viernes, 1 de junio de 2007

YO NO TENGO LA CULPA...

(Tomado de Borinquen Literario que dirige en Puerto Rico
la poeta Ana María Fuster Lavín)

Yo no tengo la culpade amar tenaz la sombra de las cosas que fueron,y sentir la impaciencia del misterio que ronda,y vibrar la certeza de la luz que fulgura.
Yo no tengo la culpa de quedarme conmigoen la hora del brindis, del laurel, de la espiga,en refugio de infancia, en retorno de escuela,en regreso a la tierna canción adormecida.
Yo no tengo la culpa de sumarme a la noche,de soltarme en los techos en congoja de lluvia,de morir de vergüenza con aquél que se humilla,de quemarme en la fiebre mortal de los enfermos,de dolerme en las hojas pisoteadas de otoño,de gemir en las ramas, de bramar con el viento.
Yo no tengo la culpa de ser una partículadel cuerpo de la pena,del coraje, del sueño, del amor por la eternatristeza de los hombres.
Sólo tengo la culpa
de reunir en mis versos el dolor que rezuman
esas cosas amargas que remuerden y acusan,
de eso tengo la culpa...!

Matilde Alba Swann
Salmo al retorno


CONTENIDO


Los amigos del Dr. Juan Manuel Santos, Felipe Zuleta.
Capitales golondrina y TLC, Mauricio Cabrera Galvis.
Los violines de Cremona, Christian Frazer.
El dúo dinámico, Guillermo Pérez.
¿Por qué NO a este TLC?, Cecilia López Montaño.
Para una próxima ocasión, César González Muñoz.
Intercambio, la mejor opción, Horacio Serpa Uribe.
El momento oscuro de Colombia, Juan Manuel López Caballero.
Fuera Todos, Guillermo Pérez.
Populismo Francés, Ignacio Ramonet.
Lecciones que llegan desde Japón. La Nación. Editorial.
La política es impiadosa con la moral, Silvia Bleichmar.
· Capital intelectual: referentes de medición para la competitividad y sostenibilidad económica, Octavio Ramírez Rojas.
· Solidaridad con el pueblo Saharaui.
· Existe un estado de guerra permanente desde que existe una industria del armamento permanente. Entrevista.
· Cheney, Israel e Irán, Gary Leupp.
· ¿Qué será eso que prevalece por encima de la justicia?, Alvaro Upegui.
· Y ¿la política criminal?, Ramón Elejalde.
· Calentamiento global y represas. Ecoportal.
· La hora de la verdad para Colombia, Jorge Bustamante.



Los amigos del Dr. Santos


Felipe Zuleta, El Espectador, mayo 26 de 2007.El 25 de febrero de 1.999 fue capturado el presunto paramilitar yconocido zar de las esmeraldas, Víctor Carranza. La orden de capturaprovino de la Fiscalía General, en ese momento a cargo del doctorAlfonso Gómez Méndez.Felipe ZuletaCon esta providencia el Fiscal dejaba claro que el paramilitarismo notendría la menor posibilidad de librarse de las manos de la justicia.La misma noche de la captura de Carranza, hacia la madrugada, sonó el teléfono en el apartamento del Dr. Gómez quien, alarmado, contestó personalmente.Se trataba nada más ni nada menos que del Dr. Juan Manuel Santos,quien actuando como agente oficioso de Víctor Carranza le exigía alfiscal Gómez que dejara en libertad a su amigo don Víctor. Eso nosucedió pues los reclamos de Santos no surtieron ningún efecto.Pues ese Dr. Santos es el mismo que dos años atrás, en 1997,simultáneamente se reunía con la guerrilla y los paramilitares paraderrocar al Presidente de la República. Por mucho menos están en lacárcel, entre otros, Eleonora Pineda, Miguel de la Espriella y ÁlvaroAraújo, al pretender "re-fundar el Estado" a través del pacto deRalito. Tal vez ellos no estarían presos si gozaran del privilegio dehaber heredado algunas acciones de El Tiempo. Y quizá por eso mismo es que el Dr. Santos se puede dar el lujo de seguir siendo Ministro de Defensa, aun cuando buscó asociarse con dos de los grupos delincuenciales más temidos en la historia de Colombia para deponer al presidente constitucional.El Dr. Santos sostiene que no trató de derrocar a Samper. Eltestimonio de tres personas lo contradicen. El de Pablo Beltrán, delEln, y el de Mancusso y Castaño, de las Auc. Según Santos, a estoscriminales no se les puede creer, pero en cambio a él sí, a pesar deque sus relaciones con personas al margen de la ley no son ni tanesporádicas ni tan extrañas a su manera de ser como lo evidencian sus cuestionables actuaciones. "Olvida" el Dr. Santos que por eltestimonio de esos delincuentes hay más de 24 políticos presos.Juan Manuel Santos ha violado la ley penal y no puede creer quenegando el hecho o insultando a los periodistas puede hacerle olvidara la justicia colombiana que delinquió y en materia grave. ¡Tras debufón, ladrón, decían las abuelas!Qué triste es para los soldados de la Patria tener que ponerle elpecho a la guerra dizque para defender la democracia y el estado dederecho, mientras saben a ciencia cierta que su ministro quiso hacerpactos secretos con los mismos criminales de donde provienen las balas asesinas.~~~Notícula.- A juzgar por los múltiples ataques de la prensa francesa,al Dr. Uribe y el elocuente y perverso silencio del embajador Fernando Cepeda frente al tema, parecería que el embajador sigue ocupado en descolgar la "ruidosa" bandera colombiana que no le permite conciliar el sueño. ¡Así son los Cepeda, señor Presidente!Felipezuleta.blogspot.com



CAPITALES GOLONDRINA Y TLC


MAURICIO CABRERA GALVIS, Cali, Mayo 27 de 2007
Por fin se decidió el Gobierno a tomar una de las medidas contra la revaluación que le veníamos solicitando desde hace tiempo y a la que le estaba sacando el cuerpo: el control al ingreso de capitales “golondrina”. De hecho, hace pocos días el Presidente Uribe todavía le reclamaba al Banco de la República por la imposición de estos controles, cuando la verdad es que se trata de una medida que, como acaba de demostrarse, no correspondía al Banco sino al Ministerio de Hacienda. Los capitales golondrina son aquellos que buscan alternativas de inversión de corto plazo en activos como TES, bonos o acciones, y tan pronto obtienen la rentabilidad esperada se vuelven a ir del país; vienen en las bonanzas y huyen en las crisis, de manera que agudizan los ciclos económicos. Es tal la movilidad de estos capitales especulativos, y tan grandes los montos que se pueden mover de un país a otro en fracciones de segundo, que tienen la capacidad de producir crisis financieras de enormes proporciones, tales como el “efecto tequila” en México en 1994, o la crisis del sureste asiático en 1997. Por eso es conveniente que tengan límites. La medida adoptada por el gobierno mediante el decreto 1801/07 es muy acertada tanto por su objetivo como por los medios utilizados. En cuanto al objetivo, es claro que desestimular el ingreso de capitales especulativos debe reducir la oferta de dólares en el mercado y así aminorar las presiones para la revaluación. Hasta mayo habían entrado 583 millones de dólares de inversión de portafolio, que es el nombre elegante de los capitales golondrina. El método escogido también es atinado, pues no se trata de una prohibición por decreto sino de un mecanismo de mercado que consiste en imponer un sobrecosto que disminuye la rentabilidad de las inversiones de corto plazo haciéndolas menos atractivas. Aunque el efecto de la medida no sea inmediato, ha sido bien recibida por los sectores afectados por la revaluación y apoyada por muchos analistas, incluyendo al ex ministro Hommes. Se trata de un control que no tiene ningún efecto negativo para el país porque estos capitales no sirven para aumentar la inversión productiva ni para mejorar la competitividad de las empresas. Los únicos afectados son los comisionistas e intermediarios que obtienen de pingües ganancias de las transacciones con los capitales golondrina, pero su interés particular no puede primar sobre la salud de la economía en general. Dos preguntas quedan por responder. La primera: ¿por qué se demoró tanto el Presidente en tomar esta medida e insistió tanto en que la tomara el Banco de la República aunque no le correspondía? Más aun, ¿por qué en Junio del año pasado el gobierno desmontó los controles similares que existían para estos capitales, mediante el decreto 1940/06 firmado por el ministro delegatario conservador Sabas Pretelt? La respuesta puede tener relación con las negociaciones del TLC con los Estados Unidos, porque en el capítulo 10 de ese Tratado Colombia se compromete a no imponer ningún tipo de restricción a los flujos de capitales, incluyendo los especulativos de corto plazo. Es el mismo compromiso que adquirió Chile, con la diferencia que ese país negoció un plazo de un año después de firmado su TLC para desmontar los controles que tenía, mientras que en Colombia son varios los ministros culiprontos que se anticipan a cumplir las exigencias de EE.UU., inclusive antes de que entren en vigencia. Aquí cabe una reflexión muy preocupante sobre las limitaciones que impone el TLC para el uso de instrumentos de política doméstica. Si este TLC llega a ser aprobado por el Congreso norteamericano, Colombia no podrá volver a usar este tipo de medidas para enfrentar los flujos de capitales especulativos que pueden desestabilizar la economía. Es otro ejemplo de la pérdida de soberanía que implica la mala negociación que se hizo de este TLC. ¡Y pensar que la bancada parlamentaria del partido Liberal cometió el error histórico de apoyarlo en contra de sus propios argumentos! La segunda pregunta es más compleja: ¿por qué si el Gobierno está controlando el flujo de capitales especulativos pero lícitos, se sigue haciendo el de la vista gorda y no hace nada con el lavado de dinero y los miles de millones de dólares de capitales ilícitos que entran en billetes al país? Prefiero no formular hipótesis y que la respuesta la de el Gobierno.



Los violines de Cremona


Christian Fraser, BBC, mayo 25/2007.

El gran Maxim Vengerov dijo alguna vez de su violín Stradivarius: "Es mi alma gemela musical".
Crear un instrumento con tal profundidad de carácter se sustenta en siglos de tradición, gran parte de la cual pertenece al pequeño pueblo de Cremona en el norte de Italia.
Fue aquí en donde Antonio Stradivari estableció su taller a principios del siglo XVIII.
También fue el hogar de Andrea Amati, quien diseñó el primer patrón del violín moderno.
Actualmente, el pueblo tiene 130 luthiers que aún siguen haciendo violines según los patrones de los grandes maestros.
Stefano Conia, de 61 años, ha fabricado violines en Cremona desde hace 40. Es el negocio familiar.
"¡Mi padre, mi hermano y mi hijo han sido fabricantes de violines!", me dice.
El taller Stefano está atestado de medidores, cepillos, formones y abrazaderas.
En la estantería está guardada una exótica colección de ingredientes con nombres como Goma de Niño Negro, Goma de Enebro y Raíz de Curcuma: todas estas son resinas naturales que mezcla para hacer cada una de las 40 capas de barniz que aplica a sus violines.
Obsesión con la madera
Aparte de la maestría artesanal, es la madera con la que se hace el instrumento la que le da al violín de Cremona su sonido único.
Stefano posee valiosas reservas de madera antigua, parte de las cuales le fueron legadas por su padre.
La palabra Cremona es para los músicos lo que Ferrari es para los entusiastas de los automóviles
La madera está fechada con lápiz al respaldo, y parte de ella data de los primeros años del siglo pasado.
"Toda mi vida he buscado la mejor madera", dice Stefano. "Es una obsesión. Incluso cuando era estudiante".
"Siempre estoy comprando madera para mis violines. El mejor pino viene del norte de los Alpes italianos y el mejor arce de las montañas de Bosnia-Herzegovina."
Además de los violines, Stradivari hizo guitarras, violas, chelos y al menos un arpa, para un total de más de 1.100 instrumentos.
De estos instrumentos, sobreviven cerca de 650.
Precisión milimétrica
Stefano ha estado trabajando en una réplica de un violín de Stradivari hecho en 1715.
Las medidas y el espesor de la madera son exactos hasta el último milímetro. Es un trabajo que toma tiempo. Apenas fabrica 12 instrumentos al año, todos hechos enteramente a manoCada uno de ellos se vende al menos por US$13.400. Pero al puntear las cuerdas de un violín cremonés se puede reconocer inmediatamente la claridad y la profundidad del sonido.
"Un fabricante de violines es un escultor, un artista y un músico", dice Stefano.
"Son tres elementos que no se reproducen fácilmente".
Por eso, los músicos siguen llegando por oleadas a Cremona.
Los rivales del este
Aún así, como es el caso en la mayoría de industrias, los luthiers de Cremona enfrenan una intensa competencia desde el este asiático.
En China, los violines y los violonchelos se producen masivamente por una fracción del costo de los que se pueden comprar en Cremona.
Incluso en el mismo pueblo, cada vez más, los artesanos llegan desde Asia. Entre los italianos, la fabricación de violines es un negocio agonizante.
Cremona es el hogar de la fabricación de violines, y siempre lo será
Mathijs Adriaan HeyligersMaestro fabricante de violines
En la Escuela internacional de Fabricación de Violines, el profesor Massimo Negrosi dice que el 80% de los estudiantes son extranjeros.
"Tenemos estudiantes coreanos, japoneses y taiwaneses", dice. "Por estos días una gran cantidad de nuestros estudiantes viene de Asia, y muy pocos de Italia".
Mientras que la mayoría va a llevar sus habilidades fuera del país, otros se quedan para seguir aprendiendo el negocio y abren sus propias tiendas en el pueblo.
Un antiguo estudiante que hizo eso es el maestro holandés Mathijs Adriaan Heyligers, quien asistió a la escuela de violines hace más de 30 años.
Buena inversión
Heyligers dice que los italianos siempre han estado preocupados de que los extranjeros que aprenden el oficio en Cremona terminen por llevarse el negocio por completo. El, simplemente, no lo cree.
"En la época de Stradivari, el mundo era apenas tan grande como Europa. Ahora vienen de todas partes", dice. "Pero si los italianos piensan inteligentemente sobre esta cuestión, se van a dar cuenta rápidamente de que cada extranjero que llega a esta ciudad viene precisamente porque ES Cremona".
"Una vez cada año, tenemos un gran encuentro en el que miles de fabricantes de violines de todas partes del mundo se reúnen en conferencias, exposiciones y conciertos. Aprendemos los unos de los otros. Cremona es el hogar de la fabricación de violines, y siempre lo será".
Hay muy pocos instrumentos que dan una ganancia como la del violín de Cremona.
Los expertos me dicen que en tres o cinco años, uno puede esperar un retorno del 20% al 30% del dinero invertido.
Pocos pueden resistir la atracción de un cremonés, particularmente de un instrumento antiguo.
El ayuntamiento de Cremona se jacta de su colección de los instrumentos más antiguos, entre los que hay uno que data de 1556, fabricado por Andrea Amati para Carlos IX de Francia y el "Cremonese" original hecho por Stradivari en 1715.
Quizá sean piezas de museo, pero aún siguen siendo herramientas del oficio y deben ser tocados cada día.
El afortunado al que se le confía esta tarea es el compositor Andrea Mosconi.
¿Cómo compara los instrumentos hechos actualmente con aquellos de los grandes maestros?
"Hay una enorme diferencia", dice. "Estos violines son como el vino: mejoran con la edad".
"Pero si los violines están bien hechos, según el patrón de los Stradivaris y los Amatis, entonces algún día también podrán ser puestos en la categoría de grandes instrumentos".
Y esa, dicen los luthiers, es la razón por la cual la fabricación de violines en este lugar siempre va a sobrevivir.
El nombre de Cremona es para los músicos lo que Ferrari es para los entusiastas de los automóviles. Es especial, es sagrado y nadie, ni siquiera los chinos, pueden copiar eso.



EL DUO DINAMICO


Guillermo Pérez

La pareja más famosa de nuestra actualidad no son Batman y Robin, tampoco Supermán y Luisa Lane, menos aún Macaco y Mancuso, ni son el Llanero Solitario y el caballo Silver, son una pareja de primos que si siguen causándole problemas al gobierno son más peligrosos que Tirofijo y Jojoy con una ametralladora en el Capitolio. Son nada menos y nada más que dos de los principales funcionarios del uribismo, puntales del magnífico manejo de los medios de comunicación en que se ha especializado el gobierno de la ‘’seguridad democrática’’. Para los que aún no los han identificado se trata del vicepresidente Francisco Santos y de su primo doble, el ministro de defensa, Juan Manuel Santos.

No pasa un día sin que uno de los dos accionistas del principal diario del país no origine titulares, reportajes, comentarios, ataques y defensas. El hecho de haber llegado a las más altas posiciones del Estado, sin haber sufrido antes los avatares de una campaña política para humilde curul en el concejo de un pueblo o para el Congreso, la Asamblea o siquiera una junta administradora local, no dejan de mostrar que el dúo dinámico, como se les dice en conversaciones oposicionistas son fieles representantes de lo que despectivamente se denomina con el nombre de ‘’paracaidistas’’, para indicar que caen del cielo sin sufrir ningún problema en el camino.

Ambos cayeron parados en la política. Sin haber sido siquiera portero de un ministerio, el imprudente Parchito llegó a la Vicepresidencia de la República, donde se ha distinguido por su locuacidad y sus ideas disparatadas. Un día propone quitarle el mundial de fútbol al Brasil y al siguiente lanza la candidatura al concurso de Miss Universo, una competencia destinada a vender cosméticos y vestidos de baño. Artículos que requieren propaganda, mucha propaganda y promoción en círculos del jet set que brillan por su ausencia en Colombia.

Adicionalmente, nuestra imagen no es la mejor. Nadie en el mundo entiende como es posible que aquí haya personas secuestradas desde hace nueve años, sin que el Estado haya hecho nada para rescatarlas. Y como si fuera poco, en los principales periódicos del mundo ha salido con gran despliegue la historia de la parapolítica y la infiltración mafiosa en el Congreso. No es esa la mejor carta de presentación para traer más de un centenar de damitas para competir por una corona y jugosos premios en efectivo. También, como en el caso del fútbol, este concurso necesita televisión, mucha televisión, que muestre nuestros atractivos turísticos, ¿empezando talvez por Jojoy?

Esas dos metidas de pata no han sido las más graves del ilustre vice, que también lanzó al desempleo a la canciller Conchi Araujo, quien lo había alojado en varias oportunidades en su casa de Valledupar, en visitas que clasificaron a Pacho como uno de los más grandes consumidores de whisky. Antes –para que recuerden aquellos de mala memoria- se había visto involucrado en tremendo problema cuando acusó falsamente al obispo Nel Beltrán de tener vínculos con la subversión, lo que le valió fuerte sanción de las directivas de El Tiempo, que tuvieron que suspenderlo como jefe de redacción.

Fue secuestrado por orden de Pablo Escobar y luego debió radicarse en España, de donde regresó para convertirse en fórmula vicepresidencial de Alvaro Uribe, cargo que según se supo hace poco, le había sido ofrecido al director del periódico Portafolio, Mauricio Rodríguez, coincidencialmente cuñado de Juan Manuel.

La escogencia de Pacho fue criticada hasta por El Tiempo, que la consideró un desacierto por cuanto vinculaba demasiado al periódico con el gobierno. Pero pudieron más las ganas de figurar en nómina que la prohibición del doctor Eduardo Santos a sus herederos.

LA OPINION, DOS, MAYO 26-07

La historia de Juan Manuel es distinta, pero en el fondo también demuestra que una acción de El Tiempo es el mejor pasaporte para ingresar al gabinete ministerial. Primero fue designado ministro de comercio exterior por el presidente César Gaviria, después ocupó el ministerio de hacienda en la administración de Andrés Pastrana y ahora es el ministro de defensa de Alvaro Uribe.

Si algo lo ha distinguido en los últimos años es su antipatía por el expresidente Ernesto Samper. Se le acusa de haber conspirado contra su administración y de haberse reunido con personajes de todas las tendencias para integrar una junta de gobierno Adicionalmente, han sido famosos sus enfrentamientos con las periodistas María Jimena Duzán y Cecilia Orozco y con el ex ministro Rafael Pardo, a quien acusó de supuestos vínculos con las FARC.

Como si no fueran suficientes estos tropiezos, ahora aparece una versión que muy pocos creen: el actual ministro de defensa estaba gestionando la paz con guerrilleros, paramilitares, esmeralderos, conservadores, liberales e industriales. Hasta periodistas estaban metidos en el paseo. Que –según Santos- no concluyó exitosamente por culpa de Samper, quien denunció en varias oportunidades que había una conspiración para sacarlo de la Presidencia. ‘’Conspiretas’’ denominó Samper al grupo de Juan Manuel, quien nunca ha ocultado la antipatía que siente por su ilustre primo y ahora rival.

Sí, porque ahora, el dúo dinámico se enfrenta nada menos que por la candidatura presidencial del 2010. Los dos son mencionados en la lista de posibles sucesores de Alvaro Uribe, en la que también figuran un nieto de Carlos Lleras, coincidencialmente exdirector de El Tiempo y ministro de Eduardo Santos, y el expresidente César Gaviria, exjefe de Juan Manuel, quien fue su designado.

Los conocidos comentaristas Roberto Posada y Daniel Samper se ocuparon en los últimos días del caso de Juan Manuel. Revelaron sus enredos, entre ellos dos reuniones conspirativas con el jefe paramilitar Salvatore Mancuso para tumbar a Ernesto Samper.y revelaron su posible gabinete, encabezado por Mancuso y Tirofijo e integrado además por Víctor Carranza, Alvaro Leyva, el mono Jojoy y monseñor Ruibiano, el cual estaría presidido por Juan Manuel, de quien dice ‘’traicionaría’’ a todos sus ministros.

Los dos primos emprenden ahora distintas tareas. Pacho va a Estados Unidos para hacer antesala por el tratado de Libre Comercio y su primo prepara la defensa que hará en el Congreso para evitar un voto de censura. Ambos darán mucho de que hablar en el futuro. ¿Para bien o para mal? Seguramente para bien pues para algo debe servir tener periódico propio. GPT



¿POR QUÉ NO A ESTE TLC?
Cecilia López Montaño, Bogotá, Mayo 24 de 2007, E-mail celopezm@aol.com, www.cecilialopezcree.com, www.cecilialopez.com
Fueron los gobiernos liberales los que iniciaron en la década de los noventa la liberalización comercial en el país. Por consiguiente, la postura negativa frente al actual Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos no obedece, en ninguna medida, a consideraciones ideológicas. Colombia tiene que integrarse a la economía mundial pero de manera eficiente, con capacidad de gestionar estos procesos de manera que garantice que los ganadores y los perdedores de los acuerdos comerciales no serán los mismos de siempre y no entregada a los intereses de los demás. Se reconoce entonces que Colombia ha entrado en lo que se denomina la segunda fase de la globalización, la de los Tratados de Libre Comercio.
Muchos alegan que el libre comercio es la puerta a la felicidad pero su problema fundamental es que este no existe, y quienes más lo pregonan subsidian amplios sectores de su producción interna. Por ello se constituye en elemento prioritario identificar la forma más eficaz de insertarse en el mercado mundial. Como lo afirma Pascal Lamy, director de la Organización Mundial del Comercio, para países como Colombia es mucho mejor hacer parte de negociaciones multilaterales, donde a los países ricos se les dificulta un poco más imponer su voluntad. Más aún, dice: "Un mundo basado en acuerdos bilaterales no favorece al interés de países en desarrollo."1 Sin embargo, la verdad es que gracias a la complejidad e ineficiencia de las negociaciones multilaterales, se imponen actualmente los tratados bilaterales, especialmente entre países ricos y pobres. De esta realidad nace un hecho contundente: la forma como se negocien dichos tratados y las medidas que cada país tome para enfrentar los retos que estos acuerdos comerciales le imponen, definen el éxito o fracaso de esta estrategia para aquellos con menor poder de negociación. No obstante estar en la agenda varios de estos tratados bilaterales, como el que se firmó con Chile, sin duda el que ocupa la gran prioridad del Gobierno es el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Las razones todos las conocen: es el principal socio comercial del país.
Un análisis cuidadoso y serio de este Tratado, firmado el 22 de noviembre del 2006, realizado durante más de cinco meses e innumerables consultas con los expertos en los temas cruciales -consignados en la Ponencia del Partido Liberal- plantea tres grandes preocupaciones que, lejos de resolverse se agravan cada día más. La primera y sin duda la más seria se refiere a una triste realidad: Colombia negoció muy mal, peor que Perú, peor que los países Centro Americanos, peor que Marruecos y peor que Australia. Gracias a lo que algunos analistas han llamado “inocencia parcial”, Estados Unidos afirma que este tratado con Colombia debe ser el modelo para las negociaciones venideras porque les garantiza los mayores beneficios a productores e inversionistas norteamericanos.
En este Tratado se desconocieron las fortalezas del contrincante, no se contó, como sí lo hizo Estados Unidos, con un contexto jurídico que sirviera de marco para los negociadores; no se realizaron los estudios suficientes para identificar ganadores y perdedores, para proceder a diseñar estrategias adecuadas y no se consultó la experiencia de otros países como si lo hizo Perú. Se apresuró el Gobierno a entregar instrumentos fundamentales como las franjas de precios agrícolas, como no lo hizo Chile, y a sacrificar el sector rural, como no lo hizo Marruecos. Se dejaron espacios abiertos para beneficiar a las multinacionales de medicamentos, como no lo hizo Australia, y se permitió comercializar la biodiversidad colombiana. Pero tal vez uno de los hechos más serios consiste en que no se midieron las consecuencias de la cláusula de Anulación y Menoscabo incluida en el TLC, que genera la necesidad de compensar a los productores e inversionistas norteamericanos cuando cualquier norma colombiana, así no se trate de temas del Acuerdo, altere sus expectativas de ganancia. Se aceptó además, quitarle capacidad de manejo al Banco de la República para enfrentar la entrada de capitales de corto plazo, instrumento hoy utilizado para frenar la revaluación y, primera recomendación que le hizo Stiglitz a Colombia hace tres años pero que el Gobierno ignoró. Con el TLC aprobado, el Gobierno y el Banco no podrán actuar con la misma facilidad de hoy. Estos son tan solo algunos de los malos resultados de una negociación orientada por la famosa declaración del presidente Uribe en la que afirmó que iba a firmar el TLC “contra rayos y centellas’ y que había que hacerlo “rapidito, rapidito”
La segunda razón para decirle no a este TLC es la carencia real de una Agenda Interna que parta de reconocer lo obvio, que habrá ganadores y perdedores y que se requieren grandes esfuerzos nacionales para minimizar costos y maximizar ganancias. Las prioridades del Gobierno son contradictorias y se enfocan más en reforzar la Seguridad Democrática que, en aumentar la competitividad nacional. ¿Dónde está la infraestructura necesaria o los recursos y mecanismos para implementarla rápidamente con un Ministerio de Transporte que hasta los más uribistas censuran? ¿Dónde están las políticas reales para realizar la transformación productiva que mejore la competitividad colombiana que es deprimente? ¿Dónde están las estrategias que preparen el capital humano necesario para competir no con bajos salarios sino con productividad? ¿Dónde están esos esfuerzos con el peor Plan de Desarrollo que ha tenido el país, sin norte, desfinanciado y lleno de micos para satisfacer apetitos politiqueros y violar normas legales, como en el caso de la Reforma Agraria y de la Seguridad Social?
Como si lo anterior fuera poco, la tercera razón, un contexto macroeconómico desfavorable para la liberalización comercial, ni siquiera ha sido aceptada por el gobierno. Se ignora que el país ya vivió una apertura con revaluación y en el proceso se perdieron un millón de hectáreas y muchas pequeñas y medianas empresas.
¿Por qué votar ahora a favor del TLC? Porque los Republicanos están preocupados de que el solo apoyo uribista, se interprete en Estados Unidos como un TLC respaldado por los paramilitares. Esta es información de primera mano. El voto liberal limpia esto ¿qué tal? Además las tres razones expuestas en la ponencia se han agravado; los demócratas van a mejorar lo de medicamentos pero convierten los temas laborales y ambientales en impedimentos para las exportaciones colombianas y aún faltan las exigencias específicas que le harán a Colombia. Hoy es más evidente que la Agenda Interna es un discurso y la incapacidad del gobierno de manejar la revaluación, su exceso de gasto, la inflación y el desempleo demuestran que las condiciones macro se han agravado.
Precisamente por creer que Colombia debe firmar acuerdos comerciales con distintos países del mundo y particularmente con Estados Unidos, pero que debe hacerlo de manera que garantice su inserción exitosa en el mundo global y que además pueda “gestionar” de manera autónoma su proceso de globalización, es necesario rechazar este TLC, hay que insistir, por la forma irresponsable como se negoció, por la carencia de preparación interna y por lo negativo del contexto macroeconómico actual. No comparto por consiguiente ni la oportunidad ni el voto positivo de la mayoría de la bancada liberal y por fortuna para las bases del Partido, no estoy sola en esta posición. Algunos senadores como Luís Fernando Velasco y con seguridad los otros congresistas que votaron negativamente comparten la frustración por una decisión inoportuna, que ignora argumentos y que va en contravia de las demandas de aquellos que no tiene voz y que creen en el Partido y que serán los grandes perdedores de tratados comerciales mal manejados.


Para una Próxima Ocasión


César González Muñoz

Volvamos un poco a la historia reciente; las negociaciones comerciales internacionales no eran sujetos en el Plan de Desarrollo de la primera administración Uribe; a poco andar, el Área de Libre comercio de las Américas ALCA, se convirtió en el Santo Grial de la estrategia de desarrollo del gobierno colombiano. Se estrelló el ALCA, y apareció entonces el TLC con Estados Unidos. Fue como una Epifanía: El Gobierno descubrió que por fuera del TLC no habría salvación. La mayoría de los gremios resolvió adoptar la misma visión.
El ex Ministro Botero de Comercio dijo alguna vez que en materia de inversiones y propiedad intelectual, las negociaciones del TLC tendrían como referencia los acuerdos de Estados Unidos con Chile y Centroamérica “lo cual no quiere decir que automáticamente estemos dispuestos a firmar lo que uno y otro país firmaron”. Pero la agenda de los negociadores estadounidenses sí consideraba tales textos como el estándar mínimo de un acuerdo con Colombia y Perú. Los resultados están a la vista.
También dijo el ex Ministro Botero: “El país no está dispuesto a ceder en la extensión de las patentes medicinales, a ceder en la extensión de los datos de prueba protegidos, a ceder en el otorgamiento de patentes de segundos usos, no está dispuesto a renunciar a sus potestades de intervenir en los mercados cuando haya distorsiones en los precios (...)”. Los resultados también están a la vista.
Patéticamente, ahora algunos de estos temas podrían ser revisados a favor de Colombia, por cuenta de la iniciativa de congresistas gringos que miran este TLC no como un asunto de política exterior, sino como un punto más en la agenda interna de la oposición a la administración Bush. Y en Colombia, sacar adelante la suscripción de un TLC con Estados Unidos se ha vuelto, no ya el Santo Grial para el desarrollo, sino un símbolo de que el establecimiento político de Estados Unidos se mantiene firme con este gobierno.
Pero el interés nacional no importa.
Como bien lo ha señalado la Senadora Liberal Cecilia López en reciente análisis en PORTAFOLIO, en materia comercial el bilateralismo no es bueno para los países débiles. Es cierto que las negociaciones multilaterales no marchan bien. Pero hay que reconocer que a Colombia le iría mejor en un mundo organizado sobre reglas y disciplinas multilaterales. Ello es más cierto aún cuando los acuerdos bilaterales no son negociados eficazmente. Los acuerdos bilaterales, en conjunto, reducen la capacidad de los países pobres para ir en bloque en las negociaciones de la OMC. Llevados por impulsos políticos de corto plazo, los gobiernos de los países débiles terminan divididos entre sí a la hora de promover sus intereses estratégicos, claramente vinculados con el sistema multilateral.
El gobierno de Estados Unidos maneja una agenda de dos caras: Por una parte, promueve verbalmente los objetivos de la Organización Mundial del Comercio, OMC, máxima institución multilateral en ese campo. Y por la otra, es un líder entusiasta de los acuerdos bilaterales y regionales. Son dos propósitos lógicamente divergentes, pero su coexistencia tiene eficacia geopolítica: El logro de acuerdos bilaterales y regionales, bajo las condiciones estadounidenses, le sirve al poder hegemónico para crear hechos cumplidos en la escena multilateral de la OMC.
Los estrategas gringos dicen que los acuerdos bilaterales son como “bloques de construcción” del edificio del libre comercio a escala global. Y son bloques cada vez más ajustados a los propósitos de la estrategia norteamericana.
Es tarde. Pero la discusión de un acuerdo bilateral con Estados Unidos debiera tener el mismo carácter de la posición de los países pobres en las deliberaciones de la OMC. En éstas, es fundamental el concepto de Tratamiento Especial y Diferencial para los países pobres.



“INTERCAMBIO, LA MEJOR OPCIÓN”


Horacio Serpa

“La mejor opción para que sus compañeros regresen con sus familias es un acuerdo entre el Gobierno y las Farc”, aseguró el intendente John Frank Pinchao a El Tiempo, el pasado lunes. Entendible. El agente de policía está libre y sano porque su espectacular fuga fue “cosa de Dios”.
Por eso sigue vigente el intercambio de secuestrados por presos políticos o como se quiera llamar. Lo importante es que se trate de una acción humanitaria acordada por el Gobierno Nacional y las Farc, para devolverle la vida a quienes cayeron en la desgracia y la crueldad del cautiverio forzado e interminable, que los está matando en vida, mientras sus familiares esperan lo peor.
Las declaraciones de Pinchao demuestran la urgencia de alcanzar el anhelado acuerdo. El secuestro es un delito de lesa humanidad. Nada justifica que dicha organización guerrillera mantenga en cautiverio a esos compatriotas. Se trata de una acción arbitraria e injusta, que no deja ningún rédito político ni militar y, por el contrario, genera mayor rechazo de la opinión pública. Los armados ilegales han demostrado su lado más oscuro, insolidario e inmisericorde. Es un atropello ilegal y atrabiliario.
Pero el gobierno no ha actuado con la diligencia esperada, porque han pasado cinco años y no se han visto soluciones con los secuestrados y sus allegados. No se trata de una cuestión jurídica, ni de política partidaria. Es de humanidad. Las razones que arguye no son convincentes. Crear condiciones para su liberación, ni quita ni pone en esta guerra odiosa que se prolonga de la manera más innecesaria, estéril y absurda.
La fuga de Pinchao fue un acto de heroísmo. Pero es una utopía y un engaño pedirle lo mismo a todos los secuestrados. Como también someterlos a la “esperanza” de un rescate “a sangre y fuego”, que puede terminar en tragedia. La solución está en un acuerdo humanitario.
Al igual que muchos, no he entendido el alcance de la propuesta presidencial de libertad incondicional de rebeldes presos. ¿Tiene que ver con el regreso de los secuestrados? ¿Es una jugada para obligar a las Farc a ponerlos en libertad? ¿Se busca ablandar a la opinión internacional dando muestras de generosidad en el manejo de la guerra? ¿Es el comienzo de un proceso de reconciliación? Faltan explicaciones, que ojala lleguen pronto.
Los relatos de Pinchao sobre las condiciones que padeció en nueve años de cautiverio forzado, la situación y sufrimientos de sus compañeros, y los detalles de su espectacular huida, tienen que revivir las discusiones sobre la necesidad del canje y la opción de la negociación política como manera poner fin al conflicto. Pinchao es un héroe, pero lo será también quien sea capaz de ponerle punto final, por la vía de la negociación, a esta guerra que nos asfixia. ¿Soplan viento de paz? Ojala, porque el invierno de la guerra no lo soporta nadie.
Bogotà D.C, 30 de Mayo, 2007



FUERA TODOS!


Guillermo Pérez

Cuando un torero quiere impresionar al público, a su cuadrilla, a sus colegas y a la prensa especializada lanza la frase con la que busca mostrar que es al más valiente entre los valientes: ‘’Fuera todo el mundo’’. Eso quiere decir, ni más ni menos, que se queda solo, que no le tiene miedo al toro y que, por razones de estado, si así se le puede decir al arriesgón, se va a jugar el futuro, la vida y todo aquello que trae una carrera exitosa: el dinero, las mujeres, la fama.

La frase acaba de pronunciarla el presidente Alvaro Uribe al proponer –¡válgame Dios!- liberar a guerrilleros de las FARC, a políticos presos por sus vínculos con los paramilitares y a mismísimos paras. ¿Por qué? Pues, al igual que el torero de marras, para demostrar que es el chacho más chacho, que tiene capacidad de lidiar, sin ninguna ayuda, al más peligroso de los astados, que va a salir indemne de las más peligrosas situaciones.

Uribe se le ha medido a difíciles encrucijadas. No siempre le ha ido bien, como ocurrió al principio de su gobierno cuando fracasó en su intento de que le aprobaran reforma constitucional ‘’contra la corrupción y el clientelismo’’. La idea, que incluyó presiones en todos los medios de comunicación, fue rotunda derrota para un gobierno que ha contado con el apoyo de prensa, radio y televisión hasta para las propuestas más polémicas, como la reelección presidencial.

Hasta las propuestas más descabelladas han sido respaldadas por los medios de comunicación y unas mayorías parlamentarias construidas, precisamente, gracias al tan criticado clientelismo. Se han repartido desde modestas porterías hasta embajadas, consulados y contratos. Se dice, por ejemplo, por ahora sin confirmación, que con la construcción de las nuevas cárceles que se anuncian , serán beneficiados congresistas amigos de la ‘’seguridad democrática’’, entre ellos un senador boyacense acusado de sostener amistad peligrosa con personaje de cero en conducta. Quien, además, aunque parezca mentira, tiene candidata a la sala penal de la Corte Suprema de Justicia. ¡Válgame Dios!

La última idea, el proyecto de soltar guerrilleros y parapolíticos ha recibido el rechazo de la opinión pública. Una muestra es carta publicada en importante diario capitalino en la que un lector que confiesa haber visitado a amigo detenido en la Cárcel Modelo señaló que los acusados de delitos comunes se quejan de no recibir el mismo tratamiento de personajes acusados de crímenes atroces. ¿Por qué –piensa el detenido- no se le da el mismo tratamiento a alguien que robó una casa que a quien utilizó una motosierrra para despedazar a un campesino? Es la pregunta del millón diría veterano televidente.

Pero esa no es una opinión aislada, como sostendría ferviente gobiernista. El presidente de la Conferencia Episcopal , monseñor Luis Augusto Castro, manifestó que la propuesta de excarcelar a los parapolíticos y a unos cientos de guerrilleros –todavía no se sabe con seguridad cuantos saldrán a la calle- ‘’deja la impresión de impunidad en el proceso’’. Pero eso no es lo peor de la opinión de un prelado que ha participado en acercamientos con la guerrilla y muy posiblemente será elevado a la dignidad cardenalicia en el futuro. La liberación de subversivos no va a servir, en su concepto, para llegar a un acuerdo humanitario para beneficiar a los secuestrados. En conclusión, no servirá para nada.

En el mismo sentido se pronunció el presidente de la Corte Suprema de Justicia, César Julio Valencia, y el exministro y exsenador Rafael Pardo Rueda, quien sin titubear señaló en su columna periodística que Alvaro Uribe ‘’lanzó una desconcertante campaña’’ para lograr apoyo ciudadano para la liberación de ‘’presos de la más alta peligrosidad’’.

LA OPINION, DOS,

Hay dos alternativas, según Pardo, el primer civil designado ministro de defensa después de muchos años de predominio de los uniformados en esa dependencia: es parte de un acuerdo secreto que habría que aplaudir cuando se conociere, o, de no serlo, ‘’sería la mayor torpeza que se ha cometido con las Farc’’.

Pardo anota algo que se comenta mucho en los círculos políticos: tener un preso condenado, y más si es de las Farc, implica un esfuerzo personal e institucional inmenso’’. En efecto, cabe preguntarse cuántos policías y soldados han muerto en la búsqueda de Tirofijo y su combo. No son pocos, como no es poco el dinero que se ha gastado en crear batallones, bases, comprar aviones y helicópteros, dotar de moderno armamento a los uniformados, todo con la idea de capturar a los guerrilleros que hoy se encuentran en las cárceles.

Hay algo adicional, probado hasta la saciedad en la inepta administración de Andrés Pastrana: los gestos unilaterales con la guerrilla son interpretados por sus jefes, con Marulanda a la cabeza, no como generosidad sino como debilidad. Basta recordar la silla vacía en el Caguán, frente a invitados de todo el mundo, que se quedaron esperando, bajo el sol, la firma de acuerdo de paz que aún seguimos anhelando.

Eso para no hablar de la liberación de paramilitares y parapolíticos, vinculados no solo al saqueo de recursos públicos y a crímenes que harían palidecer a un nazi, sino a la manipulación de los comicios y la elección de más de la mitad del Congreso, una corporación que hoy aprueba cuanto proyecto pone el gobierno ante sus narices sino que le da sonoro pupitrazo a una inconstitucional reelección presidencial y elige a funcionarios que no dan muestras serias de imparcialidad.

La liberación de paras y parlamentarios corruptos no es la mejor muestra de que vamos por buen camino. Por el contrario, ¿es síntoma de que se han tomado caminos que sólo pueden conducir a romper la institucionalidad que con tanta dedicación y cariño construyeron nuestros antepasados?

Una idea peligrosa ronda por los tertuliaderos: ¿la propuesta presidencial es un atajo para tratar de salirle al paso a tanto escándalo que esta minando la institucionalidad del Estado, o es cortina de humo para tapar el peligro de que los dirigentes de los paras revelen de dónde salieron los siete millones de votos de la reelección? GPT



Populismo francés


Ignacio Ramonet, Le monde Diplomatique, junio de 2007.

Hay algo fascinante en esta suerte de marcha del tigre que ha llevado en Francia a Nicolas Sarkozy a la presidencia de la República. El innegable talento político que demostró en el curso de toda la campaña, esa mezcla de voluntarismo, autoridad, personalización, provocación, nacionalismo y liberalismo, conjugado con un brillante arte oratorio y un manejo temible de las comunicaciones de masas le ha permitido, en parte gracias al apoyo masivo de los poderes mediático y económico, imponerse con manifiesta nitidez.
Lo que después asombró fue la desenvoltura intelectual que lo llevó a decidir el debate sobre las líneas de delimitación que separan la derecha de la izquierda. Había analistas que se preguntaban si esas líneas se habían movido, empujadas por la globalización liberal. Sarkozy zanjó la discusión. Y mediante la composición de su gabinete, ha demostrado que el perímetro de la derecha incluye ahora en efecto buena parte del Partido Socialista, en todo caso su ala "social-liberal". En este sentido, el nuevo ejecutivo (donde no menos de cuatro miembros: Bernard Kouchner, Eric Besson, Jean Pierre Jouyet y Martin Hirsch, vienen de la izquierda) no hace más que reflejar la derechización de la sociedad francesa.

Una derechización paradójica, dado que el sufrimiento social no ha dejado de aumentar, y que desde 1995 las luchas sociales persisten vivas en un mundo laboral duramente golpeado por la precarización y la tercerización, las deslocalizaciones y el desempleo.
La era del gaullismo se termina, sustituida por la del sarkozismo, es decir, un populismo francés que se propone reunir en su seno a todas las derechas, de los lepenistas a los social-liberales, sin olvidar a los centristas, cautivándolas mediante una ilusión de movimiento y de apertura calificados de "modernos" y aun de "progresistas". Y cuyas principales fuentes de inspiración son el modelo republicano neoconservador de Estados Unidos (véase "Las recetas ideológicas del presidente Sarkozy", páginas 1, 8 y 9), Silvio Berlusconi en Italia y José María Aznar en España. Tres experiencias, dicho sea de paso, recientemente repudiadas por los votantes de esos países. El nuevo fracaso de la izquierda constituye en primer lugar una derrota intelectual. El hecho de no haber producido, por inmovilismo, por quiebra de los sectores populares o por incapacidad, una nueva teoría política para construir una Francia más justa, cuando todas las estructuras de la sociedad han resultado transformadas en los últimos quince años por el brutal desmoronamiento de la Unión Soviética y el impulso devastador de la globalización neoliberal, ha terminado por resultar suicida. La izquierda ha perdido la batalla de las ideas. Y eso después de que su experiencia gubernamental la llevara a bloquear salarios, cerrar fábricas, eliminar empleos, liquidar las cuencas industriales, y privatizar parte del sector público. En suma, desde que aceptó la misión histórica, contraria a su esencia, de "adaptar" Francia a la globalización, de "modernizarla" a costa de los asalariados y a favor del capital. Allí está el origen de su derrota actual.
Delegar la responsabilidad del fracaso en los grandes medios de comunicación, que constituyen hoy el principal aparato ideológico del sistema, remite a lamento infantil o a impotencia. Porque la nueva jerarquía de poderes instaurada por la globalización coloca evidentemente en la cumbre, como poder primordial, el poder económico y financiero seguido del poder mediático, mercenario del anterior. Este dúo dominante controla el poder político. Que en las democracias de opinión, en la era de la globalización, sólo se conquista con el consentimiento cómplice de los dos primeros.
La "izquierda de la izquierda" tampoco ha tenido en cuenta esta evidencia; a pesar de la riqueza de sus propuestas ha ofrecido a menudo un espectáculo consternante de desunión y egotismo.
Para el conjunto de la izquierda, se trata de una derrota decisiva. Señala el fin de una época. Y la obliga a una indispensable refundación. Para construir por fin, como se dice en estos tiempos en América Latina, "un socialismo del siglo XXI".



Lecciones que llegan desde Japón


Editorial de La Nación de Buenos Aires, mayo 31 de 2007.

Días atrás, en Tokio, un ministro sospechado de complicidad con un acto de corrupción se ahorcó, poniendo al desnudo la cercanía existente en Japón entre el honor, la política y las culpas públicas. En algunas partes del mundo, como alguna vez ocurrió en la Argentina, el honor y la acción pública han estado ligados, y cualquier acto que pudiera ponerlo en tela de juicio acarreaba consecuencias devastadoras sobre la honorabilidad del implicado. No se trata de enumerar a quienes se quitaron la vida o se batieron a duelo para limpiar su honor, pero es justo recordar que cuando la política se mezclaba con la sospecha, aun infundada, y la dignidad quedaba presa de la suspicacia de una situación judiciable, los hombres de ética tomaban la drástica medida de ser fieles a su conducta moral o a sus palabras, frente a un comportamiento públicamente cuestionado. No planteamos un llamado al heroísmo y mucho menos a estimular estereotipos de difícil credibilidad; en todo caso, rescatamos para nuestra sociedad el valor público de hacerse cargo de los propios actos, por acción, omisión y aun por impericia. En la Argentina de hoy, no da la sensación de que muchos funcionarios estén dispuestos ni siquiera a poner a consideración de los jueces su accionar; por el contrario, se escurren en los repliegues del poder, en fueros extraordinarios, en chicanas procesales, para evitar esclarecer hechos de los cuales participaron como complacientes observadores, testigos o actores principales. El código de honor del pueblo japonés ha sido y será universalmente reconocido como férreo y fiel a principios éticos superiores. Transpolar actitudes propias de la cultura oriental a estas latitudes latinoamericanas constituye un desafío para la imaginación, aunque mucho podríamos aprender para asumir responsabilidades por nuestras conductas públicas. Pero es evidente que algo falla en la concepción ética nuestra de estos días. Desde el infractor de tránsito que atropella y huye de la escena sin hacerse cargo del daño ocasionado, pasando por tantos funcionarios que, cercanos al poder de turno, son renuentes a respaldar los desajustes en las cuentas que manejan, o asumir la responsabilidad que les cabe cuando ocurre algún problema grave en áreas de su competencia. Muy por el contrario, es probable que algunos de ellos integren alguna lista sábana para las elecciones nacionales, provinciales o municipales. Ya es hora de que en nuestro país la ética vuelva a recuperar la condición de factor inmanente de la política, para que la sociedad recupere la certeza de que se trata de un terreno en el cual la verdad existe y el honor y la ética son valores a defender e inculcar.



La política es impiadosa con la moral


Silvia Bleichmar, LA NACION, Buenos Aires, mayo 31 de 2007.

Desde el escepticismo a la suspicacia, los argentinos vamos recorriendo la gama de posibilidades de una filosofía cotidiana que, si tiene su espacio paradigmático en los cafés y taxis, tiñe todos los intercambios en los cuales, muchas veces, basta un gesto de hombros acompañado de un retraimiento de mentón para que el interlocutor sepa que ya nada nos asombra. Y si a la fatiga de la compasión se ha sumado, en estos años, el agotamiento de la capacidad de comprensión, es tal vez la imposibilidad de confianza en que la verdadera indignación se exprese por los carriles necesarios lo que provoca, constantemente, la sensación de desborde. Una crecida que escapa de los límites de contención, pero que no tiene aún más que forma inundante de pequeños territorios que, una vez anegados, dan cuenta sólo de un fluir incontenible de malestar, que no encuentra su cauce político para regar la sequía moral y psíquica que invade al territorio. Se podrá decir, y la sospecha es válida, que es muy fácil enjuiciar a las clases dirigentes cuando se es un intelectual, y se puede vivir al margen del enchastre en el cual cotidianamente se ven inmersos los actos de gobierno, sea donde sea y en el tiempo histórico que transcurra. Y algo de lícito habría en el rechazo de muchas afirmaciones de crítica menor, y en cierto modo puristas, cuando la única responsabilidad que se tiene es la de observar la historia y ejercer juicios de valor sobre quienes la transitan. Pero a modo de descargo, también deberíamos reconocer que la intelectualidad argentina, que refleja por otra parte el desgaste del entusiasmo que toda la sociedad argentina siente ante años de ejercicio de política desgastada y corrupta, no se ha recuperado aún del enorme sufrimiento impuesto por la derrota del proyecto histórico del 70, pasando muchos de la cautela a la cortedad, o, incluso, a la melancólica responsabilidad asumida como sobrevivientes de aquello por lo cual tendrían que responsabilizarse los verdaderos asesinos. Lo sabemos, la política es impiadosa con la moral, pero ello es tal no porque todo el mundo sea corrupto, sino porque más allá de la corrupción, que parece inerradicable -y en la cual se ve involucrada gran parte de la corporación política de diversos signos e ideología- las decisiones de poder, en su carácter pragmático, obligan a la elección de acciones regidas por lo que se considera necesario, contra aquello que se concibe como correcto. A partir de la diferencia entre corrupción e inmoralidad, se perfila un aspecto de la política y de la vida que debe ser tomado en cuenta. Hay actos que no son necesariamente corruptos, pero sí inmorales, porque quienes los ejercen saben que no están bajo la opción que consideran válida y que los dejaría en paz con sus propias convicciones. No hay duda de que los actos de corrupción siguen minando nuestra confianza en las instituciones y en la resolución que el poder tomará respecto de ellos. Pero la inmoralidad con la cual se establecen algunas alianzas políticas no necesariamente da cuenta de la voracidad económica de quienes de ellas participan sino de un afán de poder que, en su movimiento mismo, deja inermes a quienes por él se ven capturados. La ideología: esa palabra que, como se ha dicho hasta el cansancio en la segunda mitad del siglo XX, es un imaginario que corroe el pensamiento científico y no permite vislumbrar la verdad de las determinaciones que posibilitan la aprehensión de un fenómeno. Sin embargo, como las representaciones sociales en general, como toda creencia, forma parte de nuestro mundo imaginario y permite acuerdos y desacuerdos basados en principios que determinan el piso sobre el cual se puede negociar o sobre el cual no se está dispuesto a establecer acuerdos. Sostener las convicciones ideológicas como acto de fe es tan absurdo como abstenerse de toda convicción, cayendo en el agujero negro de un cinismo en el cual la desconstrucción de la creencia es rayana en la desresponsabilidad absoluta. De allí el pudor que sentimos, ese sentimiento que se perfila detrás de la exhibición de un acto inmoral, cuando vemos las idas y vueltas, los tejes y manejes con los cuales algunos sectores ejercitan ese llamado "poroteo", mediante el cual se negocian lugares y puestos ante la perspectiva electoral, como si el acceso a la función pública fuera un premio de la lotería o de un bingo . Y el hecho de que se nos degrade -en muchos programas propuestos- de nuestra condición de ciudadanos a aquella de "vecinos"; no dando cuenta, al fin y al cabo, de las verdaderas necesidades que nos atraviesan, cortando las propuestas de los nexos que las determinan o escamoteando, al fin y al cabo, las condiciones que llevan a una u otra elección en aquellos programas que, más que programas de gobierno, parecen un rejunte acumulado al azar de las recorridas sonrientes realizadas por los barrios. En el film La ultima cena , de Tomás Gutiérrez Alea, luego de escuchar el discurso del amo, Sebastián, un esclavo negro que ha intentado la huida varias veces, dice lo siguiente: "Olofi jizo lo mundo, lo jizo completo: jizo día, jizo noche; jizo cosa buena, jizo cosa mala; también jizo lo cosa linda y lo cosa fea también jizo. Olofi jizo bien to lo cosa que jay en lo mundo; jizo Verdad y jizo también Mentira. La verdad le salió bonita. Lo Mentira no le salió bueno: era fea y flaca-flaca, como si tuviera enfermedá. A Olofi le da lástima y le da uno machete afilao pa defenderse. Pasó lo tiempo y la gente quería andar siempre con la Verdad, pero nadie, nadie, quería andar con lo Mentira... Un día Verdad y Mentira se encontrá en lo camino y como son enemigo se peleá. Lo Verdad es más fuerte que la Mentira; pero lo Mentira tenía lo machete afilao que Olofi le da. Cuando la verdad se descuida, lo Mentira ¡saz! y corta lo cabeza de lo Verdad. Lo Verdad ya no tiene ojo y se pone a buscar su cabeza tocando con la mano... [Sebastián tantea la mesa con los ojos cerrados.] Buscando y buscando de pronto si tropieza con cabeza de lo Mentira, se la pone donde iba la suya mismita. [Sebastián agarra la cabeza del puerco que está sobre la mesa con un gesto violento, y se la pone delante de su rostro.] Y desde entonces anda por lo mundo, engañando a todo lo gente el cuerpo de lo Verdad con lo cabeza de lo Mentira". La verdad se ha puesto la cabeza de la mentira, la verdad es sólo cuerpo, la mentira es cabeza, pero cabeza de cerdo. ¿Es la verdad entonces "el sostén corporal de la mentira"? ¿Es el descabezamiento de la verdad lo que da lugar a la mentira? Es aquí donde la devaluada palabra "ideología" debería recuperar su lugar, si entendemos por ello una forma de concebir el mundo que define el involucramiento de gran parte de nuestros actos subjetivos, nuestro accionar más cotidiano y traza los límites de nuestras posibilidades de aquiescencia a la inmoralidad de turno. Ella se expresa, por otra parte, en la diferencia que aparece en los discursos políticos cuando emergen bloques de sentido tales como "incremento de la seguridad" versus "erradicación de la impunidad", así como en la diferencia establecida entre la garantía de reconocimiento de derecho social versus el asistencialismo entendido como salida a largo plazo de la exclusión. No se trata de meras formas de expresión, sino del verdadero trasfondo sobre el cual se perfilan los proyectos de gobierno. Y es también aquí donde la política debería ser restituida en su función prínceps, como ejercicio de la ciudadanía y no como puro mercadeo. De tal modo empieza a manifestarse cuando los inundados de Santa Fe piden obras de infraestructura y se resisten al asistencialismo como única respuesta gubernamental, o cuando en Misiones se rehúsan las decisiones que convalidan la corrupción ancestral, o cuando se insiste en la regulación de los transportes como única solución posible al horror de una vida cotidiana marcada por el sacrificio a todo costo por un lado y a toda ganancia por otro. Porque el problema no está sólo en que la mentira esté a babuchas de la verdad, sino en que la verdad devenga un ejercicio que imposibilite no sólo el engaño del semejante sino el autoengaño que le da su sustento, brindándole su propio cuerpo para que se monte. La autora es psicoanalista; escribió Dolor país .




CAPITAL INTELECTUAL: REFERENTES DE MEDICIÓN PARA LA COMPETITIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD ECONÓMICA


Octavio Ramírez Rojas

“ ... La empresa inteligente crea y re-crea continuamente su futuro; asume que el aprendizaje es una actividad continua y creativa de sus componentes humanos, y se transforma continuamente como respuesta a las necesidades de los individuos que la componen y
también las de las empresas , organizaciones e individuos con las que se relaciona (clientes, proveedores, grupos sociales, etc.). La empresa que decide abordar este proceso experimenta un cambio cualitativo. Para diseñar y ejecutar ese modelo de estrategia emergente se necesita crear o modificar la visión de la empresa. ...”

C. Herreros



El Capital Intelectual es el acervo de activos intangibles que conforman la base de creación, innovación, competencias institucionales y factores de diferenciación de una entidad privada o pública y que enmarca la calidad y cantidad de conocimiento que soportan las capacidades competitivas y generadoras de valor de toda organización.

Y es la gestión adecuada de ese conocimiento el factor que permite que el valor del Capital Intelectual se acreciente generando riqueza y bienestar para las empresas y la sociedad como un todo.

Así, el valor de una empresa es función de dos grandes categorías: valor de los activos físicos y financieros mas el valor del capital intelectual. Como bien es conocido y tal como lo afirman Kaplan y Norton “ ... intangible assets – those not measured by a company´s financial system – account for more than seventy five per cent (75%) of a company´s value ... “. Por ello, la acción gerencial debe apuntar siempre, entre sus prioridades, a fortalecer el Capital Intelectual.

Es así como se han desarrollado innumerables modelos y esquemas para la gestión y medición de estos activos de Capital Intelectual, particularmente desagregando sus componentes en las categorías de Capital Humano, Capital Relacional y Capital Estructural, así como modelos y herramientas orientados a la gestión del conocimiento.


Sobre este particular, la Fundación Iberoamericana del Conocimiento presenta varios modelos que han sido utilizados en múltiples organizaciones del mundo desde hace más de quince años. Los modelos citados son:

MODELOS DE MEDICIÓN DEL CAPITAL INTELECTUAL

Balanced Business Scorecard (Kaplan y Norton, 1.996)
Intellectual Assets Monitor (Sveiby, 1997)
Navigator de Skandia (Edvinsson, 1992-1996)
Technology Broker (Brooking, 1996)
Universidad de West Ontario (Bontis, 1996)
Canadian Imperial Bank (Hubert Saint – Onge)
Dow Chemical
Modelo Intelect (Euroforum, 1998)
Modelo Nova (Club de Gestión del Conocimiento de la Comunidad Valenciana)
Capital Intelectual (Drogonetti y Roos, 1998)
Modelo de Dirección Estratégica por Competencias: El Capital Intangible (Bueno, 1998)

MODELOS DE GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO

Modelo de Gestión del Conocimiento de KPMG Consulting (Tejedor y Aguirre, 1998)
Modelo Andersen (Andersen, 1999)
Knowledge Management Assessment Tool (KMAT)
Proceso de creación del Conocimiento (Nonaka, Takeuchi, 1995)

Esta praxis es la base para el desarrollo de las competencias diferenciadoras de cualquier organización.

La continuidad en su utilización, y/o la implementación de esta cultura gerencial, es una oportunidad excepcional para alcanzar la rentabilidad y sostenibilidad de largo plazo de nuestras organizaciones empresariales.

Bogotá, 31 de mayo de 2007




Solidaridad con el pueblo Saharaui


EXCMO. Sr. BAN KI-MOON
Secretario General de la ONU
Sede Central de la Naciones Unidas
Nueva York, N.Y. 10017, USA
FAX: 00 1212 9632155
E-MAIL: ecu@un.org


Sr. Secretario General,

El Sáhara Occidental es el último país de África sin descolonizar, considerado por la Comunidad internacional como territorio No-autónomo desde que Marruecos lo ocupara ilegalmente en 1975. Han pasado más de 14 años desde que, bajo los auspicios de la ONU y la OUA, las partes en conflicto, el Reino de Marruecos y el Frente POLISARIO, acordaron el Plan de Arreglo para el Sáhara Occidental que establecía la celebración de un referéndum justo, libre e imparcial para que el Pueblo Saharaui decidiera libremente su futuro. No obstante, la ONU aún no ha sido capaz de hacer que Marruecos cumpla los acuerdos firmados con la parte saharaui.

El Sáhara Occidental es hoy un territorio ocupado por el ejército marroquí, dividido por muros y campos minados, al mismo tiempo que sus riquezas naturales son saqueadas masivamente. Mientras una parte de la población saharaui vive en los campamentos de refugiados, en unas duras condiciones caracterizadas por la disminución de las ayudas humanitarias por parte de las organizaciones internacionales, la otra parte vive en las zonas ocupadas padeciendo, especialmente desde el 21 de mayo de 2005, de una brutal y continua represión que ha acabado, hasta ahora, con la vida de dos jóvenes saharauis.

Las resoluciones de la ONU desde 1960, del Tribunal Internacional de Justicia de 1975, del Departamento de Asuntos Jurídicos de la ONU de 2002 y las disposiciones internacionales aplicadas han reconocido los legítimos derechos del Pueblo Saharaui sobre el territorio del Sáhara Occidental. Sin embargo, hoy sus derechos están siendo violados, al incluir en los informes de la ONU unas propuestas que solo pretenden confundir y perpetuar la ocupación marroquí.

El Pueblo Saharaui, numerosos países y millones de ciudadanos de todo el mundo confían en que la ONU mantenga con dignidad sus compromisos y principios, aplique la Legalidad Internacional y rechace las propuestas que pretenden imponer el hecho consumado colonial marroquí, contrarias al Plan de Arreglo y al Plan de Paz para la Autodeterminación del Pueblo del Sáhara Occidental, adoptado por unanimidad por el Consejo de Seguridad en julio de 2003.

Queremos recordar a la ONU la necesidad de culminar el proceso de descolonización inconcluso del Sáhara Occidental, basándose en la creación de "condiciones propicias" para que el pueblo saharaui ejerza su derecho a la autodeterminación.

Queremos recordar la responsabilidad de la Comunidad Internacional en la defensa de los Derechos Humanos del pueblo saharaui, violados sistemáticamente por Marruecos en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, y allí donde haya presencia saharaui, como está ocurriendo en las universidades marroquíes. Denunciamos las decenas de heridos, detenciones arbitrarias y juicios sumadísimos que se han producido en los últimos días, constituyen un grave atentado a los derechos fundamentales de las personas y un obstáculo al proceso de Paz para el Sáhara Occidental.

Es responsabilidad de la ONU, del Consejo de Seguridad y de su Secretario General, acabar con la pasividad de la Minurso y poner fin a las actuaciones represivas marroquíes, exigiendo al rey Mohamed VI que respete los derechos y las libertades democráticas de los ciudadanos saharauis.

Queremos manifestar nuestra preocupación porque la paz y la estabilidad están seriamente amenazadas por continuos retrasos en la realización del referéndum de autodeterminación y por la falta de una posición firme de la Comunidad Internacional, de acuerdo con la Legalidad y el Derecho Internacional.

El Pueblo Saharaui tiene derecho a vivir en paz y en libertad en su tierra, el Sáhara Occidental. Exigimos a las Naciones Unidas y a su Consejo de Seguridad que aplique las leyes y convenios internacionales, para que se respeten los legítimos derechos reconocidos al Pueblo Saharaui, a fin de que se pueda celebrar, de una vez por todas, el referéndum prometido y decidir libremente su futuro como pueblo. Así mismo, llamamos a su intervención urgente en defensa de los derechos humanos de los inocentes ciudadanos saharauis ante la represión del ocupante marroquí.

Reclamamos a las Naciones Unidas que adopte cuantas medidas sean necesarias para:
- Terminar con la sistemática violación de los derechos humanos y las actuaciones represivas de Marruecos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.
- Proteger y amparar los derechos y libertades de los ciudadanos saharauis.
- Permitir el acceso inmediato a los territorios ocupados, de Observadores internacionales y de los medios de comunicación con el fin de garantizar la libertad de opinión e información de los ciudadanos saharauis.



Entrevista con Rafael Sánchez Ferlosio
"Existe un estado de guerra permanente desde que existe una industria del armamento permanente"

El País, Madrid, mayo 25 de 2007. Tomado de la “Biblioteca Digital” que dirige la economista Lilia Beatriz Sánchez.

Sobre la guerra es el escueto título escogido por Rafael Sánchez Ferlosio (Roma, 1927) para recoger sus escritos sobre un asunto que, de un modo u otro, ha estado en el origen de la mayor parte de su obra ensayística. El resultado es un volumen que, en buena medida, desmiente la imagen que el escritor, premio Cervantes en 2004, se ha forjado de sí mismo como autor fragmentario con intereses variados e inconstantes.Sobre la guerra (Destino) es, tal vez, una de las aproximaciones más coherentes y originales al fenómeno de la violencia y de los enfrentamientos armados. Es el relato pormenorizado de cómo la voluntad de los individuos va quedando anulada hasta considerar que la guerra no es una opción, sino una necesidad inexorable.
Pregunta. ¿Por qué ha decidido recoger ahora sus ensayos sobre la guerra?
Respuesta. Me lo sugirió el editor y acepté porque he escrito mucho sobre la guerra. Además, nunca se convence a nadie de nada, y me pareció que había que repetir, aunque siempre es en vano. Pero no todo es recopilación, hay cien páginas sobre la segunda guerra de Irak que sólo habían sido publicadas en periódicos.
P. ¿Ha sido, entonces, por la necesidad de insistir en la ilegitimidad de todo empleo de la fuerza, que es lo que parece desprenderse de sus ensayos?
R. Yo no recurriría aquí a la legitimidad, porque es un concepto que surge cuando hay enfrentamiento militar, o terrorismo. Las armas son el origen de la legitimidad. El vencedor es el legitimado, y el legitimador, el vencido. En el ensayo de Walter Benjamin sobre la violencia se dice que, en los tiempos más primitivos, el tratado de paz representaba la aceptación de los derechos de guerra del vencedor por parte del vencido.
P. La violencia como creadora de derecho.
R. La noción de legitimidad pertenece, en efecto, a esta estructura, es la ratificación de una victoria por parte del vencido. Luego, a la legitimidad se le han podido añadir muchas cosas. Pero es una ilusión pensar que con un bañito de democracia o como queramos llamarlo se puede suprimir la legitimidad como sustrato de violencia que permanece.
P. Y la legítima defensa...
R. Vamos a considerarla en el plano de dos personas. Sólo por una necesidad formalista del derecho se absuelve a un matador que ha actuado en legítima defensa. En realidad, la agresión personal que da lugar a esta acción homicida es prejurídica y, por tanto, lo coherente sería no acusar. No absolver, sino decir que la acusación no ha lugar porque se ha producido en una situación prejurídica. Es la formalidad del derecho lo que la convierte en jurídica.
P. ¿Valdría el mismo argumento cuando se trata de Estados?
R. Los Estados son Estados absolutos, son Estados antagónicos por definición. La identidad nacional es antagónica respecto de la de otros Estados. La casuística y la complejidad de una agresión es tremendamente variada y, por eso, la legítima defensa individual no se puede hacer rigurosamente extensiva a los Estados.
P. Sin embargo, se habló de legítima defensa en el ataque norteamericano contra Afganistán, que protegía a los responsables de los atentados del 11-S.
R. No fue legítima defensa, fue represalia. La legítima defensa no podía amparar un ataque completo al país. El caso de Afganistán constituyó un casus belli clásico. Pero la realidad es que se trataba de dar satisfacción a los americanos, que habían sido previamente agraviados en su dignidad y en su honor. Y esta satisfacción exigía un procedimiento espectacular; en fin, exigía bombardeos. Las imágenes de la guerra en televisión mostraban una línea de, qué sé yo, cinco kilómetros. Las explosiones, las columnas de humo -porque las bombas están dotadas de un humo especial para ser más espectaculares- eran equidistantes. Y, claro, la pregunta que suscitaban era: pero esas bombas, ¿dónde han sido? Pueden haber caído sobre algún objetivo, pero también en mitad del campo. La espectacularidad de los bombardeos resultaba sospechosa.
P. ¿Ahí radicaba el intento de dar satisfacción?
R. Susan Sontag dijo a propósito de esto una frase muy provocativa: "La lujuria de la opinión pública por los bombardeos en masa". La utilidad antiterrorista de esta expedición estaba supeditada al espectáculo.
P. También los autores de los atentados del 11-S buscaban espectacularidad.
R. Nunca se había hecho nada tan espectacular, los terroristas derribaron dos rascacielos. Poco tenían que hacer si no era así. Por eso la espectacularidad para los americanos era importante, porque necesitaban demostrar que su país no se deja humillar. Quedar por encima o quedar por debajo de la espectacularidad de Al Qaeda era un factor decisivo.
P. Pero, además de la espectacularidad, los atentados fueron graves.
R. Tremendamente graves. A pesar de eso, lo del terrorismo del islam contra Occidente es en estos momentos un mero epifenómeno.
P. Lo que sigue llamando la atención es que los terroristas se suiciden al cometer sus crímenes.
R. Pienso que lo del suicidio sólo es interpretable si se produce un fenómeno de juramentados, a modo de fratrías. O sea, que tienen que ser grupos en los que los individuos se comprometen a morir en relación con otros que, a su vez, también se juramentan para morir. Si no, no puedo entenderlo. Ese Mohamed Atta de las Torres llevaba en Occidente muchísimo tiempo y participaba en toda suerte de cosas occidentales. ¿Cómo conservaba esta fuerza para el suicidio? No creo en absoluto que la religión pueda tener ahí demasiada importancia. Debió de quedar prisionero del grupo, pero, al mismo tiempo, viaja a Alemania, a Estados Unidos, pasa por España y lleva cuatro o cinco años por ahí, y aprendiendo a pilotar. ¿Cómo se conserva eso? La gran envidia de los terroristas occidentales es ser capaces de imitarlos.
P. Decía que el terrorismo yihadista es un epifenómeno. ¿Es gracias a la política que se ha seguido?
R. No hay que pensar que las decisiones sobre las libertades sean sólo un espectáculo para mantener a la gente preocupada. Han podido tener eficacia, porque si se registra tanto a la entrada y se aumenta tanto la vigilancia acaba por ser disuasorio.
P. Entonces resultaba innecesario el paso siguiente, la guerra de Irak, de la que trata abundantemente en su libro.
R. El ataque estaba preparado desde cuatro años antes, en aquel folleto titulado Proyecto para el nuevo siglo americano. Si en Afganistán no había objetivos, en el caso de Irak sí los había. ¡Hasta demasiados! Armas de destrucción masiva, se dijo. No creo que pudiera llamarse mentira a eso. Ellos pensaban que era imposible que Sadam Husein, un hombre sediento de poder, no tuviera artefactos non sanctos, por así decir.
P. Pero Naciones Unidas había enviado a Hans Blix y a un equipo de inspectores.
R. Blix les molestaba mucho a los americanos porque era escrupuloso y no era manipulable. Empecé a pensar que los iraquíes no tenían armas de destrucción masiva cuando vi que unos cohetes espléndidos, de un alcance de 130 kilómetros me parece, se los daban a Blix y se los dejaban serrar por la mitad porque excedían el alcance autorizado, que era de 100 kilómetros. La entrega de esos cohetes me chocó mucho. Y me parece que a los americanos también, porque el propio Powell apareció en el Consejo de Seguridad como avergonzándose de las cosas que tuvo que decir.
P. El salero...
R. El salero y aquellos autobuses dibujados, diciendo que eran laboratorios de armas químicas o biológicas que se podían desplazar de una parte a otra. La categoría de mentira sólo es aplicable a partir de ese momento.
P. Usted se opuso a esta guerra contra Irak, pero también a la primera, a la que siguió a la invasión de Kuwait.
R. Ya no me acuerdo por qué. Me parece que fue, más que nada, por la fórmula excesiva; en aquella guerra el despliegue de tropas americanas fue de 500.000 soldados, creo recordar. Quizá pensaba yo que la reunión entre Baker y ¿cómo se llamaba aquél?
P. Tarik Aziz.
R. Eso es, la reunión entre Baker y Tarik Aziz en Ginebra había tenido lugar con la guerra ya decidida. Entonces les impusieron a los iraquíes tales condiciones de humillación que, claro, el más débil de este mundo no puede aceptarlas. Y luego aquel otro argumento: cuando se ha acumulado tanto hierro, tanto acero y tantos hombres, cómo le vas a decir a un ejército: ya está, lo hemos arreglado, volvemos a casa. Ningún ejército del mundo podría soportarlo.
P. Desencadenaron la guerra, pero no entraron en Bagdad.
R. Ni Powell, que estaba entonces de jefe del Estado Mayor, ni el que estaba de Asuntos Exteriores, que era Baker, fueron partidarios de tomar Bagdad. Detuvieron la partida porque previeron lo que ha ocurrido en esta otra guerra. Dijeron que pasarían cosas parecidas a las que están pasando. Sobre todo Baker. Baker, que era bastante bárbaro, pero muy lúcido y muy inteligente, tuvo prudencia.
P. En su libro critica a los intelectuales norteamericanos que apoyaron la guerra en un documento que usted compara con una encíclica.
R. Fue vergonzoso, sobre todo cuando dicen aquello de que los occidentales y los musulmanes tienen que hacer cosas juntos. Ese papel es muy extraño, ¡y que haya conseguido reunir a 60 personas! ¿Qué pudo haber sugerido la necesidad de ese papel? No hubo presión gubernativa ninguna, los firmantes son personas muy respetadas allí y, seguramente, muy orgullosos de que nadie les obligue a nada. Es una especie de extraña eyaculación de patriotismo lo que tienen.
P. Usted encuentra ciertos paralelismos con el pasado.
R. Esos 60 firmantes me recordaron la cantidad de los salvadores de la conciencia del emperador Carlos V, cuando lo de América. El propio Las Casas, con Fernando el Católico, reúne dos cosas distintas usando el mismo adjetivo para las dos: "la real conciencia y hacienda". Qué bonito.
P. Pero, además de los documentos apoyando la guerra, de la ideología, está la cuestión del armamento.
R. Existe un estado de guerra permanente desde que existe una industria del armamento permanente. Una industria que, además, tiene que vigilar que sus ingenios no se queden obsoletos. No sólo por el desgaste en la guerra o por el simple paso del tiempo, sino en comparación con los ingenios de otros. La fabricación de armas es una competición constante entre los países, y recuerdo un ejemplo ilustrativo. En un determinado momento, todavía no había caído la Unión Soviética, Kissinger dijo esta frase en un episodio que tenía lugar en Líbano o en Siria, no sé bien: "No podemos consentir que armamento americano sea derrotado por armamento soviético en una batalla importante".
P. Un estado de guerra permanente o, cuando menos, de amenaza permanente.
R. La amenaza es el mecanismo del bandido, el mecanismo de "la bolsa o la vida". Si va y se le dice: pues, mira, no hay bolsa, mal asunto. Hay que comprender que él se ha comprometido a mucho como bandido, se lo ha jugado todo. Entonces, si a pesar de que no se le ha entregado la bolsa él no dispara, sino que se marcha, está muerto como bandido. Quizá viva como un hombre mejor que el bandido, pero como bandido está acabado.
P. Amenazar también tiene sus riesgos.
R. El que amenaza adquiere un compromiso terrible. Y lo más terrible es que se empeña en lanzar la responsabilidad sobre el otro. Tú serás responsable de que yo te mate. ¿Pero cómo voy a ser yo responsable de lo que tú me hagas a mí? ¿Por qué?
P. ¿Y por qué?
R. Pues porque le resulta tan imposible retractarse de la amenaza, que tiene que hacer responsable al otro. Al amenazar, uno se queda completamente objetivado, reificado. Como una cosa, como un instrumento, como el gatillo de una pistola.
P. Eso vale para el bandido, para el agresor. ¿En qué situación queda la víctima?
R. No hay que comparar las víctimas producidas por violencia humana y las víctimas de catástrofes naturales o de cosas como la carretera. No tienen nada que ver. La condición de víctima por violencia humana se transforma en un depósito de valor, en una especie de capitalización. El cristianismo está convencido de esa idea, de la víctima como generadora de valor moral.
P. Un valor moral, o un capital, que para qué sirve.
R. Su estructura gravita sobre la de la venganza, porque la venganza es un derecho que se adquiere porque otro te ha agredido. Los atentados de Washington y Nueva York fueron un caudal de derecho gigantesco, que explotó como tal en la aprobación por aclamación de la Patriot Act. Una explosión de euforia patriótica inmensa.
P. Pero si las víctimas mueren, como fue el caso, ¿quién puede reclamar ese valor moral, esa capitalización?
R. Pueden hacerlo muchas personas. La viuda, los huérfanos, otros quizá. Pero lo que puede producir abusos inmensos y hasta espectáculos obscenos es la seguridad de estar en posesión de ese capital moral. Por ejemplo, el victimato español de los actos terroristas ha hecho una explotación de ese capital moral. Ha exigido una especie de reconocimiento social especial, lo tengo por ahí recortado. Ese reconocimiento es casi la figura que hace contrapunto con la del terrorista. Es decir, la perversidad del terrorista necesita de un contrapunto muy fuerte para que aparezca como suficientemente execrable, no humano.
P. ¿Existe algún uso adecuado de ese valor moral?
R. Las víctimas tienen derecho a recibir indemnizaciones, apoyo, compasión. Lo que resulta un abuso es emprender la búsqueda de culpables en una catástrofe para estar en condiciones de constituir un victimato. Ni el descuido primero de unos excursionistas que provocan un incendio en un bosque, ni la torpeza del Gobierno son actuaciones delictivas. Pero muchas veces se busca algo delictivo para que se pueda constituir el valor moral, la capitalización de un victimato.
P. En el caso de España, las víctimas del terrorismo han apelado a su condición de víctimas para rechazar una política antiterrorista que exigía hablar con los terroristas.
R. Si hay una posibilidad de composición o de arreglo, habrá que hablar hasta con el diablo. Pero hablar es una cosa, parlamentar otra y pactar otra. Lo que no entiendo bien en todo este asunto es el conchabamiento de la prensa con la política, lo amiguetes que son los periodistas y los políticos. Y, luego, la competencia entre los periódicos. Montan un espectáculo con el terrorismo y, después, preguntan a los españoles cuál es el mayor peligro que tiene el país. ¿Pero quién lo ha producido?
P. ¿No habría que tratar este asunto en los periódicos?
R. No sé si es buena la difusión de cada pequeño paso que da cualquier etarra o batasuno como Otegi. Otegi está todos los días en la televisión, no tanto como Esperanza Aguirre, pero casi tanto como Esperanza Aguirre. Y eso es por la competencia entre los periódicos y porque están conchabados los periodistas y los políticos. Aunque, bueno, nunca son del todo amigos ni del todo enemigos. Si dice algo Otegi, se debería dar una pequeña nota, pero no este tinglado que se ha armado. No sé qué expectativas puede haber tenido el Gobierno para creer que ETA abandonaría. A mí me parece que son expectativas bastante vanas.
P. ¿Por qué?
R. Batasuna ha estado haciendo declaraciones sobre la autodeterminación, sobre la incorporación de Navarra que son exactamente las de siempre, de las que no se ha apeado nunca. No sabemos hasta qué punto Batasuna está sometida a los otros. Porque a ese Josu Ternera, el que se escapó, le quitaron enseguida la palabra, no les convenía. Batasuna tal vez podrá exigir algo a los otros, pero nada fundamental.
P. Usted ha empezado diciendo que nunca se convence a nadie de nada y un francés, Philippe Delmas, auguró hace años un "bello porvenir para la guerra".
R. No lo tiene malo, pero puede producirse un descrédito. Lo tendría muy bueno si hubiese un bombardeo a Irán, bien por parte de Israel, bien por parte de Estados Unidos. Que hubiese un clamor de victoria, porque el fenómeno de la victoria es explicativo de la guerra. Es el momento de mayor plenitud de un pueblo en cuanto pueblo. La exaltación que produce es incalculable.


Cheney, Israel e Irán

Gary Leupp*, Voltairenet, mayo 31 de 2007.

«Actualmente hay una carrera entre diferentes flancos del gobierno de EEUU para determinar el curso futuro de la política USA-Irán», escribe Steven C. Clemens, conocedor de lo que sucede en Washington, en su blog Washington Note. «En un flanco están los diplomáticos, en el otro está el equipo del vicepresidente Cheney y sus acólitos – que pueblan una franja bastante ancha que pasa por la burocracia de la seguridad nacional estadounidense.» Es «inquietante» porque «la persona en el gobierno de Bush que más quiere un conflicto “caliente” con Irán es el vicepresidente Cheney».
Clemens cita a un ayudante de Cheney diciendo “que el propio Cheney está frustrado con el presidente Bush y cree, de modo muy similar a Richard Perle, que Bush está cometiendo un error desastroso” al apoyar la actitud diplomática hacia Irán que aparentemente prefiere el Departamento de Estado. Así que Cheney planea emprender una “estrategia de carrera directa hacia el objetivo” esquivando al presidente (que actualmente se tambalea más hacia los “realistas” de Condi Rice que hacia los neoconservadores de Cheney) si su flanco no prevalece y Bush resiste a las exigencias de los neoconservadores y del lobby de AIPAC para un enfrentamiento sangriento.
“El pensamiento del equipo de Cheney es coludirse con Israel, dar a Israel un codazo aprobatorio en algún momento crucial del actual impasse entre las actividades nucleares de Irán y la frustración internacional al respecto, para que lance un ataque convencional a pequeña escala contra Natanz, utilizando misiles crucero. Esperaría que esta estrategia provoque un contraataque iraní contra fuerzas de USA en el Golfo que baste para obligar a Bush a abandonar el camino diplomático que propugnan los realistas del gobierno y a que se lance a otra guerra.”
Es el artículo más aterrador que haya leído desde hace tiempo, junto con la última columna de Justin Raimondo en antiwar.com que se basa en él. Raimondo, citando una reciente entrevista de CNN con Seymour Hersh, vincula a Cheney y al Consejero Adjunto de Seguridad Nacional Elliott Abrams (actualmente el neoconservador más poderoso en el gobierno) con el apoyo de USA para la milicia suní Fateh al Islam en el Líbano como un medio para debilitar a Hezbolá. “George W. Bush,” declara, “está totalmente fuera de circuito” en lo que Raimondo llama “el gobierno de Cheney.”
Estos informes suenan a verdad, me parece. Bob Woodward ha documentado, citando a Colin Powell, cómo Cheney y su pandilla neoconservadora formaron “un pequeño gobierno separado” en 2002 a fin de organizar el ataque contra Iraq, precedido por una campaña de desinformación que el estúpido en la Oficina Oval podría perfectamente haber tragado ansiosamente y sin cuestionar nada. Cheney declaró en el show de Don Imus en MSNBC en enero de 2005, que “en vista del hecho de que Irán tiene una política declarada cuyo objetivo es la destrucción de Israel, los israelíes perfectamente podrían decidir actuar primero, y dejar que el resto del mundo se preocupe después de limpiar el lío diplomático.” Implicó que si USA no actuara contra Irán, los israelíes podrían tener que hacerlo y tendrían razón.
Los propugnadores de AIPAC y de los thinktank neoconservadores de un ataque contra Irán cuentan con la comprensión de legisladores de ambos partidos. A pesar de contratiempos y de lo que la gente pensante pueda ver como el desprestigio total de la facción neoconservadora resultante de la denuncia de las mentiras del gobierno, el amplio plan neoconservador (la imposición de regímenes favorables a USA, amistosos hacia Israel, en todo el Sudeste Asiático) sigue estando a la orden del día.
Cheney, dice Clemens, está frustrado con Bush. Tal vez la relación entre mentor y discípulo de la que gozó con el presidente más joven, confiado, ignorante e impresionable se ha debilitado con el tiempo. Tal vez sea posible que Bush haya creído verdaderamente los trozos de desinformación colocados sobre su escritorio por Douglas Feith, Abram Shulsky y los otros operadores de la Oficina de Planes Especiales que ahora han sido todos tan claramente desenmascarados, y ahora que ahora culpe a Cheney y a sus neoconservadores por su embarazo. Tal vez su querida amiga Condi lo esté urgiendo para que cuestione el buen juicio de Cheney sobre la política en Oriente Próximo. Y tal vez el vicepresidente más poderoso de la historia de USA esté realmente impulsando una “estrategia de carrera directa hacia el objetivo” para realizar la agenda neoconservadora, dejando a Bush fuera de circuito.
Ha quedado en claro por lo menos desde hace cinco años que Cheney, la figura clave en este gobierno dirigido formalmente por un sujeto perdidamente confuso que sigue aprendiendo a hablar, quiere llevarlo a expedir las órdenes necesarias para derribar a los gobiernos iraní y sirio y aplastar a sus aliados en el Líbano y Palestina. Él y su jefe de equipo "Scooter" Libby, junto con Perle y toda la cabala, parecían estar tener la situación bajo un control perfecto hasta que el pueblo iraquí a través de su resistencia contra la ocupación llevó al pueblo estadounidense a darse cuenta de lo que cuesta la agresión imperialista y creó una oportunidad para el periodismo crítico en una atmósfera fascista incipiente. Ahora existe definitivamente una “carrera en vías de ejecución” no sólo entre dos facciones del gobierno sino entre el movimiento contra la Guerra y el movimiento de Apocalipsis Ahora encabezado por Cheney.
Inmediatamente después del 11-S Cheney habló de una guerra que duraría generaciones, comparable con la Guerra Fría, una guerra que no se limitaría a una reacción contra al-Qaeda sino que tendría objetivos múltiples y cambiantes. Es un hombre bien consciente de su mortalidad, a los 66 años, después de cuatro ataques cardíacos, que se siente cómodo generando esa guerra artificial no provocada basada necesariamente en la ignorancia y la islamofobia. Probablemente sabe que aunque desencadene el infierno total sobre el Sudoeste Asiática podrá morir confortablemente rodeado por sus nietos. Con aire de suficiencia se siente seguro de que nunca enfrentará la suerte de un Tojo Hideki o de un Heinrich Himmler. Probablemente tiene razón en esto, pero es seguro que es impugnable, incluso sobre la base de lo que Clemens sugiere que podría constituir una “insubordinación criminal” contra el necio de su jefe.
El mes pasado el representante Dennis Kucinich presentó una resolución en la Cámara de Representantes para impugnar a Cheney, en parte porque ha “amenazado abiertamente con la agresión contra la República de Irán, sin que haya ninguna amenaza real contra USA, y lo ha hecho con la capacidad demostrada de USA de ejecutar amenazas semejantes.” ¿No aumentan estos últimos informes el caso contra ese monstruo, y subrayan la urgencia de impugnarlo?
Gary LeuppGary Leupp es profesor de historia en la Universidad Tufts, y profesor adjunto de Religión Comparativa. Es autor de Servants, Shophands and Laborers in the Cities of Tokugawa Japan; Male Colors: The Construction of Homosexuality in Tokugawa Japan; e Interracial Intimacy in Japan: Western Men and Japanese Women, 1543-1900. También colaboró con la despiadada crónica de CounterPunch sobre las guerras en Irak, Afganistán y Yugoslavia: Imperial Crusades. Para contactos escriba a: gleupp@granite.tufts.edu



¿Que será eso que prevalece por encima de la JUSTICIA?

Alvaro Upegui, mayo 31 de 2007.

La palabra execrable ya no funciona para lo realizado por la parapolitica, ni siquiera el extremo de su significado es suficiente para describir lo que esta pasando en Colombia. Ya la forma rutinaria y cotidiana como se ejecutan, se descubren, se publicitan, esta clase de eventos; es de tal gravedad que ni siquiera el latrocinio tiene espacio o tamaño para definir lo que en realidad es una clara manifestación de endémica enfermedad colectiva y que incluye toda la población colombiana tildándonos de sociopatas.

Es enfermiza nuestra mudez frente a las victimas.

Mas grave esta acusación para aquellos que juegan y gozan del privilegio del estudio, de los grandes títulos, de postgrados y estudios superiores que permanecen en silencio ante semejante horror. No solo el horror de lo acontecido, sumemos al escándalo el silencio, la inoperancia, de la justicia, en su incapacidad de conceptuar históricamente lo acontecido, sino que además, carece de posición clara, definida, y justa, para referirse a semejantes hechos y por ende tener toda la fuerza objetiva civilizada y necesaria para castigar de una manera ejemplarizante a los autores intelectuales, como también a los autores que ejercieron tan abominables acciones. ¿Será que como raza, somos capaces de convertir, a nuestra institución de justicia, en el estamento que de ejemplo y guía, a nuestra sociedad enferma y nos prodigue un futuro de esperanza, demostrando el nivel frente a semejante responsabilidad histórica y obligación de respuesta con el resto del mundo.

Un Colombiano con responsabilidad frente a la historia de nuestro pueblo.



Y, ¿la política criminal?


Ramón Elejalde Arbeláez

Los últimos días, como siempre en Colombia, han sido abundantes en información, especialmente en lo que tiene que ver con la situación de los detenidos y el tratamiento que deben recibir.
Los anuncios del presidente de la República nos dejan ver, claramente, cuatro clases de detenidos: en primer lugar los jefes paramilitares que van rumbo a colonias agrícolas, esa posibilidad la deja establecida la Ley de Justicia y paz y su decisión final pende de un simple acto administrativo. Ese tratamiento preferencial ya se discutió y su ejecución debe estar supeditada a la condena que recaiga sobre los implicados. En segundo lugar, tenemos a un gran número de guerrilleros, según dicen encabezados por el “canciller” Rodrigo Granda, que van a ser liberados en los próximos días, entre ellos a algunos pocos contra su voluntad. Seguramente a la aparición de este artículo, ya se conocerán las intimidades de esta liberación. De una parte se afirma que se realizará sin contraprestación alguna. Es decir, que se trata de una decisión unilateral del Gobierno. Hasta “razones de Estado” se han esgrimido frente a este caso. Lo cierto es que el presidente Uribe ha preferido “despejar las cárceles” a despejar dos municipios de Valle del Cauca, que le hubieran permitido la liberación de los secuestrados de la guerrilla. Pero de otra parte también se viene afirmando que las “razones de Estado” son la mampara de una negociación de tercero países que convencieron a la Farc y al Gobierno de liberar unilateralmente el primero a los secuestrados y el segundo a los detenidos. Si esta es finalmente la razón de esta decisión, no queda más que respaldar íntegramente al Presidente y esperar el regreso de los secuestrados, que tanto sufren en la selva. Ojalá y el doctor Uribe Vélez no se quede como dicen las abuelas, con el pecado y sin el género. Esta decisión la tomará el Gobierno mediante actos administrativos, fundamentados en las leyes de orden público y de Justicia y paz.
Una lección parece dejarme todo esto, siempre sostuve que Rodrigo Granda no tenía dentro de la Farc la importancia que el Gobierno le adjudicó. No porque yo tenga algún conocimiento sobre el grupo subversivo, sino porque a Granda lo vi crecer en mi natal Frontino, donde no conquistó ni obtuvo seguidor alguno, ni se le vieron dote de líder.
El tercer grupo de detenidos son los vinculados con las investigaciones de lo que el pueblo ha dado en llamar la parapolítica. Cuando apenas se inician las investigaciones, cuando la verdad comienza a aparecer, el Gobierno se asusta y corre a redactar un proyecto de ley, que presentará en los próximos días al Congreso de la República, para que previa confesión de la verdad, los detenidos queden en libertad. Esta decisión conducirá, irremediablemente, hacia la impunidad total. Esa es la sensación que queda. Más obvio es esperar el destape general, la verdad monda y lironda y luego, entre todos, buscarle salidas al berenjenal que aquí se va a armar con esta crudísima realidad. Lo que se pretende no es más que ponerle palos en la rueda a la acción de la Justicia, a lo que vienen realizando la Corte Suprema y la Fiscalía General de la Nación.
Finalmente queda un grupo de detenidos que no obedece a ninguna organización criminal. Ése deberá recibir todo el peso de la Justicia. Con estos no tendrá el Estado conmiseración alguna. La cárcel es su única salida.
Lo anterior demuestra una profunda improvisación, además que no existen políticas criminales serias y que no pasamos de ser una banana republica, donde en materias tan serias como la justicia, bailamos al son que nos toquen.



El 4% del calentamiento global se debe a gases generados en las represas

Ecoportal, Fundación Proteger, No. 299.

Los cálculos hechos por Lima implican que las 52.000 represas en el mundo contribuyen más de 4% al calentamiento global debido al impacto de actividades humanas. También explican que los embalses son la fuente más grande de emisiones causadas por humanos, contribuyendo a alrededor de un cuarto de estas emisiones.
• Es la segunda estimación hecha pública en revistas científicas. • Revela un aspecto negativo aún poco conocido del impacto de las grandes represas sobre el clima y la sociedad humana.
Las grandes represas podrían hacer la mayor contribución al calentamiento global, emitiendo 104 millones de toneladas de gas metano cada año. La estimación fue anunciada en una publicación científica por Ivan Lima y sus colegas del Instituto Nacional Brasileño para Investigaciones Espaciales (INPE, en inglés).
“Hoy hay más que suficiente evidencia que demuestra que las grandes represas son la fuente mayor de contaminantes que agravan el cambio climático,” dijo Patrick McCully, director ejecutivo de la Red Internacional de los Ríos (IRN, en inglés).
Los cálculos hechos por Lima implican que las 52.000 represas en el mundo contribuyen más de 4% al calentamiento global debido al impacto de actividades humanas. También explican que los embalses son la fuente más grande de emisiones causadas por humanos, contribuyendo a alrededor de un cuarto de estas emisiones.
El metano es un gas más potente que el dióxido de carbono para atrapar el calor, aunque no dura el mismo tiempo en la atmósfera. Un año de emisiones de una represa grande, como ha estimado Lima, tiene un impacto de calentamiento equivalente a más de 20 años de 7.5 billones de toneladas de dióxido de carbono -esto es más alto que las emisiones totales de dióxido de carbono que se emiten por la quema de combustibles fósiles en los Estados Unidos.
Lima y sus colegas proponen que se capture el metano en estos embalses y se use como energía para plantas de electricidad. Lima dice que “si podemos generar electricidad de las grandes cantidades de metano producido por las represas en áreas tropicales que existen podemos evitar las consecuencias sobre la población humana y el medio ambiente que trae construir nuevas represas.”
“Es desafortunado que el estudio de Lima ha llegado muy tarde para ser incluido en los reportes recientes del Panel Inter Gubernamental del Cambio Climático (IPCC)”, dijo McCully. En parte por la influencia de la industria hidráulica y de los gobiernos que la apoyan, los creadores de las leyes en relación al clima no han puesto atención a la importancia del metano generado en represas en agravar el cambio climático.
El metano es creado por la descomposición de materia orgánica en los embalses. Las cantidades masivas producidas en áreas tropicales por represas hidroeléctricas significa que estas represas contribuyen más al calentamiento que las plantas de electricidad más sucias.
Esta es sólo la segunda estimación publicada en literatura científica de las emisiones de gases efecto invernadero de represas. El estimado anterior fue publicado en el 2000, y sólo incluyó emisiones del agua de la superficie de los embalses; el estimado global es 70 millones de toneladas de metano y un billón de toneladas de dióxido de carbono.
Los cálculos de Lima toman en cuenta las emisiones de las turbinas y spillways y de los ríos aguas abajo de las represas, además de la superficie de los embalses. La publicación de Lima no se dirige a las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero como el óxido nítrico.
Incluso Lima ha publicado a nivel nacional los primeros estimados de emisiones de metano de represas en Brasil, China, y la India. Estos estimados demuestran que las represas en Brasil e India son responsables de un quinto del impacto del calentamiento global.
Se ha estimado que las represas en la China producen 1% de la contaminación climática del país, aunque por razones de metodología probablemente es subestimado. www.ecoportal.net
Fundación PROTEGER
Berkeley, California, 9 mayo 2007 (prensa International Rivers Network -IRN).-



La hora de la verdad para Colombia


Jorge Bustamante R. – Consultor, Portafolio, junio 1 de 2007.

A pesar de lo que piensa el 78 por ciento de los encuestados sobre el presidente Uribe en las cuatro principales ciudades, Colombia se derrumba, por el agudo proceso de desinstitucionalización y el desgobierno en todos los niveles y esferas de la vida nacional e internacional. En particular, porque ha desconocido la máxima de Rafael Núñez, "administra de cerca y gobierna de lejos", y por una actitud implosiva al querer abarcarlo todo a través de la micro gerencia.
Y además porque la administración Uribe parece no haber comprendido que la globalización no es el TLC o acuerdos de libre comercio, sino un sistema de valores y una ética mundial en campos como el medio ambiente, el respeto a los poderes públicos, a las instituciones nacionales e internacionales, a los derechos de las minorías étnicas, religiosas y políticas, el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario y de los derechos humanos, y el derecho a la privacidad, entre otros.
Prueba de ello es que en el escenario internacional, Colombia tiene fricciones diplomáticas y políticas con Venezuela, Ecuador y distanciamiento con parte de la comunidad latinoamericana. Con E.U., a pesar de cumplir hasta con el nombramiento de una ministra afrodescendiente y de ser el país más alineado de la región, se le imponen condiciones draconianas en el TLC, tal como lo reconoció Bill Frenzel, asesor presidencial del señor Bush. Y peor aún, ante el triunfo de los demócratas en el Congreso, con la disculpa de "hacernos cumplir esa legislación internacional", en algunos capítulos nos imponen nuevas barreras no arancelarias. (Memorando de Conciliación entre los demócratas y la administración Bush. Washington, 05/10/07). Con la Unión Europea crecen los interrogantes.
Internamente, se evidencia una enorme descoordinación entre el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda. El primero, ante enormes presiones del Presidente pero apoyado por el FMI, intenta defender el mandato constitucional de controlar la inflación, mientras el segundo, insiste en no hacer esfuerzo alguno para bajar el gasto del Gobierno Central, en medio de un déficit fiscal del 4,1 por ciento del PIB en el 2006 que no lo cree ni el mismo Emisor, quien sostiene que fue del 4,6 por ciento. (Informe Confis 12/04/07). Se agotan los márgenes de maniobra macroeconómica.
Este déficit y concentración presupuestal se presenta cuando las entidades territoriales presentan superávits fiscales; continúan los recortes a las transferencias; los Ingresos Corrientes de la Nación crecen el 23 por ciento en el 2006; se retienen recursos del Fondo Nacional de Regalías y del Fondo de Ahorro y Estabilización Petrolera -Faep-, se adelanta el paquete de privatizaciones más grande en la historia del país, se aumentan los porcentajes de cotización pensional a los usuarios, se impone un 1 por ciento del patrimonio para la guerra, se abre una chequera con Agro Ingreso Seguro, se aumentan los precios internacionales del petróleo, el carbón, el níquel y el café, entre otros.
Así mismo e inmersos en altas tasas de concentración de la riqueza y de un buen crecimiento del PIB, el desempleo y el subempleo crecen, al igual que la brecha entre pobres y ricos. Los registros de muertes por inanición, hambre y desatención en salud de primer nivel en Chocó, Cauca, Nariño, Putumayo, Guainía, Guajira, Caquetá y los otros departamentos desbordan al Gobierno, ante la insolidaridad de los grandes conglomerados económicos.
En la aplicación de la Ley de Justicia y Paz, todo ha sido un 'equívoco' tras otro, desde su concepción en Costa Rica, su 'forzado' trámite y lleno de vacíos en el Congreso, su riesgosa aplicación por la brevedad en sus penas, sus débiles condicionamientos, su carencia de instrumentos y la cortedad de sus términos. Y ahora, como si fuera poco, su replanteamiento hacia una ley de punto final parcial, cuando apenas comenzaba su aplicación. ¿No será sano que se conozca toda la verdad para ver cómo reconstruimos la patria en que vivimos? ¿No será sensato que el sector privado que coadyuvó al concierto para delinquir y a la financiación de semejante conspiración y cadena de atrocidades pague una sanción moral y una indemnización pecuniaria, tal como tuvo que hacerlo Chiquita Brands en Estados Unidos?
En lo que compete al aparato institucional, el presidente Uribe ha anulado el fuero constitucional de los ministerios, toma decisiones puntuales privadas y públicamente por encima de evaluaciones globales y recomendaciones técnicas razonables, como por ejemplo 'el esperpento' y la ine- quidad de la última reforma tributaria. Al igual que la intromisión semanal al fuero departamental y municipal a través de los 'consejos comunitarios' que atraviesan transversalmente la órbita institucional, sectorial, territorial, presupuestal y en alguna medida legal, en medio de la más apabullante concentración del poder.
En ella, luego de la aprobación del 'articulito' que permitió su reelección inmediata, el Presidente se opuso radicalmente al proyecto de reforma constitucional que buscaba el equilibrio entre los poderes públicos, que presentó el Partido Liberal y que perseguía que un presidente reelecto no participara directa o indirectamente en el nombramiento de todos los miembros de la junta del Banco de La República, de los magistrados de la altas Cortes, del Contralor, del Procurador, del Defensor del Pueblo, del Registrador, de los integrantes de la Comisión Nacional de Televisión y de todas las comisiones de regulación.
Sin contar con el intento de reventar los partidos políticos, en particular al liberal, mediante la creación de seis agrupaciones nuevas que salieron de su seno a buena hora, el de la U, Cambio Radical, Alas Equipo Colombia, Colombia Democrática, Convergencia Ciudadana y el Mira; y cooptando al Partido Conservador, que se desvanece sin vocación de poder a la vista
El manejo de la seguridad del Estado es otro enorme galimatías, por decir lo menos, que bordea la violación de la Constitucional y de la ley. Prácticamente todas las entidades del estado (DAS, Dipol, Policía y Ejército, entre otras) están cuestionadas y salpicadas de filtraciones, penetraciones, interceptaciones, desinformaciones, falsos positivos y atropellos a los ciudadanos, a los periodistas, a los miembros de la oposición, a funcionarios del Gobierno y a los mismos paramilitares.
En conclusión, esta es una buena oportunidad para buscar la verdad, hacer un alto en el camino e iniciar un proceso en el cual todos los actores puedan sentarse a concertar un proyecto de Estado en el que quepamos todos y no solo 'los elegidos'; en que no se siga administrando o gobernando al detal para beneficio de unos pocos y en contra de la mayoría. De lo contrario, seguirán otros 200 años de violencia, inequidad y truculencia. ¿Tendremos líderes para hacerlo?