miércoles, 5 de diciembre de 2007

CONTENIDO


• Un intento espurio de retrasar el bicentenario, Armando Martínez Garnica.
• ¿Qué compraría Jesús?, Amy Goodman.
• Carta a la juventud Liberal, Jenny Lindo.
• El futuro del Liberalismo, Ramón Elejalde.
• Pakistán, Ignacio Ramonet.
• Elementos para la generación de valor: las enseñanzas de Toyota. Octavio Ramírez Rojas.
• La Eva moderna, desde la antigüedad, Lila Yolanda Andrade.
• Cuando las palabras perjudican a la política, Ricardo Lagos.
• Mi vergüenza, Iván Marulanda.
• Darfur: Bancos suizos en el banquillo de los acusados. Mundoárabe.org
• Guerra contra los pobres, Jeffrey D. Sachs.
• ¿Es que no tienen vergüenza?, Amy Goodman.
• Es que no tengo ganas, César González Muñoz.
• Una sociedad insolidaria, Cecilia López Montaño.
• Chávez pa’ rato, Octavio Quintero.




Un intento espurio de retrasar el Bicentenario


Armando Martínez Garnica, Presidente de la Academia de Historia de Santander

En el acta del cabildo extraordinario reunido en la ciudad de Santafé durante la noche del 20 de julio de 1810, cualquier colombiano de hoy puede leer que en la Junta que allí resultó organizada fue depositado “el gobierno supremo del Nuevo Reino de Granada”. Esa Junta fue comisionada para elaborar la primera carta constitucional republicana, en concierto con los diputados de todas las otras provincias del Reino y “sobre las bases de libertad e independencia” de todas ellas, que en adelante deberían ligarse por un sistema federativo, cuya representación residiría en la capital. Todos los diputados aclamados para integrar esta Junta Suprema del Reino juraron, poniendo la mano sobre los Santos Evangelios, obedecer la Constitución que se redactaría y “conservar la libertad e independencia de este Reino en los términos acordados”, y después tomaron posesión en sus empleos los nuevos funcionarios de gobierno escogidos por “la soberana voluntad del pueblo tan expresamente declarada en este día”. Esa noche había ocurrido una revolución política caracterizada por la transferencia de la soberanía, antiguo patrimonio de la familia real española, al pueblo de las provincias neogranadinas, al menos mientras Fernando VII pudiese ser liberado de su retención en Francia y vuelto a su trono usurpado.
Cinco semanas después, el 27 de agosto de 1810, los dos editores del Diario Político de Santafé de Bogotá – José Joaquín Camacho y Francisco José de Caldas -, anunciaron en su prospecto inaugural que afianzarían “la libertad y la independencia” por medio de la imprenta, advirtiendo que el día 20 de julio de 1810 se había “conquistado nuestra independencia” por la organización de una Junta en la que fue depositada la autoridad suprema. Un año después, según anotó en su Diario de noticias particulares el sastre José María Caballero, se conmemoró el primer año de “la revolución e instalación de la Suprema Junta” con luminarias puestas en toda esta ciudad, tedeum en la Catedral, parada militar con banderas y descargas de cañones en la Huerta de Jaime.
En Cartagena de Indias, los editores de El Argos Americano publicaron en su segunda entrega, del 24 de septiembre de 1810, un artículo titulado “Independencia de la América” en el que copiaban algunas observaciones sobre la “próxima independencia” que ocurriría en este continente, convertido en “el teatro de importantes acontecimientos”, y sobre la manera como sería recibida en Francia e Inglaterra. Dos años después, cuando el impresor Diego Espinosa de los Monteros editó un debate entre El Curioso, El Amante de sus Derechos y otras personas sobre el tema de la separación de poderes en el Estado de Cartagena, todos dataron sus ponencias en el año de 1812, calificándolo como el “segundo de nuestra independencia”.
Esta tradición contable del tiempo republicano fue afianzada en la República de Colombia: todas las entregas del primer año de la Gazeta de Colombia, comenzadas en la Villa del Rosario de Cúcuta el jueves 6 de septiembre de 1821, agregaron a su data la indicación de que se trataba del Año 11º de la independencia. El coronel Domingo Caicedo, presidente de la Cámara de Representantes del año 1823, clausuró las sesiones ordinarias expresando esta tradición de la cronología republicana: según su autorizada opinión, esta legislatura del año 13º de la República [1823] se había esmerado por remover “las causas que nos han abismado en el colmo mayor de males a que llegamos el año 6º [1816]” . El 20 de julio de 1823, el redactor de la entrega 37 del periódico El Patriota escribió: “Hoy contamos trece años de esfuerzos para hacernos independientes de España. A una hora como ésta (las 9 del día) éramos todavía el año 1810 colonos de los españoles; de entonces a hoy, ¡cuántos sucesos de toda especie hemos presenciado! Hoy es un día de recuerdo muy grato para los antiguos patriotas que trabajaron con audacia en derrocar el pode godo en este país”. En consecuencia, convocó a los colombianos de ese tiempo a recordar “el aniversario de la revolución de Santafé de Bogotá con las mismas emociones de contento y regocijo con que nosotros lo hacemos en este día”. El 10 de agosto siguiente, El Patriota recordó que este día se contaban apenas cuatro años “de la restauración de la libertad en la capital de la antigua Nueva Granada”, pues el 10 de agosto de 1819 fue el día en que el Libertador entró a Santafé, tres días después del resultado de la batalla de Boyacá. Lo acaecido en los “campos gloriosos de Boyacá” no era, en su opinión, más que una “restauración” de la independencia de 1810. Un año antes, Vicente Azuero había escrito en la primera entrega de su periódico La Indicación un artículo titulado “20 de julio de 1822”, en el cual se decía que en este día los bogotanos conmemoraban “los 12 años en que desplomó el imperio del rey Fernando en la capital de la república y que se cantaron en ella los primeros himnos a la libertad”.
Los testimonios documentales no dejan duda alguna: 1810 fue, en el Nuevo Reino de Granada, el año de la independencia, de la transferencia de la soberanía del monarca español cautivo a unas juntas provinciales que reasumieron en sí la soberanía popular. Esta fue la representación que compartieron sus contemporáneos, en todas las provincias de su jurisdicción, y la que mantuvieron, como tradición, las generaciones posteriores que anualmente conmemoraron con diversos rituales cívicos, religiosos, militares y escolares, la independencia. Se recuerdan especialmente las conmemoraciones de 1872, narrada por José María Cordovez Moure - en la que el presidente Murillo Toro terminó su alocución con un viva a la independencia -, y la del Centenario de 1910, que tantos eventos reunió en todos los municipios del país, dejando hasta hoy el legado de los parques de “la independencia” o “del Centenario”.
Pero hoy, cuando sólo restan tres años para la conmemoración bicentenaria de la independencia, los planificadores del desarrollo nacional han introducido una representación anacrónica en sus cálculos. En el primer párrafo del resumen ejecutivo del documento oficial publicado por el Departamento Nacional de Planeación bajo el título de Visión Colombia II Centenario, 2019, se lee lo siguiente: “El 7 de agosto de 2019 Colombia celebrará dos siglos de vida política independiente”. Con tal supuesto, el cálculo planificador de la actual Administración del Poder Ejecutivo nacional mira hacia el año 2019 y lo presenta como el de la conmemoración bicentenaria de nuestra independencia, que es lo mismo que decir “vida política independiente”.
Como el acontecimiento que le ha servido al Departamento Nacional de Planeación para tal cálculo es la batalla librada el 7 de agosto de 1819 en el puente de Boyacá, dejemos que sea el general Carlos Soublette quien nos diga, en el parte que firmó al día siguiente en Ventaquemada, si efectivamente se trató del ingreso a “la vida política independiente”. En su parte apenas se reconoció una “memorable jornada”, de incalculables ventajas conseguidas para la República, pero sólo una “gloriosa victoria obtenida”. En definitiva, un triunfo decisivo de las tropas del Ejército Libertador, pues “pocas veces había combatido con tropas tan disciplinadas y tan bien mandadas”.
Quizás sea mejor que el general Simón Bolívar, quien ya había sido nombrado presidente de Venezuela en Angostura, quien nos diga cómo se representó a sí mismo esta “memorable jornada”. En el Copiador de Órdenes que Alejandro Osorio abrió en Santafé, el 11 de agosto de 1819, el libertador dictó el siguiente encabezamiento a su decreto de devolución de bienes secuestrados:

Restablecido felizmente el Gobierno Liberal de la República, por la fuga de los tiranos que la oprimían, para dar un día de consuelo a los fieles hijos del país, que han gemido por su horrible depredación, he determinado a mi ingreso en esta capital….

No hay duda alguna: la gloriosa jornada del 7 de agosto de 1819 no fue un ingreso a la “vida política independiente” de Colombia, sino apenas el “restablecimiento del gobierno liberal”, la restauración de la Primera República de 1810. Pisoteada por alguna historiografía espuria que la rebajó a la condición de “patria boba”, la Primera República ya tenía en su haber nueve cartas constitucionales de estados provinciales y un Acta de federación reformada un par de veces, más una experiencia política de un quinquenio sin la cual no habría sido posible la redacción de la Carta de la villa del Rosario de Cúcuta en 1821.
El 21 de septiembre de 1819, cuando el libertador regresó a Venezuela con el ejército libertador de la Nueva Granada, entró en posesión de la vicepresidencia de la Nueva Granada el general de división Francisco de Paula Santander. En su discurso de posesión dijo entonces que la batalla de Boyacá no había sido más que la “regeneración” de la libertad que los granadinos habían perdido en 1816 por obra de “la apatía, de la confianza, de la intriga y la desunión”. Se trataba entonces de una “restitución” de la libertad que había sido prometida por él en Casanare a comienzos de ese año. En consecuencia, lo que seguía no era más que el esfuerzo de mantener a la Nueva Granada en “el catálogo de los pueblos libres”, evitando una nueva servidumbre por cuenta de los vicios políticos que a sus ojos explicaban la derrota de 1816.
En la Relación sobre las acciones del general Simón Bolívar en la campaña de la Nueva Granada de 1819 que escribió y publicó el general Santander en 1820, advirtió su autor que en ella no hablaría de los sucesos acaecidos desde 1810, sino “sólo del restablecimiento de la República de Nueva Granada en 1819”. Para este fundador de Colombia, la victoria de Boyacá no había sido más que un “restablecimiento” del régimen republicano inaugurado en 1810, pues apenas le había “restituido” a una parte del pueblo neogranadino su libertad. En esta Relación, informó sobre las once provincias que entre 1810 y 1816 se habían visto “reunidas bajo el gobierno de la República”.
Al conmemorarse los cuatro años de la entrada del Libertador a Santafé, el redactor del periódico El Patriota escribió, en la edición conmemorativa del 10 de agosto de 1823 (Nº 40), lo siguiente: “Contamos cuatro años hoy de la restauración de la libertad en la capital de la antigua Nueva Granada…”. Era el mismo sentido que le había dado Bolívar a su entrada a la capital después de la victoria de Boyacá.
Examinemos ahora los balances contemporáneos de lo que significó la experiencia de la Primera República (1810-1816). En su primer informe administrativo como secretario del Interior y Justicia, presentado al vicepresidente Santander el 31 de diciembre de 1819, Estanislao Vergara hizo un balance –desde la perspectiva de un santafereño- de la experiencia de la Primera República:

Ante los sucesos de Bayona, las provincias se erigieron en soberanas y por mucho tiempo carecieron de un gobierno general que las uniese a todas. Y cuando al fin lo establecieron, no le concedieron pleno vigor y actividad. Incluso cuando centralizaron los ramos de hacienda y guerra quedaron los gobernantes generales en la misma impotencia porque los gastos de cada gobierno provincial eran superiores a sus ingresos, y no había fondos suficientes para sostener y armar ejércitos. De este modo, “la consunción, la debilidad, llevaron al sepulcro a nuestra anterior República, quedando todos convencidos que el federalismo, por muy perfecto que sea, no era conveniente en estos países y en aquellas circunstancias.

Pero la mayor experiencia fue la de que había que aprender a mandar un pueblo “que repentinamente ha mudado su forma de gobierno”, pues en estos casos hay que mantener el imperio de las leyes anteriores que mantenían el orden. Resulta así un gobierno mixto y complicado, que trae muchos inconvenientes. Teniendo a la vista la experiencia de la Primera República, Bolívar decretó la permanencia de las instituciones que gobernaban a los pueblos: un Tribunal Superior de Justicia reemplazó de inmediato a la Real Audiencia, con sus mismas atribuciones. El tribunal de cuentas siguió gobernándose por las leyes de Indias. El superintendente de Hacienda ejerció sus funciones conforme a la ordenanza de intendentes de México. Todas las rentas fiscales fueron conservadas. Y estableció un gobierno fuerte y enérgico en la Nueva Granada, con atribuciones ejecutivas muy amplias.
Por su parte, el coronel José María Vergara presentó ante el Congreso de Angostura, el 12 de junio de 1819, actuando como diputado de la provincia de Casanare, el siguiente balance:

Los pueblos de la Nueva Granada estaban acostumbrados a sufrir en silencio el despotismo, la insolencia y la arbitrariedad de virreyes y gobernadores españoles. La revolución los puso en situación de mejorar su suerte; ellos eligieron un gobierno popular, gozaron por seis años del derecho de mandarse a sí mismos, tuvieron constituciones liberales, comercio libre, libertad de imprenta, sacudieron el yugo inquisitorial, y sus representantes tuvieron un miramiento que puede llamarse criminal en imponer contribuciones; jamás se derramó por el Gobierno republicano una sola gota de sangre, y su filantropía llegó a ser tanta que fue la ruina de la República... Ellos conocen ya los defectos del Gobierno que tenían sin olvidarse de la Libertad que disfrutaron. Maldicen la debilidad de sus antiguos gobernantes, pero conservan una memoria grata de su sistema .

Por estos antecedentes, aconsejó al general Bolívar proceder con prudencia en su campaña libertadora de la Nueva Granada, evitando toda arbitrariedad, restableciendo los gobiernos provinciales “provisionalmente como estaban el año de 16, es paso que exige la necesidad de poner un gobierno, y ninguno es más justo que el que eligieron los mismos pueblos y al que se habían acostumbrado”.
No hay duda alguna: la independencia de 1810 es el acontecimiento fundador del estado nacional en la antigua jurisdicción del Nuevo Reino de Granada, tal como se ha conmemorado por muchas generaciones durante 197 años. ¿Podrá la ignorancia histórica de los planeadores de hoy, economistas metidos a “historiadores”, escamotear la conmemoración bicentenaria del 2010? ¿Es que a nadie le importan ya en este país esas voces de los muertos que nos llegan “del pasado”?



¿Qué compraría Jesús?


Publicado el 20 de Noviembre de 2007, Por Amy Goodman

"Viernes Negro”, Black Friday, es el nombre que los vendedores minoristas han puesto al día siguiente al Día de Acción de Gracias en su intento de hacer que Navidad sea sinónimo de ir de compras. El Viernes Negro se espera que los estadounidenses acudan en manada a los centros comerciales, ansiosos de los descuentos, armados con sus tarjetas de crédito. Los analistas empresariales llenan el espacio radial con predicciones sobre cómo se comportará el caprichoso comprador, y sobre en qué medida el precio de la gasolina y la crisis de las hipotecas de alto riesgo afectarán las compras en estas fiestas. Al Viernes Negro le sigue el “Cyber-Lunes”, Cyber Monday, un nombre acuñado por la industria minorista para dar bombo a las compras por internet. Escuchando los informativos de negocios, uno podría concluir que no sólo el futuro de la economía de EE.UU., sino el de la propia humanidad, depende de las masivas y frenéticas compras de las fiestas navideñas.

El Reverendo Billy es el predicador callejero interpretado por Bill Talen, un activista anti-consumismo de Nueva York que es el protagonista del nuevo largometraje documental que llega a los cines esta semana: “What Would Jesus Buy?” (¿Qué compraría Jesús?). El film ha sido producido por Morgan Spurlock, que alcanzó la fama con su documental “Super Size Me”, en el que mostraba su declive físico y mental durante un mes en el que comía únicamente comida de McDonald’s para desayunar, almorzar y cenar.
En la película, Talen y su sorprendente Coro de Góspel Stop Shopping (Basta ya de comprar) recorre el país en dos autobuses que funcionan con biodiésel, celebrando falsos conciertos públicos de góspel que denuncian el “Comprapocalipsis” -“Shopocalypse” -, nuestra flagrante cultura consumista impulsada por el crédito y las empresas, y su dependencia de trabajos en condiciones de explotación en otros países y de trabajos mal pagos en Estados Unidos; mientras tanto, destaca la importancia de las economías locales, de ciudades pequeñas y pueblos, la fuerza y el valor que supone el comprar artículos de comercio justo, y la importancia de ser feliz con menos.
“Estamos hoy aquí, a 28 días de Navidad”, entona el Reverendo Billy al comienzo de su gira, dirigiéndose a su congregación del Greenwich Village, y continúa: “tras filas y filas de carteles publicitarios, con supermodelos mirándonos desde lo alto vestidas con su lencería navideña, carteles con imágenes de café con leche y esencia de jengibre que fingen el espíritu navideño de Charles Dickens...vamos a recorrer este país adicto a las compras”. Después añadiría: “Nos sentaremos y derrotaremos los bulbosos pies amarillos del logotipo comercial más famoso del mundo, el que ha decidido robar la imaginación de nuestros niños y niñas durante 80 años, el demonio, Mickey Mouse”.

En su camino de Nueva York a Disneylandia, el reverendo y su rebaño se detienen en el centro comercial Mall of America, en Minnesota, en la sede central de Wal-Mart en Bentonville, Arkansas, y en numerosas cafeterías Starbucks y grandes comercios como Target y Staples, educando e invitando a participar, confrontando y confundiendo, con su creativo teatro callejero y acción directa. En Traer, Iowa, conocemos a Michael Reuman, cuya tienda de ropa permanece abierta desde hace más de 100 años: “Wal-Mart está matando a las pequeñas ciudades de Estados Unidos. Tenemos dos hijos y no he alentado a ninguno de ellos a que se dediquen a la tienda. No hay futuro aquí”.
Esta semana, Charles Kernaghan, del Comité Nacional del Trabajo (NLC, por sus siglas en inglés), hizo público frente a la Catedral de San Patricio en Nueva York un sorprendente informe sobre las condiciones de explotación laboral en las que se fabrican crucifijos en China. San Patricio, la Iglesia de la Trinidad de Nueva York y la Asociación de Minoristas Cristianos venden crucifijos cuyo origen se ha rastreado hasta la fábrica Junxingye de Dongguan, China. Allí, chicas de 15 años en adelante trabajan siete días a la semana, 14 horas al día, y solamente ganan 9 centavos de dólar por hora, una vez que su alojamiento y comida han sido deducidos de su paga. Hay que preguntar en serio, qué compraría Jesús.
El Viernes Negro también es el “Buy Nothing Day” o “Día sin compras”, un día de boicot global al comercio y al consumismo. Propuesto por Kalle Lasn y sus colegas de la revista de Vancouver "Adbusters", el Día Sin Compras intenta situar en un contexto global el frenesí consumista alimentado por los anuncios y apoyado por los medios informativos. Kalle afirma: “Conducir coches híbridos y reducir las emisiones contaminantes de la industria es genial, pero es como ponerle una simple curita a la herida si no atacamos el problema central: tenemos que consumir menos”.
El movimiento del comercio justo está creciendo, se centra en productos seguros y orgánicos producidos de forma local, por personas que reciben no solo un salario mínimo legal, sino un salario digno. Se están formando redes de negocios sustentables y organizaciones sin fines de lucro que vinculan directamente a los productores con los consumidores, eliminando a las grandes corporaciones y a los intermediarios y permitiendo así que las personas que fabrican los artículos obtengan una mayor parte del precio final de venta. Desde ropa hasta chocolate y flores, de alimentos a combustible, se está haciendo cada vez más fácil comprar de forma ética. Heifer International tiene una selección de animales de granja que se pueden "apadrinar", y que la organización enviará a una familia pobre necesitada de cualquier parte del mundo.
En estas fiestas, invierte tu tiempo en estar con tu familia y tus amigos; es algo más valioso que el dinero. Compra en comercios locales, o busca una tienda o sitio web de comercio justo. Antes de entrar en ese enorme centro comercial, pregúntate a ti mismo: “¿Qué compraría Jesús?”
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Amy Goodman es la presentadora de Democracy Now! (www.democracynow.org), noticiero internacional diario emitido por más de 650 estaciones de radio y televisión en Estados Unidos y el mundo.
© 2007 Amy Goodman



Carta a la juventud Liberal


Jenny Lindo.

Bogota D.C, 28 de Noviembre de 2007

Para:
La Juventud Liberal Colombiana


Es realmente triste lo que en los últimos días la juventud colombiana ha tenido que presenciar, es indignante ver como la crisis de Colombia se profundiza aun más y nuestro futuro es cada vez es más desolador e incierto.

El Acuerdo Humanitario, siempre ha sido una lucha del liberalismo más que de cualquier otra organización política del país. Pero lastimosamente tenemos que ver como la humanización del conflicto se elimina por una guerra de egos entre los presidentes de Colombia y Venezuela, que apropósito, no es un problema entre las poblaciones de Colombia y Venezuela, sino entre sus mandatarios.

Es obligación del Estado preservar los Derechos Humanos y el DIH, y hemos visto la incapacidad del Gobierno nacional de cumplirlos, todo lo contrario, juegan con la paz. La valiosa gestión realizada por la Senadora liberal Piedad Cordoba es sin precedentes, como siempre y como muchos la referenciamos como una mujer luchadora, que las presiones del gobierno no la callan, puso en riesgo su vida, y como lo manifestó el Senador Liberal Hector Eli Rojas “ojala no nos la maten” por que esa es la vía que reconoce el gobierno para la solución de los conflictos. Ante todo, la ofensa y la estrategia de juego en la que el presidente Alvaro Uribe vinculo a la senadora liberal, es una ofensa a ella, al liberalismo y la Juventud colombiana.

Los Jóvenes Liberales, siempre nos hemos caracterizado por ser críticos, proposititos y luchadores. A nosotros nos duele lo que le esta pasando al país, lo sentimos, y hasta a veces incapaces tenemos que observar tantas barbaridades.

Jóvenes…amigos, para el acuerdo humanitario hay que colocar por encima de los procedimientos la esencia, que es nada mas ni nada menos, que la vida y la libertad de hombres y mujeres sin distinción alguna, que muchos de ellos le han servido a Colombia. Esa es nuestra lucha, es nuestra convicción, es la Socialdemocracia la que nos empuja, la que nos grita que tememos que hacer hechos.

Nuestros antecesores han solicitado, han marchado, han reclamado el acuerdo humanitario….hoy es nuestra exigencia. Los jóvenes tenemos capacidades organizativas sorprendentes, y como algún día lo manifestó un expresidente liberal (que hoy descanse en paz) “Cuando los jóvenes se unen por una noble causa, el país puede esperar grandes cosas”

Hay tanto por cambiar en nuestra Colombia que estamos perdiendo un tiempo precioso para iniciar si quiera la limpieza del terreno sobre el cual deberá levantarse para nuestros hijos un mejor país. Ellos nos juzgaran como nosotros hemos venido enjuiciando a quienes nos precedieron, pero en verdad ninguna generación colombiana como la nuestra, tuvo ante si tanto por hacer ni tanto de que responder ante la historia.

Por esto, hago un llamado nacional a todos los jóvenes liberales, a cerrar filas en torno al Acuerdo Humanitario, en sus comunidades, universidades, medios de comunicación, familiares, amigas, en todo escenario y con toda persona…vamos a exigir el Acuerdo Humanitario, vamos a defender la lucha liberal.

Debemos tener confianza en nuestra capacidad de escribir la historia de nuestra generación como aquella que traiga consigo solidaridad, paz, equidad y justicia para todas y todos los Colombianos. La política nacional necesita depuración, una higienización de fondo, por lo que creo un deber, el que cada Joven Colombiano en su esfera, dentro de sus posibilidades, con álgido corazón acepte el “servicio político obligatorio” que Colombia necesita de sus jóvenes más activos.

A los Jóvenes socialistas del mundo, pronto buscaremos su ayuda.

Cordialmente,

JENNY LINDO DIAZ
Codirectora Nacional por
Juventudes Liberales



El futuro del liberalismo

Ramón Elejalde Arbeláez, www.ramonelejalde.com
Los regulares resultados del pasado 28 de octubre deben servir de aliciente a los liberales para emprender la reconquista del poder en todos los órdenes. Mis lectores saben que he sido un crítico de lo sucedido y las matemáticas son contundentes. La misma Dirección Liberal, tratando de sabotear la reunión del Plan B en Bogotá, envió un elocuente documento publicado por Portafolio, donde reconoce esos precarios resultados: “(…) si consideramos la variación en el número de votos para asambleas departamentales entre las elecciones de 2003 y el 2007, el análisis varía y el resultado en su orden sería: Cambio Radical, con un incremento de votos del 485,5%; Convergencia Ciudadana, con uno del 342,4%; Apertura Liberal, con el 161,5%; Polo Democrático, con el 107%; el Partido Conservador, con el 67,7%; el partido Liberal, con el 11,4% y por último Alas Equipo Colombia, que tuvo una disminución del 13,5%”. No se necesita ser un gran matemático para saber, como lo reconoce la Dirección del Partido, que mientras Cambio Radical creció en un 485,5% en las elecciones pasadas, el liberalismo, que fue el partido de menos crecimiento electoral, apenas lo hizo en un 11,4%. Alas Equipo Colombia, según Portafolio, fue el único Partido que disminuyó votación.
Don César Pérez García, dueño del ala liberal de Alas Equipo Colombia, el partido del gobernador electo, ha dispuesto recibir a su socio don Luis Fernando Duque en la coalición de la próxima Asamblea de Antioquia. Eso confirma las sospechas que mucho albergamos sobre los comportamientos políticos de Duque, durante la campaña. Otro diputado liberal que también adhirió a la nueva coalición ha justificado su decisión con la manida frase de que “lo hace por Antioquia y por los intereses superiores del Departamento”. Como si la oposición no dignificara y no sustentara la democracia. Dirigentes de estómago, prestos a apoyar al ganador, cualquiera que él sea. Ya han comenzado las presiones sobre los alcaldes electos de origen liberal: “Luis Alfredo los tiene tachados con un lápiz rojo en su oficina” o “Yo soy el único capaz de acercarlos a Luis Alfredo y lograr que él les ayude para su gestión administrativa”. Politiquería barata, que concluirá con la presidencia de la Dirección Liberal en Antioquia de César Pérez, consolidando al dúo de Pérez y Duque, sepultureros del liberalismo antioqueño.
“Le viene bien al hombre un poco de oposición. Las cometas se levantan contra el viento, no a favor de él”, afirmó John Neal reconociendo que la oposición es necesaria en la democracia, si queremos evitar la corrupción y la politiquería. En Colombia debemos aprender que en los procesos electorales algunos ganan y deben gobernar y que otros pierden y deben hacer oposición. Entre nosotros no pasa nada porque los perdedores, al día siguiente de las elecciones, llegan con la ponchera tendida a recibir migajas de poder, perdiendo la dignidad y la vergüenza, dos palabras exóticas para la clase política, tan desprestigiada con razón. El liberalismo debe hacer oposición en Antioquia al gobierno de Ramos Botero y si todos no tienen esa vocación, como mínimo esperamos que los doctores Rodrigo Mesa y Héctor Jaime Garro, enarbolen la bandera de la dignidad.
Afortunadamente para el liberalismo la vieja clase política, la de las mañas y la de la politiquería, va en declive y surgen esperanzas renovadoras como lo son, entre otros, Aníbal Gaviria Correa y Eugenio Prieto Soto. Estos son, con muchos otros jóvenes, el futuro liberal de Antioquia. Los de las maquinaciones y los que ya superamos determinadas edades, somos el pasado. En torno a Gaviria y a Prieto debemos construir un partido fresco, un partido comprometido, un partido serio, un partido con propuestas y con ideas, un partido que sea verdadera opción de poder. Es necesario que ese liberalismo renovado se congregue en torno a un Comité o a una Fundación que lo aglutine y que lo distinga de la politiquería y las maquinaciones que se afianzan cada día en la Dirección de marras. Estamos pasando el umbral que existe entre el pasado y el futuro, hagámoslo con la esperanza del que ve la luz al final del túnel.


Pakistán

Ignacio Ramonet.

La "guerra contra el terrorismo internacional" posterior a los atentados del 11 de septiembre ha provocado ondas de inestabilidad en el Próximo y Medio Oriente que no dejan de convulsionar a nuevos países. Cronológicamente, el último es Pakistán.

Cincuenta meses después de la toma de Bagdad, el panorama geopolítico regional resulta desolador. Al atolladero militar se suma una catarata de desastres diplomáticos. Pero el riesgo terrorista no se ha reducido, contrariamente al objetivo declarado de Washington. Ningún conflicto se ha resuelto: ni el de Israel-Palestina, ni el del Líbano, ni el de Somalia. En Irak, pese a la presencia de unos 165.000 militares estadounidenses, las perspectivas parecen siempre igualmente inciertas. La vida cotidiana sigue siendo un infierno para los civiles. Se suceden los atentados mortales. Por añadidura, ha surgido una nueva tensión en la frontera entre Turquía y el Kurdistán iraquí, donde podrían enfrentarse dos aliados de Estados Unidos.

Otra paradoja es que las intervenciones estadounidenses han surtido el efecto de liberar a Irán -"el peor enemigo de Estados Unidos"- de dos grandes adversarios: el régimen baasista de Irak, y el de los talibanes en Afganistán. Pocas veces un rival aportó tantos beneficios a su principal enemigo... Lo cual ha permitido a Teherán concentrarse en su programa nuclear, suscitando los peores miedos. Estados Unidos e Israel amenazan ahora con bombardear las instalaciones atómicas iraníes. Lo que sumaría caos al gran caos regional, y acarrearía alzas de precios del petróleo insoportables para muchas economías.

En Afganistán las fuerzas de la OTAN están a la defensiva. Estados Unidos tiene destinados allí a más de quince mil efectivos, y reclama a sus aliados el envío de tropas suplementarias. Como los talibanes han retomado la iniciativa, se multiplican los atentados suicidas, y se incrementan el cultivo de la adormidera y la exportación de opio. La reconstrucción se demora y las instituciones "democráticas" se debilitan. Controladas por "señores de la guerra", las provincias se distancian cada vez más del Gobierno de Kabul. "Si nos vamos, Hamid Karzai [presidente de Afganistán] no aguanta ni diez días", admite un diplomático occidental (1).
En este contexto político tan inestable, uno de los apoyos más sólidos del presidente George W. Bush en la región acaba de fallar en Pakistán. La proclamación del estado de sitio en Islamabad el pasado 3 de noviembre por el general Pervez Musharraf es en efecto una grave admisión de su debilidad, y ha desatado la alerta roja en Washington.

A finales de 2001, bajo la amenaza de ver a su país vitrificado por un ataque nuclear masivo, según él mismo refirió, Estados Unidos incorporó apresuradamente al general Musharraf, ya responsable de un golpe de Estado en 1999, a la guerra contra el régimen de los talibanes y contra las bases afganas de Al Qaeda. El Gobierno de Bush simulaba no percibir la contradicción implícita en el hecho de aliarse con un dictador para "instaurar la democracia" en Afganistán.

Esta alianza otorgaba a Musharraf un certificado de respetabilidad internacional, como asimismo 11.000 millones de dólares para equipar mejor su ejército y sus fuerzas de represión. Con 167 millones de habitantes, Pakistán es el único Estado musulmán que posee un arma atómica y puede lanzarla a 2.500 kilómetros gracias a misiles de largo alcance. Estos datos le dan una importancia estratégica tanto mayor cuanto que está situado dentro del "foco perturbador" del mundo y en el linde con las crisis afgana, iraní y de Oriente Próximo.

El terror en Washington y otras cancillerías es que los islamistas pakistaníes, aliados con los talibanes, terminen por tomar las riendas del Estado y se apoderen del arma atómica. Detestado por el poder judicial, el general Musharraf acaba de silenciar a los principales medios de comunicación y se ha enfrentado con los principales partidos de oposición, el de Nawaz Sharif y el de Benazir Bhutto. Su impopularidad hace de él, pese a las apariencias, el eslabón débil del sistema político. De manera que el objetivo de la diplomacia de Estados Unidos es sustituirlo, a corto o medio plazo. No por la señora Bhutto ni por Sharif, quienes en el mejor de los casos servirán para operar un cambio "democrático", sino por otro hombre fuerte, tal vez el general Ashfaq Kyani. A quien los estadounidenses manejan a su antojo.

Notas:
(1) El País , Madrid, 25 de octubre de 2007.



ELEMENTOS PARA LA GENERACIÓN DE VALOR:
ENSEÑANZAS DESDE TOYOTA


Octavio Ramírez Rojas


“ … in the financial year that ended in march 2007, Toyota made a profit of $ 13.7 billion, whereas GM and Ford reported losses of $ 1.97 billion and $ 12.61 billion respectively in 2006. In fact, Toyota´s market capitalization
on may 10 2007 - of $ 186.71 billion - was more than one and a half times GM´s ( $ 16.6 billion ) Ford´s ( $ 15.7 billion ) and Daimler Chrysler´s ( $ 81.7 billion ) combined …”

T A Stewart, A P Raman, H B R, August 2007

Como si elaborara un compendio demostrativo de fundamentos organizacionales para generar riqueza y valor empresarial, el señor Katsuaki Watanabe presentó en entrevista concedida a la Revista Harvard Business Review y publicada en agosto del año curso, los fundamentos de la filosofía de liderazgo y gerencia que han sido la base para convertir a la Corporación Toyota en el primer y más rentable productor de vehículos automotores en el mercado global, cuando este año alcanza ventas de 9.34 millones de unidades, cifra reforzada por los números comparativos citados en el epígrafe de este artículo.

Exponemos a continuación los principales elementos expuestos por K Watanabe, presidente de Toyota, como herramientas de reflexión para las entidades privadas y públicas que se mueven en la arena de la productividad y la competitividad, basadas en gestión proactiva sobre los componentes del capital intelectual, así:

a. Sobre los fundamentos administrativos Watanabe afirma que “… la compañía se siente orgullosa del hecho de que sus principios gerenciales son diferentes de aquéllos que se enseñan en las escuelas de negocios. El personal ejecutivo siente gran placer explicando que otras compañías encuentran muy difícil emular a Toyota porque sus herramientas administrativas importan menos que su modelo mental …“



b. Sobre su accionar hacia el crecimiento y el cambio tecnológico, el entrevistado afirma que se ha enfocado en tres instancias: I ) con el objeto de atender la demanda, Toyota ha adicionado su capacidad de producción en tres millones de automóviles en los recientes seis años … II ) las ambiciones de Toyota se han expandido dramáticamente … III ) la tasa de cambio tecnológico tanto en procesos como en productos no tiene precedentes …“

c. La filosofía de acción gerencial, The Toyota Way, se soporta en los cinco principios esbozados en el cuadro siguiente:

MEJORA CONSTANTE RESPETO POR LAS PERSONAS
* Desafío, en lograr la visión de l p * Respeto a los otros para construir confianza
* Kaizen, por la mejora constante

* Gench Genbutsu, decisiones correctas * Trabajo en equipo.
Desde su fuente
THE TOYOTA WAY


d. La visión de largo plazo de la organización Toyota está basada en conceptos como que “ … el futuro de Toyota dependerá de su capacidad para alcanzar el balance correcto entre el corto y el largo plazo, entre ser una compañía japonesa y ser una compañía global, entre la cultura de producción de Toyota City y la cultura de diseño de los Angeles … “ Y para rehacer la compañía usando las definiciones de The Toyota Way , Watanabe enfatiza que “ … Toyota debe también balancear las mejoras incrementales con reformas radicales … “.

e. Hacia la búsqueda de salud de largo plazo del acervo de capital intelectual de la institución, el presidente de la Corporación Toyota resalta que “ … hay tres claves para construir fundamentos más fuertes: … incrementar la calidad de los productos, buscar la reducción de los costos y, para alcanzar estos dos objetivos, desarrollar capital humano … “ .

f. Para diferenciar su oferta de valor en forma sostenible en el largo plazo, Watanabe destaca que su organización debe fortalecer todos los eslabones que componen su cadena de abastecimiento, desde el desarrollo de productos hasta el servicio postventa. “ … nuestros productos deben ser los mejores del mercado, debemos ser los primeros en ofrecerlos al mercado, producirlos al menor costo y venderlos por intermedio de las mejores redes de servicio … “
Y enfatiza confirmando que “… mi enfoque es hacia el como Toyota puede alcanzar todas esas cosas al mismo tiempo … “ .

g. Su concepción y accionar sobre la calidad de productos y procesos como herramienta de crecimiento y consolidación organizacional se resumen cuando asevera que “ … nosotros nunca tratamos de llegar a ser los número uno en términos de volumen o ingresos; mientras nosotros preservemos el mejoramiento de la calidad el tamaño de los resultados se desprende de ello … yo le asigno el mayor valor e importancia a la calidad, lo cual yace en las raíces de mi estilo administrativo …“

h. Alrededor de la cultura de la comunicación abierta y transparente, Watanabe sostiene que “ … los problemas escondidos son los únicos que se convierten eventualmente en serias amenazas. Si los problemas son abiertos y compartidos a toda la organización yo me siento confiado … “ .

i. Sobre el objetivo básico de cualquier organización socioeconómica, privada y/o pública, el presidente de esta Corporación reitera que “… la prioridad de los equipos de la alta gerencia de Toyota es incrementar el valor de la entidad para sus propietarios en forma sostenida para el largo plazo …“


Siendo temas de pensamiento y acción gerencial, los elementos presentados invitan a la reflexión y orientación organizacional proactiva. No como un recetario sino como un conjunto de referentes dinámicos de cultura empresarial exitosa .basada en liderazgo y participación.

Noviembre 30 de 2007



La Eva moderna, desde la antigüedad*


Lila Yolanda Andrade**, La Jornada, México, diciembre 2 de 2007.
Hoy, como ayer, las condiciones de las mujeres en todas partes del mundo apenas han cambiado y, aun en consideración a ciertos avances políticos, en la gran mayoría de los casos las mujeres están en franca desventaja respecto de sus compañeros de especie. Durante casi toda la existencia de la humanidad, las mujeres han vivido sometidas al hombre, y en cuanto éste llegó a la categoría de padre, vio en sus hijas una propiedad más que debía aprovechar. Su primera medida fue determinar con quién habría de casarlas.
Hasta muy adentrado el siglo XX, y sólo en algunas sociedades, la mujer puede rescatar el derecho de elegir al hombre con el que quiere compartir su vida y destino.
Aún ahora, en el siglo XXI, hay muchísimos sitios del mundo, más de los que se cree, donde el voto definitivo para que una mujer se case lo da el hombre de la casa.
El sombrío panorama que ha rodeado a la mujer viene de muy lejos. En la dorada época de Pericles, en la civilizada Atenas del siglo V a. de C., la voluntad de la mujer no contaba para nada. No se le consideraba ciudadana y se le trataba igual que a los ilotas (esclavos, parias, seres humanos casi inexistentes), quienes carecían de todo derecho. Las mujeres, confinadas en el gineceo, lugar expresamente construido para ellas, permitía que los hombres tuvieran la libertad de moverse en academias, baños públicos, ágoras y banquetes, sitios en los cuales las mujeres asistían sólo como sirvientas o, en el mejor de los casos, como objetos de entretenimiento.
Las evidencias están flagrantes en los llamados Libros Sagrados, desde donde surge la versión de que todo el mal de la humanidad parece tener asiento y origen en la mujer. Podemos consignar sólo algunas de las injusticias, muchas de las cuales, para desgracia de la humanidad, siguen vigentes.
En próximas entregas se irán desgranando las cuentas del terrible collar con que han “adornado” a las mujeres en la larga cadena de infamias que parecen interminables. Puede resultar extenuante lo que dice la Biblia, ese texto que es sagrado para las religiones nacidas del judaísmo, y para las cristianas, además de ser base para el islamismo, donde se reprime y se condena a las mujeres en las más variadas formas. La maldición que lanzó Jehová a Eva, la de Adán, cuando la echó con su pareja del Paraíso, no ha sido redimida, y después de miles de años continúa viva y terrible. Es justo y necesario que hablemos de Eva, no sólo de la primera, sino de las millones de Evas del mundo que han sido execradas, maldecidas y, en muchos casos, masacradas de continuo por los Adanes, que a pesar de desearlas y explotarlas, las humillan y rebajan a niveles inconcebibles.
Habrá que entender que no fue Dios, en cualquiera de sus advocaciones, quien escribió ninguno de los Libros Sagrados, sino los profetas, escribas e iluminados que interpretaron sus palabras.
Eva, en el mito religioso judeo-cristiano, fue la primera mujer maldecida por comer de la fruta prohibida del conocimiento del Bien y del Mal, cuyo pecado no ha sido todavía perdonado y por el que sigue siendo castigada. Es cierto que Adán fue castigado también y debe comer con el sudor de su frente. Pero Eva no sólo tendrá, por orden de Jehová, que parir con dolor, sino que además: “Multiplicar en gran número los dolores de tus preñeces; con dolor darás a luz a los hijos, y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti”.
Cuando en 1970 apareció el libro de Esther Vilar, El varón domado, la indignación de muchas mujeres y la satisfacción de los hombres lo convirtió en un éxito de librería. Las ediciones se sucedieron unas a las otras, y la autora, casi de la noche a la mañana, alcanzó una fama tan extensa como inmerecida.
La razón era muy simple: en el libro los hombres fueron absueltos de sus culpas por una mujer. En el texto aseguraba la autora, con ligereza propia de un vals, que el hombre actual sufría de un injusto sojuzgamiento a manos de las mujeres, y que tal debía ser atendido y reivindicado.
De una plumada dejaba atrás no sólo 7 mil años de sometimientos padecidos por las mujeres y distorsionaba casi toda la historia de la humanidad. Uno de los más “sólidos” argumentos que esgrimía tan peregrina propuesta eran las cifras estratosféricas que habían ganado en aquel entonces las empresas estadunidenses dedicadas a la industria de la confección de ropa y de productos de belleza destinado a las mujeres. La señora Vilar consideraba que ese dinero, gastado por las mujeres en la tarea de atrapar a los hombres, era señal indiscutible de haberlo domado. Pero ¿qué hay de los otros núcleos de población femenina extendidos por la Tierra? No recuerdo si también (Esther Vilar) se ocupó de dar cifras de ingreso a la educación femenina elemental y media, y menos aún del acceso que tuvieron entonces las mujeres a las universidades, que en opinión de algunas estudiosas recientes, es la base fundamental de un posible, aunque remoto, cambio positivo de la condición femenina.
El sojuzgamiento que hasta ahora padecen las mujeres en los países orientales y euroasiáticos, así como en las inmensas extensiones americanas, desde el sur del río Bravo hasta la Patagonia, es inhumano. Su situación no ha cambiado desde hace milenios, y ni hablar de las mujeres africanas, quienes, literalmente, caen muertas de hambre con sus hijos en los brazos porque no tienen “permiso” ni posibilidad de controlar su fecundidad.
La llamada “civilización” no ha llegado todavía a más de la mitad de la población del mundo: las mujeres. El resto, los hombres, se ha servido la parte del león, valiéndose de su fuerza para someter, amedrentar y aún exterminar, todavía en estos tiempos, a quienes son sus compañeras de especie.
Algunos años antes de la aparición del libro El varón domado, de Vilar, Simone de Beauvoir había dado a luz en Francia su monumental ensayo El Segundo Sexo, el cual no fue tomado en cuenta por la señora Vilar, ni las ideas revolucionarias expuestas por la escritora francesa.
Por si fuera poco, la señora Beauvoir era entonces relativamente joven y bella, lo cual suponía desde luego una contradición: belleza y talento juntos en una mujer. La escritora era ya compañera del más destacado filósofo de la juventud francesa: Jean Paul Sartre.
Ni siquiera pretendió “llevar al altar” a su inseparable compañero, ni mucho menos asegurar su futuro “dándole” un hijo a Sartre, que lo obligara a pasarle una pensión alimenticia.
Culta y decidida, la Beauvoir sabía que en toda historia amorosa universal no se registra ningún caso en que los insignes amantes hayan hecho vida matrimonial de manera convencional. Para la “gran pareja” contada por la literatura (Romeo y Julieta) no existió jamás el “peligro” de enfrentarse a la rutina cotidiana durante, digamos, 10 años. Muy otra habría sido la historia de Julieta.
El genio indiscutible de Shakespeare detuvo, literalmente hablando, la catarata de males, matando oportunamente a los dos enamorados más enternecedores, admirables y románticos de la literatura amorosa.
El deseo de la mayoría de las mujeres de formar una pareja perfecta no tiene fundamentos en la historia, para suponer que se realice un verdadero “gran amor” a la altura del arte.
La mujer ha sido y sigue siendo, en medida avasallante, propiedad del hombre. ¿Cuánto más continuará siéndolo?
*Del ensayo La infamia contra las mujeres a través de los siglos.
**Escritora de televisión.


Cuando las palabras perjudican a la política

El episodio que cerró la última Cumbre Iberoamericana muestra cómo la sinrazón opaca todo consenso.

Ricardo Lagos, EX PRESIDENTE DE CHILE. Clarín, Buenos Aires, diciembre 2 de 2007.

Hay que asumirlo. Como pocas veces la política en el continente latinoamericano está siendo afectada por un torbellino de palabras.

Parece que se nos hubiera olvidado contar hasta diez y resuenan las altisonancias por encima de las fronteras. Estamos perdiendo, precisamente, la oportunidad de comunicarnos con las certezas que nos otorga un idioma común.

El lenguaje ha sido un elemento fundacional de muchas asociaciones regionales en nuestro planeta. A lo largo de la historia, la lengua —esa condición central en el entendimiento entre los seres humanos— ha sido un elemento de cohesión y de construcción de espacios con identidad.

En cierta forma, es lo que ha buscado la Commonwealth británica o la Francofonía, como lo demostró su reciente reunión en Laos.

Y entre nosotros las lenguas española y lusitana han dado origen a un espacio cultural de una profundidad innegable. En el mundo no existe una cantidad de países que compartan historia, símbolos, ideas, literatura, canciones y también esperanzas, como ocurre en el hoy llamado espacio iberoamericano.

Por eso se echó a andar la Comunidad Iberoamericana, donde los de aquí podemos ser un poco más fuertes por tener una conexión a Europa desde los fundamentos comunes con la Península Ibérica, como también España y Portugal pueden hablar con voz más potente en el reordenamiento internacional por su ligazón natural con la América latina.

En un mundo global el lenguaje común se convierte en un patrimonio a cuidar.

En democracia, desde la polis griega, es el verbo lo esencial. El diálogo entre opiniones diversas otorga la legitimidad a la decisión final, más aún si las razones entregadas no van impregnadas del afán de vencer, sino de convencer.

Ningún demócrata puede tenerles miedo a las diferencias y al debate. La confrontación de ideas enriquece, pero el primer requisito para procesar nuestras diferencias es el respeto que nos debemos todos, los unos a los otros, y este respeto se expresa a través de la forma como somos capaces de dialogar.

Si este respeto es determinante en la vida política al interior de una nación, con mayor razón el respeto y la práctica del diálogo cabe esperarlos entre representantes de países diversos, cuando éstos concurren voluntariamente a un debate común.

Claro, un líder puede sacarse el zapato y golpear su pupitre cuando otro habla, como una vez ocurrió en Naciones Unidas. Pero no son las maneras ni los ritos tácitamente acordados. Y cuando ellos se rompen, generan situaciones como las registradas en la última Cumbre Iberoamericana celebrada en Chile.

Fue precisamente el no respeto al sentido de las palabras lo que produjo un gran daño al logro político alcanzado. En la víspera, como resultado del diálogo se había aprobado un importantísimo consenso en torno al tema de la cohesión de nuestras sociedades, pero éste fue opacado como resultado de la sinrazón subyacente en el no respeto básico del diálogo.

Es lamentable, porque los resultados de la Cumbre fueron importantes. Podemos tener distintas opiniones de cómo hacemos cohesión social: se dirá que es más fácil hacerla en unas condiciones que en otras; habrá quienes argumenten la urgencia de crecer primero para después discutir cómo distribuimos el propósito de ese crecimiento; pero también se querrá que no sean sólo las leyes del mercado las determinantes en el devenir de nuestras sociedades; como también se dirá que para crecer es necesario primero invertir y para invertir se requieren reglas claras, bien definidas, un estado de derecho, entre otras condiciones.

Puede haber opiniones discrepantes sobre estos temas, pero eso no significa negarnos al diálogo con el respeto que cada uno de los participantes se merece.

En una Cumbre como ésta cada uno representa a su sociedad, a su país, a su sistema democrático y de gobierno, al de él y al de los antecesores.

Y por lo tanto hay que ser extremadamente cuidadoso y a ratos nos olvidamos de ello. Se trata de un olvido capaz de sembrar situaciones tan complejas y difíciles como las vividas al final de esa cita. Si no respetamos las palabras, las palabras dejan de tener sentido y cuando ello ocurre se está a un paso de la violencia.

No hace mucho, Saramago lo dijo con mucha sabiduría. "Hoy existe una especie de desprecio por esa cosa tan sencilla que antes era hablar con propiedad. Cuando yo era obrero, siempre tenía las herramientas limpias y en buen estado. No conozco una herramienta más rica y capaz que la lengua. Y esto no significa que hay que ser elegante en la dicción. Hablar bien es una señal de pensar bien".

Es lamentable que algo tan elemental se olvide. Más aún cuando algunos asumen los medios de comunicación como la forma de relacionarse entre los Estados. Una retórica política hecha desde los medios y para los medios. Con el mayor respeto para éstos, la diplomacia requiere de diálogo discreto y a ratos ese diálogo debe ser reservado para que fructifique.

Ello si buscamos ser capaces de convencer y no vencer. Se vence normalmente con la fuerza, se convence normalmente con las palabras y la razón.

Detrás de todo ello también está la sabiduría de saber escuchar. Como muy bien lo dijo Bolívar, "el que manda debe oír aunque sean las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males". Ahí está la clave del desarrollo del ser humano a lo largo de su historia.

Aprendamos del pasado. Es hora de poner atención en el respeto de las palabras, las propias y las del otro.



MI VERGÜENZA


Iván Marulanda, Rionegro 2007-12-02

Siento vergüenza. Los que posamos en este país de “dirigentes”, empezando por los que tienen poder político, espiritual, social, económico, intelectual, pero incluyendo a los que no lo tenemos, somos una parranda de inútiles, faroleros y pusilánimes.

Las imágenes que llegan de la selva son escupitajos en la cara de todos. Ingrid, Luís Eladio, los policías, los norteamericanos, los demás que permanecen invisibles pero penetran nuestras mentes con su ira que vuela de cordillera en cordillera, nos condenan a la indignidad por cobardes, por inhumanos, por mierdas.

Los últimos diez años los han padecido estos seres humanos encadenados a árboles, a la intemperie, enterrados en pantaneros infestados de zancudos, muriéndose gota a gota, en agonías que lindan con la eternidad, dejando sus jirones de vida tirados en el fangal, olvidados, torturados, engullidos en carne viva por las fauces de la manigua y las de sus verdugos, los bárbaros de las FARC. Guerreros alienados por rabias y miedos que les vaciaron la razón.

Mientras tanto Colombia, el país más feliz del mundo, de reinado en reinado, de fiesta en fiesta, de bacanal en bacanal. Jolgorios impúdicos de “personalidades” se publicitan con pelos y señales en libros de postín.

En medio del éxtasis, no hay día en el que no se refrieguen las excelencias de la economía, la “confianza” en el país, la “seguridad”, las fortunas que ganan empresas y potentados que se despachan el cacareado crecimiento del producto interno bruto. No hay noticiario que no exhiba la farándula del éxito, gente linda, bien vestida, bien comida, bien bebida, bien bailada, bien refocilada, pavoneándose ante la mirada absurda del pobrerío.

Noticiarios, pasarelas de capos que desfilan exhibiendo su currículum vitae. Listados infinitos de propiedades arrebatadas a sangre y fuego a viudas y campesinos. Colecciones de masacres y fosas comunes. Fortunas extravagantes. Cínicos que nos imprecan en la cara “¡Güevones! Esperen que ahí vamos con paz y salvos al día, a gozarnos las caletas, las ganaderías de ceba y los rebaños de terneritas “prepago”.

¡Ah! Y la diarrea de encuestas, propaganda para que los colombianos no olvidemos que nos gobierna el hombre más perfecto del mundo. Presidente alharacoso y energúmeno que con su pertinacia anda haciéndoles mandados a los poderosos, pagando facturas a los paracos y trampeando la Constitución, aliado con congresistas indagatoriados y huecos que garantizan su morosidad en el palacio de gobierno, cual reyezuelo africano.

Gritador de diatribas a micrófono boleado, exhibicionista, patético, con la mira fija en el “rating” de popularidad, bombea sin piedad plata a la guerra de este país de pordioseros, la friolera de nueve mil millones de dólares al año.

Alvaro Uribe es inepto para hacer el Acuerdo Humanitario que libere a Colombia del oprobio y la indignidad, porque los prisioneros inocentes, sus vidas, sus libertades, sus familias, le importan un sieso en el desquicie de ensartar cabezas de guerrilleros en la punta de su lanza.

Pero la cosa es conmigo mismo. Me siento una piltrafa humana. A pesar de mi rabia que no me ha dado tregua en estos años, no he hecho nada útil para ayudar a que regresen a casa Ingrid, Luís Eladio y centenares de secuestrados que se pudren en los rastrojos de este país de terror. “El más feliz de la tierra, el mejor gobernado” ¡Degenerado!

Cuánto diera por encontrar un frente de lucha que enlace mi solidaridad con esos seres martirizados para que algún día en libertad, me perdonen mi impotencia. Cuánto diera por zafarme del sartal de mentiras y fanfarronerías que enmascaran a esta sociedad horripilante, capaz de soltar sin pudor luces de bengala sobre las cabezas agobiadas de compatriotas que padecen semejante infierno. Dedicada a divertirse y a vengarse, en vez de redimirse.

PD: Repruebo los insultos de Chávez al gobierno de Colombia, pero agradezco lo que hace por nuestros secuestrados. Y delante de Piedad Córdoba, me quito el sombrero.



Darfur: bancos suizos en el banquillo de los acusados

Cuatro organizaciones no gubernamentales (ONG) acusan a diversos bancos suizos de financiar indirectamente las atrocidades cometidas en la provincia sudanesa de Darfur invirtiendo en el petróleo.
MUNDO ARABE.ORG, 11/2007.
Las ONG afirman que el gobierno sudanés utiliza más de 70% de los ingresos petroleros con fines militares. Por ello, lanzaron un llamamiento a los bancos para que cesen de invertir en sociedades que operen en ese sector.
Este martes, las ONG Declaración de Berna, Sociedad para los Pueblos Amenazados, 'Genocide Intervention Network' y 'Bank Track' señalan a diversos bancos suizos que habrían invertido cerca de seis mil millones de francos.
"Estas instituciones forman parte de los principales proveedores de fondos de las compañías que abastecen una gran parte de los ingresos de dinero del régimen de Jartum", declara Andreas Missbach, de la Declaración de Berna.
"En el campo ecologista, los bancos comienzan a advertir que son corresponsables de lo que hacen sus clientes. Pero no es el caso en cuanto a los derechos humanos; tratan incluso de evitar la discusión", denuncia.
Los bancos niegan tener relación directa
Las ONG critican, en particular, la implicación del UBS en la próxima entrada en Bolsa de la compañía PetroChina - una operación estimada en 5.900 millones de dólares. Esta sociedad pertenece a 'Chinese National Petroleum Corporation' (CNPC), una de las principales compañías de negocios del gobierno sudanés.
Según UBS, el mayor banco suizo, PetroChina es una sociedad aparte que no tiene lazos directos con Sudán.
"Nuestra institución no tiene relaciones comerciales con sociedades sudanesas o con sociedades que realizan buena parte de su volumen de negocios en ese país", indica el portavoz del UBS, Serge Steiner. PetroChina es una compañía independiente y los fondos que serán creados para el ingreso en Bolsa de Shanghai serán utilizados únicamente en China".
El portavoz de Credit Suisse, Alex Biscaro, subraya igualmente que esa institución de crédito no tiene ninguna relación comercial directa con sociedades sudanesas y que se comprometió a respetar las sanciones internacionales decididas contra Sudán.
"Las compañías incriminadas forman parte de sociedades más grandes que cotizan en la bolsa y que pueden formar parte de fondos de inversión de Credit Suisse", admite, sin embargo, el portavoz.
Para Scott Wiedmer, de 'Genocide Intervention Network', los bancos eluden el problema de manera deliberada. "Con este ingreso en Bolsa, envían señales muy claras a PetroChina/CNPC, de que esas sociedades pueden mantener el acceso a las instituciones financieras occidentales, sin haber logrado un estándar mínimo con relación al respeto de los derechos humanos, el medio ambiente o las condiciones de trabajo", denuncia.
Miles de muertos
Los combates entre las milicias sostenidas por el gobierno sudanés y los rebeldes de Darfur han causado 200.000 muertos, según algunas estimaciones, y el éxodo de centenares de miles de personas.
El conflicto de Darfur es el último de una larga serie de crisis que ha devastado Sudán desde su independencia. El director del Centro de Ayuda y de Documentación sobre Darfur, Abdelbaqui Jibril, califica ese país de 'infierno en la Tierra'.
"El gobierno utiliza el dinero del petróleo no para financiar el desarrollo de su pueblo, sino en provecho de la máquina de guerra", acusa Jibril. "Si no tuviera ingresos financieros estables, estaría obligado a reflexionar sobre la manera de manejar la situación y a encontrar una solución pacífica".
Contexto:
* Sudán es el país más grande de África.
* Hasta 1956 Sudán era una colonia británica, en ese año obtuvo su independencia de Gran Bretaña.
* La región de Darfur es tan grande como Francia.
* Desde su independencia, el país no ha dejado de tener conflictos. El más largo, entre el norte y el sur, duró 21 años y concluyó en 2005 con el establecimiento de un gobierno autónomo en el sur. Se considera que cerca de 1,5 millones de personas murieron entonces.
* Antes de estallar el conflicto en 2003, fueron descubiertos enorme yacimientos de petróleo y gas en Darfur.


Guerra contra los pobres


Jeffrey D. Sachs, LA NACION, Buenos Aires, diciembre 4 de 2007.

NUEVA YORK

Entre las actuales zonas en guerra, muchas comparten problemas básicos que han dado origen a sus conflictos. Me refiero a Afganistán, Etiopía, Irak, Irán, Paquistán, Somalia y Sudán. Todas son naciones pobres, castigadas por desastres naturales (en especial, por inundaciones, sequías y sismos), con poblaciones en rápido crecimiento que presionan sobre la capacidad nutricia de la tierra. Además, el porcentaje de jóvenes es muy alto, con una abultada proporción de varones en edad militar (15-24 años).

Estos problemas tienen una única solución: un desarrollo económico sustentable a largo plazo. Sin embargo, Estados Unidos persiste en responder a los síntomas, más que a las circunstancias subyacentes, intentando abordar todo conflicto por la vía militar. Respalda al ejército etíope en Somalia. Ocupa Afganistán e Irak. Amenaza bombardear Irán. Apoya la dictadura militar en Paquistán.

Ninguna de estas acciones militares encara los problemas que originaron el conflicto. Por el contrario, las políticas norteamericanas se caracterizan por enardecer la situación existente, en vez de resolverla.

Este enfoque militar vuelve una y otra vez, en forma obsesiva. Estados Unidos envió al sha de Irán armamentos masivos que, después de 1979, cayeron en manos del gobierno revolucionario iraní. Luego apoyó a Saddam Hussein en su ofensiva contra Irán, hasta que acabó por atacarlo a él. En Afganistán, ayudó a Osama ben Laden contra los soviéticos, pero finalmente lo combatió. Desde 2001, sostiene a Pervez Musharraf en Paquistán (la ayuda prestada supera los 10.000 millones de dólares); hoy tiene que habérselas con un régimen inestable que apenas si sobrevive.

La política exterior norteamericana es ineficaz porque ahora la dirigen los militares. Hasta la reconstrucción de posguerra en Irak, bajo la ocupación liderada por Estados Unidos, estuvo a cargo del Pentágono, más que de agencias civiles. El presupuesto militar domina todo lo relacionado con la política exterior. Si sumamos los presupuestos del Pentágono, las guerras en Afganistán e Irak, el Departamento de Seguridad Interior, los programas de armas nucleares y las operaciones de asistencia militar del Departamento de Estado, veremos que, en 2007, Estados Unidos gastará unos 800.000 millones de dólares en seguridad, contra menos de 20.000 millones en desarrollo económico.

En un artículo sorprendente acerca de la ayuda a Paquistán bajo el gobierno de Bush, Craig Cohen y Derek Chollet demuestran cuán desastrosa fue esta política, aun antes de la última represión violenta del tambaleante régimen de Musharraf. Prueban cómo, aunque Paquistán afronta enormes problemas de pobreza, población y medio ambiente, el 75 por ciento de los 10.000 millones de dólares de ayuda norteamericana fueron a parar a sus fuerzas armadas, ostensiblemente en reembolso del aporte paquistaní a la "guerra contra el terror" y para ayudarles a comprar aviones F-16 y otros armamentos.

Otro 16 por ciento fue directamente al presupuesto paquistaní, sin que nadie preguntara a qué se destinaría. Quedó menos del 10 por ciento para desarrollo y asistencia humanitaria. La ayuda a la educación ha sumado apenas 64 millones de dólares anuales, o sea, 1,16 dólares por niño paquistaní en edad escolar.

"La directiva estratégica para Paquistán -señalan Cohen y Chollett- fue establecida tempranamente por un círculo reducido en la cúpula del gobierno de Bush. En gran medida, se ha centrado en el esfuerzo bélico, más que en la situación interna de Paquistán." Y subrayan: "El compromiso de Estados Unidos con Paquistán está muy militarizado y centralizado, y es muy poco lo que llega hasta la gran mayoría de los paquistaníes". Citan este comentario de Bush sobre Musharraf: "Cuando me mira a los ojos y dice (...) que no habrá un solo talibán ni una Al-Qaeda, le creo".

Esta política está llevando al mundo hacia una espiral descendente de violencia y conflictos. Con cada nuevo sistema de armamento que Estados Unidos "vende" o dona a la región, aumentan las probabilidades de que la guerra se extienda, haya más golpes militares y esas armas se vuelvan contra Estados Unidos. Nada de esto ayuda a encarar los problemas subyacentes de pobreza, mortalidad infantil, escasez de agua y falta de medios de vida en la Provincia de la Frontera Noroeste (Paquistán), Darfur (Sudán) o Somalia. Son lugares colmados de gente cada vez más constreñida por las lluvias insuficientes y la degradación de las tierras de pastoreo. Es natural que muchos abracen causas extremas.

El gobierno de Bush no reconoce estos problemas fundamentales de población y medio ambiente. Los 800.000 millones de dólares gastados en seguridad no traerán la irrigación -ni, por ende, la paz- a Afganistán, Paquistán, Sudán y Somalia. En vez de personas de carne y hueso en estado crítico, ve caricaturas. Ve un terrorista a la vuelta de cada esquina.

Un mundo más pacífico sólo será posible cuando los norteamericanos y otros pueblos empiecen a ver las cosas desde la perspectiva de sus supuestos enemigos. Cuando se percaten de que la desesperación es la madre de los conflictos actuales y, por tanto, éstos se pueden resolver por medio del desarrollo económico, más que con guerras. Tendremos paz cuando reparemos en lo que dijo el presidente John F. Kennedy pocos meses antes de morir: "Al fin y al cabo, nuestro vínculo común más básico es que todos habitamos este pequeño planeta. Todos respiramos el mismo aire. Todos valoramos el futuro de nuestros hijos. Y todos somos mortales".

© Project Syndicate y LA NACION

El autor es profesor de Economía y director del Earth Institute, en la Universidad de Columbia.

(Traducción de Zoraida J. Valcárcel)



¿Es que no tienen vergüenza?

Amy Goodman, Publicado el 27 de Noviembre de 2007

Cada sábado, el presidente de Estados Unidos se dirige en un discurso por radio a la nación. Después de esto, viene la réplica de los demócratas, normalmente pronunciada por un senador o un diputado. El sábado pasado, los demócratas escogieron al Teniente General retirado Ricardo Sánchez para que pronuncie la respuesta, el mismo general que está acusado de autorizar torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes a prisioneros en Irak en al menos tres demandas en Estados Unidos y Europa. Esto, en combinación con el apoyo que los demócratas dieron al Fiscal General Michael Mukasey a pesar de su negativa a calificar como tortura al llamado “submarino” (waterboarding), indica que los demócratas están cada vez más alineados con la política sobre la tortura del presidente Bush.

Sánchez dirigió las operaciones del ejército en Irak desde Junio de 2003 hasta Junio de 2004. En Septiembre de 2003, Sánchez emitió un memorando en el que autorizaba numerosas técnicas, incluyendo “posturas forzadas” y el uso de “perros adiestrados por el ejército” para explotar el “miedo de los árabes a los perros” durante los interrogatorios. Sánchez estaba al mando del ejército cuando ocurrieron los abusos en la prisión de Abu Ghraib.

La Brigadier General Janis Karpinski, que dirigió Abu Ghraib durante ese período, trabajó bajo las órdenes del General Sánchez. Fue degradada a coronel, y fue la única oficial militar en ser castigada. Janis Karpinksi me contó acerca de otra práctica ilegal, la de mantener a prisioneros como "presos fantasma", según se los llama: “Se nos ordenó en distintas ocasiones desde el Pentágono, directamente de parte del Secretario Rumsfeld, a través de la General Barbara Fast o el General Sánchez, que mantuviéramos prisioneros sin asignarles un número de prisionero o incluirlos en la base de datos, y eso va contra la Convención de Ginebra. Todos sabíamos que era contrario a la Convención de Ginebra”. También me contó que además de mantener detenidos a prisioneros no incluidos en la base de datos hubo otros abusos, como subir la temperatura en la prisión hasta los 50 ó 60 grados centígrados (120 ó 140 grados Fahrenheit), la deshidratación y la orden del General Geoffrey Miller de tratar a los prisioneros “como perros”.

Y no se limita sólo al trato de los prisioneros. En 2006, Karpinski testificó en un simulacro de juicio llamado Comisión de Crímenes de Bush (Bush Crimes Commission). Reveló que varias soldados estadounidenses habían muerto por deshidratación al negarse a tomar agua. Las soldados tenían miedo de salir de noche a las letrinas para orinar, por temor a ser violadas por sus compañeros soldados: “Las mujeres, temerosas de levantarse de noche para ir a los baños químicos o a las letrinas, no bebían líquidos después de las 3:00 ó 4:00 de la tarde. Y con un calor de 50 grados o más, ya que no había aire acondicionado en la mayor parte de las instalaciones, morían por deshidratación mientras dormían. Lo que [el subcomandante general de Sánchez, Walter Wojdakowski] dijo al cirujano fue que, ‘No incluya esos detalles en adelante. Y específicamente no mencione que son mujeres. Puede incluir estos detalles en un informe escrito, pero no lo comente abiertamente de ahora en adelante’”. Karpinski dijo que Sánchez estuvo presente en esa reunión.

El ex interrogador del ejército Tony Lagouranis, autor de “Fear Up Harsh”, describió el uso de los perros: “Usábamos perros en el centro de detención de Mosul, que estaba en el aeropuerto de Mosul. Poníamos al prisionero en un container. Lo manteníamos despierto toda la noche con música y luces destellantes, en posturas forzadas, y entonces hacíamos entrar a los perros. El prisionero tenía los ojos vendados, así que realmente no entendía qué estaba pasando, pero nosotros teníamos al perro bajo control. El perro ladraba y saltaba sobre el prisionero, y el preso no llegaba a entender lo que pasaba”.

Reed Brody, de Human Rights Watch , dio más detalles sobre Sánchez: “Durante esos tres meses de caos que tuvieron lugar delante de sus narices, nunca intervino. Más bien, engañó al Congreso sobre aquello. Se le preguntó dos veces durante una audiencia del Congreso si en alguna ocasión había aprobado el uso de perros guardianes. Esto ocurrió antes de que se hiciera público el memorando. Y en ambas ocasiones afirmó que nunca había aprobado tal medida. Finalmente conseguimos el memorando, en el que él aprueba, textualmente, ‘explotar el miedo que los árabes les tienen a los perros’”. Brody desestimó el informe militar que absuelve a Sánchez de todo acto ilícito: “Simplemente no es creíble que el ejército siga investigándose a sí mismo y que no deje de declararse inocente”.

No se trata de política partidaria. Se trata del rumbo moral del país. Los demócratas pueden estar celebrando que un general retirado se haya vuelto contra su comandante en jefe. Pero el público debería pensar esto con mucha cautela.

Los demócratas tuvieron la oportunidad de sentar un precedente, de exigir irrevocablemente a Mukasey que condene la técnica del submarino antes de su ascenso a Fiscal General. Y ahora han escogido como su portavoz a un general desacreditado, vinculado con los más atroces abusos en Irak. El gobierno de Bush descartó conceder un ascenso a Sánchez, por la preocupación de que se reavivara el escándalo de Abú Ghraib durante el año electoral de 2006. Ahora son los demócratas los que lo han resucitado. ¿Es que no tienen vergüenza?
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Amy Goodman es la presentadora de Democracy Now! (www.democracynow.org), noticiero internacional diario emitido por más de 650 estaciones de radio y televisión en Estados Unidos y el mundo.
© 2007 Amy Goodman



Es que no tengo ganas


César González Muñoz

Bueno, pues. En términos del crecimiento del PIB, la economía colombiana parece haber llegado al tope de su capacidad coyuntural de expansión. Después de la profunda recesión que vivió la economía colombiana al final del siglo veinte y a comienzos del veintiuno, tenía que venir un periodo de rebote post - recesión, con tasas de crecimiento que hubieron debido ser incluso más altas que las que han registrado las cuentas nacionales. Es que en el último quinquenio las condiciones comerciales y financieras internacionales han sido realmente extraordinarias. Tales condiciones han favorecido al conjunto de las llamadas economías emergentes, incluyendo toda la América Latina. Si el nuevo mercado chino ha sido una auténtica bendición para las exportaciones argentinas, brasileñas y chilenas, especialmente de alimentos y materias primas, Colombia ha encontrado solaz en la expansión de las compras venezolanas de alimentos y manufacturas. La percepción de seguridad se volvió vox populi en los círculos empresariales y entre los rentistas rurales y urbanos, y el factor confianza ha tenido una importante función en la dinámica económica.

Pero los buenos vientos podrían comenzar a soplar con menos fuerza. Colombia poco, o nada, les vende a los asiáticos, que seguirán absorbiendo toda clase de bienes del trópico y otras materias primas. Venezuela, al conjuro de la pésima diplomacia en boga, o por cuenta del estrellón económico que se ve venir al otro lado de la frontera (o por ambas razones), podría dejar de ser tan buen cliente, próspero y buena paga. La recesión gringa asoma las orejas, o sea que las dos principales plazas colombianas de venta podrían cerrarse un poco, o irse al infierno.

Comienza entonces un periodo de crecimiento a ritmos “moderados”, es el dictum de los analistas. Cabe también un “barrigazo”. Ni las instituciones de la política económica, ni los instrumentos fiscales y financieros, están acondicionados para impedir un súbito cambio en la dirección del ciclo económico. De estos problemas podrían ocuparse varias notas como esta.

Pero no tengo ganas.

¿No ha llegado usted a pensar que, en ocasiones, el análisis económico parece la actividad de un cerebro en el lugar equivocado? Yo sí, en todo caso.

Es muy duro, muy cruel, lo que nosotros, adultos y niños, hemos tenido que conocer y presenciar en estos días, amplia y con frecuencia morbosamente repasado y “analizado” en los medios. Las infames “pruebas de supervivencia” de los cautivos de las anacrónicas y torvas FARC, puestas en simultánea con el chorro de palabras y la pasarela de egos crecidos y de fríos analistas, hacen una escena terrible. ¿Qué estarán pensando los niños colombianos de esta sucesión de imágenes? Yo, por mi parte, digo que somos una nación perdida, que admite en silencio las más crueles e indecibles formas de violencia. Los victimarios son muchos, y no solamente los líderes y milicianos de las FARC. Los paras y sus herederos, los funcionarios militares comprometidos con el crimen, los cómplices civiles de los asesinos, pertenecen a la misma estirpe. Y, claro, la dirigencia política y cultural que se mantiene en la mansarda, lejos del hedor, es también parte de esta tramoya. Las víctimas, y en particular las huestes de secuestrados, son seres dispensables, desechables, rodeados del inmenso silencio de sus congéneres y del marmóreo discurso de los estrategas. En esas manos, las pruebas de supervivencia se convirtieron en moneda de cambio. En piezas de un horrendo ajedrez.

Veo la fotografía de Ingrid y me viene a la mente “El grito”, la pintura del noruego Edvard Munch. El grito de Ingrid Betancur no llega, no llega. Es puro silencio ensordecedor, como la obra de Munch.



UNA SOCIEDAD INSOLIDARIA


Cecilia López Montaño

Todos los colombianos, sin excepción alguna, hemos tolerado que tres mil compatriotas se estén muriendo en vida en la selva. Particularmente las imágenes de Ingrid y de Luis Eladio Pérez no dejan la menor duda de su abandono, de su tristeza, de su destrucción física y de su soledad. Aún falta por saber lo que está pasando con el resto de los secuestrados; la vida de esos miles de colombianos que pocos conocen y que pasan por el mismo infierno. Nadie en Colombia puede sentirse al margen de esta dolorosa situación; así que llegó la hora de hacer reflexiones profundas para identificar lo que debe hacerse para darle fin a ese calvario. Primero, son las FARC las que los secuestraron y las que los tiene sometidos a semejante martirio. Nadie en Colombia ni en el resto del mundo puede olvidar esta realidad inexcusable. Pero la responsabilidad no termina allí. Segundo, los gobiernos colombianos tienen una gran cuota de culpa porque es su obligación responder por los derechos de sus ciudadanos, por difícil que esto sea. Sin embargo, el juicio de responsabilidades no puede parar allí.

El debate de la última semana permite identificar claramente el papel que ha jugado la sociedad en este drama humano. Cuando entró en crisis la mediación del Presidente Chávez y de la senadora Piedad Córdoba, se perdió rápidamente el tema central, el Acuerdo Humanitario, e inmediatamente surgió como gran tema el efecto económico de la crisis con Venezuela y la posible pérdida para los empresarios nacionales. El Gobierno empezó a sugerir lo de siempre: compensaciones para los que se vieran afectados por la crisis. El otro elemento que salió a la luz de manera inmediata fue el apoyo irrestricto al señor Presidente Uribe por parte de amplios sectores del país sin el suficiente análisis sobre los errores cometidos que dieron lugar a esta situación. Los negocios, el dinero que podría perderse y la incapacidad de entender las causas de la crisis, enterraron el tema central: cómo sacar de la selva a nuestros compatriotas. Solo las pruebas de supervivencia aterrizaron a los colombianos que ya no pueden negarse a sí mismos que ese es el verdadero problema. Nadie debería dormir tranquilo en el país después de ver a Ingrid en ese estado físico y tan solo con su dignidad intacta.

Y es este el momento en que los colombianos no debemos engañarnos. Mucha de la culpa de que Ingrid, Luis Eladio y los otros miles de secuestrados estén así, es nuestra. El país decidió jugarse por la guerra y el Presidente Uribe actuó en consecuencia. Es entonces la sociedad colombiana la que debe proceder y la que tiene que cambiar el libreto. Si esas imágenes que todos hemos visto no nos conmueven y nos obligan a asumir nuestra responsabilidad, es bueno que se sepa que estamos quedando ante el mundo como lo que somos: una sociedad insensible e insolidaria que no logra identificar sus verdaderas falencias.

Si 44 millones de colombianos saliéramos a la calle a presionar a las FARC por sus aberraciones y por la necesidad de parar este proceso de muerte lenta de nuestros compatriotas, serán muchos los avances que se lograrían. El más importante sería el de abrirle un espacio político al Gobierno para que se vea obligado a cambiar de agenda y con ello volver el Acuerdo Humanitario y las Negociaciones de Paz, los grandes sustitutos de la pura guerra. Son seis años en que se han obtenido algunas ganancias para todos menos para los secuestrados. La sensación de mayor tranquilidad ha sido para muchos, pero no para quienes más la necesitan. Llegó la hora de actuar por ellos ya que las estrategias de hoy, lejos de mejorar su situación, la han empeorado. Nadie puede entender que los colombianos sean un pueblo feliz con semejante tragedia que debía tener al país movilizándose para forzar a la guerrilla y al Gobierno a encontrar salidas.

Llegó la hora en que todos los colombianos, ricos o pobres, les demuestren a los secuestrados y al mundo que no somos una sociedad insolidaria.

Washington, Noviembre 30 de 2007
E-mail cecilia@cecilialopez.com



Chávez pa’rato


OCTAVIO QUINTERO

No pasaron muchas horas sin que el presidente Hugo Chávez destapara las cartas de su plan B, sobre la reforma constitucional socialista que lamentablemente se hundió en el referendo del 2-12-07, al sugerir la vía popular para presentar a consideración del pueblo una versión simplificada de la misma.
No estaba muy difícil el análisis que el presidente venezolano debía emprender para hallar la fisura que le impidió alcanzar su décima victoria electoral, tras nueve años de gobierno: para un observador a la distancia, que a veces es desde donde mejor se ven las cosas, la reforma constitucional no pasó el examen popular porque el general Baduel, íntimo amigo hasta hace tres meses de Chávez, también quiere solio.
Si en esa reforma constitucional “simplificada” que sugiere Chávez por la vía popular, no aparece el artículo que habla de la reelección indefinida, sus prosélitos, junto a los de Baduel y otros precandidatos presidenciales que se perfilan a sucederlo, aplastarán en las urnas a la verdadera oposición que no es más que la que ansía retornar a Venezuela a la senda del capitalismo neoliberal que ha despojado a Colombia, por ejemplo, de todo su patrimonio, y a su gente de la dignidad que resulta de tener un país enhiesto ante el Imperio.
Chávez es un estratega militar, y lo que debe esperarse de él ahora es que intente acercar a los amigos que a último momento se le bajaron del carro porque vieron que no iba a parar en la siguiente estación llamada Presidencia 2013. Y ojalá el intento de acercamiento se de pronto porque la oposición, y entiéndase bien que me refiero a la antisocial, también puede tentar al general Baduel, y en la hoguera de la vanidad que todos avivamos en el pecho, consumirle su causa social a cambio del poder que le aseguraría tras el fin normal o abrupto del gobierno de Chávez, porque el gran capital sí se da licencia de combinar las distintas formas de lucha, como en Colombia.
Baduel, entonces, quiérase o no, se ha convertido en una bisagra; y fuera bueno que Chávez pudiera maniobrarla antes que el enemigo porque, en tal caso, se habrá cerrado otra esperanza de la izquierda latinoamericana, ya no de acceder al poder, sino de mantenerse incólume en él, sin tener que ceder por la fuerza de las circunstancias a matices capitalistas impuestos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que han opacado el gobierno de Lula en Brasil, por ejemplo, para no hablar de nadie más sin tener que alargar el cuento.
Esperemos que Chávez, ahora depurado de su visión castrista de atornillarse en el poder, siga siendo luz en la poterna y guardián de la heredad en la casa suramericana, viva en el eterno sueño del Libertador Simón Bolívar.

oquinteroefe@yahoo.com