miércoles, 3 de septiembre de 2008

“Entonces, como ahora y como siempre, el despotismo consideró iguales la crítica y la subversión”
Carlos Lleras Restrepo, discurso pronunciado en el Cementerio Central de Bogotá en la inhumación de los restos del expresidente Santiago Pérez, repatriados por iniciativa del expresidente Eduardo Santos. Pérez había muerto en París, exiliado por la regeneración. Febrero 20 de 1952.

CONTENIDO


• Defensa y acusación de Ernesto Cardenal.
• Un Alcalde que ronda, Jorge Mejía Martínez.
• De la gestión cuantificadora al modelo de gestión, Octavio Ramírez Rojas.
• El humor negro de nuestra economía, Angie Cascante.
• Tapen, tapen, tapen. Guillermo Pérez Téllez.
• Malos negocios en el altar del libre comercio, César González Muñoz.
• ¿La Corte Suprema de Justicia o la Corte Penal Internacional?, Juan Manuel López Caballero.
• El dueño de la finca, Ramón Elejalde Arbeláez.
• Discurso de Barak Obama en la convención de Denver.
• Hacia un acuerdo de gobernabilidad en Palmira, Luis Eduardo Mendoza.
• La autocrítica presidencial, Mauricio Cabrera Galvis.
• Unas verdades sobre Obama y McCain. Eduardo Arroyo.
• La gran tentación, Carlos Fuentes.
• Mejor, a trompadas. Luis Carvajal Basto.
• La pobreza es el verdadero escándalo, Amy Goodman.



DEFENSA Y ACUSACIÓN DE ERNESTO CARDENAL

Acabo de recibir una condena del Juez David Rojas por el delito de injurias hechas al ciudadano alemán Inmanuel Zerger, la cual me niego a acatar por ser notoriamente injusta e ilegal.
En primer lugar ese supuesto delito había prescrito desde hace varios años.
En segundo lugar es una sentencia política sin ninguna base jurídica, que es simplemente de una venganza de Daniel Ortega por la acogida que tuve en Paraguay durante la toma de posesión del presidente Lugo, mientras a él se le impidió llegar.
Esa sentencia es de un juez danielista, que en tiempo de la revolución fue miembro de la seguridad del estado y es el mismo que posteriormente absolvió a Bayron Jerez. Y el abogado que ha respaldado al alemán Zerger es precisamente el mismo abogado de Daniel Ortega, José Ramón Rojas Mendez.
Además yo ya había sido declarado inocente en el año 2005, en una sentencia dictada por un juez del mismo sistema danielista, porque no existía en todo el expediente ni una sola evidencia que confirmara que había cometido el delito.
Es bien conocida la persecución que desde hace varios años me ha estado haciendo el alemán Zerger y su esposa Nubia Arcia acusándome por todos los medios de todo tipo de mentiras, insultos y calumnias, en la intención de apropiarse de un hotel propiedad de la Asociación para el Desarrollo de Solentiname. Por ese motivo tuve que escribir una carta pública defendiéndome y señalando acciones ilícitas e ilegales que estas personas habían cometido.
Si me quieren echar preso –y en este sistema que hay ahora en Nicaragua todo es posible- estoy listo para ir a la cárcel.


Un Alcalde que ronda

Jorge Mejía Martínez, Jorge.mejia@une.net.co
Es hora de contar lo que cargo como un piano viejo sobre mis espaldas. Lo primero que hicimos con Aníbal Gaviria Correa en el año 2004, luego de posesionarnos en el gobierno departamental de Antioquia, fue convocar a un Consejo extraordinario de seguridad para analizar la proliferación de homicidios en el Valle de Aburra. La modalidad utilizada era ¨la muerte mecánica¨ o muerte por asfixia con una bolsa plástica amarrada al cuello de la victima. Asistieron: el Alcalde de Medellín y su Secretario de gobierno- hoy Alcalde-, la comandancia de la fuerza pública: Ejercito, Policía, Fuerza Aérea, Das y Jefes de Fiscalía. Hubo mucha discusión y poca información. La conclusión fue solicitarle al Presidente de la República su intervención, dada la magnitud de la organización criminal conocida como la oficina de Envigado, sindicada de estar detrás de la alarmante racha de asesinatos. Días después recibí, con sorpresa, el reclamo por todo lo que se había dicho en la reunión, desde Santa Fe de Ralito. El soplón tuvo que haber sido un servidor público.
Alonso Salazar, Alcalde de Medellín, tiene fundamentos para reclamar la atención de la Presidencia y de los organismos de control, sobre algunas Instituciones oficiales y entidades particulares, como la Policía, la Fiscalía y la Corporación democracia, algunos de cuyos miembros no trabajan para la justicia y la sociedad, sino para la delincuencia. La Policía como institución, es una entidad seria, comprometida, con resultados. Pero no faltan los lunares, ya son conocidos. Respecto a la Fiscalía, no deja de ser llamativo que desde hace varios meses –mucho antes de hacerse público por la Revista Cambio el caso Guillermo León Valencia- las autoridades civiles de la ciudad siempre solicitaran Fiscales especiales desde Bogotá para casos críticos en Medellín. Efectivos. Lo curioso es que el Fiscal Iguarán se hiciera el de la oreja mocha y tampoco oliera nada.
Lo de la Corporación Democracia es otro rollo maluco. Hoy todo mundo reconoce que Antonio López, alias Job, asesinado recientemente, su cabeza más visible, nunca dejó de delinquir. Job construyó un fortín, casi inexpugnable en la comuna ocho de Medellín, desde donde se mueve gran parte de la delincuencia organizada de la ciudad. Por su falta de claridad y responsabilidad con el proceso desmovilizador, la Corporación Democracia perdió legitimidad y representatividad ante el grueso de los desmovilizados. Lo dicen ellos mismos. En las últimas campañas electorales no faltaron los políticos que terminaron trasquilados por que creyeron que la bendición de la Corporación, les significaba muchos votos. Hoy, miembros de la Corporación Democracia, participan de otro hecho que el Alcalde de Medellín ha denunciado como un complot contra la administración que encabeza: le están ofreciendo plata, no sabemos de adonde, a las organizaciones sociales para que impulsen el próximo año una supuesta acción de revocatoria de mandato de Alonso Salazar. Pero la viudez de poder tiene otros tentáculos. Parece que la campaña contra Salazar tiene incluso un gerente cuyo nombre habrá que buscar entre los concejales no electos en octubre.
Dos parlamentarios antioqueños, a quienes aprecio y respeto, quieren forzar la presencia del Alcalde en el Congreso de la República para que rinda cuentas sobre la seguridad en Medellín. La citación, no es un asunto aislado. El entramado tiene la misma presentación del incidente ocurrido con el mandatario de Bogota a quien desde el Ministerio de defensa y el Congreso, quisieron responsabilizar por la inseguridad en la Capital, confrontándolo con el Gobierno nacional, en aras de hacerle una defensa a ultranza a la política de seguridad democrática. El debate fracasó en el Congreso y el Presidente recordó los meritos de Samuel Moreno en los logros de la seguridad en Bogotá. Los crespos quedaron hechos. Lo mismo va a pasar con la citación del 10 de septiembre. Algunas ONGs proclives a declarar contra el Alcalde recibieron invitación formal. Responsabilizar a Alonso Salazar por el incremento de homicidios -no iniciado a partir del primero de enero, día de su posesión, sino mucho antes según cifras oficiales- caería como anillo al dedo a los supuestos conspiretas.
Medellín tiene un Alcalde frentero, valiente y franco. Incapaz de maquillar nada. Ganoso de gobernar, pero si lo dejan.


DE LA FORMULACIÓN CUANTIFICADORA AL MODELO DE GESTIÓN PARA CAPITAL INTELECTUAL


Octavio Ramírez Rojas.
“ … how far can the company´s valuable resource be extended across markets? The answer will vary widly because resources differ greatly in their specificity from highly fungible resources ( such as cash, many kinds of machinery, and general management skills ) to much more specialized resources ( such as expertise in narrow scientific disciplines and secret product formulas ). Specialized resources often play a critical role in securing competitive advantage, but, because they are so specific, they lose value quickly when they are moved away from their original settings …”

D Collis, C Montgomery

En anterior papel bajo el título DIMENSIONAR EL CAPITAL INTELECTUAL PARA OPTIMIZAR SU GESTIÓN: FÓRMULAS CUANTIFICADORAS ORR, planteamos los componentes básicos de los activos intelectuales que integran el capital intelectual y al tiempo presentamos dos modelos para su cuantificación, así:
A. Sobre el estado de posición:

CI ≡ f { (AO – CO) + (AF – CF) + (AFI – CAP) + AI } 3
Donde
AO = ACTIVOS OPERACIONALES
AF = ACTIVOS FINANCIEROS
AFI = ACTIVOS FÍSICOS
AI = ACTIVOS INTELECTUALES
CO = CAPITAL OPERATIVO
CF = CAPITAL FINANCIERO
CAP = CAPITAL PROPIETARIOS
CI = CAPITAL INTELECTUAL
B. Sobre los flujos de resultados:

UD + VRCRCI = VRAGTO 4

DONDE:
UD = UTILIDAD DISTRIBUIBLE
VRCRCI = VALOR AGREGADO DEL CAPITAL INTELECTUAL
VRAGTO = VALOR AGREGADO TOTAL
Complementariamente a las formulaciones anteriores, presentamos el modelo para la gestión sobre el capital intelectual de una organización privada o pública, también entendida como la gestión básica sobre los activos estratégicos para desarrollar y mantener ventajas competitivas diferenciadoras, el cual debe partir de un esquema de acción e implementación como el siguiente:
• Identificación del entorno externo de la actuación empresarial, incluidos factores de mercado, de competencia, de legislación, de comunidad y similares.

• Claridad del propósito organizacional, la visión y valores de acción. En estos, a más de los conceptos tradicionales, pueden incluirse elementos como la alegría, la verdad y la responsabilidad social.

• Alineamiento de la estrategia y del énfasis operacional con el capital intelectual y sus activos componentes.

• Identificación de recursos y capacidades centrales y diferenciadores de la entidad.

Para evaluar el potencial y realidad generadora de valor en una capacidad o recurso institucional, Collis y Montgomery recomiendan aplicar los siguientes tipos de pruebas:
a. Prueba de inimitabilidad, la cual puede evaluarse por exclusividad física del activo, por desarrollo especializado en tiempo o forma, por “especificidad cultural”, o por requerimiento económico.
b. Prueba de durabilidad.
c. Prueba de apropiabilidad.
d. Prueba de sustitución.
e. Prueba de superioridad competitiva con respecto a los competidores.

o Definición del equipo líder e impulsor del proceso de gestión sobre el capital intelectual.

o Definición y actualización de las herramientas y modelos de evaluación, información, retroalimentación y comunicación de los resultados periódicos reales y esperados.

En el mundo global esta práctica empresarial tiene toda su vigencia y es el factor fundamental para preservar las capacidades competitivas de las regiones y las entidades o firmas privadas o publicas que conforman las cadenas de valor.

Santo Domingo, 31 de agosto de 2008


El humor negro de nuestra economía

Angie Cascante
“Phelps se come ocho huevos en el desayuno, y aquí ocho personas nos comemos un huevito”. Con desilusión y tristeza leí la frase que la revista semana publicó de la progenitora del boxeador colombiano Oscar Rivas, cuando se refirió a los descomunales desayunos de Michael Phelps, el ocho veces medallista de natación en los juegos olímpicos de Beijing en China.
Y no era para más, pues la señora Rivas con este irónico comentario evidenció que hasta en unos juegos donde el espíritu del deporte es el que está presente, aparecen claramente las brechas económicas entre los países industrializados y los mal llamados en desarrollo; así mismo, la imposición de nuevos modelos económicos y culturales como el de la majestuosa y tradicional China frente al consumismo estadounidense.
Es obvio, que los países con mayor capacidad industrial y adquisitiva fueron los que más medallas ganaron, el caso de Estados Unidos y de China, y los que no tienen ni para un huevo como en el caso de los atletas colombianos, no fueron los de mayor reconocimiento en los juegos pasados.
Con los juegos, presenciamos una apología al nuevo orden económico mundial. Aunque muchos no lo reconozcan, el golpe del 2007 con la crisis hipotecaria y el aumento del pie de fuerza y de recursos que Estados Unidos imprimió para financiar la guerra de Irak, debilitó no del todo, a la gran potencia hasta tal punto de bajarla a un segundo lugar, mientras que China está en su mejor momento por el crecimiento económico y tecnológico, demostrado en la majestuosidad de los montajes de apertura y clausura de los juegos olímpicos.
China es un actor tan importante en la economía global en estos momentos, que su salud financiera se encuentra ligada a la del sistema en general.
Volviendo al caso colombiano es inaceptable que no se brinde apoyo a nuestros atletas. Muchos de los que viajaron al país de la gran muralla, viven en precarias condiciones, como en el caso de la luchadora Jackeline Rentería, a la que después de ganar medalla de bronce, la Gobernación de Valle decidió premiarla con una casa y por fin ayudarle con el ingreso a un centro de entrenamiento de alto rendimiento.
Son estas desconcertantes ironías las que develaron la fragilidad del sistema económico occidental y la situación colombiana frente al mundo; ojalá que para Londres 2012, nuestros atletas colombianos no tengan situaciones de humor negro como el del boxeador Rivas.
Nota: No se necesita ser economista ni experto en la materia, para entender que con el Salario mínimo no se puede cubrir el pago de un Sistema de Seguridad Social, como el que implementó el Ministerio de Protección Social. ¿Qué hacemos señor ministro: comemos o pagamos la PILA?

TAPEN, TAPEN, TAPEN


Guillermo Pérez

Cuando había oposición, cuando los parlamentarios no se vendían por un puesto, cuando el país no había caído en manos de una coalición de políticos y paramilitares, cuando no se inventaban partidos de garaje para apoyar al gobierno, el jefe de la oposición, el más duro de los críticos de la administración liberal, el expresidente conservador Laureano Gómez inventaba todos los días un cargo para molestar al mandatario de turno y a sus amigos, para lo cual usaba, sin titubeos, los titulares de primera página del diario El Siglo.

Uno de los titulares más famosos podría aplicarse a la actualidad ‘’Tapen, tapen, tapen’’, decía titular con el cual se acusaba al régimen liberal de ocultar los pormenores de un crimen del que había sido víctima boxeador conocido con el apodo de ‘’Mamatoco’’, del cual quería culparse al presidente Alfonso López.

Algo parecido podría decirse ahora, cuando muchos acontecimientos dejan sabor amargo y producen la sensación de que algo oscuro se quiere ocultar. A veces, el gobierno y sus amigos parecen imitar a los gatos, que tapan los excrementos para esconderlos del olfato y los ojos de otros animales.

¿Qué se quiere ocultar? preguntaría una oposición aguerrida, que no tema jugarse sus restos en un enfrentamiento con el poder. Infortunadamente, el que fuera el principal partido colombiano, el liberalismo, que en otras épocas fue combativo, ha sido inteligentemente diezmado, en beneficio de organizaciones sin historia bautizadas con nombres tan rimbombantes como Cambio Radical, Partido de la U, Colombia Democrática, que tienen un objetivo: integrar coalición de bolsillo que acolite al gobierno.

Hay serie de hechos que no son buenos para el futuro de las instituciones y hacen pensar que, como los magos, el presidente Uribe tiene cartas ocultas en la manga. Entre los ases que nos han dejado ver y nos hacen pensar están unos con los que se ha querido tender cortina de humo y arrinconar a los contradictores. La operación Jaque, que incluyó la utilización abusiva de insignias de la Cruz Roja, es talvez el principal.

Pero hay otras jugadas maestras del manejo mediático con que se está manipulando el país. ¿Qué tal el caso de Yidis Medina, condenada por cohecho en beneficio de la reelección y confinada al patio más peligroso del Buen Pastor, en clara desobediencia de las disposiciones de la Corte Suprema de Justicia? ¿Y los continuos ataques a la Corte, a la que se ha sindicado de varios delitos por enviar a la cárcel a parlamentarios amigos del gobierno? ¿Y las agresiones verbales al expresidente César Gaviria por atreverse a criticar al monarca? ¿Y las falsas acusaciones contra magistrados de la Corte?

¿Qué tal las arremetidas contra el partido liberal –al cual perteneció hasta que se cambió de bando y se pasó al conservatismo-, las catilinarias contra el Polo Democrático, sindicado de pensar distinto, y hechos muy graves, como la visita subrepticia de un abogado de peligroso paramilitar y de un antisocial muerto, por vínculos con ‘’Don Berna’’, jefe del hampa en Medellín, donde fue destituido el Jefe de Fiscalías, hermano del ministro del interior-

No se pueden dejar por fuera las extradiciones de los paras, con lo que se logró callarles la boca y meterlos en una jaula gringa de la que no podrán salir ni se logrará sacarlos para que cuenten los crímenes que dejaron asombrados y asqueados al juez español Baltasar Garzón y al fiscal de la Corte Internacional, Luis Moreno. El Presidente, que se precia de andar con el ánimo de un tigre, tiene temor.de ser juzgado por organismos internacionales. ‘’Les va a dar mucha lidia’’ dijo en una de las peleas con la oposición. Sabe que tiene inmenso respaldo popular, pues muchos creen que después de él no hay salvación. Eso mismo pensaban los seguidores de Fujimori. Pobre Colombia: se chifló el director del manicomio. Cómo será que el más cuerdo ahora es Pachito Santos GPT


Malos Negocios en el Altar del Libre Comercio

César González Muñoz
En una reunión gremial reciente, el Presidente Uribe manifestó su preocupación por la evolución de las relaciones comerciales con Méjico. La tierra del águila y el nopal se ha convertido es una de las principales proveedoras de bienes importados en el mercado colombiano, mientras que las exportaciones colombianas tienen un opaco desempeño. En los últimos años, Méjico surge como uno de los principales vendedores de aparatos y material eléctrico, de grabación o imagen, de vehículos y sus partes, de productos químicos orgánicos y de una variedad de bienes manufacturados. China y Méjico se disputan desde hace cuatro años, con leves diferencias entre sí, el segundo lugar como exportadores a Colombia, por encima de Brasil, Alemania, Japón, España o Venezuela.
Dentro de este escenario general hay aspectos significativos: Por ejemplo, Méjico ha sido en los últimos dos años el principal proveedor mundial de vehículos y sus partes en el mercado colombiano, levemente por encima de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Además, si usted compra una lavadora, o una nevera, o algún otro aparato electrodoméstico importado, es muy probable que sea de manufactura mejicana.
¿Qué hay detrás? La clave es la desgravación arancelaria acordada en el Tratado de Libre Comercio del Grupo de los Tres, o G-3. Este Tratado, más bien gris y poco mentado en los medios, regulaba el comercio entre Colombia, Méjico y Venezuela hasta cuando la República Bolivariana se retiró hace dos años. Ahora es, estrictamente, un arreglo bilateral. Debe recordarse que el G-3 entró en vigencia desde enero de 1995; el bloque comercial no alcanzó mayores alturas, enredado en discusiones sobre normas de origen, regulaciones fitosanitarias y cosas por el estilo. Entre 1996 y 2000 el comercio intra-bloque creció sólo de US$3,200 a US$ 3,900 millones.
A comienzos de esta década el Grupo hizo acuerdos sobre la aceleración de la desgravación arancelaria y el aumento de las cuotas anuales de exportación de determinados bienes, especialmente de vehículos. Ello le dio una dinámica adicional a las transacciones comerciales. Méjico fue el beneficiario principal.
Entre tanto, el presidente Chávez insistía en que el G-3 no debía ser sólo un ejercicio de integración económica, sino que el énfasis debía ponerse en la alianza geopolítica desde el río Grande hacia el sur, para crearle contrapesos a la hegemonía de Estados Unidos. En ese sentido, la posición venezolana se acercaba mucho a la visión brasileña de la integración continental. Al fin, el gobierno venezolano declaró que sus preferencias estaban en el fortalecimiento del Mercosur y que abandonaba el G-3, lo que ocurrió a finales de 2006.
Los mejicanos fueron a los negocios concretos. Al amparo de la desgravación y de la expansión de cuotas, ha logrado crecientes superávit comerciales con Colombia: De US$ 332 millones en 2002, hasta US$ 2452 millones en 2007. Este año vamos a repetir la dosis del pasado, y las ventas colombianas no pasarán de US$ 600 millones. El déficit comercial con los Manitos en los dos últimos años ha sido el más grande en comparación con cualquier otro de los “socios comerciales” colombianos.
El G-3 ha sido un acto fallido. Colombia le entregó a Méjico algunos mercados de mucha importancia, y los factores de compensación han sido nulos, en términos de diversificación productiva interna, aumento de la productividad o expansión de las oportunidades de empleo como resultado de la cooperación económica con esa nación. El gobierno colombiano hizo un mal negocio. Y de ribete, los titulares del pasaporte color vino tino tenemos muchas dificultades y demoras para conseguir una visa mejicana de turismo o de negocios. La injuria se le añade a la herida.



La Corte Suprema de Justicia o
La Corte Penal Internacional


Juan Manuel López Caballero.

Entre montajes alrededor de supuestos complots contra el gobierno (versión parecida a los ‘falsos positivos’), las demandas de altos funcionarios –desde el Presidente hasta sus ministros y asesores-, las presentaciones de ‘roscogramas’ y cuestionamientos a los propósitos o motivaciones de las decisiones judiciales, y la caja de resonancia mediática y oficial en relación a todo esto, se ha logrado crear en la opinión pública la idea de que la Corte Suprema y su Sala Penal actúan como opositores al gobierno y cuasi simpatizantes del terrorismo guerrillero.

La venida del Fiscal Moreno Ocampo de la Corte Penal Internacional parece corresponder a una percepción externa diferente, según la cual el Gobierno no ha explicado satisfactoriamente por qué extraditó a los jefes paras y afectó la prioridad que tienen las víctimas sobre los victimarios, trastocando todos los procesos de Justicia y Paz y los de la parapolítica, ya que los cabecillas enviados a EU eran los principales testigos en ambos casos; según la cual el Gobierno como estrategia política ha cuestionado y atacado duramente a los magistrados de la Corte; según la cual proyecta reformas a sus facultades de investigación para volver concreta la impunidad que ha buscado para los crímenes de lesa humanidad cometidos por los paramilitares y los eventuales aliados políticos.

El 18 de Junio el Fiscal Moreno decía:
‘¿Cómo se asegurará el juzgamiento de los máximos responsables de crímenes que estarían bajo la competencia de la CFI, incluyendo a dirigentes políticos y miembros del Congreso presuntamente vinculados a los grupos desmovilizados? En particular, me gustaría saber si las investigaciones seguidas hasta la fecha indican la comisión de conductas penadas por el Estatuto de Roma y si la extradición de los líderes paramilitares presenta algún obstáculo en la eficaz investigación de los mencionados políticos.’

En el comunicado sobre su visita dice:
‘El Fiscal se informará también de las investigaciones y juicios que se adelantan en Colombia a militares y a políticos, entre ellos congresistas, presuntamente implicados en crímenes cometidos por paramilitares y guerrillas. A ese respecto, solicitará más información sobre la extradición a los Estados Unidos de América en Mayo de 2008 de 15 antiguos paramilitares que estaban siendo procesados en el marco de la Ley de Justicia y Paz.’

En el discurso para conmemorar los diez años fue más allá de las comunicaciones privadas y concretó: ‘De forma independiente seleccioné las más graves situaciones bajo mi jurisdicción, donde no había procedimientos nacionales. La selección de situaciones es, al final del día, clara. Debo acudir a la ley. Nada más. Nada menos. Eso es lo que hicimos y lo que seguiremos haciendo.’ Y, tras hacer la enumeración de los casos más graves en curso, concluye: ‘Estamos mostrando también como el sistema de complementariedad puede ponerse en práctica en diferentes países, en particular en Colombia.’

Así hay garantía de que no habrá impunidad para el paramilitarismo y la parapolítica; pero es a los colombianos a quienes nos corresponde hacer que se preserve la existencia y la función de nuestra Corte Suprema de Justicia.



El dueño de la finca


Ramón Elejalde Arbeláez, ramone@une.net.co

Colombia todos los días deja de ser un Estado de derecho y especialmente un Estado respetable y se asemeja más a una finca o a un enclave medioeval, que se transportó en el tiempo en forma imperceptiblemente y que ahora deja ver sus características, en este siglo XXI.
El dueño de la finca dispone de la vida y de las honras, absuelve, perdona y condena. Está al tanto de todas las cosas y no se mueve un objeto sin su consentimiento. La finca es un espacio de tierra donde la voluntad absoluta del dueño, se cumple. El dueño de la finca dicta el derecho, lo hace cumplir y sanciona al infractor, es el amo y el señor del territorio. Es el gobierno de los hombres y desprecia el gobierno de las leyes. Los jueces le son incómodos y más si mortifican o molestan a los suyos o si persigue a los sindicados o delincuentes que le son cercanos en amistad o respaldo. “Él es el la única fuente de la legislación y de la justicia. Decide sobre la guerra y sobre la paz y dirige el ejército y la administración”.
Difícil percibir si estamos frente a una finca o a un rezago del absolutismo estamental de la Edad Media: “La razón de estado pone las exigencias políticas por encima del derecho y de la legalidad, justificándose la arbitrariedad del monarca para atender al cuidado de la seguridad y del bienestar del pueblo (estado policía). Los individuos carecen de derechos: el rey es el único intérprete de las necesidades nacionales y el único titular del poder” (y el dueño de la verdad, agrego yo).
Al rey, o al dueño de la finca (ya no sé qué creer, si somos estado absoluto o finca), no se le puede cuestionar. Criticarlo es una afrenta a los sumos intereses nacionales. Quien lo haga es sometido al más duro señalamiento y al escarnio público. El dicho del poderoso señor de la finca es el único válido. Es la verdad revelada. Las demás afirmaciones –sobre todo si ofenden al dueño– son temerarias y son descalificadas ipso facto. El señor de la finca purifica a sus amigos, no importa de dónde vengan o qué reparos tenga sobre ellos la sociedad. Tampoco importan sus preferencias políticas anteriores, así como el jefe, ellos también pueden cambiar de bando. Los del bando contrario, los supuestos enemigos, así sean los amigos de antaño, son la putrefacción misma. El dueño de la finca va siempre por el camino correcto y siempre se hace seguir de turiferarios y cortesanos que en olor de incienso alaban las proezas de su señor y repudian las de sus contradictores. Van por el mundo repartiendo absoluciones o condenas. Los criminales se vuelven santos en presencia del jefe y su prontuario se convierte en patrióticas hojas de vida al servicio de los sumos intereses nacionales.
Hay que volver por los fueros del Estado de derecho, donde la separación de poderes, la independencia de los jueces y el control de legalidad sean las características primordiales de nuestra organización política. Donde impere el respeto y el acatamiento del Ejecutivo a los fallos de los jueces, por incómodos que estos resulten. Donde la oposición pueda exponer sus observaciones sin que sea criminalizada y donde la casa de Nari, vuelva a ser la Casa de Nariño.
Notícula. El editorial principal del periódico El Tiempo del viernes pasado, nos da totalmente la razón en el caso de Pescadero Ituango. Todo queda en manos de los organismos de control, de los jueces administrativos y de la Fiscalía General de la Nación, para que no se consume semejante atropello contra los dineros de Antioquia.




Discurso de Barack Obama en la convención de Denver

TRADUCCIÓN DE LA AGENCIA EFE 29/08/2008. Tomado de Columnistas Libres.

Con profunda gratitud y una gran humildad, acepto vuestra nominación para la Presidencia de Estados Unidos.

Dejadme expresar mi agradecimiento a la histórica lista de candidatos que me han acompañado en este viaje, y especialmente a quien ha llegado más lejos -una campeona para los trabajadores americanos y una inspiración para mis hijas y las vuestras - Hillary Rodham Clinton. Al presidente Clinton, que anoche demostró la necesidad de cambio como sólo él puede hacerlo, a Ted Kennedy, que encarna el espíritu de sacrificio; y al próximo vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, os doy las gracias.

Estoy agradecido de terminar este camino con uno de los más brillantes estadistas de nuestro tiempo, un hombre con el que se siente a gusto todo el mundo, desde los líderes mundiales hasta los revisores de la compañía de trenes Amtrak que todavía toma para regresar a su casa cada noche.

Al amor de mi vida, nuestra próxima primera dama, Michelle Obama, y a Sasha y Malia - os amo mucho y estoy muy orgulloso de vosotras.

Hace cuatro años, estaba delante vuestro y os conté mi historia - de
la breve unión de un joven de Kenia y una joven mujer de Kansas que no les iban muy bien las cosas ni eran muy conocidos, pero que compartían la creencia de que en América, su hijo podía alcanzar lo que se propusiese en su cabeza.

Es esa promesa la que ha hecho este país destacar - que con un duro
trabajo y sacrificio, cada uno de nosotros puede tratar de alcanzar nuestros sueños y también seguir siendo parte de la familia americana para asegurarnos que la siguiente generación podrá perseguir igualmente sus sueños.

Es por ello por lo que comparezco hoy esta noche. Porque durante 230 años, en cada momento en el que esa promesa estaba en peligro, hombres y mujeres corrientes -estudiantes y soldados, granjeros y profesores, enfermeras y limpiadoras- encontraron el coraje para mantenerla viva.

Nos encontramos en uno de esos decisivos momentos - el momento en el que nuestra nación está en guerra, nuestra economía atraviesa una situación confusa, y la promesa americana ha sido amenazada una vez más.

Esta noche, más americanos están sin trabajo y más trabajan por menos. Muchos de vosotros habéis perdido vuestros hogares y muchos más veis cómo cae en picado el valor de vuestras casas. Muchos tenéis automóviles que ahora no os podéis permitir conducir, deudas de las tarjetas de crédito que no podéis pagar, gastos de matrículas inalcanzables.

Todos estos desafíos no son todos atribuibles al Gobierno. Pero el no
haberles hecho frente es la consecuencia de la descomposición de la
vida política en Washington y las fallidas políticas de George W. Bush.

América es mejor que estos últimos 8 años. Somos mejor país que eso.

Este país es más decente que uno en el que una mujer de Ohio, a punto de jubilarse, se encuentra por una enfermedad en una catastrófica situación después de una dura vida de trabajo.

Este país es más generoso que aquel en el que un hombre de Indiana
tiene que ver cómo la maquinaria con la que ha trabajado durante veinte años es embarcada hacia China y, turbado, ha de explicar cómo se siente fracasado al regresar a casa y contarle lo ocurrido a su familia.

Somos más compasivos que un Gobierno que permite que sus veteranos duerman en la calles y sus familias caigan en la pobreza; que permanece de brazos cruzados mientras delante de nuestros ojos se hunde una gran ciudad de América.

Esta noche, le digo al pueblo americano, a los demócratas y a los republicanos, a los independientes de toda esta gran nación. Ya basta. Este momento -esta elección- es nuestra oportunidad para mantener viva en el siglo XXI la promesa americana.

Como la próxima semana, en Minnesota, el mismo partido que os ha
traído dos mandatos de George Bush y Dick Cheney le pedirá a este país un tercero, estamos aquí ahora porque amamos este país demasiado para dejar que los próximos cuatro años se parezcan a los últimos ocho. El 4 de noviembre tenemos que levantarnos y decir: ya estamos hartos.

Ahora no dejemos ninguna duda. El candidato republicano, John McCain, ha vestido el uniforme de nuestro país con valor y distinción, y por ello le debemos respeto y gratitud. La próxima semana, también escucharemos sobre esos momentos en los que había roto con su partido como prueba de que el puede traer el cambio que necesitamos.

Pero los hechos son claros, John McCain ha votado con George Bush el noventa por ciento de las veces. Al senador McCain le gusta hablar de juicio, pero en realidad, qué os asegura a vosotros que George Bush ha estado en más del noventa por ciento de las ocasiones acertado. No sé lo que pensáis vosotros, pero yo no estoy dispuesto a asumir sólo una posibilidad de cambio en el diez por ciento.

La verdad es que en cada uno de los asuntos, en cada uno de los que
afecten a vuestra vida -salud, educación y en la economía-, el senador McCain ha sido todo, menos independiente. Asegura que nuestra economía ha hecho grandes progresos bajo este presidente. Sostiene que los fundamentos de la economía son fuertes. Y cuando uno de sus principales consejeros - el hombre responsable de escribir su programa económico- hablaba de la ansiedad en la que viven los americanos, dijo que estamos viviendo sólo una recesión mental y que somos, y cito textualmente, una nación de quejicas.

¿Una nación de quejicas ¿ Dígale eso a los orgullosos trabajadores de
las plantas de automoción de Michigan que, después de enterarse de que iba a cerrar, todavía siguen yendo cada día a trabajar tan duro como siempre, porque saben que hay quienes cuentan con los frenos que han hecho. Dígale eso a las familias de los militares que cargan sus problemas en silencio, sobre sus hombros, mientras ven cómo sus seres queridos parten para su tercer o cuarto o quinto despliegue. Estos no son quejicas. Trabajan duro, lo entregan todo y aún siguen sin quejarse. Estos son los americanos que yo conozco.

Bien, no creo que al senador McCain no le importe qué es lo que está
pasando con la vida de los americanos. Pienso que es que no lo sabe.
¿Por qué otro motivo si no podría él definir a la clase media como aquella que gana menos de cinco millones de dólares al año? ¿De qué
manera si no podría proponer cientos de miles de millones en rebajas
fiscales para las grandes corporaciones y compañías petroleras pero ni un solo penique de ayuda fiscal para más de cien millones de americanos? ¿Cómo si no puede él ofrecer un plan de salud que penalizará con impuestos a las personas o un plan educativo que no servirá para ayudar en nada a las familias a pagar las escuelas, o el
plan para privatizar la seguridad social y jugarse vuestras pensiones".

No es porque a John McCain no le importa, es porque no lo capta.

Durante más de dos décadas ha estado abonado a esa vieja, desacreditada filosofía republicana -da más y más a los que más tienen y confía en que la prosperidad descienda a los demás. En Washington, lo llaman la sociedad de propietarios, pero lo que realmente significa es que estás sólo. ¿Te has quedado sin empleo? Mala suerte. ¿no tienes seguro de salud? El mercado lo resolverá. ¿Has nacido pobre?

Arréglatelas con tu propio esfuerzo, aunque no puedas. Estás sólo.

Es hora de que paguen por sus fracasos. Es nuestro momento para
cambiar América.

Lo veis, los demócratas tenemos una medida diferente de lo que es el
progreso en este país.

Medimos el progreso por el número de personas que pueden encontrar un empleo en el que ganen lo suficiente para hacer frente a las hipotecas, que también permite un poco de dinero extra a final de mes para poder ver algún día a vuestros hijos recibir sus diplomas universitarios. Medimos el progreso en los 23 millones de nuevos empleos que fueron creados cuando Bill Clinton era el presidente - cuando la familia media estadounidense vio subir sus ingresos hasta 7.500 dólares en vez de los 2.000 que ha caído bajo George Bush.

Nosotros medimos la fortaleza de nuestra economía no por el número de multimillonarios que tenemos o los beneficios de las empresas de la lista Fortune 500, sino si alguien con una buena idea puede tomar el riesgo y emprender un nuevo negocio, o si las camareras que viven de las propinas pueden librar un día para poder llevar al médico a su
hijo enfermo sin ser despedidas - una economía que honra la dignidad del trabajo.

Las claves que empleamos para medir la fortaleza económica son si
estamos cumpliendo con la promesa fundamental que ha hecho que este sea un gran país - una promesa que es la única razón por la que estoy aquí esta noche.

Porque en las caras de esos veteranos jóvenes que regresan de Irak y Afganistán, veo a mi abuelo, quien se alistó después de Pearl Harbor, marchó en las filas del Ejército de Patton y fue premiado por una nación agradecida con la oportunidad de ingresar en la universidad mediante del Acta para los veteranos.

En la cara del estudiante joven que duerme sólo tres horas antes de entrar en el turno de noche, pienso en mi mamá, quien, sóla, nos crió
a mi hermana y a mí mientras trabajaba y estudiaba para un título, quien una vez recurrió a la asistencia pública para la alimentación pero todavía pudo enviarnos a las mejores universidades del país con
la ayuda de los préstamos para estudiantes y las becas.

Cuando oigo a otro trabajador que me dice que su fábrica ha cerrado,
recuerdo a todos aquellos hombres y mujeres del barrio sur de Chicago con quienes me solidaricé y por quienes luché hace dos años, después del cierre de la planta siderúrgica.

Y cuando oigo a una mujer que habla de las dificultades de abrir un negocio propio, pienso en mi abuela, quien progresó trabajando, desde el grupo de secretarias hasta ser supervisora, pese a los años en que no fue considerada para un ascenso por ser mujer. Es ella quien me enseñó lo que es el trabajo duro. Es ella quien aplazó la compra de un nuevo automóvil o un nuevo vestido para que yo pudiera tener una vida mejor. Me entregó todo lo que tenía. Y aunque ya no puede viajar, sé que está siguiéndonos esta noche y que esta es su noche también.

No sé qué tipo de vidas cree John McCain que llevan los famosos, pero ésta ha sido la mía. Estos son mis héroes. Sus historias son las que me formaron. Y es en nombre de ellos que pretendo ganar estas
elecciones y mantener nuestra promesa viva, como presidente de Estados Unidos.

¿Qué es esa promesa?

Es una promesa según la cual cada uno tiene la libertad para hacer de nuestras vidas lo que queramos, pero que también tenemos la obligación de tratarnos mutuamente con dignidad y respeto.

Es una promesa que dice que el mercado debería premiar la ambición y la innovación y generar crecimiento, pero que las empresas deberían cumplir con sus responsabilidades en cuanto a la creación de empleos americanos, vigilar por los trabajadores americanos, y atenerse a las reglas de buena conducta.

La nuestra es una promesa que dice que el gobierno no nos puede solucionar todos los problemas, pero lo que sí debe hacer es lo que no podemos hacer por nosotros mismos, Protegernos del daño y proveer a cada niño una educación adecuada, mantener nuestra agua limpia y nuestros juguetes seguros, invertir en nuevos colegios y nuevas carreteras y nueva ciencia y tecnología.

Nuestro gobierno debe trabajar por nosotros, no contra nosotros. Debe ayudarnos, no dañarnos. Debe garantizar la oportunidad no sólo a aquellos que más dinero e influencia tienen, sino a cada americano dispuesto a trabajar.

Esa es la promesa de América. La idea de que somos responsables de
nosotros mismos, pero también de que nos levantaremos o caeremos
juntos como una nación: la creencia fundamental de que yo soy el guardián de mi hermano: yo soy el guardián de mi hermana.

Esa es la promesa que debemos cumplir. Ese es el cambio que necesitamos ahora mismo. Por tanto, dejad que precise exactamente qué es lo que significará ese cambio si yo soy elegido Presidente.

El cambio implica un código fiscal que no premie a los "lobbys" que lo
redactaron, sino a los trabajadores americanos y las pequeñas empresas que lo merecen.

A diferencia de John McCain, dejaré de conceder ventajas fiscales a las corporaciones que trasladen los empleos al extranjero, y comenzaré a darlas a las empresas que creen buenos puestos de trabajo aquí mismo en América.

Eliminaré los impuestos sobre ganancias para los pequeños negocios y empresas recién establecidas que van a crear los empleos bien remunerados y de alta tecnología del mañana.

Rebajaré los impuestos - los voy a rebajar - para el 95% de todas las
familias que trabajan, porque en una economía como la nuestra lo último que se debe hacer es aumentar los impuestos para la clase media.

Y, por el bien de nuestra economía, nuestra seguridad y el futuro de
nuestro planeta, estableceré una meta clara como Presidente: en un
plazo de diez años, pondremos fin a nuestra dependencia respecto al
petróleo de Oriente Medio.

Washington lleva 30 años hablando de nuestra adicción al petróleo, y
John McCain lleva 26 de esos años allí. En este tiempo, él ha dicho "no" a las exigencias de mayor eficiencia energética de los automóviles, "no" a las inversiones en energía de fuentes renovables,
"no" a los combustibles renovables. Y hoy, importamos el triple de petróleo que el día que el senador McCain asumió el cargo.

Ahora es el momento de poner fin a la adicción, y de comprender que
sacar petróleo de los pozos es una medida para salir del paso, no una
solución a largo plazo. Ni remotamente.

Como presidente, aprovecharé nuestros recursos de gas natural, invertiré en tecnología del carbón limpia, y encontraré la manera de
aprovechar con seguridad la energía nuclear. Ayudaré a nuestrasempresas del automóvil a readaptarse, para que los automóviles de bajo consumo del futuro se construyan aquí mismo en América. Voy a facilitar que los americanos tengan suficientes recursos para comprar esos autos nuevos. Y voy a invertir 150.000 millones de dólares en la próxima década en fuentes renovables de energía que podamos costear - energía eólica, y energía solar y la próxima generación de biocombustibles; una inversión que desembocará en nuevas industrias y cinco millones de empleos que paguen bien y que nunca puedan ser externalizados.

América, ahora no es el momento de pequeños proyectos.

Ahora, es el momento de cumplir por fin nuestra obligación moral a facilitar a cada niño una educación de primera clase, porque es lo mínimo para poder competir en la economía global. Michelle y yo estamos aquí esta noche sólo porque nos dieron la oportunidad de una educación. Y no voy a conformarme con una América donde algunos niños no tienen esa oportunidad. Voy a invertir en la educación de los más pequeños. Voy a reclutar a un ejército de nuevos maestros, les pagaré salarios más altos y les daré un mayor apoyo. Y, a cambio, voy a pedir un listón más alto y que se rindan cuentas. Y mantendremos nuestra promesa hecha a cada uno de los jóvenes americanos - si tú te comprometes con tu comunidad o con tu país, garantizamos que podrás pagar una enseñanza superior.

Ahora es el momento de cumplir, por fin, la promesa de un acceso a
precios razonables a cuidados sanitarios para todos y cada uno de los
americanos. Si ya tenéis acceso a la Sanidad, mi proyecto supondrá el desembolso de primas más pequeñas. Si no lo tenéis, vais a poder
disfrutar de la misma cobertura que los miembros del Congreso se conceden a si mismos.

Yo mismo vi cómo mi madre discutía con las empresas de seguros desde la cama donde moría de cáncer y voy a asegurarme de que esas mismas empresas dejen de discriminar a los que están enfermos, los que más necesitan atención sanitaria.

Ahora es el momento de ayudar a las familias con bajas pagadas por
enfermedad y mejores permisos por asuntos familiares, porque nadie en América debería tener que elegir entre salvar su empleo y cuidar a su niño o a su progenitor enfermo.

Ahora es el momento de cambiar nuestras leyes sobre quiebras para que vuestras pensiones estén protegidas por encima de las primas de los ejecutivos; y es la hora de salvaguardar la Seguridad Social para
generaciones futuras.

Y ahora es el momento de cumplir la promesa del mismo salario por el mismo trabajo, porque yo quiero que mis hijas tengan exactamente las mismas oportunidades que vuestros hijos.

Ahora, muchos de esos proyectos van a costar dinero, y es por eso que he explicado de dónde va a proceder cada céntimo - cerrando los
resquicios corporativos y los paraísos fiscales que no ayudan a América crecer. Pero también voy a analizar el presupuesto federal, línea por línea, eliminando los programas que no dan resultados, y mejorando y reduciendo costes en los que sí necesitamos - porque no
podemos afrontar los desafíos del siglo 21 con una burocracia del siglo 20.

Los Demócratas también debemos reconocer que realizar la promesa de América va a necesitar más que dinero. Requiere un sentido renovado de la responsabilidad por parte de cada uno de nosotros, para recuperar lo que John F. Kennedy denominó nuestra "fortaleza moral e intelectual". Sí, el Gobierno debe dar ejemplo en la dependencia energética, pero cada uno de nosotros debe ayudar a hacer nuestros hogares y negocios más eficientes. Sí, debemos ayudar a salir de su situación a los jóvenes que caen en la delincuencia y la desesperación. Pero debemos reconocer que los programas por sí solos no pueden sustituir a los padres: que el Gobierno no puede apagar el televisor para que una niña haga sus deberes: que los padres deben asumir una mayor responsabilidad a la hora de dar el amor y la orientación que sus hijos necesitan.

La responsabilidad individual y la responsabilidad mutua: esa es la
esencia de la promesa de América.

Y de la misma forma que nosotros cumplimos nuestra promesa a la próxima generación aquí en casa, también debemos cumplir la promesa de América en el exterior. Si John McCain quiere protagonizar un debate sobre quién tiene el mejor temperamento, y juicio, para servir como el próximo Comandante en Jefe, ese es un debate en el que yo estoy dispuesto a entrar.

Porque mientras el senador McCain dirigía la vista hacia Irak en los días justo después del 11-S, yo me levanté para oponerme a esta guerra, sabiendo que nos iba a distraer de las auténticas amenazas que afrontamos. Cuando John McCain dijo que podríamos "arreglárnoslas" en Afganistán, yo hablé a favor de recursos y tropas adicionales para terminar la lucha contra los terroristas que realmente nos atacaron el 11 S, y dejé claro que debemos eliminar a Osama bin Laden y sus lugartenientes si se ponen a tiro. A John McCain le gusta decir que perseguirá a Bin Laden hasta las puertas del Infierno - pero ni siquiera se acercará a la cueva dónde vive.

Y todavía hoy, cuando mi llamamiento a establecer un marco temporal para retirar nuestras tropas de Irak ha encontrado el eco del Gobierno iraquí e incluso la administración Bush, incluso después de saber que Irak tiene un superávit de 79.000 millones de dólares mientras nosotros nos ahogamos en déficits, John McCain se queda solo en su negativa obstinada a poner fin a una guerra equivocada.

Ese no es el "juicio" que necesitamos. Eso no nos mantendrá seguros.
Necesitamos a un presidente que sepa afrontar las amenazas del futuro, no aferrarse a las ideas del pasado.

No se derrota a una red terrorista que opera en 80 países al ocupar a
Irak. No se protege a Israel y se detiene a Irán simplemente con un discurso duro desde Washington. No se puede realmente dar la cara por Georgia cuando se ha puesto en entredicho a nuestras alianzas con más solera. Si John McCain quiere seguir a George Bush con más discurso duro y estrategia equivocada, es su opción - pero no es el cambio que necesitamos.

Somos el partido de Roosevelt. Somos el partido de Kennedy. Así que, no me digan que los Demócratas no defenderemos a este país. No me digan que los Demócratas no nos mantendremos seguros. La política exterior Bush-McCain ha malgastado el patrimonio que generaciones de estadounidenses -Demócratas y Republicanos- han construido, y estamos aquí para restaurar ese patrimonio.

Como Comandante en jefe, nunca dudaré en defender a esta nación, pero no enviaré a nuestras tropas para enfrentarse al peligro sin una
misión clara y un compromiso sagrado para aportarles los materiales
que necesitan en la batalla y la asistencia y ayudas que se merecen
cuando vuelvan a casa.

Pondré fin a esta guerra en Irak de forma responsable, y terminaré la
lucha contra Al Qaeda y los Talibán en Afganistán. Reconstruiré nuestras fuerzas armadas para hacer frente a futuros conflictos. Pero
también reanudaré la diplomacia dura y directa que puede impedir que
Irán obtenga armas nucleares y frenar la agresión rusa. Construiré nuestras alianzas para vencer a las amenazas del siglo XXI: el terrorismo y la proliferación nuclear, la pobreza y el genocidio, el cambio climático y la enfermedad. Y restableceré nuestro nivel moral,
para que América una vez más sea esta última, mejor esperanza para
todos los que acuden a la causa de la libertad, que están deseando vivir en paz y que anhelan un futuro mejor.

Éstas son las políticas que voy a desarrollar. Y en las semanas venideras, quiero debatirlas con John McCain.

Pero lo que no voy a insinuar es que el Senador adopta sus posturas con fines políticos. Porque una de las cosas que tenemos que cambiar
en nuestra vida política es la idea de que la gente no puede discrepar
sin poner en duda la ética y el patriotismo del otro.

Los tiempos son demasiado graves, está demasiado en juego para seguir este mismo guión político. Así que pongámonos de acuerdo en que el patriotismo no tiene partido. Yo amo a este país, y John McCain también lo ama. Los hombres y las mujeres que prestan servicio en nuestros campos de batalla pueden ser Demócratas y Republicanos e independientes, pero han luchado y derramado sangre juntos y algunos han muerto juntos bajo la misma orgullosa bandera. No han prestado servicio a una América roja o a una América azul - han prestado servicio a los Estados Unidos de América.

Así que, tengo una noticia para usted, John McCain. Todos damos la
prioridad a nuestro país.

América, nuestra tarea no será fácil. Los desafíos a que nos enfrentamos exigen hacer elecciones difíciles, y tanto Demócratas como Republicanos tendrán que deshacerse de las desgastadas ideas y políticas del pasado. Una parte de que lo que se ha perdido en estos últimos ocho años no se puede medir en sueldos perdidos o mayores déficits comerciales . Lo que se ha perdido en esos últimos ochos años es nuestro sentido de una misión común -nuestro sentido de una misión superior. Y eso es lo que tenemos que restablecer.

Puede que no estamos de acuerdo sobre el aborto, pero seguramente
podemos ponernos de acuerdo sobre la reducción de los embarazos no deseados en este país. La realidad de la tenencia de armas puede ser diferente para cazadores de las zonas rurales de Ohio que para aquellos castigados por la violencia de bandas en Cleveland, pero no
me digan que no podemos defender la Segunda Enmienda mientras mantengamos los AK-47 fuera de las manos de delincuentes. Sé que hay discrepancias sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero seguramente podemos estar de acuerdo en que nuestros hermanos y hermanas gays y lesbianas se merecen poder visitar a sus seres queridos en el hospital y llevar vidas libres de la discriminación. Los ánimos están enardecidos en cuanto a la inmigración, pero no sé a quien le beneficia cuando se separa a una madre de su hijo en la infancia o un empleador socava los sueldos estadounidenses al contratar a trabajadores ilegales. Esto también forma parte de la promesa de América - la promesa de una democracia donde podemos encontrar la fuerza y la elegancia para superar las divisiones y unirnos en un esfuerzo común.

Sé que hay quienes desprecian tales convicciones como meras palabras bonitas. Ellos afirman que nuestra insistencia en algo mayor, algo más firme y sincero en nuestra vida pública supone simplemente un caballo de Troya para impuestos más altos y el abandono de los valores tradicionales. Y eso es de esperar. Porque si careces de ideas
frescas, entonces empleas tácticas pasadas para espantar a los votantes. Si no tienes historial para sostener tu candidatura, entonces presentas a tu contrincante como alguien del cual la gente
debería huir.

Haces una gran elección de cosas pequeñas.

Y ¿saben una cosa? - ha servido en el pasado. Porque se alimenta del
escepticismo que todos tenemos con respecto al gobierno. Cuando Washington no funciona, todas sus promesas parecen huecas. Si tus
esperanzas has sido frustradas una y otra vez, lo mejor es dejar de
esperar, y conformarse con lo ya conocido.

Lo capto. Reconozco que no soy el candidato más convencional para este cargo. No encajo en el pedigrí típico, y no he pasado mi vida profesional en los pasillos de Washington.

Comparezco ante vosotros esta noche porque a lo largo y ancho de Estados Unidos algo comienza a moverse. Lo que no entienden los escépticos es que estas elecciones nunca han sido sobre mí. Han sido
sobre vosotros.

Durante 18 largos meses vosotros habéis dado la cara, uno por uno, y habéis dicho basta a las políticas del pasado. Vosotros entendéis que en estas elecciones el mayor riesgo que podemos correr es intentarlo con las mismas viejas políticas, con los mismos viejos protagonistas y esperar una resultado diferente. Vosotros habéis demostrado lo que nos enseña la Historia - que en un momento determinante, como éste, el cambio que necesitamos no procede de Washington. El cambio llega hasta Washington. El cambio ocurre porque el pueblo estadounidense lo exige - porque se levanta

y reivindica ideas nuevas, liderazgo nuevo, y una vida política nueva
para tiempos nuevos.

América, éste es uno de esos momentos.

Creo que, por muy difícil que sea, el cambio que necesitamos se nos
acerca. Porque lo he visto. Porque lo he vivido. Lo he visto en Illinois, cuando aportamos asistencia sanitaria a más niños y pasamos a más familias desde ayudas sociales hasta empleo. Lo he visto en Washington, donde trabajamos, superando las divisiones partidistas,
para hacer más transparente el gobierno y pedir responsabilidades a
los "lobbys", dar mejor asistencia a nuestros veteranos y mantener las armas nucleares fuera de las manos de los terroristas.

Y lo he visto en esta campaña. En los jóvenes que votaron por primera vez y en aquellos que volvieron a participar después de mucho, mucho tiempo. En los Republicanos que pensaban que nunca recogerían una papeleta Demócrata, pero sí lo hicieron. Lo he visto en los trabajadores que preferirían recortar su semana laboral en una jornada a que sus amigos perdiesen el puesto de trabajo, en los soldados que vuelven a enrolarse después de haber perdido una extremidad, en los buenos vecinos que acogen a un desconocido cuando golpea un huracán y llegan las inundaciones.

Este país nuestro tiene más riqueza que cualquier nación, pero no es
eso que nos hace ricos. Tenemos las fuerzas armadas más poderosas de la Tierra, pero no es eso lo que nos hace fuertes. Nuestras universidades y cultura son la envidia del mundo, pero no es eso lo que hace que el mundo siga llegando a nuestras costas.

En vez de todo eso, es el espíritu americano - esa promesa americana- que nos impulsa adelante aun cuando el camino es indefinido, que nos une pese a nuestras diferencias, que nos hace fijarnos no en lo que se ve, sino en lo no visto, ese lugar mejor a la vuelta de la esquina.

Esa promesa es nuestra mejor herencia. Es una promesa que hago a mis hijas cuando las acuesto por la noche, y una promesa que vosotros hacéis a los vuestro -una promesa que ha motivado a los inmigrantes a cruzar océanos, a los pioneros a viajar al oeste; una promesa que llevó a los trabajadores hasta los piquetes y a las mujeres a aspirar al sufragio.

Y es esa promesa que hace hoy 45 años atrajo a estadounidenses desde cada rincón de esta tierra a reunirse en una explanada en Washington, ante el monumento a Jefferson, para escuchar a un joven predicador de Georgia hablar de su sueño.

Los hombres y las mujeres que se concentraron allí pudieran haber escuchado muchas cosas. Podrían haber escuchado palabras de ira y
discordia. Pudieran haber sido empujados a rendirse ante el miedo y la frustración de tantos sueños demorados.

Pero lo que escucharon, en vez de eso, las personas de todas las confesiones y todos los colores, de todas las condiciones - es que en
América nuestros destinos están inextricablemente unidos. Que, juntos, nuestros sueños pueden ser uno.

"No podemos andar solos", dijo el predicador. "Y mientras andamos,
tenemos que jurar que siempre marcharemos hacia delante. No podemos volver atrás".

América, no podemos volver atrás. No cuando hay tanto trabajo por
hacer. No con tantos niños por educar y tantos veteranos por cuidar.
No con una economía por arreglar y ciudades por reconstruir y granjas por salvar. No con tantas familias por proteger y tantas vidas por reparar. América, no podemos volver atrás. No podemos andar solos. En este momento, en estas elecciones, tenemos que prometer una vez más marchar hacia el futuro. Que cumplamos con esa promesa -esa promesa americana- y en las palabras de la Biblia agarrarnos firmemente, sin flaquear, a la esperanza que profesamos.

Gracias. Que Dios os bendiga y que Dios bendiga los Estados Unidos de América.



HACIA UN ACUERDO DE GOBERNABILIDAD
EN PALMIRA

Luis Eduardo Mendoza, Exalcalde de Palmira, Agosto 20 de 2008.

Es del todo normal que un nuevo gobierno genera grandes expectativas en lo político, social y económico, como que las gentes advierten que el nuevo gobernante y su administración van a ser los catalizadores de todo un acervo de necesidades básicas insatisfechas y ante todo, que ellos le van a devolver a la comunidad y la ciudad una esperanza de desarrollo y bienestar que se cree perdida, o más bien, la frustración que sienten, va a tener por lo menos una mínima respuesta.

El conato de separación de Rozo, lejos de los espíritus oportunistas de carácter politiquero que lo identifican, es la más clara expresión de ese malestar que caracteriza a muchas regiones del país por la ausencia de respuestas a ingentes necesidades que conculcan su calidad de vida, expresadas en obras de potabilización del agua, alcantarillado, mejoramiento de la infraestructura de salud y educación, como también en la no presencia permanente del estado en la vía de mejorar sus oportunidades de bienestar social y generación de empleo.

Rozo advierte igual o parecida problemática a la de otros corregimientos con relievada importancia por su posición geográfica o simplemente por su potencial desarrollo agrícola, turístico e industrial, en suma, caracterizados por una gran demanda de servicios y de ejercicios de voluntad política para irrigar el presupuesto y recursos del estado municipal en la solución de sus conflictos y necesidades.

Este ambiente de expresión soberana de la comunidad de Rozo, sano para la democracia municipal, debemos mirarlo como una gran oportunidad, por cuanto que tenemos, además de unos actores ciudadanos articulados con el tema de ciudad, un Alcalde comprometido en esa construcción colectiva, ganándose día a día la confianza de los suyos, apalancado en su Plan de Desarrollo “SEGURIDAD PARA CONSTRUIR CIUDAD”, construido colectivamente para brindarle a Palmira la mejor herramienta de desarrollo y crecimiento económico, concebido para mejorar la competitividad de la ciudad, igualmente nos brinda la mejor oportunidad para proponer e impulsar un ACUERDO DE GOBERNABILIDAD, de iniciativa ciudadana, que sea incluyente, constructivo, participativo, innovador y, que permita reposicionar y combinar el ejercicio de lo político y lo cívico para colocarlos al servicio de la ciudad y sus gentes.

Del ACUERDO DE GOBERNABILIDAD harán parte todos los estamentos que le apuestan a una Palmira más atractiva para vivir, invertir, retener y atraer el talento humano, permitirá concertar y priorizar sobre las inversiones del cuatrienio, brindará la oportunidad para que todos sean protagonistas del desarrollo municipal, concretando en acciones participativas el ejercicio que le corresponde al sector público, político, empresarial, académico y social en la construcción de una nueva Palmira.

El ACUERDO DE GOBERNABILIDAD implica, desde luego, cualificar y reforzar los casi 500.000 millones previstos por el Sr. Alcalde en su plan plurianual de inversiones, asumiendo el compromiso ciudadano de recurrir a esquemas como el canje de tierra por impuestos para destinarla a obras de beneficio social y a otras figuras legales para ejecutar oportuna, transparente y eficientemente la inversión requerida en la ruralía y en la zona urbana, sin perjuicio del compromiso de gobernabilidad del Sr. Gobernador con Palmira, respecto de los aportes de inversión que integran el Plan de Desarrollo del Departamento.

El ACUERDO DE GOBERNABILIDAD será un instrumento de enlace, presión y fortalecimiento institucional, capaz de demandar del alto gobierno su vinculación y aporte con obras de gran envergadura como el plan vial en la zona urbana, la terminación del Hospital San Vicente de Paúl, el acueducto regional, la terminal inteligente de transporte, la modernización del Aeropuerto Internacional Palmaseca, entre otras.




LA AUTOCRITICA PRESIDENCIAL


MAURICIO CABRERA GALVIS, Cali, Agosto 31 de 2008

Suele suceder que los conversos, o quienes abandonan una creencia, grupo, secta o cofradía, se convierten en los críticos más acérrimos de sus anteriores convicciones, así como en detractores de sus antiguos compañeros. Pasa tanto con izquierdistas juveniles que se convierten en embajadores de extrema derecha, como con católicos que se vuelven ateos militantes o con discípulos del Opus Dei que al retirarse de la secta publican novelas denunciando los excesos de sus maestros.

Algo similar le sucede al Presidente Uribe con el Partido Liberal. Después de haber militado muchos años en este partido, después de haber sido uno de sus más destacados dirigentes, después haber ocupado en su representación muchos cargos públicos tanto de elección popular como de nombramiento directo, el presidente ahora no ahorra críticas y ataques contra el liberalismo al que identifica como su principal adversario político.

El más reciente episodio se dio en los debates por la vinculación del hermano del Ministro del Interior con organizaciones de narcotraficantes y las visitas de asesinos paramilitares y sus abogados a la “casa de Nari” para confabular contra la Corte Suprema. Después de que los medios de comunicación revelaran estos vergonzosos hechos varios dirigentes liberales los cuestionaron, exigieron explicaciones o sanciones políticas a los funcionarios implicados y reiteraron su respaldo a la Corte.

La respuesta del presidente fue arremeter contra el “liberalismo oficialista”, pero no con argumentos frente a los hechos sino que, para desviar la atención de la opinión pública y crear cortinas de humo que ocultaran los escándalos de su propio gobierno, revivió historias bochornosas de anteriores gobiernos liberales, como la fuga y persecución de Pablo Escobar o el fortalecimiento de los paras y la guerrilla. Pero con su ojeriza antiliberal, olvidó decir que cuando más creció la guerrilla fue en el último gobierno de su actual partido conservador, en el que fueron protagonistas centrales sus Ministros del Interior y de Defensa.

El problema de las críticas de los conversos a sus antiguos compadres es que muchas veces acaba siendo una autocrítica, porque el converso participó con entusiasmo y defendió con vehemencia lo que ahora rechaza. Por ejemplo, cuando el caso Pablo Escobar el partido Conservador hizo un fuerte debate en el Congreso contra el gobierno del presidente Gaviria, pidiendo la renuncia de su Ministro de Justicia. Uno de los principales críticos era el entonces senador Fabio Valencia, y el gran defensor del gobierno liberal era un joven senador llamado Alvaro Uribe Vélez, para quién “la política de sometimiento a la justicia era necesaria y sigue siéndolo”, según dicen los periódicos de esa época. También dicen esos periódicos que el senador Uribe en todo este proceso se ha caracterizado por defender la actuación del Gobierno junto al también liberal Luis Guillermo Giraldo.

Otro hecho relacionado con las autocríticas presidenciales es una cuestionada reunión que sostuvieron en esos meses políticos antioqueños con la esposa de Pablo Escobar para negociar la nueva entrega del capo a la justicia. De nuevo aparece en las noticias el senador Uribe Vélez, esta vez como el promotor de la reunión, justificando su mediación como un intento de disminuir la violencia terrorista que estaba golpeando al país. El senador rechazaba las amenazas terroristas del capo porque “el gobierno del presidente Gaviria ha dado pasos importantes que están vigentes, como la no extradición…”

Respecto de la responsabilidad de los gobiernos del “oficialismo liberal” en el crecimiento de los paramilitares, también hay que recordar que los cuestionamientos más fuertes se hicieron en el caso de Antioquia en el período del gobernador Alvaro Uribe elegido por el partido Liberal, sin que nunca se probara nada contra este gobernador. ¿Será que el presidente quiere reabrir este debate?

Es entendible que uno cambie de creencias u opiniones políticas, y que critique las actuaciones de antiguos camaradas, pero hay que tener cuidado cuando las críticas a otros son más bien autocríticas.



Unas verdades sobre Obama y McCain


Eduardo Arroyo, El Digital.com, agosto 31 de 2008.

En medios afines al "centro-derecha" se apoya claramente a John McCain con motivo de las elecciones norteamericanas que tendrán lugar el próximo mes de noviembre. No es de extrañar, porque los que conforman la opinión de estas personas pertenecen sin lugar a dudas a lo que en esta columna y entre los auténticos patriotas de los Estados Unidos se da en denominar el "Partido de la Guerra".

La opinión de los mencionados medios del "centro-derecha" no interesa en absoluto por la sencilla razón de que hay gente que nunca aprende y, si bien el desastre estratégico de Irak es cada vez más evidente, estas personas volverían a incurrir en exactamente los mismos errores en el caso de verse en una situación similar. Ahora, desde su falta absoluta de análisis e información, se empeñan en apoyar a McCain y en atacar a Obama, quizás porque, como los "ideólogos" del PSOE apuestan decididamente por éste, ellos tiene que apostar justo por lo contrario, es decir, John McCain.

Dentro de este paradigma de mera reacción, no es de extrañar artículos como el de César Vidal (Marine Roger, La Razón, 12-8-2008), que esgrime la opinión de un "marine", como si la nobleza y la rectitud que proporciona la vida militar fueran argumento en favor del continuísmo de una de las políticas exteriores más estúpidas y fracasadas que ha llevado administración americana alguna.

Si se hubieran molestado en estudiar las elecciones norteamericanas fuera de los estrechos márgenes que establece la dictadura de lo "políticamente correcto" -es decir, aquellos criterios establecidos por la izquierda según los cuales la "derecha" o es ultraliberal o es "fascismo"- sabrían que hay tres temas en los que los EE.UU. se juegan su existencia como nación: la política exterior, la política demográfica y la política económica, las tres como síntomas de un determinado estado espiritual que no vamos a exponer aquí por exceder de los límites de este artículo.

Pese a que los tres temas preocupan al pueblo estadounidense, existe una escasa diferencia entre los dos candidatos en las tres cuestiones claves en las que se decide la política (y la supervivencia) de los Estados Unidos. Así en política exterior, en política demográfica y en economía, McCain y Obama, por su trayectoria y por sus declaraciones -antes y después de la campaña electoral-, no se diferencian demasiado. De hecho, pese a que este pueblo está harto de guerras absurdas en nombre de la "democracia" -la encuesta de CBS News realizada a primeros de agosto da a George W. Bush un 25% de apoyo-, McCain y Obama continúan defendiendo una clara continuidad intervencionista en política exterior.

A este respecto, llama la atención un artículo, aparecido en The Wall Street Journal, bastión del Partido de la Guerra, el pasado 2 de junio, titulado Don´t Expect a Big Change in U.S. Foreign Policy (Que nadie espere un gran cambio en la política exterior norteamericana), en el que Timothy J. Lynch y Robert S. Singh, ambos de la Universidad de Londres, nos cuentan cómo, gane quién gane en noviembre, la política exterior de los EE.UU. será tanto o más intervencionista.

Según Lynch y Singh, "el deseo de deshacerse de George W. Bush no hará que su relevo sea menos comprometido con la persecución de la prosperidad y la seguridad por parte del actual presidente. Por tanto, suscitar expectativas dentro y fuera de América por una rápida transformación de la política exterior, conducirá posiblemente a la decepción. Como dice un proverbio rumano: El cambio de líderes es la alegría de los idiotas".

Así, mientras que McCain alardea de sus delirios belicistas, Obama, al que algunos consideran el clásico y estereotipado luchador negro por los derechos civiles, se deshace en alabanzas a los halcones "likudniks" del "lobby" proisraelí, tal y como se desprende de su discurso ante el "America Israel Public Affair Comittee" del pasado 8 de junio. El mencionado discurso es un ejemplo de cómo los candidatos a la Presidencia tienen todos que rendir cuentas ante un "lobby" que cree neciamente que los intereses de Israel son los de los EEUU y viceversa.

En lo que respecta a la política demográfica, la posición de McCain en favor de la inmigración sin control y del aborto igualmente sin control ya la hemos tratado en el artículo publicado en El Semanal Digital, el pasado 8 de febrero (véase Una falsa elección: John McCain, el abortista e izquierdista "neocon") y no será reiterada aquí porque no ha variado un ápice.

En el caso de Barack Obama, el senador por Illinois se muestra, como McCain, a favor de amnistiar a unos diez millones de ilegales. En su página web puede leerse, como parte de su Obama´s plan, la apuesta decidida por "sacar a la gente de la sombras" de manera que los ilegales puedan convertirse -igual que en España con las regularizaciones de Aznar o de Caldera- en ciudadanos americanos por arte de birlibirloque a fin de que puedan encontrar trabajo. Obama realiza así mismo una defensa del "trabajo cualificado", que por otro lado ayuda a las grandes corporaciones a abaratar los costos más elevados del personal que más cobra.

Además, David Freddoso acaba de publicar en los EEUU un best-seller titulado The Case Against Barack Obama, que argumenta que los católicos -pero también otras religiones- no deben votar a Barack Obama por su defensa radical del aborto. Tanto Obama como su mujer Michelle han defendido no solo el aborto habitual, sino también lo que se conoce como partial birth abortion, un procedimiento claramente infanticida que induce el nacimiento para luego triturar y succionar la cabeza del feto en el canal del parto.

De hecho Michelle Obama ha dicho que ella y Barack lucharían "sin descanso" en defensa de "este legítimo procedimiento médico", tal y como puede leerse en la carta de Michelle Obama para recaudar fondos durante la campaña electoral de su marido al Senado, fechada el 17 de febrero de 2004. Según manifiesta Freddoso, "no he podido encontrar un ejemplo en toda su carrera en el que votara por regular o restringir la práctica del aborto". De acuerdo con Freddoso, en 2007 Obama afirmó que su primer acto como presidente sería firmar una Freedom of Choice Act (Ley de Libertad de Elección) que suprimiría cualquier regulación local, estatal o federal que restringiera el aborto. Según la National Organization for Women, tal ley aboliría cualquier restricción a la financiación gubernamental del aborto. La defensa de aborto y la justificación económica de la inmigración ponen a Obama en sintonía con los intereses del capital global y con la propia decadencia moral de América.

Por último, en las cuestiones económicas es donde quizás exista alguna diferencia, aunque muy muy ligera. Pese a que la política de "libre comercio" irrestricto -personificada en el NAFTA- está destruyendo el tejido manufacturero de los EE.UU. y está condenando a este país al paro y a la precariedad o a convertirse en una economía tercermundista de servicios, McCain se ha obstinado en defenderlo. Ante los obreros de Idaho, uno de los Estados más castigados por la deslocalización económica, manifestó que "los empleos no van a volver" y acto seguido se marchó a México para asegurar que el NAFTA no sería renegociado. Por el contrario, Obama se percató de que el NAFTA era letal para la economía y apuesta por la renegociación con México y con Canadá.

Sin embargo su postura es lo suficientemente ambigua como para que al final todo siga igual si es que él es elegido presidente. En el 2007 AFL-CIO Primary Democratic Forum podía leerse el pasado 8 de agosto de 2007, "la gente no quiere una camiseta más barata si eso le cuesta su empleo durante el proceso. Prefieren tener el empleo y pagar un poco más por la camiseta. Y creo que esto es algo en lo que todos los americanos estarán de acuerdo. Pero esto suscita una cuestión más importante: la globalización está aquí. Y debemos comerciar a lo largo del mundo. No queremos quedarnos quietos mientras el resto del mundo está ahí fuera adoptando las medidas que necesita para expandir el comercio. El congreso tiene una responsabilidad porque tenemos recompensas en nuestro sistema impositivo para las empresas que se llevan empleos al extranjero en lugar de invertir aquí en los EEUU. Y esto es un reflejo del grado en el que intereses especiales están modelando nuestra política comercial. Esto es algo con lo que voy a acabar". Esta declaración, si bien algo antigua, retrata bastante bien que la opinión de Obama al respecto de la globalización pone una vela a Dios y otra al diablo, tal y como demostró votando a favor de un acuerdo de libre comercio con Omán pero votando en contra de extender CAFTA a los países centro-americanos.

En suma, Obama y McCain, McCain y Obama son posiblemente la garantía de que un poder asentado no se sabe muy bien donde en los Estados Unidos, continuará destruyendo la soberanía nacional norteamericana y minando la identidad misma del país. Igualmente, seguirá restringiendo el crecimiento demográfico autóctono para sustituirlo por una masa flotante de mano de obra extranjera, fácilmente reubicable y sin derechos de ningún tipo. Ese poder cree que el modelo que se está construyendo en los EE.UU. es exportable a todo el planeta por las buenas o por las malas. En la base se encuentra una enfermedad espiritual que cree legítimo someter a todo un país mediante la herramienta del mercado.

Por todo ello, y si el conjunto de Occidente asume este estado de cosas sin plantear la menor crítica, se avecinan nubarrones muy oscuros en el horizonte del mundo.



La gran tentación


Carlos Fuentes, El País, Madrid, agosto 31 de 2008.

La olimpiada en Pekín nos sirve de referente para un cambio global de la distribución de poderes. Los triunfos de China y de Rusia, además de su significado deportivo, señalan la definitiva emergencia de dos grandes potencias mundiales y el fin del pasajero unilateralismo de los Estados Unidos de América.
La guerra fría duró medio siglo y enfrentó a dos naciones y a dos sistemas: Estados Unidos y la Unión Soviética, el capitalismo democrático y el socialismo autoritario. Ambos se acusaban de "imperialistas", y para la América Latina, Estados Unidos lo era, como la Unión Soviética lo era para la Europa central. En los márgenes, los "no alineados" -Nehru, Tito, Nasser-, y abajo, el Tercer Mundo de los países débiles o, con gracioso eufemismo, en desarrollo.
Estados Unidos ganó la guerra fría porque la Unión Soviética la perdió. Gorbachov reconoció que el poder armado de Moscú ni reflejaba ni resolvía la pobreza de la economía: devoraba la riqueza potencial. China, demonizada por Mao, inició con Deng Xiaoping un camino de gran desarrollo. Pero el fin de la guerra fría dejó un vacío político global que llenó el Estados Unidos de George W. Bush con una arrogancia unilateralista miope, desorientada y falaz que empeñó el prestigio y el presupuesto del país en una guerra "contra el terror" que derrumbó a un tirano dispensable -Sadam Hussein- sin tocarle un pelo de las barbas a Osama bin Laden y los talibanes, refugiados en las fronteras de un aliado de Bush, el Pakistán de Musharraf.
Mientras, los norteamericanos violaban no sólo los principios humanitarios, sino las propias leyes de Estados Unidos, creando y manteniendo campos de concentración y de tortura en Abu Ghraib y en Guantánamo y dejando que la guerra "contra el terror" fuese percibida como guerra "contra el Islam", perdiendo así no solo simpatía, sino credibilidad, y ganando enemigos de un punto al otro del mundo musulmán.
Mientras Bush se perdía en estos vericuetos del fracaso, Rusia y China se adelantaban a ocupar las posiciones de éxito que hoy resultan evidentes. China se abrió al mundo, pero se cerró a la democracia, creando un modelo de desarrollo rápido que podemos llamar "capitalismo autoritario". El mundo capitalista occidental, que se estima democrático, acudió al llamado de la gran sirena roja, China, regañándola infantilmente por sus travesuras autoritarias, pero aprovechando -¡cómo lo iban a desaprovechar!- un mercado de más de mil millones de clientes potenciales -la quinta parte de la humanidad-.
No desdeño los esfuerzos democratizadores que, a la larga, traiga el desarrollo económico aChina. Hoy se ven muy lejanos. En cambio, el autoritarismo se engalana con las olimpiadas, vence cotidianamente a EE UU y propone una vía veloz, eficaz y tentadora hacia el desarrollo: el avance capitalista sin las molestias de la democracia, la rapidez de la expansión sin las demoras de la libertad. ¿A cuántos países en desarrollo no les resultará tentadora -irresistible- esta fórmula? Sobre todo cuando el desarrollo nacional es frenado o interrumpido por la violencia impune, hiriendo- como en el terrible caso del joven Fernando Martí en México- a una ciudadanía inerme rodeada de narcos, policías que son criminales, criminales que son policías, y un ejército al que con razón le repugna hacer labores policíacas. Surge entonces -no lo deseo, pero lo temo- la tentación totalitaria. Sólo un estado más fuerte que el crimen puede abatir al crimen, aunque sea cometiendo crímenes. Indeseable realidad.
La "tentación autoritaria" también la ofrece la Rusia de Vladímir Putin. Vencido y desmembrado el imperio soviético casi por "la fuerza de las cosas", Boris Yeltsin confundió la democracia con la debilidad y el capitalismo con la cleptocracia. Las grandes empresas del Estado pasaron a manos de particulares; a veces, los gerentes de aquéllas se convirtieron en los dueños de éstas. Librada al hambre feroz de un capitalismo naciente, Rusia se libró a sí misma a una disminución anárquica.
Putin llegó con la clara intención de restaurar el poder de la gran Moscovia. Él es heredero de Iván el Terrible, de Pedro el Grande y del terrible, aunque no grande, Stalin. Putin no se anda con cuentos. Cuando la revista Time, declarándolo hombre del año, le pregunta cuáles son sus deseos, Putin contesta: "Aquí no deseamos. Aquí trabajamos" -posa con torso desnudo para lucir su musculatura-, lanza a Sarkozy frente a las cámaras, tartamudo, con más vodka que el admitido por la razón de estado francesa. Baña de sangre a Chechenia, como ejemplo. Y si el alto dirigente georgiano, Mijaíl Shaakashvili, lo llama Liliputin, el mundo ve al nuevo Zar como un tremendo Ras-Putin o Zar-Putin. Estados Unidos quiere rodearlo de misiles en Polonia y de peleles en Georgia. Putin envía los tanques al sur, no porque le tema a Georgia, sino para advertirle a Europa y al mundo: por aquí pasa el petróleo sin el cual sus economías se desploman. El imperialismo del oleoducto, el poder del gasoducto, convierte al occidente europeo en cliente indispensable de Rusia. ¿Sabrá Putin transformar el petropoder en economía de consumo, productiva y diversificada hacia el exterior y hacia el interior? Todo indica que lo hará, si puede, pero con un régimen de autoritarismo creciente.
La implacable Maureen Dowd escribe en el Herald Tribune la lista de los ocho años de errores de Bush. La destructiva obsesión con Irak. La borrachera ideológica del neo-conservadurismo. La satanización de países con los cuales, a la postre, hay que tratar: Corea del Norte, Irán, Siria, Cuba.
Y mientras el Gobierno de Bush iba de fracaso en fracaso, China se apoderó de una parte tan vasta de la economía norteamericana que, si la retiraran, EE UU sería "un pato a la pekinesa". Y Rusia se ha transformado de un país mendigo en una potencia mundial.
Hay en todo esto un claro llamado internacional para la restauración del derecho, la negociación y la diplomacia. Y hay algo más. Mientras Bush jugaba golf en Texas, el antiguo imperio "de en medio", China, y el antiguo imperio de "la tercera Roma", Rusia, recobraron sus posiciones de fuerza y las adornaron con los prestigios del pasado histórico. No por nada, el fastuoso espectáculo olímpico se inauguró, de manera reiterada, con la memoria de la civilización imperial de China, la gran "cabalgata" a la que se refirió un día André Malraux: la reserva histórica de los imperios que regresan por sus fueros y le imponen al siguiente jefe de Estado norteamericano el deber de negociar con los imperios a partir de la fuerza democrática interna de EE UU. Esto no parece entenderlo McCain, aferrado a las soluciones de fuerza. Parece entenderlo Obama, consciente de las soluciones diplomáticas. Ojalá no le cueste la vida.
Carlos Fuentes es escritor mexicano.




Mejor, a trompadas

Luis Carvajal Basto

En Colombia vivimos los desarrollos de una lucha feroz por el poder. Pero no es, quien lo creyera, contra el narcotráfico y el terrorismo solamente.
Los conflictos entre malos políticos de nueva y vieja estirpe, han involucrado a la Justicia como parte del juego y han llegado al punto de poner en riesgo las instituciones, la economía y el sistema de Partidos, que afectan a y son de, todos los ciudadanos.
Luego de las intensas fricciones entre el gobierno y la Corte suprema, la semana anterior la escalada terminó con el vicepresidente y el Consejo de Estado y el de la judicatura, sacando banderas blancas. El Presidente dijo que no renunciaba a debatir, pero el gobierno “hizo” un gesto: Yidis medina se fue a su casa atendiendo las decisiones de la Corte Suprema, que por cierto, no se pronuncia.
Los niveles que ha alcanzado esta pelea por el poder, nos hicieron recordar a muchos escenarios previos y hechos, de las peores violencias. La de los cincuentas, las masacres de los paras, la de las FARC en el Nogal y Bojayá y las que no me acuerdo.
En Honor a la verdad, y a pesar de las denuncias soterradas y señalamientos, no creo que nadie esté en condiciones de afirmar que este gobierno hubiese propiciado actos de represión o violencia. Otra cosa es la realidad que hemos tenido, la corrupción y la violencia enriquecidas por el narcotráfico. Y enquistadas a todos los niveles, pero que no se le pueden endosar a Uribe, como se hace con frecuencia.
Pero tampoco nadie puede afirmar, como se ha hecho, que el ex Presidente Gaviria utilizó un sector del narcotráfico para acabar con otro, o que pasó agachado en el tema de la extradición. Eso es mentira o un argumento de mala política o perversa.
Y es mentira o chisme con veneno, que el ex Presidente Samper accediera al poder aupado por el narcotráfico. Se ha probado que la mafia infiltró su campaña pero no su gobierno y que otros malos políticos y ladrones (perdón por la redundancia), se la robaron.
Todos estos señalamientos se usan en Colombia para descalificar, porque no se aceptan las perdidas en política. Ese era un lenguaje usual de una corrupta burocracia en un sector de lo que antes se llamaba izquierda. Ahora, se convirtió en norma. El reciclamiento de ese estilo que llamaré “mala política retro”, ha estado a cargo de personajes como Petro y sus amigos, al oponerse al TLC no con criterios económicos sino con chismes que han perjudicado la imagen del País.
Una muestra de cómo se hacen las cosas para proteger a los ciudadanos y sus instituciones, la acaba de dar el partido demócrata en Estados Unidos: Kerry, Bill Clinton y Hilary, todos perdedores, pero todos a una, respaldaron al hasta hace poco desconocido Obama. Si el Liberalismo Colombiano de los últimos 15 años hubiese actuado así, otro gallo cantaría y si Uribe Hubiese gobernado con sus copartidarios y no con Conservadores.
En todo caso es buena para todos, esta especie de tregua con que terminó la semana. Ojalá dure, porque de continuar la “pelea” así, acabaremos con los partidos y las instituciones que afortunadamente tenemos y nos separan de la barbarie, como lo acaba de constatar y decir el fiscal de la Corte Penal Internacional.
Tampoco es creando malas expectativas, que dañan el curso de la Economía y el empleo, como saldremos adelante. Con tanta violencia y tantos muertos como hemos padecido, no está tan mal que discutamos e incluso que excepcionalmente resolvamos las diferencias a trompadas, como hicieron recientemente algunos dirigentes paisas. Es mejor que asesinando, como lo puso la mafia de moda.
Y hablando de trompadas, el Presidente no define el tema de la reelección, la razón más fuerte de la actual crisis para muchos de sus opositores, aunque no lo digan, entre otras cosas porque sabe que más de uno, como en el colegio, le ha dicho: A La salida nos vemos.


La pobreza es el verdadero escándalo


Publicado el 27 de Agosto de 2008, Por Amy Goodman
DENVER – Se suponía que el ex senador John Edwards iba a pronunciar un discurso en la Convención Nacional Demócrata en Denver. También se suponía que Elizabeth Edwards, su esposa, iba a hablar en la convención. La pobreza era su enfoque. Pero no están aquí porque John Edwards tuvo una relación extramatrimonial. ¿Será que ahora los demócratas se van a olvidar de la pobreza?
Chris Chafe era el asesor principal de la campaña de Edwards. Actualmente, es director ejecutivo de la coalición Cambio para Ganar, el grupo de sindicatos conocido por su temprano apoyo a Obama, que se separó de la AFL-CIO en 2005. Le pregunté a Chafe sobre la ausencia de Edwards y su mensaje en la convención.
“Extrañamos su presencia en la convención. Es una voz importante de nuestro partido. … Ciertamente es una pérdida … En los momentos de crisis, cuando sucede que se equivoca alguien que tiene un valor simbólico fuerte y un liderazgo importante, tenemos que mirar hacia adentro… tenemos que seguir adelante con todos los valores, las virtudes, las prioridades y el liderazgo que él le imprimió a la carrera electoral, tenemos que retomar estas cosas para la próxima etapa … mucho más allá de esta temporada electoral.”
La Coalición Cambio para Ganar apoya la sindicalización de los trabajadores de Wal-Mart. El mes pasado, el Wall Street Journal reveló que Wal-Mart advirtió a sus gerentes que una victoria de Barack Obama representaría un paso hacia la sindicalización. En las últimas semanas, miles de gerentes y jefes de departamento de tiendas Wal-Mart han sido citados a asistir a reuniones obligatorias en las que se habló sobre las desventajas de la sindicalización y donde se les comunicó que votar por Obama equivale a abrirles la puerta a los sindicatos. Chafe dijo: “La empresa ha convocado lo que consideramos que son reuniones a las que el personal está obligado a ir por encontrarse en el horario de trabajo, ese tiempo está pago, pero se los obliga a asistir a reuniones. … Esto significa ir más allá de la habitual rutina de intimidación. Ahora están tratando de negar los derechos de los trabajadores en las urnas, y eso es algo que sentíamos que no podíamos dejar pasar, y que teníamos que hacer saber a todo el mundo que esto está ocurriendo en el mayor empleador del país … No está permitido que un empleador le diga a sus empleados cómo se supone que deben votar. Es el derecho más sagrado de nuestra democracia”. Cambio para Ganar y otros grupos de trabajadores han presentado un reclamo ante la Comisión Federal Electoral, desafiando el accionar de Wal-Mart.
Durante las primarias, en los estados en disputa con mayoría de obreros, Obama eficazmente señaló que Hillary Clinton formó parte de la Junta Directiva de Wal-Mart durante seis años, insinuando con esto que tuvo una postura contraria a los trabajadores y los sindicatos. Sin embargo, poco después de que ella se retiró de la carrera electoral, la campaña de Obama designó a Jason Furman como su principal asesor en política económica. Furman irritó a los sindicalistas cuando escribió que los precios bajos de Wal-Mart compensan los efectos negativos de los bajos salarios que paga a sus trabajadores. Sobre esa designación, Chafe dijo, “Nos reunimos en privado con [Obama] para tratar el tema, y nos hemos reunido en privado con Jason. El senador incorporó a Jason al equipo para que supervise las decisiones estratégicas que se toman a diario sobre el mensaje contrastante con [John] McCain … Lo dijimos claramente, como también lo dijo el senador, que, de hecho, había ciertas diferencias de puntos de vista entre él y Jason en relación con varios temas. Creemos que Barack Obama se mantuvo firme y claro con respecto a nuestra agenda y la agenda de los trabajadores [de Wal-Mart]”.
En relación con el tema de que los bajos precios compensan los bajos salarios, Chafe respondió molesto: “Eso es una tontería absoluta … Wal-Mart obtiene aprobación por sus grandes descuentos, pero esos descuentos se convierten en pobreza; pobreza de los trabajadores de todo el mundo que producen sus mercaderías; pobreza de la gente que está tratando de ganarse la vida y trabaja en sus tiendas representando a la empresa, muchos de los cuales, probablemente, tienen que tener múltiples empleos para poder mantener a sus familias. … Lo puedes llamar como quieras, ellos encuentran todas las formas posibles para recortar gastos y excluir a los trabajadores de sus futuros éxitos.”
La Oficina de Censos de Estados Unidos publicó un informe sobre la pobreza el 26 de agosto. Más de 37 millones de personas viven bajo la línea de pobreza en Estados Unidos. Con Edwards aislado y fuera del debate y los economistas partidarios del libre comercio asesorando la campaña de Obama, la pregunta sigue siendo: ¿Qué pasa con la pobreza?
El discurso de aceptación de la candidatura de Obama llega en el momento en que se cumple el 45 aniversario del discurso en el que el Dr. Martin Luther King Jr. pronunció la frase “I have a dream” (Tengo un sueño). En su discurso, King relacionó pobreza con justicia: “Nos rehusamos a creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso, hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia. Nos hemos convocado en este lugar sagrado para recordarle a Estados Unidos la urgencia feroz del momento actual … Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de la democracia.”
Denis Moynihan colaboró con esta columna.

------------------------
Amy Goodman es la presentadora de Democracy Now! www.democracynow.org, noticiero internacional diario emitido en más de 700 emisoras de radio y TV en Estados Unidos y el mundo.
© 2008 Amy Goodman
Texto Inglés traducido por: Ángel Domínguez y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org