección de las ventas, pues sólo se limitó a dar por ciertas las cifras que se le presentaron en el informe final.
Ahora el fallo está cerca. Esperemos que en todo caso salga ganando la ciudad y se garantice la integridad del patrimonio público. Amanecerá y veremos…




Tutu, Obama y Medio Oriente


Amy Goodman

Escuche
Mientras el Presidente electo Barack Obama se centra en la crisis económica de Estados Unidos, arde otro incendio: el conflicto Israel-Palestina.
Quizá no hayan oído mucho últimamente sobre el desastre en la Franja de Gaza. Ese silencio es intencional: El gobierno israelí prohibió el ingreso de periodistas internacionales en los territorios ocupados.
La semana pasada, ejecutivos de Associated Press, el New York Times, Reuters, CNN, BBC y otras organizaciones de noticias enviaron una carta de protesta al Primer Ministro israelí Ehud Olmert criticando la decisión de su gobierno de impedir el ingreso de periodistas a Gaza. Israel prácticamente selló la Franja de Gaza y suspendió la ayuda y el envío de combustible. Un portavoz del Ministerio de Defensa israelí dijo que Israel estaba disgustado con la cobertura de los medios internacionales, que según dijo exageraban el sufrimiento palestino y no dejaban en claro que las medidas de Israel eran una respuesta a la violencia palestina.
Un cese del fuego entre Israel y Hamas, el grupo que ganó las elecciones palestinas hace casi tres años y que controla Gaza, fracasó luego de que seis militantes de Hamas murieron en un ataque israelí hace dos semanas. Se sucedieron otros ataques israelíes, que mataron a alrededor de 17 miembros de Hamas, y militantes palestinos lanzaron docenas de cohetes en el sur de Israel, dejando varios heridos.
El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon criticó a Israel por el bloqueo de la localidad superpoblada de Gaza, donde viven alrededor de un millón y medio de palestinos. El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas advierte que Gaza afronta una “catástrofe” humanitaria si Israel continúa impidiendo que la ayuda llegue al territorio.
El paisaje claramente dividio de Israel y los territorios ocupados es terreno conocido para el Arzobispo sudafricano Desmond Tutu. Tutu ganó el Premio Nobel de la Paz por su oposición al apartheid en Sudáfrica. Tutu estuvo en Nueva York la semana pasada para recibir el Premio del Círculo de Ciudadanos del Mundo. Estuve con él en la residencia del vice cónsul sudafricano. Tutu reflexionó sobre la ocupación israelí: “Al venir de Sudáfrica…y ver los puntos de control…cuando se humilla a un pueblo al punto en que lo están haciendo- y sí, uno recuerda el tipo de experiencia que tuvimos cuando estábamos siendo humillados- cuando se hace eso, no se está contribuyendo a la seguridad de uno mismo”.
Tutu dijo que se debe levantar el bloqueo. “El sufrimiento es inaceptable. No fomenta la seguridad de Israel ni de ninguna parte de esa región tan volátil”, dijo. “Hay muchas, muchas personas en Israel que se oponen a lo que está sucediendo”.
Tutu se refirió al saliente primer ministro israelí. En septiembre, Olmert realizó una declaración sorprendente a Yedioth Ahronoth, el periódico israelí más importante. Dijo que Israel debería retirarse de casi todo el territorio conquistado en la guerra de Medio Oriente de 1967 a cambio de la paz con los palestinos y con Siria: “Estoy diciendo lo que ningún líder israelí jamás ha dicho: Deberíamos retirarnos de casi todos los territorios, incluso del este de Jerusalén y de los Altos de Golán”.

Olmert dijo que los estrategas de defensa israelíes tradicionales no han aprendido nada de las experiencias pasadas y que parecen estancados en consideraciones de la Guerra de la Independencia de 1948. Dijo: “Para ellos todo se trata de tanques y tierra y controlar territorios y territorios controlados y la cima de esta colina y la cima de aquella colina. Todas estas cosas no tienen ningún valor”.
Olmert parece haberse acercado al punto de vista de su hija. En 2006, Dana Olmert estaba entre las 200 personas que se congregaron frente a la casa del jefe del estado mayor del ejército israelí y corearon “asesino” mientras protestaban contra los asesinatos de palestinos por parte de israelíes (al Arzobispo Tutu se le impidió ingresar a Gaza, con el apoyo de la ONU, en sus intentos de investigar esos asesinatos). Ehud Olmert recientemente renunció por acusaciones de corrupción, pero sigue siendo el primer ministro hasta que el parlamento apruebe un nuevo gobierno.
El Ministro de Asuntos Exteriores palestino, Riyad al-Maliki criticó a Olmert por esperar hasta ahora para pedir que se ponga fin a los asentamientos: “Ojalá hubiérmos escuchado esta opinión personal cuando Olmert era primer ministro, no luego de su renuncia. Creo que es un compromiso muy importante, pero llegó demasiado tarde. Esperamos que el nuevo gobierno israelí cumpla con este compromiso”.
Israel es uno de los principales receptores de ayuda militar estadounidense. El Arzobispo Tutu dice acerca del conflicto entre Israel y Palestina, “Cuando eso se resuelva, lo que veremos es que las tensiones entre Occidente y…una gran parte del mundo musulmán…se evaporarán”. Dijo de Obama “Rezo por que este nuevo presidente tenga la capacidad de ver que tenemos que hacer algo allí…por el bien de nuestros hijos”.
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Denis Moynihan colaboró en la investigación periodística para la producción de esta columna.
Amy Goodman es presentadora de “Democracy Now!” un noticiero diario de una hora que se emite por radio y televisión en más de 550 emisoras en inglés y 200 emisoras en español. Amy Goodman fue galardonada con el Premio “Right Livelihood 2008”, también llamado el “Nobel alternativo”, y recibirá el premio en el Parlamento Sueco en diciembre.
© 2008 Amy Goodman



Ah, Diciembre

César González Muñoz
En el viejo carrusel de fin de año en Colombia (reinitas de belleza, tragedia humana y ambiental por inundación y derrumbe, la bisutería mercantil de navidades que arrancan en Noviembre) el caballito del salario mínimo es el más cómico; tristemente cómico, en verdad.
De tanto repetirse, el guión es súper - conocido: Por esta época, quienes ven el mundo desde la perspectiva de la macro y de la ingeniería social se dividen en tres bandos: Los que creen que el salario mínimo es, o muy alto, o “ridículamente alto” para la competitividad, y que hay que bajarlo; los que piensan que el salario sólo debe subir al ritmo del crecimiento de la productividad del capital y del trabajo para asegurar la estabilidad macroeconómica, y los que saben que el salario es el mayor estandarte de la pobreza colombiana y que hay que aumentarlo, por pura justicia social.
Los primeros salen de la escena rápidamente, después de excitar con su audacia verbal, por un par de días, a los medios y a los sindicatos. Los terceros no tienen el músculo político para agitar a los trabajadores, inducirlos a reclamar sus derechos y provocar un cambio en la distribución del producido de la economía. Sólo los segundos, que conforman “la corriente principal”, se mantienen activos durante el mes de diciembre. El abanderado de esta escuela es el Banco de la República. Así, antes del Decreto que saldrá por falta de acuerdo en la inefable Comisión de Concertación Salarial, la cháchara será sobre el aumento de la “productividad” que deberá aplicarse para el ajuste salarial. Al final, el Presidente de la República echará un pulso con la “corriente principal” y decretará un aumento que será anunciado como generoso y justiciero. Y así, hasta el año entrante.
La gran mayoría no piensa en la macro.
En la calle y en algunas dependencias del Estado siempre hay alguna expectativa sobre lo que se decida en Diciembre. Están atentos los ganapanes del salario mínimo. Ellos saben, sin embargo, que no hay mucho en la bolsa. Están atentos también quienes tienen que ajustar tarifas, multas, contribuciones, subsidios, etc., calculadas en salarios mínimos por mandato de la Ley, por norma administrativa nacional o local, o por acuerdo privado. Pero nadie toma en serio, realmente, el salario mínimo como medida de valor económico. Su negociación y sufijación hacen parte de la galería colombiana de caricaturas políticas.
Estarán atentos también muchos trabajadores que reciben un salario ligeramente superior al mínimo. Para ellos, lo que se decida sobre el mínimo marcará el porcentaje de su propio aumento. Pero de ahí para arriba en la escala social, la definición de las remuneraciones tiene una racionalidad completamente diferente. Lo cierto es que la desigualdad de ingresos sigue abriendo sus fauces, en abierta contravía con la letra de la Constitución.
Si el cuerpo político de la nación no fuera tan mediocre, entonces tendría que atender los imperativos institucionales del concepto de salario mínimo. Tendría que prohibirles a empleadores y trabajadores pactar salarios por debajo del mínimo, dotar a las autoridades de policía y a los órganos de control de los medios para forzar el cumplimiento de la Ley y, por tanto, establecer una completa formalización contractual del mercado laboral colombiano. En esas circunstancias, pasaríamos de una caricatura a un drama: La realidad económica no tiene la menor posibilidad de incorporar la idea de un salario mínimo obligatorio. Hoy, el salario mínimo es un rey de burlas en la mayor parte del mundo laboral colombiano, y de modo muy especial en la sociedad rural. La mayoría de los compatriotas en edad de trabajar percibe ingresos inferiores al salario mínimo; frente a semejante problema, no hay respuesta de las instituciones de protección social. La mayoría de la gente colombiana que puede y quiere trabajar mira las “negociaciones” y el Decreto de Diciembre como algo totalmente ajeno a su angustia diaria.