viernes, 13 de abril de 2007

CONTENIDO


Apoyo de dirigentes nacionales del Liberalismo a la aspiración de Rodrigo Llano Isaza de ser elegido en el Congreso Liberal de Medellín como el Nuevo Veedor del Partido.
José Noé Ríos Muñoz, candidato a la secretaría General del PLC.
Los riesgos del Plan Colombia, Rafael Guarín.
Ratzinger y la inquisición, Mauricio Cabrera Galvis.
Zapata, Pedro Miguel.
Es una opción que impone el norte, Enrique Martínez.
Gaitán vive, Horacio Serpa.
A mirar al sur, César González Muñoz.
De la vida real al mundo mediático, Juan Manuel López Caballero.
¿Se extingue el inglés?, Pablo Kummetz.
Gaitán, Jorge Mario Eastman Vélez.
Chocó, abandono de años, Ramón Elejalde.



Apoyos de dirigentes nacionales del Liberalismo a la aspiración de Rodrigo Llano Isaza de ser elegido en el Congreso Liberal de Medellín como el Nuevo Veedor del Partido.

De Hernando Agudelo Villa, Ex ministro de Hacienda y Desarrollo: Rodrigo Llano Isaza es un liberal integérrimo y con una vocación inclaudicable de servicio a su partido. Merece cualquier distinción que quiera hacérsele. Abril 10 de 2007.

De Horacio Serpa Uribe, Ex ministro y Candidato a la Presidencia por el Liberalismo
Rodrigo Llano es un liberal de los mayores quilates. Su tarea como Secretario General de la Sociedad Económica de Amigos del País --SEAP--, al que sigue vinculado en su Junta Directiva, fue encomiable en todos los aspectos, particularmente en la preservación y defensa de la historia y de la ideología social del Partido Liberal. LLano es persona leal, responsable y diligente, que con seriedad cumplirá la mejor labor en el grado de representación que la Colectividad resuelva asignarle. Abril 12 de 2007.



Carta de José Noé Ríos Muñoz, candidato a la Secretaría General del Partido Liberal Colombiano en el Congreso de Medellín, abril 28 y 29 de 2007, a los delegados al Congreso.

Apreciados Delegados:
Reciban un especial saludo de felices pascuas. Como ustedes saben, este es el mes del Congreso del Partido. Entre hoy el fin de mes llevaremos a cabo las asambleas departamentales y municipales, el consejo programático, el congreso de juventudes y el congreso del partido. Quiero comentarles que aspiro a continuar en la Secretaría General del Partido. Hemos hecho un trabajo serio, prudente, discreto, responsable y con resultados. Mi labor se ha centrado en desarrollar una administración ágil y con capacidad de respuesta, que le permita al Director del Partido, ex presidente César Gaviria Trujillo, cumplir plenamente sus labores. La Secretaría ha adelantado un serio programa de reorganización interna y de eficiencia presupuestal. Apoyamos el funcionamiento de las bancadas parlamentarias y de las demás corporaciones. Las relaciones con los directorios son ahora mas fluidas que antes. Hemos regularizado los asuntos presupuestales y tenemos una vinculación permanente con ellos a partir de la Unidad de Desarrollo Territorial. Estamos al día en el pago de los costos de reposición. La altísima inscripción territorial de aproximadamente 65.000 personas y un Congreso con algo mas de 2000 delegados son el fruto de un trabajo conjunto, como dije antes, serio y responsable. La votación del 25 de marzo con 1.274.656 sufragios son una muestra de la vitalidad del partido. Ustedes han sido fundamentales en esta tarea. Espero que me acompañe con su voto. Lo necesito, así como el de los delegados con quienes comparten afinidades políticas. Para continuar la modernización del partido, ganar en octubre y ser un alternativa real en el 2010. Gracias por su voto. JOSE NOE RIOS MUÑOZ
josenoeriosmunoz@yahoo.com



Los riesgos del Plan Colombia


RAFAEL GUARIN, publicado en el Nuevo Herald, Miami, jueves 05 de abril del 2007, http://www.elnuevoherald.com/187/story/25263.html

Los acontecimientos recientes demuestran que en el exterior el gobierno de Alvaro Uribe es vulnerable. Las revelaciones de vínculos de narcoparamilitares con políticos, mayoritariamente de la coalición gubernamental y algunos de la oposición, amenazan la ''política de seguridad democrática'' y enrarecen el ambiente, ad portas de la decisión del Congreso de Estados Unidos referente a la continuidad del Plan Colombia.
Nada generaría incertidumbre en su trámite si no fuera por las voces que comienzan a surgir con insistencia en los círculos políticos de Washington, relacionadas con la penetración paramilitar y la curiosa escalada de noticias de los últimos quince días, muy oportuna para los detractores del Plan. Veamos.
A pesar de la ratificación de confianza en Uribe, no deja de existir inquietud por la declaración del embajador saliente William Woods, en la que indica que si el ex director de la agencia de seguridad colombiana ``es culpable, ese sí es un problema''.
Por otro lado, la semana anterior comenzó con un informe no oficial filtrado por la CIA en la que se acusa al comandante del ejército, general Mario Montoya, de coordinar en 2002, bajo el actual gobierno, una operación militar en Medellín con las autodefensas al mando del narcotraficante alias Don Berna.
La lluvia de escándalos no para ahí. Hace unos días el ex embajador Myles Frechette recordó advertir sin éxito, al gobierno de Ernesto Samper y a la cúpula militar, el peligro que las cooperativas de seguridad CONVIVIR degeneraran en paramilitarismo y narcotráfico. Lo que desgraciadamente en ciertos casos ocurrió.
Independientemente de su veracidad, no cabe duda de que estos acontecimientos producen preocupación sobre el destino de los impuestos pagados por los ciudadanos estadounidenses. Sería tremendo comprobar que se han empleado ocasionalmente para acciones concertadas de la fuerza pública, los paramilitares y el narcotráfico; igual de grave resultaría que el Congreso actuara con precipitación y asumiera decisiones basadas en confundir con una política de Estado, la responsabilidad individual de criminales que se ocultan tras uniformes de las fuerzas armadas.
Los resultados del Plan Colombia son innegables. Hace cerca de una década se llegó a señalar que las FARC ganarían la guerra en 5 años y la Corporación RAND anunció un posible fraccionamiento territorial. La afirmación no parecía exagerada, si se tiene en cuenta que ese grupo propinó humillantes golpes al ejército y a la policía, expulsó a la fuerza pública de cerca de 200 municipios y controló amplias zonas del país.
La iniciativa de Clinton y Pastrana, complementada con la ''política de seguridad democrática'', puso freno a la más grande y exitosa ofensiva de las FARC, modificó radicalmente el escenario estratégico y fortaleció el poder coercitivo del Estado. En la medida que su componente militar, el Plan Patriota, avanzó en territorios de viejo dominio subversivo, la guerrilla se vio obligada a replegarse en regiones selváticas y a asumir las fronteras como refugio.
Gracias al Plan Colombia se crearon las condiciones para desmovilizar, según informes oficiales, a más de 30,000 miembros de las AUC y de 10,000 guerrilleros, iniciar diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y elevar substancialmente los niveles de seguridad en las ciudades y el campo.
Ante las críticas es válido preguntarse: ¿qué hubiera pasado en Colombia sin la cooperación norteamericana? ¿Las FARC hubiera conquistado el poder por las armas? ¿Enfrentaríamos una verdadera guerra civil? ¿Se habría disuelto el Estado?
De ninguna forma es admisible siquiera pensar que la asistencia militar pueda clandestinamente servir a organizaciones terroristas, pero la respuesta inteligente no debe ser reducir la ayuda o eliminarla. Lo procedente es elevar los niveles de exigencia al gobierno colombiano y a sus fuerzas militares en materia de respeto a los derechos humanos y vigencia del estado de derecho.
Demócratas y republicanos deben exigir transparencia y justicia frente a la complicidad política con grupos paramilitares y guerrilleros, profundizar la acción conjunta contra tales organizaciones y complementar la actual versión del Plan Colombia con ambiciosos programas de desarrollo económico y social. La opción de desmontarlo sería un injusto castigo para el país, aliciente para el terrorismo y un golpe a la política de seguridad. Sus consecuencias contribuirían a consolidar el narcotráfico y las bandas armadas emergentes. Por su parte, las FARC y el ELN dirían haber derrotado el mayor esfuerzo estatal en cuarenta años.
www.rafaelguarin.blogspot.com



RATZINGER Y LA INQUISICION


MAURICIO CABRERA GALVIS, Cali, Abril 8 de 2007
Al iniciar su pontificado como Benedicto XVI, el cardenal Ratzinger abrió una ventana de esperanza a la modernización de la Iglesia Católica. A pesar de haber sido durante muchos años el cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (que es el nombre actual de la siniestra Inquisición o Santo Oficio), Ratzinger también había sido uno de los teólogos más influyentes en el Concilio Vaticano II que inició el “aggiornamento” de la Iglesia. Surgía entonces el interrogante por cual de las dos facetas, el cardenal o el teólogo, iban a predominar en el nuevo Papa. Cuando Benedicto XVI tuvo una larga reunión con su antiguo colega y contradictor, el teólogo Hans Küng (quien estuvo en días pasados en Bogotá presentando su proyecto de una Ética Mundial) que había sido silenciado por el Santo Oficio, se interpretó este diálogo como una señal de apertura a las tendencias más modernas del pensamiento eclesial. Pero pronto vino la primera frustración, cuando el Papa reiteró su apoyo a las posiciones más conservadoras de la Iglesia en materias como el divorcio, la sexualidad o el celibato de los sacerdotes. Una nueva frustración, menos difundida por los medios pero que toca más directamente a América Latina, se acaba de producir con la censura que ha impuesto la Congregación de la Fe al jesuita Jon Sobrino, uno de los más reconocidos voceros de la Teología de la Liberación, a quien se le ha prohibido publicar libros o dar clases de Teología. Sobrino no es un personaje mediático pero en las últimas décadas alimentó con su palabra y su visión del Evangelio a los grupos de cristianos que han buscado una Iglesia más comprometida con los pobres, más activa en la defensa de los derechos humanos y en la oposición a las dictaduras. En los setentas fue uno de los asesores más cercanos de monseñor Oscar Romero, el obispo de El Salvador asesinado en 1980 por los paramilitares de la extrema derecha de ese país mientras celebraba misa. Unos años más tarde cuatro sacerdotes jesuitas también fueron asesinados por los mismos escuadrones de la muerte, en la misma universidad donde hoy vive y enseña Sobrino. La sangre de esos mártires fue derramada por proclamar el Evangelio a los desheredados de la tierra y tratar de construir una Iglesia diferente, una "Iglesia de los pobres. Iglesia de verdadera compasión, de profecía para defender a los oprimidos y de utopía para darles esperanza”, como dice Sobrino. El baculazo del Santo Oficio es muy significativo pues no se trata solo de un castigo impuesto a un individuo, sino de una demostración de que en los corredores de la curia vaticana siguen predominando las tendencias más reaccionarias de la Iglesia. Los mismos personajes que nunca condenaron ni criticaron a los obispos que dieron su bendición a la brutal represión de las dictaduras militares en Argentina, Chile, Uruguay y otros países; los mismos que con un falso espíritu de cuerpo han pasado agachados ante los escándalos de pederastia de algunos sacerdotes, pero que no les tiembla la mano para censuran y reprender a quienes como Sobrino piensan que en el mundo actual la lucha por la fe se identifica con la lucha por la justicia. Para vergüenza de los colombianos uno de los actores claves en esta persecución de la curia vaticana contra las fuerzas renovadoras de la Iglesia ha sido un compatriota, el cardenal Alfonso López Trujillo, funesto personaje cuyo estilo de ejecutorias nos lo recordó Héctor Abad en su libro “El olvido que seremos”, donde narra como el cardenal quiso impedir el entierro de su asesinado padre por ser comunista. Jon Sobrino denuncia que López Trujillo lleva treinta años tratando de acabar con la Teología de la Liberación, y persiguiéndolo a él, a muchos otros sacerdotes, y hasta a algunos obispos comprometidos con esa Iglesia de los pobres. Es una mala señal este renacer de la Inquisición contra el aporte más original de Latinoamérica a la renovación de la Iglesia, máxime en vísperas del primer viaje de Benedicto XVI a esta región en la que en varios países el voto popular ha elegido gobiernos de izquierda que también dan gran prioridad a la lucha por la justicia. Si la curia vaticana continúa ignorando las necesidades y las tendencias de las mayorías latinoamericanas, continuará perdiendo fieles y relevancia en las sociedades del siglo XXI.



Zapata


Pedro Miguel, La Jornada, México, abril 10 de 2007.

No hay nada más viejo que la modernidad, nada más planetario que el terruño, nada más impotente que el poder omnímodo. Hace poco menos de un siglo, unos campesinos "que no querían cambiar y que, por eso mismo, hicieron una revolución" (Womack), organizaron la "comuna de Morelos" (Gilly) que, en sus formas de ejercicio del poder popular, revivía a la de París y se emparentaba con los soviets obreros surgidos, por esos tiempos, en Petrogrado, al otro lado del mundo. Y esa vieja historia se representa en un nombre: Zapata.
Por aquel entonces los "científicos" porfirianos se afanaban en atraer a México inversiones extranjeras y en insertar al país en la economía mundial. La paz y la estabilidad eran sus palabras favoritas, recurrían a cualquier cosa para garantizar su permanencia en el poder -trampas en las elecciones, represión feroz a los opositores-, rendían culto a los capitales foráneos -les entregaron los campos petroleros, las minas, los bancos, las comunicaciones, los comercios, los servicios de pavimentación y drenaje- y eran promotores y beneficiarios de la concentración de la riqueza y de una terrible desigualdad social.
Tal vez sea ésa la raíz más vieja de una fractura (social, política, moral) que durante décadas pareció hallarse en vías de solución, o cuando menos enterrada, y que ha ido emergiendo conforme la historia se rebobina: la burocracia que cuajó de la Revolución entrega el poder a los liberales, y éstos, a los conservadores. A este paso, Benito Juárez -o tendrá que bajarse del bronce y revivir en las consignas. O Miguel Hidalgo.
Los "científicos" porfirianos eran globalifílicos, por más que el adjetivo, insulto que les salió por la culata a los descalificadores de movimientos de resistencia local, aún no hubiese sido acuñado. Sus sucesores actuales no tienen la dureza facial necesaria para asumirse como herederos políticos e ideológicos de los varios porfiriatos que en el mundo han sido, todas esas tiranías oligárquicas publicitadas como fórmulas de progreso; pero pululan por ahí, enarbolando verdades que no requieren de demostración y que, cuando se someten a la prueba de laboratorio de un país cualquiera, dan como resultado un desastre humano.
Zapata anda también de un lado a otro, muy activo en estos años. Se le busca como fuente de inspiración en las poblaciones rurales ofendidas, en los asentamientos abandonados, en las movilizaciones en defensa de la libertad, del salario y de la tierra. La consigna que lo invoca empieza a una sola voz, como una especie de lamento espectral y lejano que crece, se multiplica en las gargantas de los presentes y estalla en un ritmo furibundo y festivo. Un emblema en los encuentros altermundistas que ocurren en varios continentes es el retrato del caudillo, otra palabra a la que se inyectó desprecio ilustrado, y cuyos significados reales son "hombre que guía y manda la gente de guerra" o "que dirige algún gremio, comunidad o cuerpo".
Zapata vive porque nada hay más moderno que lo ancestral, porque no hay forma más eficaz de incidir en el mundo que la gesta local, y porque nada es más poderoso que la impotencia de los desposeídos.
Es una opción que impone el Norte


Enrique Martínez. Presidente del INTI, Clarín, Buenos Aires, abril 10 de 2007.

La mirada de los negocios saluda la decisión de Estados Unidos, que ha llevado a que en 2006 el 18% del maíz producido allí se destinara a obtener etanol y que esté en camino de duplicar la capacidad de procesamiento. Así, el precio del maíz ha aumentado más de un 60% en dos años. Hay otra mirada. El maíz es alimento directo de los pueblos pobres y de los sectores mas humildes de países no tan pobres. Allí, el mayor precio del grano es sinónimo de mayor pobreza.También es alimento indirecto de todo el resto del mundo, ya que todo animal que se faena tiene maíz en su dieta. En Argentina ya se usa dinero del Tesoro —de todos— para subsidiar a los usuarios de maíz. En Estados Unidos ya hay una alianza de reclamo entre todos los usuarios agroindustriales del maíz.Uno diría: es el mal menor, si se soluciona el problema energético.Pongamos esto en dimensión. La producción actual de etanol en el país del Norte se destina en un 70% a sustituir un antidetonante (MTBE) que se usaba en las naftas. El 30% restante se mezcla hoy con naftas y es menos del 2% del consumo. La aspiración es que en el 2025 sea el 13% de la oferta energética total de Estados Unidos.Para ello se prevé que en 2012 se inicie la producción desde otra materia prima, el pasto colchón, una gramínea perenne con la que se necesitará cubrir la fantástica superficie de 70 millones de hectáreas, restándola al actual pastoreo.Se desplazará al maíz porque se admite —todos lo admiten, hasta el presidente Bush— que su balance de energía es francamente pobre.La energía contenida en el etanol de maíz apenas supera en 50% a la necesaria para llegar a él desde la semilla. Aun ese pequeño excedente desaparece si el alcohol se transporta a miles de kilómetros para ser consumido. En cambio el pasto colchón tendría una relación de energía generada a consumida —cuando la tecnología esté disponible— de más de 4 a 1, con un costo de procesamiento menor.¿Por qué este apuro de Estados Unidos, que diseña un escenario mundial con perdedores notorios?Porque a las refinadoras de petróleo, con gran influencia en la política norteamericana, les resulta vital mantener el sistema actual de distribución de combustibles. Deben consolidarlo ahora, en que están madurando las tecnologías de autos impulsados a hidrógeno o híbridos que usan combustible y electricidad generada por el propio vehículo.Estas variantes, más la energía solar o la eólica o la hidráulica, permiten sistemas con producción descentralizada y consumo allí donde se genera. Esto sería un horizonte negativo para las grandes corporaciones petroleras o eléctricas.Tal es la real discusión a escala mundial. Se opta por el poder petrolero, a expensas de las energías auténticamente renovables o de algo muy sensato: el ahorro de consumo a gran escala. La opción del Norte es política y no tecnológica.El maíz argentino queda dentro de esta vorágine. ¿Debemos festejar el aumento de precios? Consumir mucha energía aquí para generar energía a consumir en otro lado, ¿tiene algún sentido macro?¿Se debe alimentar la esperanza de una nueva actividad, para abastecer esencialmente un solo mercado, que en pocos años dispondrá de una nueva tecnología, seguramente cerrada, y tendrá un plan de abastecimiento interno, por razones de seguridad nacional? ¿Quién arriesgaría sensatamente su dinero en esto?Cuando en marcos como éste promotores de inversiones dicen que hay una oportunidad de hacer negocios, me acuerdo de los bolicheros que aumentan el precio del agua mineral cada vez que hay una inundación.¿Por qué repudiamos a éstos y aplaudimos a aquéllos? ¿Cuál es la diferencia?


GAITÁN VIVE


Horacio Serpa

“Gaitán afirmaba que el Partido Liberal, cuyo nombre está incrustado en el corazón del pueblo, solo puede subsistir y perdurar en cuanto su programa encarne y comprenda la justicia social y la moralidad pública”. Así lo escribió José Antonio Lizarazo, quien fuera director de Jornada, el diario del movimiento gaitanista.
Ricardo Jordán Jiménez dijo, a su vez, que “Gaitán, antes que todo, era un revolucionario. Más no hay que temblar ante esta palabreja, que inspira pavor cuando se la toma como sinónimo de alboroto o turbulencia. Si no fuera por las revoluciones no existiría el progreso ni en las artes, ni en las ciencias, ni en nada...”.
Ese era Gaitán, el político, el liberal de izquierda asesinado hace más de medio siglo, cuyo pensamiento socialista sigue vigente. Su magnicidio causó una profunda herida en el alma nacional que sigue sangrando y se traduce en la violencia de guerrillas, paramilitares y narcotraficantes, pero especialmente en las estadísticas de pobreza, desempleo, arbitrariedades de los gobernantes, en la corrupción estatal, en los centenares de niños que siguen muriendo de hambre en los campos abandonados y en los barrios de miseria.
Es increíble que ese pensamiento avanzado y revolucionario que se mantiene vivo en la mente de tantos colombianos, no haya cristalizado en equidad y reivindicaciones. La lucha de Gaitán es la más conocida en el país, la única de antaño que sigue atrayendo la atención de los jóvenes, y sin embargo es la menos imitada. Si el país, superada la desgracia de su muerte, hubiera aplicado sus doctrinas no estaría sufriendo el caos enorme de la violencia ni la vergüenza de tanta pobreza y desigualdad.
Los liberales tenemos una inmensa deuda con el pensamiento y con la lucha de Gaitán. La mejor forma de honrarla es asumiendo sus grandes propósitos. El próximo Congreso Nacional del Partido es una gran oportunidad para honrar al líder inmolado y dejar atrás el cuento del “extremo centro” que a algunos seduce. Tenemos que lograr que el liberalismo asuma un compromiso social y una lucha frontal por la paz, la justicia social y la equidad. Y, por supuesto, que recupere su vocación de poder.
Gaitán lo expresó con claridad: “El régimen liberal, como lo dice su historia, significa defensa de la legalidad, lucha por la verdad, estímulo de lo honesto y sincero, rectitud administrativa, disciplina en el trabajo, acción liberadora para los oprimidos”. Y en otra oportunidad manifestó: “Solo una ideología avanzada, un nuevo método técnico, un gobierno respaldado en las grandes mayorías del pueblo, están en condiciones de intervenir en la vida económica, de quebrantar intereses antisociales, de organizar sus fuentes de trabajo y de mantener para Colombia el orden a través de la justicia”.
Gaitán vive en el alma del pueblo y en el liberalismo que es su auténtico vocero. Sus ideas son fuente de inspiración para transformar a Colombia y luchar hasta la victoria por un país reconciliado y en desarrollo.
Bogotà D.C., 10 de Abril, 2007



...A mirar al Sur


César González Muñoz

La crónica de ayer en el diario The Washington Post, firmada por Juan Forero, parece describir bien el estado de ánimo en el Congreso y en el Departamento de Estado de Estados Unidos ante las noticias que salen de Colombia. El escándalo de la parapolítica y la evidencia de vínculos entre organizaciones criminales y altos funcionarios, son temas que van a influir fuertemente en los debates legislativos relacionados con este país. El acuerdo bilateral de comercio será como un corcho en ese remolino. En el ambiente colombiano ya se desvaneció en TLC como panacea, y cada vez es menos probable que el Congreso gringo lo apruebe este año.
“Pienso que el pacto comercial está en dificultades. Con cada día que pasa, (el escándalo) llega cada vez más alto. Llega a líderes militares, al jefe de la policía secreta y a políticos prominentes. No sé hasta dónde se dirige esto, pero la cosa está incómodamente cerca”, dice un legislador del partido Demócrata. En la crónica del Post estas palabras quedan abiertas a la interpretación del lector.
Hasta ahora, el asunto del TLC se había mantenido separado de la llamada “agenda política” del Departamento de Estado. Pero ello ya no es así. A los legisladores de Estados Unidos no se les podrá decir, como se les dijo a los negociadores colombianos del TLC, que para los asuntos políticos se deben referir al Departamento de Estado y no al Representante Comercial de Estados Unidos.
Los gobiernos de ambas naciones tendrán que hacer muchos esfuerzos para impedir que este estado de ánimo se imponga. Apuesto a que tales esfuerzos no bastarán y a que el TLC quedará muy enredado en los vericuetos de Washington. Toca volver a mirar hacia el ATPDEA.
A la larga, esta es una oportunidad para que en Colombia se piense juiciosamente en las mejores estrategias comerciales. Es que la diplomacia estadounidense no tiene más que ayuda militar y “libre comercio” para ofrecerle a este país pobre y desigual, cuyas columnas éticas e institucionales se han torcido por cuenta del comercio de narcóticos, entre otras cosas. La ayuda militar, en condiciones dignas, es esencial. Y un libre comercio que reconozca las desigualdades internacionales es un valor ético de llamada “comunidad internacional”. Este TLC no tiene en cuenta estos imperativos.
Y toca volver a mirar hacia el sur.
Son muy débiles las instituciones de la integración de los países suramericanos. Pero a lo largo de las décadas se han dado pasos importantes en la ruta de crear las condiciones de un bloque económico y político en este sub continente, que podría llegar a tener gran importancia como fuente de negocios y como instrumento de negociación con Estados Unidos y con otras regiones del mundo.
Los principales pactos de integración económica y política de América Latina, el MERCOSUR y la Comunidad Andina (CAN), están haciendo ese tránsito, a trancas y a mochas. Si se lograra consolidar ese espacio, América del Sur será el quinto bloque comercial del mundo. Además, y así lo demuestran las experiencias de la Comunidad Andina y la propia Unión Europea, el comercio regional parece ser el único espacio donde puede desarrollarse la competitividad de manufacturas y de bienes de mayor valor agregado. Toda la diversificación de exportaciones manufactureras colombianas se explica por nuestras ventas en la CAN.
La CAN y el MERCOSUR han negociado Acuerdos de Complementación Económica mediante los cuales se busca establecer una Zona de Libre Comercio que abarca los nueve países socios de los dos bloques suramericanos. Es hora de poner en sitio estelar este renglón de la agenda comercial colombiana, que ha estado por allá en un rincón durante la fiebre del TLC con Estados Unidos.



De la vida real al mundo mediático
‘Mueren de hambre 9 niños en el Chocó’


Juan Manuel López Caballero.

La primera realidad es que la ‘noticia’ no era correcta, puesto que no se sabía ni de qué murieron los niños, ni cuántos fueron, ni cuándo sucedió eso. Las autoridades con cierta prudencia aclaran que falta información cierta al respecto, que el Carmen del Darién es tan lejana que tanto el llevar los servicios como el conocer la situación es muy difícil, que es diferente la desnutrición -la cual en el largo plazo puede facilitar que otras enfermedades prosperen- de la muerte por hambre -que significa algo mucho más dramático-, etc.

Pero lo determinante es que la tragedia vende, produce rating y por eso los medios repiten y multiplican la ‘noticia’.

Y ante la noticia –sea ella cierta o no- se pronuncian todos los estamentos:
La verdad es que a ninguno lo mueve o lo afecta lo que en la realidad pueda estar sucediendo, pero a todos los motiva el cómo proyectar una buena imagen en el mundo mediático.

Sólo la voz del Gobernador es concreta respecto al problema cuando simplemente recuerda (porque todo el mundo lo sabe) que eso ha sucedido siempre en el Chocó y seguirá sucediendo durante mucho tiempo.

Porque la verdad de a puño es que no solo en el Chocó sino en Colombia siguen y seguirán muriendo niños de desnutrición (y tendrán menos facultades físicas y mentales), por la simple razón de que para el modelo que nos rige nunca será una prioridad atender problemas sociales que no van a representar mayores dividendos en términos del desarrollo económico para la colectividad, o en términos electorales para sus gobernantes.

Ninguna de las actuaciones oficiales tiene detrás un análisis del problema ni el propósito de solucionarlo… Ni siquiera se parte de la necesidad de establecer sus causas y su dimensión o de precisar a qué se refiere la noticia…

Acabar la desnutrición infantil (así como otros problemas de salud o educación) aún en los países subdesarrollados es posible cuando ese es el objetivo y la función del Estado, como sucedió en el caso de Cuba… Nosotros lejos de buscar un equilibrio entre ese modelo y el de libertades del Estado Liberal, como lo ofrece la Socialdemocracia, optamos por la propuesta hipercapitalista y pseudo democrática del Neoliberalismo… esto tiene sus efectos, sus bondades y sus costos, pero se deben asumir como siempre cuando se opta por una opción.

Por eso lo que más choca es la hipócrita actitud de quienes lejos de asumir que son corresponsables activos de tal situación, utilizan y entran en el mundo de los medios para autopromoverse a costa de esa tragedia.

El Ministerio inmediatamente culpa a los poderes locales y con gran despliegue envía medicinas, alimentos y ayuda profesional como si ese paño de agua tibia corrigiera la falta de programas y de controles que deberían estar a su cargo;

El Fiscal decide mostrar una decisión que antes no tuvo ante los funcionarios, y, con una nueva interpretación acorde con el escándalo generado por los medios, anexa a la acusación por peculado la de homicidio (¿cuántos miles de funcionarios caerán en eso?).

El Presidente capitaliza esa desgracia haciendo presencia con imagen de redentor, como si después de cinco años la gestión bajo su mandato fuera ajena a lo que pudiera estar sucediendo.

… Su problema no es la realidad de la tragedia (origen, dimensión, etc.), sino el manejo del mundo mediático…



¿Se extingue el inglés?


Pablo Kummetz, Deutsche Welle, abril 11 de 2007.

El idioma mundial hoy es el inglés. Domina en los negocios, la diplomacia, los estudios y la cultura pop. Un fin de su primacía no parece próximo. Pero lo mismo se pensaba hace 600 años del latín.
Como resultado de la globalización y la tecnificación, el inglés se ha impuesto por todos lados. No existe casi rincón en la Tierra en el que no se entienda inglés. Algunos lingüistas opinan que el inglés nunca será sustituido por otra “lengua franca”. Otros remiten a un ejemplo histórico: el latín.

“Visto desde el punto de vista de la Europa del siglo XV, el futuro del latín se ve muy diáfano”, dice Nicholas Ostler, del International Herald Tribune, que en su libro “Empire of the Word” describe la historia del latín.

Y prosigue: “Si se ve desde el punto de vista del siglo XX, el futuro del inglés también se ve muy diáfano”. En otras palabras: el inglés también podría extinguirse, como el modelo romano.

Un quinto de la población habla inglés, pero ¿cómo?

Otros lingüistas lo contradicen. David Crystel, autor del libro “English as a Global Lenguage”, cree que el pasado no puede servir de modelo para el futuro, porque desde entonces el mundo mucho ha cambiado. “Es la primera vez que existe un idioma que se habla realmente en todo el mundo. No hay precedentes que nos permitan deducir qué va a pasar”, agrega.

Se estima que un quinto de la población mundial puede comunicarse más o menos bien en inglés. En la diplomacia, el inglés ha desplazado prácticamente al francés como lengua franca. E Internet continúa consolidando la supremacía del inglés.

Inglés se habla en el mundo de las finanzas, en la navegación aérea internacional e incluso en la yihad islámica. Como sólo una parte de los musulmanes habla árabe, cuando un islamista saudita habla con un extremista pakistaní, cuya lengua natal es el urdu, lo hace en... inglés, la lengua del enemigo jurado.

Pero, ¿de qué inglés se trata? Si bien el inglés se expande cada vez más, también se fragmenta continuamente. Surgen así varios “inglés”, que se agregan al “inglés original”, ya de por sí dividido en numerosas variaciones.

El spanglish: “voy a cuquear la comida”

Así van surgiendo mezclas de inglés con idiomas locales. Al norte y al sur de la frontera de EE. UU. con México se habla el “spanglish”. Algunos ejemplos: “honey, apurate a cuquear (de to cook = cocinar) la comida que ya tengo hambre”, “María va a chequear al baby que va a babysit por la noche”, “mi boss me pagó con cash por haber trabajado overtime”, “yo voy al gym cada otro dia para pumpear mis músculos”, “todas las noches, mi baby toma un glasso (glass=vaso) de leche” o el inefable “tengo que ir a la marketa a comprar grocerias (de grocery = alimentos)”.

En las Filipinas, se mezclan el tagalog, la lengua local, con el inglés y el español. Algunos ejemplos “Make kwento (¡cuento!) to me what happened...” (Tell me the story about what happened...) O esta otra, con menos español: I'm so init na; make paypay to me naman o (I feel so hot; please fan me now). Y en Singapur se habla el “singlish”.

Ya existe una traducción al “spanglish” de “El Quijote” y las obras de Shakespeare han sido vertidas a la mezcla de varios idiomas que se habla en Papua-Nueva Guinea. ¿Cómo se hablará inglés dentro de 600? ¡Quién lo know!




Gaitán


Jorge Mario Eastman Vélez - Ex ministro delegatario y ex embajador en E.U. Portafolio, abril 12 de 2007.

Este 9 de abril señala un aniversario más del magnicidio de Gaitán, fecha trágica que seguirá marcando nuestra historia patria con un 'antes' y un 'después'.
Ahora cuando, alocadamente, se abusa de los calificativos izquierda, derecha, centro, socialdemocracia, entresaco algunas líneas del perfil que escribiera para la publicación de sus Obras Selectas en la colección 'Pensadores Políticos' de la Cámara de Representantes.
El caudillo (1899-1948) estaba hecho, física y moralmente, a imagen de su pueblo mestizo. En realidad, su figura lo tipificaba con su cuerpo de talla mediana, macizo y elástico. Su cara morena y tallada, rotunda en sus líneas como tajo de sílex: rostro de cacique precolombino. Su ademán era portador de aquella fuerza interior que, viéndose ante el reto continuo, se comunicaba espontáneamente con los más recónditos reclamos de los desheredados. Su personalidad irradió siempre la potencia del carisma, y este hechizo bastaba para movilizar al lumpen conjuntamente con el proletariado auténtico hasta convertirlo, a través de su sacrificio, en el Prometeo de los humildes.
Supo fundir la materia de los desplazados en los crisoles de la pasión revolucionaria. Y los purificaba, extrayendo de aquella masa amorfa, disponible para cualquier aventura, sus combatientes más disciplinados. Así cohesionó sus huestes de descamisados, años antes de que el 'peronismo', en el país austral, convocara a los suyos llamándolos con el nombre de su resentimiento.
Gradualmente fue despertando con sus lemas, tan elocuentes como elementales, las reservas ancestrales del alma popular. Las multitudes se abrían a su verbo como jamás lo hicieran con nadie y, tal vez, como ni siquiera ese pueblo, ante sí mismo, supiera que fuera posible tal magnetismo. Era una 'entrega' hasta el límite de la voluntad individual, y esto quedó demostrado en dos fechas memorables: el 7 de febrero de 1948, durante la 'marcha del silencio', cuando cerca de doscientas mil personas le prometieron al jefe guardar un silencio unánime, durante varias horas; y el 9 de abril del mismo año, cuando el dolor y la ira los despeñó por millares en la muerte, gritando el nombre que les fue tan sagrado, entre borbollones de sangre y en contravía del más rudimentario instinto de conservación.
Se había erigido en el médium de la conciencia colectiva en el momento en que ésta despertaba, por vez primera, en nuestra historia. Antonio García, riguroso analista del dirigente y su legado, afirma: "Lo que hacía Gaitán era revelar, proyectar sobre la historia, sacar a flote los grandes resentimientos sociales de un pueblo oprimido... El 9 de abril no fue una revolución social, como muchos neciamente lo afirman: fue el sismo de un pueblo conmovido por el asesinato de su propia voz, de su imagen, de su anhelo justiciero, de su medium".
La simpleza teórica de sus arengas y consignas desaparecía en él cuando, en el artículo o el foro, concentraba su pensamiento en torno a postulados de verdadero alcance filosófico y científico. Sus reflexiones sobre la esencia de la sociedad contemporánea y la naturaleza del delito y la pena, merecieron en su época el reconocimiento de los medios intelectuales de toda América Latina. Mientras en el Parlamento con su oratoria revestía sus contenidos éticos y sociales con el efectismo del tribuno, en la cátedra, al margen de las turbulencias del combate, convocaba a la academia con la autoridad emanada de sus estudios, experiencia profesional y su condición de discípulo preferido de Ferri.
Hoy sus planteamientos como tribuno no siempre resaltan por su diafanidad. Con frecuencia parecen vagas y aun contradictorias. Según lo apunta Gerardo Molina, si André Maurois escribió que el cerebro de Voltaire "era un caos de ideas claras", de la oratoria de Gaitán cabría decir que "era un resplandor de ideas oscuras". Pero, sin duda, su impronta histórica nunca desaparecerá.

Chocó, abandono de años


Ramón Elejalde Arbeláez.

Me decía un alumno en la Universidad que su pueblo estaba condenado a padecer hambre y miseria con la clase dirigente que tenía y el respaldo que ésta recibía del Gobierno (éste y los anteriores). “Una pequeña porción de nuestra gente vive del Estado, una trabajando con él y otra medrando en sus presupuestos; otros pocos están en los grupos armados y la gran mayoría de chocoanos padece los rigores de una miseria que aterroriza”.
Caerles ahora, en forma exclusiva, a los chocoanos como únicos responsables de los padecimientos de su tierra es un despropósito. El Gobierno, éste y los anteriores, ha venido maltratando al departamento. Hace unos pocos años que estuve por esas tierras y no pude conocer un solo kilómetro de carretera pavimentada. Si algo se ha realizado de aquel entonces a hoy, debe ser muy poco. La aspiración de todo chocoano que logra educarse es hallar un empleo y aquí viene otro drama de los habitantes de esa bonita región: La meritocracia del presidente Uribe tiene la poderosa razón académica de distinguir entre los seguidores de los parlamentarios Odín Sánchez y Édgar Eulises Torres con el resto de mortales. Misteriosamente todos los concursos de meritocracia para llenar las posiciones nacionales vacantes en Chocó se las ganan los ahijados políticos de los dos parlamentarios dichos. Bueno, ese misterioso encanto de la meritocracia, que únicamente suele favorecer a los amigos de los parlamentarios amigos del Presidente, no es propiamente un suceso exclusivo del departamento de Chocó. Esa virtud uribista está extendida por todo el territorio nacional y ahora amenaza tomarse el concurso de notarios, que se está organizando.
Pero la responsabilidad no es solamente de éste y de los anteriores Gobiernos, ni de las actuales Administraciones del departamento y de los municipios. El juicio de responsabilidades tiene que ser implacable con otras ramas y órganos del poder público. La Fiscalía tiene que decir qué ha venido haciendo durante tantos años en Chocó, los jueces, la Contraloría General de la República, la Procuraduría General de la Nación y la pomposa oficina anticorrupción de la Presidencia de la República tampoco pueden pasar de agache. De hecho el columnista chocoano de este periódico, doctor José E. Mosquera, decía en estas mismas páginas hace ocho días que “desde el primer mandato del presidente Uribe varias denuncias sobre irregularidades en el hospital de Quibdó y en la Dirección Seccional de Salud. Inclusive en los hospitales de Condoto, Istmina, Tadó y Bahía Solano, fueron entregadas al ministerio de Protección Social y al propio vicepresidente de la República, igualmente sucedió con el fiscal general, Luis Camilo Osorio y el contralor, Antonio Hernández Gamarra”. Luego rasgarse las vestiduras ahora, no pasa de ser un gesto de puro fariseísmo.
Otra cosa que he visto exótica en el estudio de la situación del vecino departamento de Chocó es la intención de algunos medios nacionales, con la complacencia de algunos funcionarios, de pretender arrojar las culpas de todo a la senadora Piedad Córdoba. Craso desconocimiento de las funciones estatales o suma maldad. Un parlamentario no adelanta obras de gobierno, no gobierna. Cortinas de humo.
El sentimiento de culpa por la situación chocoana que debe sentir hoy el Gobierno, la Fiscalía, la Contraloría y la Procuraduría lo pagarán dos o tres funcionarios de menor rango, tal vez algún tesorero municipal o algún distribuidor de bienestarina y de allí en adelante todo volverá a la normalidad, seguramente hasta que se vuelvan a conocer, que no a presentar, más muertes de niños chocoanos, por físico hambre.
“Los amigo del congresista Édgar Eulises Torres son los responsables de las irregularidades en Dasalud. Sin embargo, sigue siendo el interlocutor de primera línea del Gobierno para dirimir los asuntos regionales (…) El clan de los Sánchez Montes de Oca, en cabeza del parlamentario Odín, también goza del afecto del Gobierno y tiene el dominio político en los organismos de control tanto en la Contraloría Departamental como en la territorial”, dice valerosamente el columnista José Mosquera. Así, imposible no padecer como lo hacen los chocoanos.