miércoles, 18 de marzo de 2009

Cuando el formidable “Negro” Luis A. Robles, en su calidad de Representante a la Cámara elegido por Antioquia y único representante liberal en el Congreso Nacional, se negó a firmar la moción de duelo por la muerte del “Regenerador” Rafael Núñez Moledo, un grupo de liberales antioqueños, encabezado por don Fidel Cano, le enviaron el siguiente telegrama. El voto negativo de Ud. es la palabra de más de media nación. Ante los sepulcros se sacrifican pasiones, pero no principios ni verdad y justicia. Otros firmantes eran miembros del clan de sastres llamados “Chispas”, del cual hacía parte el después célebre Ingeniero Alejandro López I.C.


CONTENIDO


• Alberto Galindo, jefe histórico del oficialismo Liberal del Huila. Delimiro Moreno.
• El fin o el comienzo de una era, Juan Manuel López Caballero.
• El agua como bien público y no como negocio de las transnacionales, Sergio Ferrari.
• Que los esculquen, Ramón Elejalde.
• El sistema de salud de pagador único tiene que estar en el debate, Amy Goodman.
• ¿Cerrarán los paraísos fiscales?, Juan Hernández Vigueras.
• El Congreso Nacional ante la crisis, Mauricio Cabrera Galvis.
• La explosión del desempleo, Ignacio Ramonet.
• Pa’ los de ruana, Jorge Mejía Martínez.
• En defensa de Keynes, César González Muñoz.





Alberto Galindo, jefe histórico
del oficialismo liberal del Huila

Delimiro Moreno.
Durante la época del Frente Nacional (1958-1974), Alberto Galindo, conocido hasta entonces apenas como prestigioso periodista liberal, se convirtió en el jefe indudable del liberalismo “oficialista” del Huila, enfrentado en el seno de su partido al Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), dirigido en el Huila por Jaime Ucrós García, a quien siempre derrotó en las urnas, impidiéndole ser senador, posición que de 1960 a 1968 ocupó Galindo. Durante todo ese periodo, desde su elección en 1958 como representante a la Cámara y su exaltación a la presidencia de esta, hasta casi su muerte, nadie discutió esa jefatura, hasta el punto de que quien fuera su sucesor, Guillermo Plazas Alcid, reconoció noblemente que “no lo derrotó ningún adversario político. Lo derrotó la flaqueza de su salud” . Agobiado por sus enfermedades, utilizado por algún avivato político que pretendió inútilmente aprovecharse de su prestigio para escalar una posición inmerecida, los últimos años de su vida pasaron lánguidamente, aunque gozaba del respeto general por su trayectoria.

Galindo nació en Villavieja, de padre desconocido , aunque otros dicen que en Baraya, de todos modos en las cálidas tierras del norte del Huila, en cercanías al desierto de la Tatacoa, el 4 de agosto de 1910. Hizo su escuela primaria en la primera de estas poblaciones y luego se enrumbó a Bogotá, hacia 1920, y allí estudió su bachillerato en el Colegio Mayor del Rosario que le dio su cartón de bachiller en 1925.
Ese mismo año se inició como traductor de cables y ayudante de corrección de pruebas en “El Tiempo”.
En 1926 fue ascendido a redactor y traductor de cables en ese periódico y en 1927 fue redactor, durante 8 meses, del famoso “Relator” de Cali.
Luego, durante dos años, estudió ingeniería -“pero no pude terminar porque tenía que trabajar para cumplir con mis obligaciones”-, le dijo a “Semana” en marzo de 1950, y actuó con Guillermo Pérez Sarmiento en la United Press y en la Agencia SIN (Servicio Informativo Nacional).
En 1929 se colocó en el Ministerio de Industrias en la sección de comercio y elaboró un directorio comercial.
En 1930 se vinculó a “El Espectador” donde se reveló rápidamente como dinámico jefe de redacción. Primero fue redactor financiero y traductor y luego, desde junio de 1931, jefe de redacción, casi dos años, durante los cuales revolucionó la fisonomía tipográfica del periódico, conforme a las modernas normas norteamericanas. Además, fue un verdadero maestro en la elaboración de reportajes, entrevistas y crónicas. Su revolucionario estilo de titulación empujó a los demás a imitarlo en casi todo el país.
En 1943 fue elegido para suceder a Alberto Lleras en la dirección de “El Liberal”. Surgió entonces el político y el economista de tendencias keynesianas. “Keynes es el economista contemporáneo que más admiro”, dijo entonces. Dio a la columna editorial un estilo de cátedra, de exposición de problemas, en oposición al romanticismo radical de los panfletos. El dato por encima del epíteto; el argumento antes que la frase.
Fue al Senado cuatro meses en 1935 como suplente del doctor Joaquín García Borrero. Ingresó a la Cámara en dos periodos: 1937-1938 y 1943-1945. En 1947 debía ocupar el 5º renglón por Cundinamarca, pero fue derrotado por un “manzanillo”, pues todavía no dominaba esas artes en las que será maestro después.
En el Segundo Congreso Interamericano de Prensa, en Bogotá, en diciembre de 1946, fue aclamado como presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), cargo que ocupará hasta el Tercer Congreso, en Quito, en 1948.
Fue también concejal de Bogotá, de 1942 a 1946; director del radioperiódico “La Opinión”, columnista de “El Tiempo” y presidente del Círculo de Periodistas de Bogotá.
No fue nunca ministro, a pesar de que “sonó” en varias oportunidades para ese cargo, ni gobernador de su departamento, esto último acaso por su propia decisión, pues gozaba de una imagen nacional que se empequeñecería, en la opinión general de entonces, aceptando esa posición. La vez que estuvo más cerca de ser ministro –de Minas y Petróleos- fue en 1964, cuando se le daba como seguro para esa cartera en el gabinete del presidente Valencia, pero finalmente tampoco en esa oportunidad resultó el nombramiento.
Sobre su poder, Guillermo Plazas Alcid escribió en sus “Memorias” publicadas en el diario huilense “La Nación”:
“En varios episodios Galindo demostró su poder político. Durante el gobierno de Alberto Lleras hizo revocar el decreto de nombramiento de Jaime Paredes Tamayo como Gobernador y en su reemplazo fue designado Julio Bahamón Puyo. En el gobierno de Guillermo León Valencia, hizo revocar el nombramiento de Gonzalo Carrera Salas como Gerente del Instituto de Crédito Territorial en el Huila. Y durante el gobierno del doctor Lleras Restrepo, un sábado en la tarde, desde la casa de Juan Vidal, en presencia de la mayoría de los miembros del Directorio (oficialista), llamó al Presidente a “Hato Grande”, la residencia campestre presidencial, y en términos enérgicos le solicitó el relevo del gobernador Víctor Alcides Ramírez Perdomo. El martes siguiente había caído el gobernador del Huila, y de contera el alcalde de Neiva, doctor Rafael Azuero . ¿A qué obedecía el inmenso poder político de Galindo? A estas realidades: Primera: a sus estupendas relaciones personales. Se tuteaba con los Lleras, que en la época era mucho decir. De idéntica manera se trataba con los dueños y directores de los medios de comunicación más influyentes. Segundo: A su emisora “Radio Horizontes”, donde emitía el radioperiódico “La Opinión”, de cobertura nacional. Su nota editorial escrita y leída por el propio Galindo, tenía amplísima sintonía e influencia. Y su columna semanal en “El Tiempo” con muchos lectores, empezando por el alto gobierno y el sector empresarial. Tercero: Galindo no conocía la pereza. Era hiperactivo. Cuarto: su admirable capacidad de servicio. En sus giras políticas recibía cualquier cantidad de solicitudes. Apuntaba en cajetillas de Pielroja o en sobres de carta con una letra menuda los datos pertinentes. Llegado a Bogotá, hacía las gestiones del caso, primero por teléfono y luego por escrito. Y comunicaba al interesado su gestión, adjuntando copia de la carta dirigida al Presidente, ministro, alto funcionario nacional, gobernador o alcalde. Respondía todo. En Radio Horizonte recibía a cuantos querían visitarlo: políticos, funcionarios, curas, monjas, educadores, empresarios, deportistas, sindicalistas, etc. y para todos tenía respuesta. Podría decirse que su acción estuvo más dirigida a las personas que a la comunidad. Prestó más atención a lo coyuntural que a lo estructural”.
Alberto Galindo murió el 22 de agosto de 1984 en Bogotá, víctima de dura enfermedad que lo agobió durante sus últimos años, y recibió el homenaje póstumo de sus compatriotas y correligionarios.

Alberto Galindo en la “Semana” de Lleras
Recogemos aquí algunos de los artículos aparecidos en la revista “Semana” cuando la dirigía Alberto Lleras, sobre la apasionante vida de Alberto Galindo. Iniciamos con el informe aparecido en el Volumen V, No. 95, agosto 14, 1948, p. 17:

“10 años en la Calle.
A su imagen y semejanza. La idea fue de Alberto Lleras y la realización, también. Lleras estaba, como es obvio, en el gobierno, y concretamente en el ministerio de Gobierno de la primera administración ejecutiva del presidente Alfonso López, la cual, por ese entonces –junio, julio de 1938- se hallaba en pleno crepúsculo cronológico. (“Este alegre atardecer de mi gobierno”, decía y escribía López con su habitual modestia, refiriéndose al atardecer político y administrativo de su mandato). La idea de Lleras era la de toda su vida: hacer un periódico a su gusto, a su imagen y semejanza intelectuales. Así nació, el 12 de agosto de 1938, “El Liberal”, diario de la mañana, en formato de tabloide (50 x 35 cm). Lleras había sido periodista desde siempre, pero jamás había dispuesto de un periódico propio o, cuando menos, del cual fuera director absoluto y único responsable en la orientación que tomara. La oportunidad de “El Liberal” realizaba en cierta manera ese viejo deseo de toda la vida. Y la sociedad en comandita (más tarde transformada en anónima), creada para financiar el periódico, deja, sin límites y sin limitaciones de ninguna índole al fundador y director, para darle al nuevo órgano de publicidad y de expresión política, la orientación que quisiera. La cuestión era obvia en el caso de Lleras, como lo es exactamente y en idénticas condiciones para el caso del actual director, Alberto Galindo.
La mejor campaña. Cinco años, de 1938 a 1943, dirigió Lleras “El Liberal”. En esos cinco años dicho periódico realizó muchas campañas admirables, pero ninguna semejante a la campaña central, básica, constante, que dio por resultado la segunda elección de Alfonso López a la presidencia de la República. Contra todo y contra todos, contra medio partido liberal, o contra casi medio partido liberal, contra la coalición conservadora-liberal, contra el conservatismo, contra la poderosa corriente periodística liberal y conservadora enemiga de la reelección de López, contra la hostilidad de autoridades administrativas, contra viento y marea, como dice la gente común, esa pequeña hoja periodística consiguió lo que su director se proponía. Desde luego, la causa tenía la ventaja del protagonista de ella, López, batallador, desafiante, inmensamente prestigioso entonces y con su ánimo de conductor político todavía intacto. Las consecuencias de esa campaña, o mejor, de la reelección presidencial de López, son, desde luego, discutibles. Pero considerado el hecho desde el punto de vista de la tarea periodística realizada por “El Liberal”, esa campaña resulta un modelo de agudeza política, de coraje intelectual, de anticonformismo, de entusiasmo, de fervor y de desinterés espirituales.
Nuevo director. En 1943, Lleras abandonó la dirección de “El Liberal” para viajar a Washington como embajador de Colombia. La escogencia del nuevo director era difícil, pero no imposible. En “El Espectador” estaba, como jefe de redacción, el candidato ideal para la sucesión: Alberto Galindo, un periodista a la sazón de 32 años, pero ya, por lo menos, con 15 de experiencia, pues desde niño, flaco, pálido, desmirriado (ahora es un hombre de mucho peso), alternaba sus estudios de infante precoz con las tareas típicas de la letra de imprenta. Galindo, además, se hallaba doctrinariamente en la línea política de “El Liberal” trazada por Lleras. Desde luego, y esto por otro aspecto, jamás había sido un lopista desenfrenado y beligerante, lo que pudiera llamarse con una clasificación que el gaitanismo puso a la moda posteriormente, un lopista de la clase “A”, ni un favorecido especial o común del poder del caudillo, ni un habitual de sus tertulias y de su amistad. Desde “El Espectador” había servido la causa liberal, siempre, y concretamente, la causa lopista, con eficacia y brillo, pero también independencia. En el diario de Luis Cano venía trabajando desde hacía 15 años. Pero en el relevo de poderes, natural al desplazamiento de unas generaciones por otras, le correspondía el turno del comando. Y entre sus manos tomó el timón de “El Liberal”.
Modelo periodístico. De entonces para acá, “El Liberal”, bajo la dirección de Galindo ha conocido una magnífica etapa de prosperidad y de influencia, fácilmente explicable si se tiene en cuenta que Galindo es uno de los más completos periodistas que hay en Colombia. Su prosa es ágil, directa, desnuda, y golpea duramente sobre los hechos, las situaciones y los hombres; su noción de la actualidad, o lo que es lo mismo, de la materia periodística, es casi hiperestésica. Donde otras no verían ni siquiera una noticia, Galindo es capaz de descubrir material para tres meses de una campaña de primera página; donde otros no percibirían el hecho sensacional, Galindo es capaz de descubrir el escándalo. Su rectitud, su ánimo batallador, su pugnacidad mental, su pericia, su agudeza, lo hacen, muchas veces, incontables veces, exagerado, un poco dogmático, y acaso excesivamente malicioso para el juego de los matices políticos. Su cabeza, en donde ya se inicia el despoblamiento capilar (Galindo tiene actualmente 42 años) es, por este aspecto, un nido de reservas, de sospechas mentales, de pliegues y repliegues tácticos más o menos sobrantes. Pero del espléndido conjunto de sus condiciones como escritor público, sale, entero, un periodista de primera línea, y, por consiguiente, un gran periódico. Un gran periódico que se ha convertido en la lectura favorita y escandalizada de los “oligarcas del 175”, clasificados por Galindo, y de los oligarcas en general, quienes toman todas las mañanas, entre sus manos, ese periódico, para desperfeccionar así lo que debía ser para ellos un tranquilo amanecer.
(Semana, Vol. V, No. 95, agosto 14, 1948, p. 17).
Comentario de DMC: Injusto que no se hable en esta crónica del pilar económico y administrativo del periódico, César García Alvarez, ministro de Obras Públicas de López Pumarejo, quien acaso influyó bastante para el nombramiento de Galindo como director, pues era huilense y de la misma región de éste. Por lo demás, Galindo todavía no parece demasiado interesado en la política de su propio departamento, en la que será después y por 20 años el jefe indiscutible del liberalismo oficialista.

Seguimos con esta nota de la misma Semana, No. 105, octubre 23, 1948, p. 5.), cuando puso a tambalear a Echandía en el Ministerio de Gobierno:

“La Política.
Tercera Renuncia
A fines de la semana anterior, el día viernes, el ministro de gobierno, Darío Echandía, les dio a los parlamentarios de su partido una desagradable sorpresa, al anunciarles en una carta de 869 palabras que renunciaba irrevocablemente su posición en la directiva nacional del liberalismo y que presentaría su dimisión del ministerio de la política. Motivo: la adopción por esos mismos parlamentarios, en calidad de memorial de agravios al gobierno, de los párrafos de un artículo del periódico “El Liberal”, dirigido por Alberto Galindo, en el cual se leía entre otras cosas, lo siguiente, citado por el mismo Echandía:
“Por un mensaje de objeciones a la ley de alza de dietas... salen diez decretos desacertados y perjudiciales que encarecen la vida, aumentan la inflación, favorecen el monopolio, intensifican las emisiones, restringen la libertad de trabajo e hinchan la burocracia... Pero el más fuerte de los motivos de malestar ... es... la prolongación indefinida, ya en manera alguna justificable, del estado de sitio, esa sensación que el país atiene de estar viendo liquidada su tradición civil y de hallarse a merced de la violencia ejercida ciegamente por las armas oficiales...”
El voto de aplauso, otorgado por los parlamentarios liberales, al periódico de Alberto Galindo, resultaba, para Echandía, un voto de desconfianza. Por consiguiente, renunciaba a todo. El presidente del Senado, y, a su vez, de la junta de mayorías, Alfonso Romero Aguirre, hizo leer la carta del ministro. Los efectos de ella, en el seno de esa junta fueron tan eficaces como levemente cómicos. Una proposición, redactada de carrera, y aprobada por unanimidad de los mismos parlamentarios liberales que habían adoptado el día anterior la moción origen del conflicto, declaraba dos cosas: nadie, en el seno de las mayorías liberales parlamentarias condenaba la colaboración política del liberalismo en el gobierno del presidente Ospina, ni atribuía las fallas de esa política a Echandía; el testimonio de admiración a la tarea periodística de Galindo no implicaba ninguna censura para los ministros liberales. Por consiguiente, Echandía no podía renunciar al ministerio de gobierno, ni a su posición en la dirección nacional de su partido.
(Semana, No. 105, octubre 23, 1948, p. 5.)
El tercer documento de Semana, No. 176, marzo 4, 1950, p. 28, se habla de la celebración de las bodas de plata de Galindo en el periodismo:

25 años de periodismo
“Diaristas
Homenaje Nacional.
El sábado último, 28 de febrero (de 1950), el Restaurante Temel parecía una pequeña Babel. A un mismo tiempo, entre las 13 y las 15 horas, se sirvieron allí dos almuerzos, ambos muy concurridos: uno, en desagravio a unos empleados públicos (José Luis Salcedo y Pedro Luis Acosta, acusados injustamente de peculados), en un comedor del segundo piso; otro, con más ambiente de camaradería, de homenaje, en la planta baja. Motivos diferentes y anfitriones distintos. Muchos conservadores arriba; no menos liberales abajo. Los anfitriones de ambos grupos se confundieron, al principio, en los pasillos. Pero cada cual sabía a dónde y por qué iba, y uno de ellos, Silvio Villegas, senador, ex diplomático, director del diario verbal “Orientación”, entró al salón donde se congregaban los liberales y abrazó efusivamente al hombre a quien se le rendía el homenaje, Alberto Galindo, director de “El Liberal”, de Bogotá. Alguien le insinuó tomar asiento. Silvio, tal vez sin malicia, con toda naturalidad, rehusó, amablemente: “Mil gracias; ahora nosotros estamos arriba”.
Casualidad oportuna. El homenaje a Galindo no fue sólo gastronómico y local. Asumió proporciones nacionales, a través del telégrafo, el teléfono, los correos y la prensa de todo el país. Sus colegas, sin distingos, desde las asociaciones profesionales, proclamaron sus méritos: el CPB y otros círculos, los calificaron como orientador de la opinión y maestro de diaristas. Sus copartidarios y sus amigos personales –incluidos en estos muchos adversarios políticos-, reconocieron el merecido éxito alcanzado en su carrera y el valor de sus campañas, su pulcritud y su independencia. Y los elogios, en las columnas de los periódicos, no fueron de cumplido o de clisé, sino sinceras expresiones de estimación y de respeto.
La prensa conservadora, por medio de sus órganos más autorizados reconoció los méritos de Galindo.
Tan unánime, multiforme y efusiva manifestación no habría tenido lugar, al menos en la fecha que se festejó, si no hubiese mediado una simple casualidad. Un reportero de “El Liberal”, al buscar en el archivo un dato político, encontró, en un ejemplar de “El Espectador” del año 31, la noticia de que Galindo, en junio, había sido ascendido a jefe de redacción de ese vespertino, seis años después de haberse iniciado en el diarismo. Una sencilla suma produjo la ocasión cronológica de rendirle homenaje, la semana pasada, al cumplir 25 años de periodismo. Sus amigos más cercanos resolvieron organizar, sin que Galindo lo pensara siquiera, la fiesta de sus bodas de plata profesionales. Y, así, más de cien personas en el Temel, y miles en el país, se sumaron a la celebración.
De corrector a director. La carrera periodística de Galindo es una de las más brillantes. Hallándose todavía en su segunda juventud –cumplirá 40 el próximo 4 de agosto-, figura desde hace muchos años entre los periodistas más capaces del país. Y, en algunos aspectos, -sentido de la noticia, valoración de los hechos, facilidad de titulación, habilidad en la armada- puede considerarse como el mejor entre todos. A esto debe añadirse su reciente dedicación, como editorialista, a los temas económicos, en los que se ha hecho muy experto.
(...)
Su carrera parlamentaria ha sido, como la del periodismo, fecunda, pero breve. Aún tiene mucho tiempo por delante. Fue al senado cuatro meses, en el 35. A la cámara, en dos periodos: 37-38 y 43-45. En el 47 debía ocupar el 5º renglón por Cundinamarca. Fue derrotado por el azar electorero. Un trabajador que conocía su intensa labor en pro de los barrios obreros de Bogotá (cabildo, 42 a 46), exclamó: “¡Lástima grande que don Alberto no sea siquiera un poquito manzanillo!” El propio Galindo afirma: “Las dos profesiones, periodismo y política, van unidas, sobre todo cuando el periódico es, como “El Liberal”, una tribuna política”.
Honores y “gomas”. En el segundo congreso interamericano de prensa, Bogotá, diciembre 1946, fue aclamado como presidente de la sociedad interamericana de prensa. Actuó hasta el congreso de Quito, 1948. En ese congreso libró, en la comisión primera –libertad de prensa- una tremenda batalla contra los delegados dominicanos. Fuera del periodismo –“que ya es un hobby- tiene algunas otras “gomas”: la hípica, pero no la equitación, pues prefiere “caminar un poco”; el whisky, un poco; la economía, la historia, la crítica política; la lectura de revistas (en inglés) como “Time”, “Newsweek” y “Fortune”. Su ídolo y, sin vacilar, “el político colombiano más importante del medio siglo”, Alfonso López. Del niño huilense que llegó a la capital hace 30 años, ya no queda casi nada. El “opita” está por dentro, bien equilibrado con el intelectual típicamente bogotano.
El horario y la faena. Se acuesta, como la generalidad de los diaristas nocturnos (de los diarios matinales), cerca del alba; duerme siete horas; se levanta a las 12 m.; comienza la jornada a las 3 p.m.; trabaja de 8 a 10 horas, y dedica de una a dos a la lectura; el “saldo, que me tiene frito, a la tertulia” incluyendo la política y la consiguiente necesidad de salir a visitar gentes para obtener información de primera mano. Pero hay otro saldo: no es, ni remotamente, misógino; el “número de mis amigas, sostiene, es como la raíz cúbica de las cuartillas que escribo” (escribe, cada día, seis o siete, comentarios, y, a veces, ciertas informaciones). Hace , o atiende, hasta 30 llamadas telefónicas (no todas masculinas).
(Semana, No. 176, marzo 4, 1950, p. 28.)

Y en el cuarto se informa sobre un debate en 1950 con Álvaro Gómez Hurtado cuando este era apenas el hijo de Laureano y no el estadista asesinado luego:

En la SIP, debate con Alvaro Gómez.
Congresos
Encuentro en Nueva York
La Sexta Conferencia de la Sociedad Interamericana de Prensa que se celebró toda la semana anterior en Nueva York, concentró la atención del continente durante varios días, aun por encima de los debates de la Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en la misma metrópoli. Y, en torno al debate tema de la libertad de prensa, dos de los delegados de Colombia, ambos diaristas, Alberto Galindo, director de “El Liberal”, y Alvaro Gómez Hurtado, director encargado de “El Siglo”, promovieron una polémica de índole partidista que, a pesar de no haber sido incluida en las actas, originó, sin embargo, la mayor resonancia en el ámbito de las tres Américas.
Al atardecer del 9 de octubre, la sombra de los rascacielos se proyectaba como una anticipación del crepúsculo en el gran salón Wedgeswood, del Hotel Waldorf-Astoria, sede de la reunión. El espacioso recinto albergaba a centenares de delegados, cuyo conjunto formaba una pequeña Babel (4 idiomas: inglés, español, portugués y francés), pero no en el sentido de dispersión, sino de unificación panamericana. Allí se encontraban casi las mismas caras –de propietarios, gerentes, editores, directores- que se habían visto en las conferencias de Méjico, La Habana, Caracas, Bogotá y Quito. Una de las caras más conocidas, precisamente, era la del robusto, pálido, enérgico y vivaz director de “El Liberal”, ex presidente de la Sociedad Interamericana y miembro, reelegido luego, del comité directivo de esa entidad: Alberto Galindo. Este pidió la palabra al iniciarse la segunda sesión plenaria y procedió a leer una extensa comunicación dirigida por las mayorías liberales del parlamento colombiano a la conferencia de prensa. Apenas había leído los primeros párrafos cuando lo interrumpió su colega, y adversario político, Alvaro Gómez Hurtado, quien advirtió que si se permitían declaraciones políticas, él reclamaba para sí el derecho de replicar. El anciano, afable y vigoroso Tom Wallace, uno de los veteranos de la prensa estadinense, director de “The Times", de Louisville, organizador y presidente de la conferencia, declaró que el tema estaba fuera del orden del día, pero autorizó, sin embargo, a Galindo para que continuara, y prometió a Gómez que le daría oportunidad de contestar.
Anverso y reverso
Galindo leyó la declaración de los parlamentarios de si partido, en uno de cuyos apartes está la aseveración escogida por las agencias estadinenses de noticias como síntesis del documento, de que en Colombia “han quedado totalmente abolidas las libertades políticas, particularmente las del pensamiento”.
A su turno, Gómez Hurtado contraatacó, mediante el argumentoo de que en los años del régimen liberal el populacho incendió o desmanteló 12 periódicos conservadores, mientras que durante el régimen conservador no ha tenido ningún periódico liberal necesidad de llamar al cuerpo de bomberos .
Vibraciones y chispazos
A eso se redujo, estrictamente, en su esencia, el breve encuentro verbal Galindo-Gómez. Los anales de la conferencia, por orden del presidente, no registraron el asunto. Y a Galindo se le indicó que pasara la declaración de sus copartidarios a la comisión de libertad de prensa.
Pero la cuestión no paró allí. Se produjeron, en la misma sesión y después en la tribuna y en la prensa, entre otros de menor cuantía, algunos incidentes entre comillas. Los principales:
º Alguien, no identificado, le gritó a Gómez en el salón del hotel: “Usted defiende la censura”. A lo cual respondió el director de “El Siglo”: “Existen ahora en Colombia paz y calma. La censura no se justifica, pero se explica”.
º Un diario neoyorkino editorializó sobre el mismo tema. Se ciñó a los lineamientos de la opinión de los liberales. Otro periódico, sin poner de su parte concepto alguno, reprodujo el editorial.
º Juan Uribe Cualla, delegado ante la ONU, con carácter de embajador, y colaborador número uno de “El Siglo”, envió extensa carta de rectificación y la cancillería le concedió el honor de elevarla al rango de boletín oficial, para obligar de esa manera a editorializar sobre ella, conforme a la ley de prensa. Uribe Cualla adujo, entre once, una razón de mucho peso, sin tener en cuenta la afirmación de Gómez Hurtado. Afirmó que en tiempos de perturbación del orden público (“en los que no hay paz y sólo en la paz hay prensa libre”) la Constitución autoriza al presidente de la República para proclamar el estado de sitio y suspender las garantías constitucionales, entre ellas la libertad de prensa. “En Colombia hay democracia y hay libertad de prensa”, fue su premisa rotunda.
º Edward G. Miller Jr., secretario adjunto de Estado para América Latina, habló ante los delegados sobre el “equilibrio entre la libertad y la responsabilidad” y señaló que “es muy dudoso que un gobierno democrático pueda existir en parte alguna sin libertad de prensa y expresión”.
º La conferencia, en su declaración de principios, expresa: “El ejercicio del periodismo es libre. Las prohibiciones, restricciones o permisos para ejercerlo, sea que afecten a propietarios, directores, redactores o colaboradores, violan la libertad de prensa”.
º Finalmente, al empezar la semana que hoy termina, la discusión parecía cancelada con estos dos apuntes típicos de la prensa bogotana: “Frank (Francisco Plata Bermúdez) en su columna de “Diario Gráfico”, refiriéndose a Galindo vaticinó: “pronto lo tendremos por acá, otra vez en manos de los censores, a quienes denigró de tan fea manera. Pobre”. Y el diario de Galindo, de modo indirecto, señaló: “Mucha ingenuidad era suponer que los periodistas liberales no iban a Nueva York a otra cosa que a quedarse boquiabiertos de asombro ante el Empire State Building”.
(Semana, No. 209, octubre 21, 1950, p. 5)
Una faceta ahora desconocida de Galindo se ve en este recorte de “Semana” de 1954:
Defensor del consumidor
“Alberto Galindo ha sido el periodista más tozudo en oponerse, con más o menos suavidad, según las circunstancias, a las tesis (proteccionistas de la industria local) de Echeverri y Calibán. El consumidor ante todo, podría ser su lema. De ahí que haya recibido con regocijo las medidas del 1.528. Al pueblo que consume, ha dicho, “le debía tocar el turno alguna vez. Una vecesita siquiera”.
(Semana, No. 395, mayo 24, 1954, p. 36).

Presidente de la Cámara
Después de ocho años, ocho meses y once días de haber sido clausurado por el entonces presidente Mariano Ospina Pérez, el 9 de noviembre de 1949, el parlamento colombiano se abrió de nuevo el 20 de julio de 1958, como resultado de las instituciones del Frente Nacional que había derrocado a Rojas Pinilla, por el acuerdo entre los partidos liberal y conservador, bajo el liderazgo de Alberto Lleras Camargo y Laureano Gómez respectivamente.
De ese Congreso, el primero paritario en la historia de los parlamentos, fue presidente de la Cámara de Representantes Alberto Galindo, elegido por el liberalismo del Huila.
La revista “Semana” de enero 13 de 1959, p. 48, dice: “El representante Alberto Galindo fue el más destacado en la Cámara en materias económicas. Su actividad en la comisión presupuestal fue incesante. Fue el “economista joven” del Parlamento”.
Se opone a ley de Caja del Periodista
“Alberto Galindo, veterano periodista liberal y presidente de la Cámara de Representantes en el primer periodo de las actuales sesiones, ha sido hasta ahora el único parlamentario que ha hecho reparos al proyecto de ley sobre Caja del Periodista que cursa en la corporación legislativa”. (Semana, noviembre 4 de 1958, p. 43)
Alternativas democráticas
En el número doble de la revista Semana, 640 y 641, del 7 de abril de 1959, p. 14, se presentó el siguiente comentario:
“La intermitente columna del escritor liberal Alberto Galindo, en “El Tiempo”, se presentó la semana pasada vestida de razonamientos políticos, que sorprendieron a los lectores por su nítida franqueza:
“¿Contra qué es la inconformidad?”, pregunta Galindo. “No es, indiscutiblemente contra la estructura constitucional. Es más bien contra determinados aspectos de la política que el gobierno está desarrollando... El hecho de que haya inconformidad con determinados aspectos de la política del gobierno, es lo democrático... Lo que se necesita, lo que conviene, es que cada partido tenga sus programas máximos en lo político, en lo económico, en lo social, para someterlos libremente a la opinión pública, explicarlos y solicitar para ellos la adhesión de los ciudadanos... El gobierno difícilmente podrá ser radical. Tendrá siempre que ser transaccional. Por eso no impedirá que haya fracciones liberales y fracciones conservadoras que separadamente –o eventualmente unidas- sostengan tesis distintas, ejerzan el derecho democrático de criticar, propongan soluciones dispares... Así, dentro del marco constitucional plebiscitario, el gobierno y la oposición podrían convivir perfectamente... Habrá, si se nos permite el término, dentro del Frente Nacional que la constitución establece, dos tendencias agrupadas. Eso es lo sano. Eso es lo democrático”.

¡Viva Galindo!
Finalmente, esta semblanza de Alberto Galindo contenida en una carta que publicara “Semana” en 1959:

“En los últimos tiempos son muchos los que se dicen defensores de la Democracia, pero muy pocos los que buscan la manera de preservarla de las múltiples amenazas que la asedian. Entre los auténticos demócratas se destaca de manera inconfundible un hombre de singular sensibilidad social: Alberto Galindo. Su voz se ha hecho oír en la fábrica de leyes defendiendo con entereza, rara hoy día, los sagrados intereses de los trabajadores, y su pluma ha dejado ver –en los grandes diarios- en toda su magnitud el problema social de nuestra patria. En el parlamento el señor Alberto Galindo encontrará fuerte oposición y tendrá pocos compañeros de lucha, pero la causa que defiende, por estar inspirada en nobles propósitos acabará imponiéndose. Como dirigente que he sido del sindicalismo libre y democrático, ajeno a la intromisión de doctrinas foráneas en nuestro movimiento, puedo afirmar que los mejores aliados del comunismo internacional y los agitadores criollos son los empresarios avaros e indolentes que pretenden seguir explotando a los trabajadores, olvidando que estos también siente, sufren, piensan y anhelan obtener condiciones acordes con su dignidad humana.
Pedro J. Melo Pardo.
Carta enviada a Semana y publicada en esa revista el 22 de septiembre de 1959, p. 5.


El fin o el comienzo de una era

Juan Manuel López Caballero.
Me llamó la atención un amigo sobre lo significativo que podía ser que todas las cadenas de información internacionales y especialmente todos los noticieros de televisión producto y símbolo del capitalismo (CNN, BBC, FOX, Bloomberg) se concentraran en lo que pasaba en el Congreso del Partido Comunista Chino.
En efecto hace 20 años ni siquiera mencionaban que éste se reunía, mucho menos estaban pendientes y pasando en directo el momento en que se tomaban las decisiones.
Esto supuestamente marca el comienzo de una nueva era, traída en parte por el desarrollo económico y la ubicación en la economía mundial de ese país, y en parte por la llegada a la presidencia americana de Obama.
Puede haber sin embargo una interpretación diferente, en el sentido de que no es el comienzo de una nueva etapa sino la continuación o el desarrollo de un proceso que viene de tiempo atrás.
La caída del muro de Berlin y lo que se ha llamado el fin de la alternativa del modelo socialista marcaron el triunfo del capitalismo como modelo económico y de las democracias como opción política. Pero al desaparecer lo que era esa contraparte perdió importancia la confrontación con ella y comenzaron a desarrollarse los conflictos o contradicciones internas.
Esto sucede inicialmente como un paso eventual que es seguido por algún tipo de procesos dialécticos que producen generalmente avances, como se dio en el tema de los derechos humanos. Mientras durante la guerra fría estos eran identificados por las potencias occidentales como los derechos civiles y políticos (libertad de expresión, de opinión, de asociación, etc.), el bloque socialista hacía énfasis en que los derechos económicos y sociales (educación, salud, empleo, etc.) por tener más relevancia justificaban restricciones a los anteriores. Hoy, una vez resuelta la competencia entre ambos modelos, se considera que son de igual jerarquía y que son un tema integral, asumiendo incluso más interés los segundos por el mismo éxito que acompañó a quién defendía los primeros: en el ámbito de los derechos humanos la competencia y la libertad de mercado asumen como necesidad implícita la existencia de esos derechos civiles y políticos, y por eso la atención se dirige a cómo se pueden atender los otros derechos.
Pero lo que aquí se señala es que sin contrapeso o propuesta alterna el neoliberalismo con todas sus premisas de libre competencia, globalización, flexibilización laboral, reducción de la intervención del Estado, etc. se desarrolló sin restricciones, produciendo los resultados que debía producir; esto es la crisis que hoy se presenta en sus diferentes aspectos (medio ambiente, social, política, económica).
El reconocimiento de las fallas de éste que se había implantado como modelo de desarrollo de la humanidad ha llevado a que esté hoy siendo reconsiderado, ya no solo en foros ‘alternativos’ como el ‘Foro Social’, sino también en reductos tan representativos de las doctrinas imperantes como el Foro de Davos.
En nuestro continente ya no solo los líderes ‘de izquierda’ parten de premisas diferentes y buscan objetivos diferentes, sino el mismo vocero del gran imperio habla en términos de nuevas visiones y nuevas relaciones (el caso de Uribe es hoy la excepción y no la regla).
No estamos ante una ruptura, sino ante la continuidad de un proceso.
El cambio no nace porque subió Obama al poder; no es él la locomotora que arrastrara el tren de la historia, sino es el momento en que Estados Unidos se amarra como vagón de cola a una evolución que de tiempo atrás se venía consolidando.
La propuesta china de trabajar conjuntamente con Taiwan para superar la crisis sin involucrar el tema de la soberanía no es una jugada política; es la simple adaptación a los tiempos, dejando en segundo plano las controversias o confrontaciones que son residuos de situaciones anteriores pero que ante la realidad presente pierden actualidad o sentido.
Algo similar representa el remplazo de Fidel por Raúl en Cuba. Después de cincuenta años de haber vivido con y del enfrentamiento con los Estados Unidos, y de haber aguantado durante 12 periodos presidenciales todo el poder que eso representaba (desde intentos de asesinatos de la CIA, pasando por el apoyo a invasiones como la de Bahía Cochinos, hasta el indefendible y hoy incomprensible embargo) es un simple aggiornamento reconocer que los tiempos han cambiado y que un relevo puede ser oportuno para manejar la nueva situación.
Pero todo lo anterior, la aparición de líderes ‘izquierdistas’ en América Latina’, el reconocimiento de la catástrofe ambiental que se avecina sobre la tierra, las protestas en las cumbres capitalistas mundiales (Seattle,Rio, Davos), la crisis del sistema económico a nivel global, la nueva actitud de quienes representaban el desafío al modelo capitalista, todo esto venía gestándose y sucedió antes y como antecedente a la elección de Obama.
Nos encontramos en la etapa no de iniciar un nuevo mundo, sino de fusionar los valores e intereses que habían sido abandonados (y las teorías que los sustentaban) con los que hasta ahora habían logrado imponerse.
Sin negar que también quienes defendían las alternativas al capitalismo hoy buscan modos de adaptarse a él, lo que es más paradójico es que ahora lo que trata la humanidad es de poner al servicio de los objetivos de quien fue perdedor los instrumentos y las capacidades del ganador. La preocupación por los cambios climáticos, por el desempleo, por acabar la pobreza, por disminuir las desigualdades, por dar más importancia a la solidaridad que a la competencia, se tomó las agendas tanto de cada uno de los países desarrollados como de los foros donde trabajan conjuntamente.
Y no solo en dimensiones sociales, políticas, o de relaciones económicas. También en campos como la lucha contra la droga hay ya bastante formado un consenso sobre la búsqueda de nuevos caminos y nuevas estrategias.
Sin entrar en la discusión sobre lo apropiado en el campo interno de las propuestas y modelos que hoy se pretende continúen en Colombia, sería cegarnos a una realidad el no tener en cuenta que nos estamos aislando del resto del planeta y de la evolución de la historia si no buscamos correcciones al rumbo que llevamos.
Discutir sobre las condiciones del momento y alrededor únicamente de lo que hoy se ve (en nuestro caso además solo de elecciones y de uno u otro nombre) es prescindir de las explicaciones que aportan la historia y los antecedentes, es decir, de lo que sí es real y no simple especulación o teoría.
Valdría la pena pensar y debatir no solo sobre quién se aliará con quién o qué posibilidades tiene cada uno de los candidatos, sino sobre en qué momento estamos situados en relación al proceso histórico que vivimos y cuál es nuestra ubicación en el contexto mundial. Es más: es en función de eso que deberíamos tomar nuestras decisiones, y no de una polarización que impide tener en cuenta esas dimensiones.
Es sorprendente que ante una lluvia de aspirantes a la primera magistratura y ante la inminencia de unos comicios donde se decidirá un paso trascendental para el País, no se haga ni siquiera una referencia a estos temas, mucho menos un desarrollo analítico al respecto.



El agua como bien público y no como negocio de las transnacionales


Ecoportal, 07-03-09, Por Sergio Ferrari
La falta de acceso al agua genera en casi todas las regiones del planeta diferentes tipos de confrontaciones. Las guerras del futuro serán cada vez más por el control del agua. Tesis ampliamente desarrollada durante el simposio "El agua: fuente de conflictos", realizado el primer viernes de marzo en Berna, Suiza.
Ante el 5to Foro Mundial del Agua en Turquía
El agua como bien público y no como negocio de las transnacionales
Un derecho fundamental implícitamente reconocido por la ONU
El mismo fue convocado por la Coordinación Suiza "El agua como bien público" y organizado por la Alianza Sur -plataforma que reúne a seis de las más importantes ONG helvéticas de cooperación con el Sur.
Dicho simposio intentó relanzar la reflexión de la opinión pública nacional a sólo cuatro días de la apertura en Estambul, Turquía, del 5to Foro Mundial del Agua titulado "Conciliar las Divisiones por el Agua".
El "drama" del agua
"La conflictividad en el planeta a causa del agua tiende a agravarse con los actuales cambios climáticos", subraya Rosemarie Bär, una de las responsables de la Coordinación y representante de la misma al evento turco.
Bär anticipa señales alarmantes. El África subsahariana sufrirá una disminución del 20% de su disponibilidad de agua de aquí al fin del siglo.
Y a nivel planetario cerca de 70 importantes ríos están amenazados de secarse por los cambios climáticos y el exceso de consumo.
Con esta perspectiva, los conflictos violentos en torno a este recurso vital seguirán aumentando.
En un escenario ya dramático donde 1.200 millones de personas en el planeta no cuentan hoy con agua potable y 4000 niños menores de 5 años mueren diariamente a causa de dicha situación.
Y donde el modelo predominante produce víctimas y cifras escalofriantes. La producción de 1 litro de bio-etanol (combustible vehicular) necesita cerca de 5000 litros de agua. Un tomate de Marruecos que será luego exportado necesita 13 litros virtuales de agua. Mientras que la producción de un vaso de jugo de naranja demanda 170 litros de agua, y una camiseta de algodón necesita 20 mil litros.
Al mismo tiempo, cada habitante suizo utiliza por día (cocina, higiene etc.) 160 litros de agua. Cifra que llega a 4000 litros por día si se calcula el agua empleada en los alimentos, productos y vestidos importados al país.
Agua, derecho humano fundamental
"El acceso al agua es un derecho humano fundamental. De su aplicación dependen prácticamente todos los otros derechos humanos esenciales", señala Bruno Riesen, responsable de campañas de Amnistía Internacional (AI) en Suiza.
Y si bien hoy se tiende a hablar constantemente de la crisis financiera, de la inestabilidad bancaria, de los graves problemas climáticos, "muchos olvidan que una parte esencial de los grandes problemas de futuro está ligada al agua", enfatiza.
En caso de persistir la actual tendencia, subraya el representante de AI, las previsiones son terribles. "Dos tercios de la población mundial, es decir más de 3.5 millones de personas, no contará con agua potable en el 2025".
La lógica predominante en la actualidad, explica Riesen, implica el desperdicio del vital líquido; el crecimiento desmedido del consumo de una parte pequeña de la población planetaria -en detrimento de la mayoría-; así como una producción agropecuaria que acapara el 70 % del consumo del agua a nivel planetario.
"Con el agravante que dicha producción está encaminada, por ejemplo, a los agro carburantes. Es decir a irrigar plantíos destinados luego a abastecer de combustible los vehículos de la población del norte", denuncia.
La responsabilidad de las Naciones Unidas
Concepto marco con el que coincide la abogada portuguesa Catarina de Albuquerque, experta independiente sobre el agua potable del Consejo de los Derechos del Hombre de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra.
El no respeto a ese derecho fundamental, "implícitamente reconocido por las Naciones Unidas cuando reconoce el derecho a mejorar las condiciones de vida", anticipa el riesgo de nuevos y mayores conflictos, señala Albuquerque.
Confrontaciones que "buscan controlar las fuentes de agua; o que conciben a éstas como instrumentos o blancos militares; en tanto que objetivos terroristas o incluso como medio de presión y chantaje entre naciones", explica.
De ahí que la resolución de los problemas del agua, "está ligada a una verdadera voluntad política de los diferentes actores y Estados", enfatiza Albuquerque.
Y de allí también, la responsabilidad y la importancia del sistema de "las Naciones Unidas, que con su diversidad de Estados miembros, de propuestas y actores, de preocupaciones en la diversidad, constituyen un verdadero milagro" y un marco esencial para resolver los problemas mundiales, entre
ellos, el del agua, concluye.
El del Turquía, el foro de las transnacionales
"En la propuesta de su Declaración final del 5to Foro, que deberá ser discutida y aprobada en Estambul, no encontré referencias explícitas al agua como derecho humano fundamental", analiza Albuquerque, quien informa que no será presente en el mismo.
"Somos bastante escépticos de lo que pueda resultar de ese Foro controlado por las transnacionales del agua", enfatiza por su parte el pastor Alberto Rieger, responsable de la Organización OEME (Ecumenismo, Misión, Cooperación al desarrollo), de las iglesias cristianas helvéticas.
En esos foros, "la sociedad civil internacional no es tenida realmente en cuenta", y las reivindicaciones de los movimientos sociales, son subestimadas, enfatiza Rieger.
Por eso, importante redes internacionales que luchan por el agua como bien público y que participaron en el Foro Social Mundial de Belém de Pará -fin de enero pasado-, "han definido una estrategia de presión y enviarán representantes a Estambul para hacer escuchar su voz".
Exigimos, tal como se definió en la Declaración del Agua de Belém, "que cualquier ser humano tenga acceso y derecho al agua de buena calidad y en cantidad suficiente para la higiene y la alimentación", explica el coordinador de OEME, presente en el simposio de Berna.
Y que la gestión del agua "permanezca en el ámbito público y comunitario, con participación, equidad, control social, sin fin de lucro, sin generar violencia a los territorios, preservando el ciclo del agua", concluye.
* colaboración E-CHANGER, ONG suiza de cooperación solidaria


Que los esculquen


Ramón Elejalde, relejalde@gmail.com

Desde hace dos meses y medio la Gobernación de Antioquia está resaltando por los medios de comunicación la eficiencia de las entidades descentralizadas del Departamento, pero la verdad es que estas entidades no resisten una auditoría de ningún órgano de control. Es claro que con costosa propaganda se quiere tapar la ineficiencia y las irregularidades que hay en estos entes.
En Viva, por ejemplo, la que construía vivienda a granel (sí, en pasado) y ganaba premios por su excelencia, los planes no se inician y los ingenieros cuentan horrorizados las propuestas que les hacen para la ejecución de los proyectos. La gerencia de Viva se parece más a una oficina de relaciones públicas de una candidata al Senado de la República que un instituto gubernamental. Los alcaldes y los líderes que adelantan proyectos de vivienda son objeto de presiones electorales. Allá no se construye vivienda, pero se derrocha el dinero en cachuchas, relojes de muro, lapiceros y agendas. El diputado Rodrigo Mesa Cadavid denunció recientemente que en cachivaches se han gastado cerca de cinco mil millones de pesos. Por menos e injustamente, tumbaron a Elena Herrán de Montoya.
La feria de los cachivaches en Viva nos dice que allá adquirieron cuatrocientas agendas por diez y seis millones de pesos; también compraron dos mil quinientos relojes de pared por casi veintiséis millones de pesos; treinta y dos millones de pesos en cachuchas y camisetas; llaveros por quince millones de pesos. Además Viva aportó abundantes recursos para fiestas en distintos municipios de Antioquia. Viva es una entidad pública, que tiene por objeto resolver el enorme déficit de vivienda que hay en Antioquia, por eso sus recursos deben manejarse con austeridad. Con los cinco mil millones que Viva ha derrochado, se habrían generado recursos suficientes para resolverles los problemas de vivienda a cientos de familias antioqueñas, impactando en el empleo y en el desarrollo del Departamento. Como vemos, en Viva están más dedicados a las relaciones sociales y políticas, que a la construcción de vivienda. Es lamentable que se hubiera perdido el ritmo y el norte.
Por su parte, en el Instituto para el Desarrollo de Antioquia -IDEA- se compran las acciones de la sociedad Pescadero-Ituango a precios exageradamente altos, soportados, según los contratos de compraventa, en el avalúo que sobre ellas hizo Corficolombina, pero esta empresa ha señalado por escrito que no hizo ninguna valoración. Adicional a ello, los contratos quedaron mal elaborados y hoy varios vendedores están reclamando la devolución de acciones vendidas, pero eso sí, no devuelven el dinero. ¡Qué irresponsabilidad la que hay en el manejo del IDEA!
Ahora el arrojado gerente del IDEA, Álvaro Vásquez, decidió hacerles competencia a los bancos y los dineros públicos que le depositan los municipios, el Departamento y las entidades nacionales están parando en manos de privados. Es el caso del grupo Monarca al cual le entregaron una considerable suma, así como a los distribuidores de la Fábrica de Licores para financiarles la adquisición extraordinaria de sus productos con el fin de inflar las ventas de esta dependencia durante el año pasado. Dicen que el préstamo llegó a cerca de 50.000 millones de pesos. ¿Cómo así que el IDEA les presta dinero a particulares? ¿Desde cuándo cambiaron las normas para hacer esto posible? ¿Qué tiene que ver el fomento del desarrollo de Antioquia, objeto del IDEA, con el préstamo de dinero a particulares? ¿Qué opina la superintendencia financiera? ¿Por qué Monarca y los comercializadores de la FLA tuvieron que acudir al IDEA? ¿Acaso no les habría prestado el sector financiero tradicional? Si la respuesta a la última pregunta fuese afirmativa, ¿por qué estos privados no cumplían para que les prestaran plata los bancos y por qué sí cumplieron para que lo hiciera el IDEA? ¿Está el IDEA preparado para prestarles dineros a particulares? ¿Hoy por hoy cualquier persona puede acudir al IDEA y solicitar créditos?
Creo sinceramente que se debe hacer una auditoria seria y profunda a VIVA y al IDEA. Se trata de dos empresas que tienen una gran misión que cumplir, para bien de los antioqueños. Antioquia reclama trasparencia y eficiencia, lo triste es que no haya quien cumpla la función fiscal en Antioquia. El Contralor está ocupado en lo mismo que está ocupado el gobierno de Antioquia.



El sistema de salud de pagador único tiene que estar en el debate


Amy Goodman

El Presidente Barack Obama promete implementar una reforma del sistema de salud, pero ha descartado la opción del sistema de pagador único. Un sistema de “pagador único” implica quitar del medio a las compañías aseguradoras privadas: el gobierno paga la cobertura pero la prestación de servicios médicos sigue siendo enteramente privada. La gente seguiría eligiendo el médico con quien desea tratarse e iría al hospital de su preferencia. Con un sistema de pagador único se reducen los costos administrativos y se eliminan las ganancias que las compañías aseguradoras agregan a la prestación de servicios de salud. Sin embargo, las soluciones de pagador único casi no figuran en el debate.
La organización Justicia y Precisión en la Información (FAIR, por sus siglas en inglés), que promueve la diversidad y equidad de la información en los medios de comunicación, acaba de hacer público un estudio que revela que de los cientos de noticias sobre el tema publicadas por los principales diarios o trasmitidas por las redes de televisión en la semana previa a la cumbre de salud de Obama “sólo cinco incluyeron opiniones de promotores del sistema de pagador único –y ninguna de ellas fue trasmitida por televisión.” La mayoría de las columnas de opinión que se referían al sistema de pagador único fueron escritas por personas que están en contra del mismo.
El Congreso está estudiando el proyecto de ley de “Atención médica ampliada y mejorada para todos”, introducido a través de la Resolución No. 676 de la Cámara de Representantes, que fue propuesta por John Conyers, representante demócrata por el estado de Michigan, con el respaldo de otros 64 legisladores. Pero aunque en la reunión del Congressional Black Caucus, que agrupa a los legisladores afroamericanos, Conyers le expresó a Obama su interés en participar en la cumbre de la Casa Blanca sobre la salud, la invitación le tardó en llegar. Lo mismo les pasó a los demás promotores del sistema de cobertura médica de pagador único.
Conyers había planteado ir acompañado de la Dra. Marcia Angell, la primera mujer en ocupar el cargo de editor en jefe del New England Journal of Medicine, la revista médica más prestigiosa del país, y del Dr. Quentin Young. Young es quizás el defensor más destacado del sistema de pagador único en Estados Unidos. Fue el médico del Rev. Martin Luther King Jr. cuando éste vivía en Chicago. Con King las “consultas a domicilio, que normalmente me llevaban 15 minutos, se extendían a tres horas”, me contó.
Pero Young llegó a conocer aún más a Barack Obama. Aunque no era él, sino su socio, el que atendía como médico a Obama, Young fue su vecino, amigo y aliado durante décadas. “Obama apoyaba el sistema de salud de pagador único, pronunciaba discursos en defensa del mismo”, me dijo.
El pasado fin de semana, cientos de personas—entre las que se encontraban el gobernador de Illinois y tres legisladores—se congregaron para rendir homenaje a este médico de 85 años de edad. Pero ¿cuál fue la respuesta de la Casa Blanca al pedido de Conyers de incluir a Young en la cumbre? Un rotundo “no”. Quizás porque Obama sabe de primera mano lo convincente y comprometido que es Young.
Tras muchas protestas, Conyers finalmente fue invitado. Grupos activistas como la organización Médicos a Favor de un Programa Nacional de Salud (PNHP, por sus siglas en inglés) expresaron su indignación porque entre los 120 participantes de la cumbre no se incluía a ningún otro defensor del sistema de pagador único. La Casa Blanca finalmente cedió e invitó al Dr. Oliver Fein, presidente de la PNHP. Dos personas en un total de 120.
Excluidos del debate y silenciados por los medios, los defensores del sistema de salud de pagador único se están movilizando. Russell Mokhiber, que edita y escribe para el Corporate Crime Reporter, ha decidido que llegó la hora de atacar directamente el problema del deterioro de nuestro sistema de salud. Tiene previsto asistir a la reunión nacional de la American Health Insurance Plans, Asociación de Planes de Seguro Médico de Estados Unidos, donde se unirá a otros en un acto de protesta en el que quemarán sus facturas del seguro de salud. Mokhiber me dijo: “Las compañías aseguradoras no pueden ser parte del sistema de atención de salud de los estadounidenses. ¿Cómo podemos vencer a esta gente? Tenemos que iniciar una confrontación directa.” Con el lanzamiento de una nueva organización, Single Payer Action (singlepayeraction.org), Mokhiber y otros defensores del sistema de único pagador prometen enfrentar a los ejecutivos de la industria de seguros, a los grupos de presión y directamente a los legisladores, tanto en Washington, D.C., como en sus estados.
Se está formando una masa crítica de respaldo al sistema de pagador único. Desde el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz –quien me dijo: “Aunque era reacio a aceptarlo, he llegado a la conclusión de que es la única alternativa posible”– hasta los mismos proveedores de atención médica, que son testigos y víctimas directas del fracaso del sistema actual. Geri Jenkins, una de las 150.000 integrantes del recién formado Comité Organizativo de Enfermeras y Enfermeros de Estados Unidos (nnoc.net) me dijo: “Es la única propuesta de reforma del sistema de atención de salud que puede funcionar. … Hoy estamos llamando a que se dé un debate honesto y serio sobre políticas, porque a la larga vamos a ganar… las aseguradoras de salud van a caer por el peso de su propia irrelevancia.”
El Dr. Young está invitado ahora a una reunión en el Senado con quienes él llama los “sospechosos de siempre”—los proveedores de seguros médicos, las grandes compañías farmacéuticas—y también algunos promotores de la reforma del sistema de salud. Le pregunté a Young qué opinaba sobre las declaraciones de la Casa Blanca y del principal Senador en la materia, Max Baucus, en cuanto a que “el sistema de pagador único está fuera del debate”. “Es indignante”, me respondió. “Estamos muy enojados.” Pero eso no los desalienta. (…Pero el Dr. Young no se desanima…) Le pedí su opinión sobre la propuesta de movilización que convoca a la población a quemar sus facturas del seguro de salud. “Creo que la cosa está que arde”, me dijo riéndose. “Cuando veo este tipo de actos, que no parten de una iniciativa nuestra, me doy cuenta de que ya se transformó en un movimiento.”
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Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Amy Goodman es presentadora de “Democracy Now!”, un noticiero internacional diario de una hora de duración que se emite en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en 200 emisoras en español. En 2008 fue distinguida con el “Right Livelihood Award”, también conocido como el “Premio Nobel Alternativo”, otorgado en el Parlamento Sueco en diciembre.
© 2009 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Laura Perez y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org.



¿CERRARÁN LOS PARAÍSOS FISCALES?


Juan Hernández Vigueras, periódico Nuevo Enfoque.


La pasada reunión en Berlín de siete países europeos, incluida España, para preparar la próxima cumbre del G-20 en Londres apunta, lo mismo que los anteriores acuerdos de Washington, hacia la transparencia financiera; pero la cruda realidad es que no plantean explícitamente la supresión de los centros offshore o paraísos fiscales, cuya desaparición antes de 2006 preveía la OCDE en su fracasado proyecto. Porque, más allá de la nula o baja fiscalidad, constituyen un sector de los mercados financieros globales, con la ventaja competitiva de la opacidad, y forman parte de la banca en la sombra que los gobiernos han respetado al concederles ayudas y avales a los bancos en dificultades.

Y es que la supresión de los paraísos fiscales requerirá tocar la libertad de los movimientos de capitales y otros aspectos del actual orden internacional. Eso se vio claramente en febrero de 2008 en el debate de la Cámara de los Comunes británica sobre si la nacionalización del Northern Rock Bank abarcaba o no también a la entidad Granite, domiciliada en la isla de Jersey y ligada al banco, pero propiedad de un fideicomiso benéfico registrado en otro paraíso fiscal. Esta empresa se había empleado para la emisión de bonos respaldados por el banco hasta que estalló la crisis en el verano de 2007 y quebró el negocio porque ya no podía refinanciar los préstamos.

El neoliberalismo aún dominante niega el papel de los mecanismos offshore en la crisis financiera, que ya se reveló en verano de 2007 con la quiebra de los dos fondos de alto riesgo o hedge funds del entonces quinto banco de inversiones, Bear Stearns. Dichos fondos estaban registrados en las Islas Caimán como simples letterbox companies (buzones de correos), a los cuales se les concedían préstamos apalancados, es decir, con un endeudamiento superior a su capital, para que especularan con valores respaldados por hipotecas subprimes. Operativas similares fueron utilizadas por los Landenbanken -los bancos regionales alemanes rescatados luego con dinero público-, por el franco belga Dexia, el conglomerado asegurador AIG de EEUU y los hedge funds de Madoff (véase www.laeuropaopacadelasfinanzas.com).

Los llamados paraísos fiscales son parte del denominado shadow banking system (sistema bancario en la sombra), como se denomina a un sector subalterno de la gran banca surgido para atraer a los grandes inversores con los fondos de alto riesgo y los instrumentos estructurados (ABS, SIV, etc.). La llamada "ingeniería financiera" desarrolló la titulización o conversión de créditos/deudas en activos financieros comercializables en los mercados mundiales, gracias a la libertad de los movimientos internacionales de capitales con escasa supervisión. Como en noviembre de 2007 denunciaba el fundador de la firma financiera estadounidense Pimco, Bill Gross, ese sistema bancario desregulado y oculto era "libre para crear mágica y místicamente préstamos hipotecarios subprime y luego empaquetar en una caterva de conductos (conduits) de tres letras que únicamente podían explicar los magos de Wall Street".

En la larga etapa de crecimiento económico y finanzas globalizadas, esta operativa paralela permitía, en primer lugar, desvincular del banco matriz la propiedad de los activos financieros negociados mediante vehículos en los paraísos fiscales offshore. Así se gestionaba toda clase de operaciones opacas fuera de la contabilidad oficial de la banca con el fin de sortear la supervisión de los bancos centrales, con el catastrófico resultado final.

En segundo lugar, se diseminan los riesgos en las operaciones de compraventa de activos financieros encadenando transacciones que pasan por diversos centros offshore; facilitadas por el espacio financiero europeo sin fronteras para los fondos y sin supervisor comunitario. De modo que los impagos de deudas hipotecarias en Michigan, convertidas en títulos adquiridos por otros bancos, se convirtieron en pérdidas para ahorradores españoles.

En tercer lugar, para las grandes operaciones se practica, desde entidades en paraísos fiscales offshore, el denominado arbitraje regulatorio o legislativo, que designa la posibilidad de optar o de combinar diferencias entre las diversas legislaciones nacionales o jurisdiccionales, tanto en fiscalidad como en la regulación y el grado de control y supervisión financiera.

La banca en la sombra, responsable de la especulación y de las burbujas financieras e inmobiliarias en los años anteriores a la crisis, según los analistas críticos, habría producido la mitad del nuevo crédito generado en los EEUU; y la financiación de esos instrumentos innovadores ligados a centros offshore, que obtenían efectivo barato a corto plazo, alcanzaba el pico de los 1,2 billones de dólares en el verano de 2007, mientras que en años anteriores había oscilado entre los 600 y los 700.000 millones (Financial Times, 16-12-2007).

Obviamente, la crisis financiera produjo el progresivo desmantelamiento parcial de esa operativa bancaria offshore, reflejado en la contabilidad de los bancos matrices con pérdidas millonarias y reduciendo al mismo tiempo su volumen. Pero sin llegar a la desaparición de sus instrumentos bancarios opacos, porque ni las nacionalizaciones sui géneris ni las ayudas ni avales de los gobiernos de la Unión Europea han exigido a la banca la supresión de filiales y sociedades instrumentales en paraísos fiscales -como solicitó Attac-España al Gobierno en 2005- y que el G-20 tendrá que abordar en serio para superar la crisis del sistema.

Juan Hdez. Vigueras es Autor de La Europa opaca de las finanzas y sus paraísos fiscales offshore'.



EL CONGRESO ANTE LA CRISIS ECONOMICA


MAURICIO CABRERA GALVIS, Cali, Marzo 15 de 2009

En los países donde funcionan de verdad las instituciones democráticas, el Congreso es el sitio donde se discuten los grandes problemas del país y se debaten las propuestas para enfrentarlos, es el foro donde se analizan y aprueban las políticas públicas que marcan el sendero de desarrollo de la sociedad. Por el contrario en los regímenes caudillistas las grandes decisiones se toman en el sanedrín intimo del caudillo, sin ningún tipo de consulta o participación democrática, y el Congreso se utiliza solo como fachada para legitimar algunas, en realidad muy pocas, de esas decisiones y así mantener la ilusión de la democracia.

Estas consideraciones vienen a cuento a propósito de la agenda legislativa que ha anunciado el gobierno para las sesiones del Congreso que empiezan esta semana, y las posiciones fijadas por congresistas de los distintos partidos frente a la misma.

El problema principal, principalísimo, que hoy enfrenta no solo Colombia sino el mundo entero es la mayor crisis financiera de la historia, que está generando que por primera vez desde 1945 el conjunto de la economía mundial entre en recesión, es decir que disminuya la producción y el ingreso de todo el mundo, que aumente el desempleo y que se incremente el número de pobres e indigentes.

Ante una crisis de tales proporciones, los mandatarios de los países democráticos están llevando a sus respectivos Congresos, propuestas y proyectos de Ley para implementar políticas y planes de acción que les permitan enfrentar la recesión y el desempleo. En su primer mes de gobierno el presidente Obama logró que el Congreso le aprobara una ambiciosa Ley de Estímulos Económicos; en Inglaterra el Primer Ministro Brown tiene que ir cada semana al Parlamento a defender su plan de rescate de los bancos; en México el presidente Calderón también presentó al Congreso un conjunto de propuestas para aumentar la inversión pública, y así en muchos países.

En Colombia no sucede nada ni siquiera parecido. De una parte porque el gobierno sigue pensando que estamos blindados frente a la crisis, por lo que no tiene un plan estructurado para hacerle frente y solo hace anuncios gaseosos (como decir que va a buscar inversionistas árabes) o toma medidas aisladas y puntuales (como bajar las tasas de interés o los créditos para compra de vehículos y electrodomésticos). De otra parte, porque aún en las pocas medidas anunciadas se ha prescindido totalmente de la participación del Congreso.

El menosprecio del gobierno de Uribe por el papel del Congreso es total y raya en la inconstitucionalidad. El caso más reciente es el congelamiento del precio de la gasolina que implica un aumento de los impuestos que pagan los consumidores. Existen argumentos que podrían justificar este impuesto, aún en medio de la desaceleración económico, pero para financiar un aumento de la inversión pública y no para guardarlo. Lo que es ilegal es que se haga por decreto presidencial, pues cualquier cambio en los impuestos debe ser aprobado por el Congreso.

El argumento de que el Congreso no estaba en sesiones es deleznable porque el gobierno puede citar a sesiones extras. Si lo hizo a medianoche para salvar el referendo reeleccionista, ¿por qué no hacerlo para enfrentar la recesión o cambiar los impuestos? La falsedad de este argumento se evidencia todavía más porque en la agenda legislativa de las próximas sesiones no hay incluido ni un solo proyecto de medidas para enfrentar la crisis.

La verdadera explicación es que Uribe sigue convencido que el crecimiento económico depende solo de la seguridad “democrática” y la confianza inversionista; por eso quiere convencernos a los colombianos que la mejor estrategia contra la crisis es aprobar su reelección para continuar con esas políticas.

Mientras los Congresos del resto del mundo discuten como salir de la crisis económica, en Colombia las mayorías uribistas se dedicarán a violentar la Constitución para aprobar el referendo reeleccionista.



La explosión del desempleo


Ignacio Ramonet, Le Monde Diplomatique, No. 161.

Hay que repetirlo: la crisis aún no ha tocado fondo. Y las próximas noticias van a ser peores. Las Bolsas siguen desplomándose. Los planes de rescate fracasan uno tras otro. No impiden que las principales economías del mundo -Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, España- entren en recesión. Grandes o pequeños, los bancos se hallan en situación objetiva de quiebra. Si no se nacionaliza la banca urgentemente y en bloque, el sistema financiero occidental podría perecer.

Lo más grave es que esta nueva fase de la crisis arrastrará a algún país en su caída. Por ejemplo: Irlanda, inmersa en una grave recesión, con un sector bancario muy vapuleado y un déficit público que podría elevarse hasta el 11% del PIB. Otros países (Letonia, Estonia, Ucrania, Pakistán) podrían declararse en quiebra.

El huracán económico se ha llevado por delante una cuarta parte de la riqueza mundial. Y está provocando, en casi todo el planeta, el cierre de fábricas, la explosión del desempleo, una escalada proteccionista y la radicalización de las protestas sociales.

Causa de pobreza, de angustia y de exclusión, la lepra del desempleo se extiende. En Estados Unidos, la recesión ha destruido 3,6 millones de puestos de trabajo, a un ritmo nunca visto. La mitad durante los últimos tres meses. El total de parados ya asciende a 11,6 millones. Y firmas gigantes como Microsoft, Boeing, Caterpilar, Kodak, Pfizer, Macy's, Starbucks, Home Depot, SprintNextel o Ford Motor planean desprenderse de 250.000 asalariados en 2009. La confianza de los consumidores se ha desplomado.
En China, la caída de las exportaciones provoca el hundimiento de la producción fabril y despidos masivos. Más de 20 millones de trabajadores venidos del campo han perdido su empleo. En la India, entre octubre y diciembre de 2008, medio millón de puestos de trabajo se destruyeron.
En Francia, una cifra resume la magnitud del seísmo: el número de horas de paro forzoso pasó de 200.000 en enero de 2008 a 13 millones en diciembre (1). Ya hay más de 2,5 millones de desempleados. Y para los menores de 25 años, el aumento de la tasa de paro alcanzó, en 2008, el 20%...
En España, durante el pasado mes de enero, el número de despidos aumentó en casi 200.000 personas; y el total de desocupados sobrepasa ya los 3.320.000. En 2009, el paro afectará a unos 850.000 trabajadores más, con lo cual la suma de parados superará los cuatro millones... Más de 827.000 hogares cuentan con todos sus miembros desempleados...
En la UE, el número de parados es de 17,5 millones, 1,6 millones más que hace un año. Y para 2009, se prevé la pérdida de 3,5 millones de empleos. En 2010, la desocupación escalará hasta el 10% de la población activa.
En Sudamérica, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2009, se registrará un aumento de 2,4 millones de desempleados. Si bien los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay), así como Venezuela, Bolivia y Ecuador, podrían capear el temporal, varios Estados centroamericanos, México y Perú, por sus lazos con la economía estadounidense, sufrirán.
El director general de la OIT, Juan Somavía, estima que el número de desempleados en el mundo (190 millones en 2008) podría incrementarse en 51 millones más a lo largo de 2009. Y recuerda que los trabajadores pobres (que ganan apenas dos euros diarios) serán 1.400 millones, o sea el 45% de la población activa mundial (2).
La brutal explosión del desempleo provoca naturalmente el retorno del nacionalismo económico. Rusia ha decidido elevar el gravamen para los coches importados y ha introducido aranceles a la carne de ave y de cerdo. Ecuador lo ha hecho para los teléfonos móviles y el material de transporte. La India ha anunciado que prohibirá durante seis meses la importación de juguetes de China. Argentina e Indonesia han creado nuevos aranceles para limitar algunas importaciones.
Grecia ha prohibido a sus bancos que socorran a las sucursales en otros países balcánicos. EEUU ha decidido apoyar a las Big Three (Chrysler, Ford, General Motors) de Detroit, pero sólo para que salven sus plantas en el país. No ayuda a las multinacionales extranjeras (Toyota, Kia, Volkswagen, Volvo) instaladas en su territorio. Francia y Suecia han anunciado que condicionarán las ayudas a sus industrias automotoras: sólo podrán beneficiarse los centros ubicados en sus respectivos países. La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, declaró que el protectionismo podía ser "un mal necesario en tiempos de crisis". El ministro español de Industria, Miguel Sebastián, insta a "consumir productos españoles". Y en Alemania, gran país exportador, una reciente encuesta reveló que el 78% de los empresarios de PYME eran favorables a medidas protectionistas (3).
Este auge del nacionalismo económico está provocando brotes de xenofobia. En Reino Unido, uno de los países más golpeados por la crisis, con unas previsiones de reducción de la actividad del 2,8%, miles de obreros del sector de la energía, gritando la consigna " UK jobs for British workers! " ("Empleos británicos para trabajadores británicos"), se declararon en huelga contra la contratación de trabajadores portugueses e italianos en las obras de la refinería Total de Lindsey (Lincolnshire). Al mismo tiempo, en ese mismo país, cientos de miles de polacos eran "invitados" a regresar a su tierra natal. Igual en Irlanda, donde el sentimiento antipolaco crece a medida que aumenta el índice de desempleo. En Italia se está expulsando sin miramientos a los rumanos. Y en todas partes se cuestiona el derecho de residencia de los inmigrantes legalmente establecidos (l éase, p. 3, el artículo de Javier de Lucas ).
En numerosos países, grandes empresarios o banqueros que reclaman a gritos -y obtienen del Estado- ayudas millonarias, se aprovechan de la crisis para despedir a mansalva y reducir costes. Una actitud que, en el actual contexto de crecimiento descontrolado del desempleo, enfurece. Por eso se multiplican las protestas sociales. Las turbulencias ya han causado la caída de los Gobiernos de Bélgica, Islandia y Letonia. Se han registrado manifestaciones en Francia, con una huelga nacional el 29 de enero, enfrentamientos violentos en Guadalupe y una nueva jornada nacional de acción prevista para el 19 de este mes. Los países más vulnerables de la UE: Hungría, Bulgaria, Grecia, Letonia, Lituania... también han registrado protestas y disturbios más o menos violentos.
Para los ciudadanos, el desempleo es una de las peores formas de represión; una demostración en carne propia de la violencia del capitalismo. Por eso la rabia. Se avecinan tiempos sombríos. El concepto de crisis no alcanza a explicar el momento que estamos viviendo. Un cambio de era. Una mutación de valores. ¿Una esperanza de justicia y de progreso?


Notas:
(1) Sami Nair, "¿Xenofobia o Europa social?", El País , Madrid, 7 de febrero de 2009.
(2) Le Monde , París, 28 de enero de 2009.
(3) Time Magazine , 4 de febrero de 2009.



Pa´ los de ruana

Jorge Mejía Martínez, Jorge.mejia@une.net.co
La ley sí es pa´ los de ruana. El viernes pasado venció el primer plazo para que empezaran a correr las inhabilidades de los servidores públicos ordenadores del gasto y con jurisdicción y mando, aspirantes al Congreso de la república dentro de un año. En la radio y en la prensa, los comentaristas políticos, invierten horas y páginas enteras, especulando con los nombres y con el momento exacto para presentar las renuncias. La tensión se apodera de quienes previamente se dedican a deshojar margaritas. Como la actividad política no arranca a partir de ese momento, sino que continua, los funcionarios que asisten a reuniones se hacen en las filas de atrás y esconden la cara si alguien levanta una cámara fotográfica, filmadora o un celular. Los funcionarios adeptos a la política se vuelven vergonzantes. Con razón a la mayoría de los activistas que se colocan con el gobierno, con acelerada rapidez se les muere la vocación política. Por lo menos eso es lo que ocurre en los niveles departamental y municipal. Con la nación es diferente.
Los Ministros todo el tiempo hacen política. Se la pasan asistiendo a los eventos partidistas, supuestamente para rendir informes de gestión o construyendo candidaturas. Por los medios de comunicación dejan circular todo tipo de versiones especulativas, muy pocas veces desmentidas, sobre aspiraciones políticas alimentadas desde los despachos ministeriales a partir de entregar lisonjas y dadivas por doquier, para cobrar los dividendos electorales cuando llegue la ocasión. Los ejemplos sobran. El último es el Ministerio de Transporte: Andres Uriel, con paciencia Franciscana se dedicó a tejer la candidatura de uno de sus asesores por todo el territorio nacional. Su Ministerio tiene candidato al Senado de la república. El Asesor llegó al cargo como un reconocido delfín liberal y salió ungido como aspirante del partido de la U. El problema es para el papá, un connotado dirigente bermejo de toda la vida, quien acostumbró a la membrecía de su directorio político a enfrentar las batallas electorales esgrimiendo, con gran inutilidad en las últimas décadas, el discurso y el trapo rojo. Tarea difícil le espera a este respetable hombre.
Pero los Ministros simplemente siguen un patrón establecido desde la oficina del Presidente de la República. Álvaro Uribe no lo niega, cada rato lo refriega: vive en campaña política permanente y lo que más le gusta es hacerse a los “voticos”. La reelección es una opción típica del juego político. Ya sea por parte del gobernante o de los corporados. El tema de la reelección presidencial embadurnó los 6 años del gobierno Uribe Vélez. Por la permanencia en el poder de la misma persona se ha hecho lo que sea: modificar a dentelladas la Constitución Nacional o hacer malabares tramposos alrededor de un malmanejado referendo.
Carlos Mario Serna fue el último Alcalde liberal del municipio de Itaguí. Hace varios años. La debacle liberal arrancó con la suspensión e inhabilitación del burgomaestre porque alguien filmó con una cámara escondida una reunión donde Carlos Mario Serna insinuaba el nombre de su sucesor en la alcaldía. Fue Troya. El peso de la ley con gran dureza cayó sobre la humanidad de quien ante unos enemigos avispados –en el poder desde aquel entonces dedicados a hacer lo mismo- dio papaya. De allá a acá la ley no ha cambiado. Sigue la misma falacia y la doble moral; los funcionarios públicos que quieran hacer política tienen que renunciar a sus cargos con un año o seis meses de anticipación. Pero al Presidente de la República y a sus Ministros, no los cobija la misma Constitución Nacional o la misma normatividad que si le es aplicada al resto de los mortales de esta patria. El Presidente interviene en los asuntos internos de los partidos, señala con su dedo al sucesor o envía con palmada en la espalda ante los micrófonos y las cámaras de TV una escuadra de subalternos para revitalizar campañas electorales u oxigenar un partido que no esconde su influencia por que lleva como nombre, y como razón para mostrar, la primera letra del apellido del mandatario. La ley es pa´ los de ruana.


En Defensa de Keynes
César González Muñoz.
Hay una sentencia de John M. Keynes, en su libro más famoso, La Teoría General (etc.) que se repite incesantemente en muchos debates entre economistas. Voy a ponerla otra vez aquí: “Las ideas de los economistas y de los filósofos políticos, así sean correctas o incorrectas, son más poderosas que lo que normalmente se cree. De hecho, el mundo está regido por poca cosa más que eso. Los hombres dedicados a la práctica, quienes se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son usualmente esclavos de algún economista difunto. Orates con autoridad, que oyen voces en el aire, están destilando su locura de algún escribiente que vivió hace años.”
Buena frase. Ahora el propio señor Keynes es uno de los economistas difuntos más famosos (el otro ha de ser Milton Friedman). En esta época de grave crisis de la economía mundial, su influencia intelectual real o supuesta, sus enseñanzas prácticas bien o mal aplicadas, su doctrina bien comprendida o tergiversada, están en los labios y en los escritos de gobernantes, legisladores, autoridades monetarias y analistas económicos. Hasta las revistas de interés general y los periodistas de la redacción general proponen, por ejemplo, que hoy día “todos somos keynesianos”. De hecho, el semanario The Economist en su versión electrónica abrió un debate sobre el tema, que ha tenido centenares de contribuciones.
¿De dónde viene el interés popular (hasta cierto punto) por el tema? Viene de la creencia de que fue Keynes quien inventó la idea de salir de las recesiones mediante la reducción temporal de impuestos y de una estrategia de gasto público a gran escala, financiado con deuda. Es más: las contribuciones doctrinarias y teóricas de este pobre economista difunto, has sido reducidas a una simpleza: A que decir “keynesiano” es lo mismo que decir audaz y lo atrevido en materia de generar enormes déficit públicos y de propiciar y estimular el consumo privado a tutiplén, para mantener un alto nivel de empleo. Keynes se revolvería en su tumba si pudiera leer algunos críticos de las políticas de estímulo fiscal que ahora mismo están arrancando en todas partes del mundo para defenderse de la recesión. Dichos críticos dicen que la crisis financiera en Estados Unidos, el hartazgo del endeudamiento privado y público, la colosal deuda pública gringa, japonesa y de otros países ricos, es de la más fina y auténtica tradición “keynesiana”. Y que ahora, en el máximo de contradicción, se están aplicando medidas “keynesianas” para remediar lo que la misma doctrina había dañado.
Es justo decir que Keynes no tenía que haber escrito todo lo que escribió para proponer una política de inversión pública para corregir el desmayo del gasto privado, con sus implicaciones sobre el empleo. Y es cierto, también, que las propuestas de política pública planteadas por el economista inglés coincidieron en el tiempo, o incluso fueron precedidas, por otros autores, como el colombo – canadiense Lauchlin Currie.
Hay una corriente intelectual entre los economistas académicos que se opone firmemente a las estrategias contemporáneas de estímulo fiscal. Es una opinión que considera que el énfasis debe ponerse en reparar el mecanismo del crédito y en dejar que los imperativos del mercado financiero se apliquen de manera irrestricta. Esta escuela admite que el dolor social del desempleo puede ser grande, pero que la enfermedad será peor si se pretende sanarla mediante medicinas “keynesianas”
Sumándome al estropicio de intérpretes, creo que lo que Keynes defendería hoy con vehemencia sería la puesta en marcha en todos los países de un programa permanente de inversiones públicas que fuera por lo menos igual a la inversión privada pero quizás el hombre estaría aterrado ante las perspectivas actuales de la deuda pública en muchos países