Contenido
• Idolatrías, Edgar Bastidas Urresty.
• AIS en Caramanta-Antioquia, Deiby Atehortúa.
• EEUU lleva la guerra fría al trópico, Jorge Rodríguez Mancera.
• Condenado régimen tributario, César González Muñoz.
• Uribismo, referendismo y urnas, Jorge Mejía Martínez.
• Al borde del totalirismo, Ramón Elejalde Arbeláez.
• Horizonte de tormenta en el Istmo, Rodrigo Lara Serrano.
• El mundo es ancho y ajeno; Juan Manuel López Caballero.
• Finanzas modernas y gestión ortodoxa de los capitales, Octavio Ramírez Rojas.
• Uribe y la opinión ilustrada, Mauricia Cabrera.
• Las encuestas, arma política. Ramón Elejalde.
• Uribe, de la encrucijada al temor, Octavio Quintero.
• De pronóstico reservado, Amylkar Acosta.
• Palabras de la esfinge, César González Muñoz.
• ¿Valdrá la pena hablar de ética?, Jorge Mejía.
• Gestión de riesgos, Octavio Ramírez.
• Gobierno-Oposición, Mauricio Cabrera.
Idolatrías*
Por Édgar Bastidas Urresty
*Tomado del libro Historias de humor
Juan Calvino, (1509-1564) padre del protestantismo francés, tuvo una vida agitada por su adhesión a las tesis luteranas y la defensa de sus propias doctrinas, que le costaron varias expulsiones y exilios, principalmente en Ginebra, donde creó una república protestante.
Autor del libro Instituciones de la religión cristiana (1536), también escribió la Epístola a Sadolet, y el Breve tratado sobre la Santa Cena en los que explica su teología. Como reformista propone el culto religioso democrático, la supresión de las ceremonias, el dogma de la predestinación y la reducción de los sacramentos al bautismo y la cena.
Tratado de las reliquias
Como intérprete de los Evangelios, Calvino en este opúsculo, denuncia con gran humor e ironía el uso indebido del culto de las reliquias.
Los tres prepucios de Cristo
No se propone hacer un inventario de las reliquias existentes pero asegura que no hay “pequeña iglesia catedral que no tenga una especie de hormiguero de osamentas y otros fárragos menudos”. Que pasaría, se pregunta, “¿si se reunieran los dos y tres mil obispados, las veinte o treinta mil abadías, los más de cuarenta mil conventos, tantas iglesias parroquiales y capillas?”.
Todo este acopio de reliquias le parece absurdo.
Además, agrega, “de los dientes y los cabellos de Cristo, de la Abadía de Charroux a la diócesis de Poitiers, se enorgullecen de tener el prepucio de Cristo, es decir la piel que le fue cortada en la circuncisión”.
Y prosigue con ironía: “Decidme de dónde les ha llegado esta piel (…). ¿Por espacio de quinientos años no se ha hablado (de ello) en la iglesia cristiana; dónde es que ha estado escondida, para encontrarla tan repentinamente? ¿Cómo es que ha volado hasta Charroux”?
Se alarma ante la numerosa cantidad de prepucios: “¿Qué diremos del prepucio que se muestra en Roma, en San Juan de Letrán? Es cierto que no ha habido sino uno. No puede entonces estar en Roma y en Charroux al mismo tiempo”.
Al fin de su tratado Calvino dice: “Mientras que se imprimía este libro se me ha advertido de un tercer prepucio de Nuestro Señor que se muestra en Hildesheim”.
Luego menciona la multiplicación de los clavos de la cruz por toda Europa occidental: “Cada uno - ríe burlonamente-, tiene derecho como los otros a declararlos auténticos”, así sean falsos.
De la corona de espinas de Cristo, cuyos pedazos se encuentran dispersos asegura: “Es necesario decir que las piezas han sido plantadas nuevamente para reverdecer”. Y enumera los lugares donde las espinas reverdecen.
El santo sudario
Se indigna de los lugares -desde Aix-la-Chapelle a San Salvador en España-, donde se encuentra expuesto el santo sudario por la desvergüenza y la tontería de los fabricantes.
Su ironía no ha podido enterrar el santo sudario porque reaparece en forma regular, desacreditándolo.
El brazo de San Antonio que besan y adoran los fieles en Ginebra, le divierte porque es el sexo vigoroso de un ciervo.
Juega con el doble sentido de la palabra neerlandesa braquemart (espada corta y falo) a propósito de San Miguel: “Se muestra su braquemart que es como un puñal de un pequeño niño” Y agrega: “Si era necesario vencer el diablo con la espada, debía ser más fuerte y de mejor punta y de mejor filo que aquélla”.
El cerebro de San Pablo
El cerebro de San Pedro, tan pomposamente exhibido, para Calvino no era sino una piedra pómez.
En cuanto al “pescado frito que San Pedro muestra a Cristo cuando se le apareció sobre los bordes del mar”, que exhibe una iglesia, Calvino dice “que ha sido bien sazonado o que se ha hecho una maravillosa salsa picante para conservarse por tanto tiempo”.
Las nalgas de Cristo
Ante “la forma de estas nalgas que está en Reims, en Champagne sobre una piedra detrás del gran altar”, Calvino protesta: “Esta blasfemia es tan execrable que tengo vergüenza de hablar…”
El aspecto mercantil
Calvino habla del aspecto comercial de las reliquias católicas. Toma como ejemplo a San Antonio, cuyo cuerpo entero yace en Arles, otro en Viena, una rodilla en Albi, diversos miembros en Bourg, Macon, Dijon, Chalán, Ouroux, Basancon: El temor dice, “ha engendrado devoción que ha aguzado el apetito de tener su cuerpo por el provecho”.
Recuerda los canónigos de Treves de Lieja, que se jactan de poseer la cabeza de San Lamberto: “Han dispuesto por cualquier suma de dinero, el interés de las ofrendas, de no mostrarla públicamente, por el miedo que aparezca en dos ciudades tan vecinas”.
La posesión de Lázaro resucitado genera un proceso porque se disponía de tres cuerpos suyos: uno en Marsella, otro en Autun, el tercero en Avallón. Los canónigos de Avallon y de Autun han acudido a la justicia. “Después de haber dependido de la plata de un lado y del otro; los dos han ganado su causa”, explica Calvino.
El reconocimiento de dos cuerpos por la justicia permite que los peregrinos puedan visitar los dos lugares.
Jean-Jacques Marie, autor de la reseña del libro de Calvino que comentamos y que aparece en La Quinzaine littéraire (París. No. 979, noviembre de 2008), señala que su libro no ha perdido actualidad, porque el culto a las reliquias sigue en uso.
Un ejemplo es la momia de Lenin que Stalin, antiguo seminarista convirtió en un culto para-religioso, que se secularizó y modernizó. Se da también en el hincha que quiere apoderarse de la camiseta sudorosa de una estrella de fútbol, o en el adolescente en trance que pide un pañuelo de la cantante o cantor de moda.
Se da una proliferación, una laicización de los objetos del culto, vacíos de contenido sin caer en la blasfemia.
AIS EN CARAMANTA-ANTIOQUIA.
Deiby Atehortúa.
En Municipios lejanos, pequeños y no tan ricos por lo menos en lo que a presupuesto se refiere como Caramanta, cuando se oye de escándalos de la magnitud y vergüenza de Agro Ingreso Seguro todos piensan que eso pasa por allá en la Costa Atlántica, en Bogotá y en otras zonas de grandes producciones agroindustriales, pero pocos se preguntan lo que en nuestras narices pasa sobre el mismo tema.
Caramanta también es Colombia, y así las cosas también estas situaciones pasan con nosotros, y por ello me dí a la tarea de buscar los “beneficiarios” de ésta “política” en el municipio y la verdad sorpresa no me causó en lo absoluto lo que encontré.
Ubicándonos en el contexto nacional del problema vemos como el grueso de los recursos fueron “regalados” a las familias más ricas del país, de la región o de la zona y Caramanta no fue la excepción; El gobierno nacional alardea que los “beneficiarios fueron más de 360.000, pero no dice que muchos de ellos recibieron beneficios por 600 pesos por ejemplo, mientras a los ricos se le entregan miles de millones de pesos como lo informó la revista semana hace un par de días.
En Caramanta los “beneficios” llegaron para la familia más pudiente del municipio y la empresa familiar de la que ya hemos hablado LA TESALIA S.A., la cual fue beneficiada con más de 160.500.000 (Ciento Sesenta Millones Quinientos Mil Pesos) sin contar lo que recibieron miembros de la familia a título personal que sólo uno Recibió más de 15.800.000 (Quince Millones Ochocientos Mil Pesos); suma que no se ve para nada exorbitante en comparación con las cifras informadas por los medios en otras zonas del país, pero en Caramanta el total de beneficio llegó escasamente a los 186.000.000 (Ciento Ochenta y Seis Millones de Pesos) quiere decir que sólo esa Familia Recibió el 95% de los Recursos que llegaron a Caramanta y que solo el 5% es decir Menos de 10.000.000 (Diez Millones de Pesos llegaron para “beneficiar” a los restantes 5.600 (Cinco Mil Seiscientos) habitantes del Municipio.
Si hacemos el beneficio Per cápita de los caramanteños frente a Agro Ingreso Seguro teniendo en cuenta que la comunidad es netamente rural, es decir con posibilidad de recibir beneficios, tenemos que cada caramanteño recibió en promedio 1.732 (Mil Setecientos Treinta y Dos Pesos) mientras la Familia Restrepo Osorio Recibió más de 176.300.000 (Ciento setenta y seis millones trescientos mil pesos).
Algo que también ocurrió en Caramanta es que a muchos de nuestros campesinos les negaron las ayudas, mientras que en los listados de A.I.S. hay beneficiarios de los que ni siquiera tienen el número de la cédula.
Conclusiones no hay, no se necesitan.
EEUU lleva la guerra fría al trópico
JORGE RODRIGUEZ MANCERA | ACTUALIZADO 04.09.2009 - 01:00 Diario de Sevilla, colaboración enviada por el Dr. Héctor Gómez Paniagua.
NO pasó de un fugaz galanteo el encuentro de Obama con sus pares de Latinoamérica en Trinidad y Tobago; apenas sirvió para tomar la foto y recibir autógrafos, porque sólo semanas mas tarde, uno de ellos, el señor Zelaya, fue sacado por los militares en pijama de su casa, llevado a la base gringa de Palmerola y enviado a Costa Rica con la advertencia de nunca más volver. Una burda repetición de los golpes militares orquestados por sus antecesores en sus bananas republics, que ha sorprendido al mundo, incluso al propio Obama, quien cándidamente lo condenó por ser tan contrario a su discurso, quizás sin saber aún las implicaciones en él de su gobierno. Con pena, el novel mandatario recibió otra lección que se suma al fiasco de Guantánamo, advirtiéndole que en su país el gobierno tiene más cabezas que la del presidente y que las políticas dominantes y de largo aliento están trazadas desde hace mucho tiempo por los poderosos halcones.
Parte central de estas políticas duras tienen que ver con el manejo y control de la región sur del continente, su patio trasero, tradicionalmente dócil y obsecuente con ellos, por lo menos sus castas dirigentes, pero con visos de rebeldía en los últimos años. De una parte, con la llegada de Chávez a Venezuela y su proyecto político y económico Bolivariano-ALBA, para contrarrestar el llamado ALCA de los gringos, alrededor del cual ha reunido a otros gobiernos de tendencia izquierdista (Bolivia, Ecuador, Nicaragua y algunas islas caribeñas), el cual se ha caracterizado por su beligerancia y actitud contraria a los EEUU. Un proyecto para cuyo impulso y desarrollo ha considerado necesaria su presencia en el gobierno, reformando la Constitución para permitir su reelección indefinida, actitud seguida por los demás socios, amparados en interpretaciones acomodaticias de la democracia y de un supuesto estado de opinión. Justamente uno de los nuevos candidatos a sumarse a este proyecto era la Honduras de Zelaya, algo que no estuvieron dispuestos a tolerar los desafiados y ofendidos norteños ni los mas ricos de ese país.
Pero el gran proyecto del sur no es el de Chávez sino el de Lula, de Brasil, llamado Unasur, en el cual participan la totalidad de los países sudamericanos, unidos por su realidad geográfica, pero separados por sus concepciones ideológicas en tres grandes grupos: uno de izquierda socialista, integrado por Venezuela, Bolivia, Ecuador y Paraguay; el segundo, de izquierda moderada, con matices, en que se ubican Brasil, Chile, Argentina y Uruguay; y un tercero, de extrema derecha, conformado por Perú y Colombia.
Sin duda, la importancia de este nuevo grupo ha preocupado seriamente a Washington, dado el liderazgo y el peso específico de Brasil y el prestigio internacional de su Presidente Lula. Por ello, contrariamente a lo ofrecido por Obama en la Cumbre de las Américas, su gobierno optó por romper este intento de integración política, comprometiendo al presidente Uribe de Colombia para que permitiera la participación militar de EEUU en siete bases colombianas, con el pretexto de la lucha contra las drogas, el terrorismo y otras acciones indefinidas de movilidad -doctrina Bush-, pero con el real propósito de monitorear y acceder con facilidad a cualquier rincón de Suramérica. Un compromiso forzado en el que Uribe no tenía ningún margen de maniobra por su situación desfavorable con Obama y el partido demócrata, contrarios a muchas de sus políticas y actuaciones en el campo laboral y de los derechos humanos, pero que le permitiría en compensación personal, no nacional, facilitar la aprobación del TLC bloqueado por los demócratas y que se hiciesen los de la "vista gorda" con su segunda reelección, proceso claramente irregular e ilegal.
Las reuniones recientes de Unasur en Quito y en Bariloche fueron provocadas por la reacción de la mayor parte del grupo contra estas bases cuyo propósito aprecian algunos, en especial Venezuela, Ecuador y Bolivia, como concebidas para intervenir sus territorios y atentar contra sus gobiernos, como hicieron con Honduras. Colombia no asistió a Quito pero fue a Bariloche y su soledad fue realmente dramática y no pasó a mayores por el manejo y prudencia de Lula y la presidenta Kirchner, quienes propiciaron una declaración ambivalente para sortear este intento de ruptura, pero que dejó sentado el enorme aislamiento de Colombia con sus vecinos y el resto de Suramérica, y sobre todo un profundo rechazo de todos, salvo Colombia, a estas bases y de manera mas general a los EEUU y sus intentos de dominación y expansión. En este sentido la reunión de Bariloche sirvió para evidenciar el comienzo de una versión de guerra fría que no por lo tropical y subdesarrollado de una de sus partes se debe menospreciar, porque el abandonado y maltratado patio trasero puede incendiarse en estas épocas de cambio climático.
Condenado Régimen Tributario
César González Muñoz
Entre impuesto de renta y dividendos pagados a la Nación, Ecopetrol le produjo ingresos al presupuesto nacional por más de 26 billones de pesos entre 2006 y 2009. Descontadas las sumas pagadas por el fisco a título del llamado subsidio a los combustibles, durante ese periodo las transferencias netas de Ecopetrol a la nación no fueron inferiores a los 14 billones de pesos. Una suma aún mayor se fue por el sifón de lo que el Ministerio de Hacienda llama el costo fiscal de los principales beneficios tributarios, sólo para los años 2008 y 2009. En buen romance, este costo fiscal no es otra cosa que una colosal transferencia gratis a favor de una élite de contribuyentes, beneficiarios de graciosas concesiones propuestas por el gobierno y aprobadas por el Congreso con una alta dosis de irresponsabilidad. Nadie ha podido demostrar que tales beneficios (la deducción del 40% por inversión en activos fijos, las rentas exentas y los descuentos tributarios) han tenido, o están a punto de tener, algún impacto cierto en el empleo, en el crecimiento económico, en el bienestar de la gente.
Este régimen tributario será condenado como inequitativo a favor de contribuyentes capaces de lograr los beneficios ofrecidos, y contra aquellos que –por múltiples razones – no logran acceder a ellos; y será condenado también como una agresión a la justicia social.
Durante el boom de los bienes primarios, el manejo fiscal se dividió en dos escuelas: La de la modestia, que reconoció el carácter temporal de los altos precios y generó ahorros en el tesoro público, y la de la imprevisión, que aceptó gastos recurrentes con las ganancias ocasionales de la fase ascendente del ciclo. Colombia quedó muy bien cuadrada en la segunda escuela. De modo que, durante la extraordinaria coyuntura de 2003 a 2007, el Congreso de Colombia atendió iniciativas del ejecutivo que combinaban la imprevisión con la injusticia tributaria.
A la injusticia y a la imprevisión se les ha añadido una herida institucional profunda: La herida de los contratos de estabilidad jurídica.
En su excelente blog, Francisco Azuero, economista de la Universidad Nacional y profesor de la Universidad de los Andes, (www.franciscoazuero.blogspot.com) ha escrito varias notas sobre los tales contratos. Son breves y precisos comentarios que le añaden ilustración al estudio del tema, como lo ha hecho también Horacio Ayala en algunas de sus columnas en Portafolio.
La Ley 963 de 2005 (julio 8) autoriza al gobierno a suscribir estos contratos. En cada uno de ellos se hace una lista de normas que el contratista (contribuyente) considera determinante de la decisión de hacer o no alguna inversión. Y enseguida se establece que si durante la vigencia del contrato se modifica en forma adversa al contratista alguna de las normas de la lista, el contratista tiene derecho a que se le continúe aplicando dicha norma durante la vigencia del contrato.
La protección a las empresas que han suscrito estos contratos no se limita al ámbito de impuestos: Claro que todos ellos se refieren a los “beneficios” tributarios antes mencionados, incluyendo el absurdo régimen de las zonas francas; pero los inversionistas se han puesto bajo el paraguas protector también en relación con normas como el código laboral, el estatuto de aduanas y hasta los conceptos jurídicos de la DIAN. Por este seguro normativo, los contratistas pagan el 1% de la inversión sometida a este régimen, pero la garantía de estabilidad jurídica se amplía a todo el ámbito de la operación de la empresa respectiva. Negocio redondo.
En esta era de la democracia de opinión, habría que ver si la sanación de esta herida requiere un referendo, o algo así.
Uribismo, referendismo y urnas
Jorge Mejia Martinez, Jorge.mejia@une.net.co
Las antipáticas imágenes vistas por la TV de congresistas y funcionarios abrazados -porque por un voto de un parlamentario traído a regañadientes se dio vía libre al referendo para que haga transito a la Corte constitucional- generó animadversión en muchos sectores del país. Datexto sentenció al día siguiente: menos del 40% de los colombianos votarán el bendito referendo. La gente quedó con un sinsaborcito por las truculencias tan visibles en el trámite del proyecto. Va a ser imposible que los áulicos del gobierno logren amarrar la suerte del referendo en las urnas con la suerte del uribismo en el país. Hay más uribismo que referendismo.
La victoria de los referendistas en el congreso, seguramente avalada por una Corte Constitucional con una mayoría incapaz de soportar el acoso del ejecutivo, se puede convertir en una gran frustración en las urnas. Además de los onerosos costos en recursos y esfuerzos consecuencia del embeleco. No creo que salgan a votar por el sí o por el no los más de siete millones de colombianos que exige la norma. Si la abstención derrotó el primer intento de referendo contra la politiquería y la corrupción – así se llamó- apenas arrancando el primer periodo de gobierno de Uribe, con una fuerza política monolítica y con un empresariado entusiasmado hasta el punto de forzar la presencia de los trabajadores en las mesas de votación, qué diremos ahora que si bien persiste el fervor popular por el Presidente de la república, ocurre un resquebrajamiento del uribismo. Hay mucho Uribe, menos uribismo y mucho menos reeleccionismo o referendismo. No es sino ver lo que pasó esa noche del martes en la Cámara y las repercusiones contrarias a lo aprobado que crecen como una bola de nieve.
Cinco miembros de la coalición del gobierno votaron en contra. La congresista antioqueña Liliana Rendón estuvo entre los rebeldes. Soportó el acoso de los blackberry desde el Palacio de Nariño y las llamadas desesperadas desde la gobernación de Antioquia. Desde el conejo oficial del 20 de julio impuesto a su coequipero Gabriel Zapata Correa, que le impidió hacerse a la Presidencia del Senado, la representante anunció que la molestia del Equipo Colombia iría para largo. Dicho y hecho, los votos de tal grupo fueron decisivos para que el gobierno fracasara en la conformación de las mesas directivas de las Comisiones permanentes del congreso. Pero a los varones del Equipo Colombia la inconformidad les duró muy poco. La parlamentaria no agachó la cabeza. Hoy la amenazan con echarla del uribismo conservador; lo que no hacen con los otros cuatro congresistas de la coalición que apretaron el botón del NO.
María Isabel Rueda es una periodista con una pluma embadurnada de pleitesía al gobernante. En su columna dominical de El Tiempo se acaba de declarar antireeleccionista. No aguantó tanta impudicia alrededor del trámite del referendo y el fuerte olor a corrupción que se respira en colombia sin que el gobierno se sacuda las narices. Otro furibista triple A como el exviceministro y columnista Rafael Nieto acaba de tomar distancia de los aires que emanan desde el Palacio de gobierno. Adoptó, respecto al referendo en El País de Cali, las tesis de la oposición sobre el desequilibrio de poderes, el desbalance de los pesos y contrapesos y el descalabro para la democracia. En los grandes medios de comunicación crece la audiencia contra el referendo perpetuador. Cambio Radical, un partido político soporte de la coalición de gobierno, fue lanzado al ostracismo como castigo.
Otros sectores y personajes que estuvieron en la convocatoria al primer fracasado referendo y hoy no están para el segundo: la Iglesia Católica, la Andi en cabeza de Luis carlos Villegas, el Sindicato Antioqueño, EE.UU., medios internacionales de comunicación, dirigentes políticos como Gina Parodi, Marta Lucia Ramirez, Nohemí Sanin, Fernando Araujo, Fernando Londoño, Rudolf Hommes, Humberto de la calle y Fabio Echeverry Correa. Todos ellos, alfiles importantes pero ausentes en una campaña que será fría e insípida, porque el uribismo se volvió frio e insípido. Los congresistas de la coalición tendrán la mirada y los bolsillos puestos hacia su reelección en marzo, su primera prioridad. Creo que nos podemos salvar.
Al borde del totalitarismo
Ramón Elejalde Arbeláez, www.ramonelejalde.com
El estado social de Derecho no puede soportarse únicamente sobre las elecciones populares de sus autoridades ni sobre el respeto a las mayorías. También es necesario, entre otros, el acatamiento a la separación de funciones (o de poderes de que habló Montesquieu), a la libertad de prensa (que entre nosotros existe), a la alternancia en el poder, a las elecciones libres, a la vigencia de reglas claras de juego en el sistema electoral, al respeto a la oposición, a la existencia de jueces libres y al acatamiento a la constitución y la ley.
La reelección presidencial por segunda ocasión y la posibilidad de 12 ó 16 años en el gobierno para el doctor Uribe Vélez están dando al traste con nuestro Estado de Derecho y vamos, peligrosamente, llenando requisitos para convertirnos en una dictadura constitucional. Nunca supuse que fueran a ser ciertas las manifestaciones de José Obdulio Gaviria y de Alberto Rendón en la Tertulia Hildebrando Giraldo, cuando después del primer triunfo de Álvaro Uribe y aún sin posesionarse en la Presidencia, nos decían, sin pudor, que “el gobierno de Álvaro Uribe será para 12 ó 16 años”. Lo que vivimos es algo premeditado.
Comparto plenamente la tesis del precandidato Liberal Aníbal Gaviria en el sentido de que los términos que tiene la Corte Constitucional para el control de la Ley que convoca al referendo y los plazos de la Registraduría del Estado Civil para convocar a elecciones no les va a dar. Irremediablemente tendrán que forzar, acudiendo a la ilegalidad, los procesos jurídicos siguientes. Pero también he sostenido que en el actual Gobierno impera la “Ley de Bolaño”, lo que no me da lo amaño y ya comenzaron. Están hablando de reformar el censo electoral y reducirlo a las personas que votaron en las últimas elecciones de parlamentarios, con lo cual ya no necesitarían, para la aprobación del referendo, siete millones de votantes, sino unos cuatro millones largos. El principio electoral de contar con “normas ciertas para resultados inciertos” se transforma en Colombia en normas inciertas para resultados ciertos, modifiquemos la ley para que pueda pasar el referendo reeleccionista. Claro que no las tienen todas consigo: una ley estatutaria requiere de requisitos que ya son imposibles de cumplir.
No me ocuparé aquí del tema de la separación de poderes, que evidentemente ya no existe entre nosotros. Con excepción de la independencia de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado, lo demás ya no existe. Todas son instituciones permeadas por el Gobierno a lo largo de un ejercicio presidencial de casi siete años. Nuestras instituciones democráticas están concebidas para períodos de cuatro años. Preservar la separación de poderes no fue preocupación de los que permitieron la primera reelección a quienes solamente les interesó el cambio de “un articulito”. Ahora tampoco se pensó en el tema y el Presidente es, como cualquier tiranuelo africano, el dueño de ramas y órganos del poder público.
La prohibición de la reelección o facilitar esta por una sola vez, permite la alternancia en el poder. Ésa también es una premisa del sistema de gobierno presidencialista, como el nuestro. Con lo que nos está sucediendo, ese requisito se está perdiendo. Estamos frente a un caudillismo peligroso que en nada se diferencia del de Hugo Chávez.
Predicar la independencia de los jueces cuando el poder presidencial se prolonga por 12 ó 16 años, es una utopía. El presidente tendrá injerencia directa (elaborando la terna) o indirecta (sus senadores escogiendo a los magistrados) en la selección de la totalidad de los magistrados de la Corte Constitucional.
Si bien la oposición en Colombia puede decir lo que piensa, no es menos verdad que viene siendo sometida a la satanización por parte del doctor Uribe Vélez y sus seguidores, sin contar la intervención de llamadas y los seguimientos que se le hacen a quienes discrepan del Gobierno desde organismos del Estado directamente vinculados a la Presidencia de la República.
El respeto a la Constitución y a la Ley es imperativo en el estado de Derecho. Por encima de estas normas jurídicas no puede estar persona o funcionario alguno, por importante que sea. Cambiar el censo electoral para ganar unas elecciones o burlar el artículo 9° de la Ley de Garantías que obliga al presidente a anunciar su candidatura con seis meses de anticipación a las elecciones, con esguinces y leguleyadas, es comenzar a transitar por los caminos de una dictadura.
Horizonte de tormenta en el istmo
Viejas injusticias internas, insuficiente inversión y el financiamiento espurio de los partidos, amenazan con hacer retroceder a Centroamérica.
por Rodrigo Lara Serrano
Las playas de Bluefields, en la costa del Caribe de Nicaragua, son paradisíacas. Al amanecer puede verse a turistas y pescadores recorrer sus extensas cintas de arenas blanco marfil. Unos buscan un recuerdo de postal. Otros están de pesca, detrás de la captura de una "langosta blanca". Basta sólo una para hacerse rico. ¿Langosta blanca? Samuel Logan, periodista de investigación estadounidense, es quien ha difundido el apodo local para los bultos de cocaína que los narcos dejan caer en alta mar y que luego recompran en hasta US$ 120.000. Abundan tanto que ya son parte de la economía de una región a la que el Estado central casi no tiene acceso.
El crecimiento del narcotráfico en Centroamérica es sólo una de las historias que están oscureciendo el horizonte de este grupo de países que están entre los más pequeños y pobres del hemisferio. La crisis económica global quitó el velo hipnótico que creaban las alzas de crecimiento y las remesas de los últimos años, dejando en evidencia las tareas pendientes de su dura realidad. Hoy los países de Centroamérica, algunos más que otros, deben encontrar maneras eficaces de reducir la desigualdad, diversificar su economía y reformar sus instituciones políticas, si no quieren que los viejos vicios las lleven al estancamiento o la convulsión donde las "familias" más ricas se enfrenten a "caudillos" de todo signo, tal como ocurrió en el siglo XX.
Es justamente el escenario político el que despierta más pesimismo. "Veo el panorama más negro posible", dice el guatemalteco Manfredo Marroquín, de la ONG Acción Ciudadana, que trabaja con Transparency Internacional en su país. "Vivimos un colapso en varios de los países de los partidos políticos que produce un déficit de liderazgo y esto lleva a las crisis de gobernabilidad", sintetiza. "El origen está en la mediatización de la política, la cual elevó la demanda de recursos para las campañas enormemente".
Carlos Vega, experto en seguridad y justicia de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), también en Guatemala, coincide. "Aquí ganan los que recaudan más fondos". Explica que el mecanismo electoral es simple. Se ingresa a los partidos para tener una figuración mínima. Como no hay ideologías, los partidos siguen tendencias clientelistas. "Es fácil ingresar a un partido cualquiera y presentarse a una elección", dice Vega. "Ese candidato pierde una o dos veces, pero ya es conocido, entonces encuentra un financista que piensa 'éste es un posible ganador' y, finalmente, le dan la plata que necesita".
Como las regulaciones de financiamiento político no existen o no se respetan, el sistema está abierto a todo tipo de aportes (de empresas, lavado de dinero, incluso narcos), lo que genera enormes incertidumbres en períodos electorales como el de 2009-2010.
Marroquín usa el ejemplo de Honduras. "Lo que pasa ahí es síntoma del colapso del sistema: dos partidos políticos de cien años que cada vez están más expuestos a intereses económicos o del narcotráfico y que se han olvidado totalmente de sus tareas de Estado", dice el guatemalteco. Así, en 2007 la tasa de desempleo hondureña era de casi el 28% (antes de la crisis actual) y, pese a que la tasa de inversión llegó a un espectacular 31% (2008), la cesantía siguió creciendo.
La baja institucionalidad política abre el campo a los caudillos. Pueden ser Zelaya, Ortega, Colom. Los pobres lo ven como una opción interesante en un mercado que carece de ofertas políticas reales. El síndrome Chávez, el surgimiento de un caudillo que suele ser o un outsider o un renegado. Tiene votantes, pero no partido. La elite lo considera un aventurero con aspiraciones dictatoriales. Él, unos fracasados incapaces de humanidad cuando más del 50% de la población vive en la pobreza. La lucha de poderes del Estado está servida.
Ésta parece ser la situación real o en potencia de Honduras, Guatemala y Nicaragua. "El Salvador es una excepción momentánea", dice Marroquín. "Parece una izquierda con un plan real de gobierno, pero todavía es muy prematuro para decir algo".
En San José, Josette Altman, Coordinadora Regional de Cooperación Internacional, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso, concuerda parcialmente: "No creo que haya una crisis política incubándose. Sí una crisis social con consecuencias políticas. La paradoja es que hoy la ciudadanía no siente que la democracia mejora su calidad de vida".
"Lo que va a determinar el futuro de la región, más que la estructura económica, es la estructura institucional", dice el guatemalteco Jaime Rolando Rivera, CEO del panameño Bladex, una de las instituciones financieras más importantes surgidas en Centroamérica. "El valor de Costa Rica, más allá de su economía diversificada, es poseer un marco institucional permanente". Modelo hacia el que se mueve también Panamá.
Terreno desigual. Por ahora, es la profunda desigualdad entre ricos y pobres lo que genera más presiones en Centroamérica. En Nicaragua, el 1% de un millón de familias, o sea 10.000 familias, se lleva el 20% del ingreso nacional, en tanto que el 20% más pobre recibe el 4% de los ingresos. "La fotografía es casi homóloga en todos los países de la región", dice Néstor Avendaño, director ejecutivo de Consultores para el Desarrollo Empresarial (Copades), en Managua. ¿Se trata de un problema sin solución? Avendaño cree que es corregible si se impulsa "un gran intento subregional" de relanzamiento de las economías. Éste debería incluir el fomento de la educación técnica, la transferencia de tecnología, un fuerte mejoramiento de la infraestructura, una reforma tributaria y la creación de una agroindustria masiva.
El problema es que no hay ahorro interno con el cual financiar tal reconversión masiva. Y la región cuenta ahora con menos apoyo de millones de sus microinversores más devotos: los emigrantes. "La remesas representan para Nicaragua un 14% del PIB. Unos US$ 800 millones, y el 95% de ellas se consumen", dice Avendaño, en Managua. En El Salvador el impacto es todavía mayor. "Hay 2,5 millones de salvadoreños que trabajan en EE.UU.", menciona el sociólogo y economista nicaragüense Óscar René. "En El Salvador eso representa el 18% del PIB y su caída limita el mercado interno", agrega.
Mario Magaña, director de Asuntos Económicos y Comerciales de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, dice al respecto que "la caída de las remesas es de un 10%. Pero eso impacta en 20% del consumo interno".
El impacto se multiplica por la integración subregional. Nicaragua posee 1,5 millón de emigrantes en tres países: EE.UU., Costa Rica y El Salvador. Como en Costa Rica se derrumbó la industria de la construcción, los nicaragüenses -ya un 10% de los habitantes- especializados en ella se han quedado sin trabajo.
Guillermo Zúñiga, ministro de Hacienda de Costa Rica, grafica el impacto en su país de esta forma: "El acumulado de los primeros cuatro meses del año muestra que el turismo ha caído en un rango de 8%. Las exportaciones registran caída en torno del 14%".
En Honduras, 250.000 m2 de "techo industrial", maquilas, se vaciaron entre enero y mayo. En Nicaragua, 19.000 personas, un quinto de los que trabajan en zonas francas, perdieron sus trabajos. Óscar René pone sal a la herida al recordar que el derrumbe de la demanda estadounidense "tiene un doble efecto: el comercio intracentroamericano también ha caído".
Descapitalizados. A esto se suma el problema sistémico de Centroamérica que le dificulta generar ahorro interno e inversión. "En Guatemala tenemos una pirámide demográfica anchísima en la base (edad promedio 15 años, sólo el 40% de la población es económicamente activo). Es muy difícil acumular ahorro cuando tan poca gente trabaja", dice Julio Héctor Estrada, Director del Programa Nacional Competitividad de Guatemala - Pronacom. El problema está en que "Centroamérica tiene una muy baja tasa de formación de capital. Abajo del 20% en casi todos los años en las últimas tres décadas en casi todos los países". Por eso "no importa cuanto subas tu productividad, si no puedes acumular capital a una tasa del 25% PIB anual, es difícil sostener un crecimiento del 6% o más anual del PIB de forma constante".
Por ello, el istmo depende mucho del financiamiento externo. En el caso de Honduras, Rebeca Patricia Santos, ministra de economía del depuesto presidente José Manuel Zelaya, lo explica así: "El año pasado recibimos US$ 250 millones del BID y del Banco Mundial, nuestras principales fuentes de crédito externo. Pero esos niveles son insuficientes cuando se trata de infraestructura. Una central hidroeléctrica sola puede costar US$ 350 millones".
Y Honduras necesita más de una. De hecho, se encontraba negociando con Brasil un préstamo de US$ 450 millones para destinarlos a ese fin en el momento del golpe. Es gracias a esa brecha que el presidente venezolano Hugo Chávez se ha convertido en un actor relevante en la región. Por medio de las ventas con pagos a largo plazo por parte de Petrocaribe, el gobierno venezolano les quitó una presión grave a los presupuestos de varios de los países, importadores netos de petróleo. "Si no hubiéramos tenido esa posibilidad, habríamos tenido una presión adicional todavía mayor sobre los niveles de nuestras reservas", arguye la ministra.
Lamentablemente, un componente que hace las cosas más difíciles es la alianza entre grupos de narcotraficantes mexicanos y las maras, las violentas pandillas urbanas, que amenaza con tomar por asalto el sistema político.
Luego de recordar que en México los narcos han comenzado a comprar a ex militares para que los entrenen, Peter Hakim, presidente de Inter-American Dialogue, dice que "las maras en conjunto a los narcotraficantes y su capacidad de comprar a cualquiera, son una mezcla muy peligrosa en varios países".
Carlos Vega, de Asies, tiene otra mirada. Si bien reconoce que "ellos, los narcos, les ponen escuelas, hospitales y la gente sencilla les agradece y, claro, así los manipulan", cree que hay espacio para el optimismo. "No somos un Estado fallido. Aquí la gente no se suicida. La gente es dura para luchar y vamos a seguir luchando", dice, pese a que más de 20 dirigentes sindicales e indígenas fueron asesinados en 2008.
Confianza multinacional. Lo bueno es que Centroamérica tiene recursos en sus manos para impedir que la historia empeore. De hecho, compañías de nivel mundial siguen confiando en su capacidad para ello. Una es Hanesbrands Inc, empresa manufacturera de indumentaria que posee más de una docena de marcas en el mercado de EE.UU. Opera en El Salvador y Honduras. Posee seis plantas en el primero, con una inversión local que excede los US$ 200 millones.
"De dos tercios a tres cuartos se han realizado de 2007 para acá", dice Edwin Zamora, su vicepresidente de Operaciones. A principios de ese año tenían dos plantas y empleaban a unas 2.000 personas. "Hoy tenemos un poco más de 7.000 y nuestra posición es que en los próximos 18 meses siga subiendo unas 1.000 a 1.500 más", dice. "Fabricar aquí en la región nos permite responder más rápido a nuestros clientes, sin mantener grandes inventarios y se ahorra en el transporte".
Es una buena noticia para la industria de la maquila salvadoreña, que generaba antes de la crisis unos 100.000 trabajos, y ya venía muy golpeada por el ingreso de China a la OMC hace tres años.
Similar confianza expresa Martín Castillo, director general de Operaciones para Centroamérica, el Caribe y Puerto Rico de Hewlett-Packard (HP). Acá, dice con orgullo, "somos un poquito más grandes que en China. Ellos tienen 8.000 empleados y nosotros estamos tocando los 10.000".
A punto de inaugurar una nueva inversión en Panamá, dice que esencial para esto es que "el nivel académico de Centroamérica es muy alto". Para él, a ello se suma la gran inversión en infraestructura de comunicaciones.
Buenas noticias en medio del difícil momento que atraviesa el istmo y que hace recordar que, así como empiezan, las tormentas también se van.
Con la colaboración de Loreto Urbina en San José y Solange Monteiro en Santiago.
El mundo es ancho y ajeno
Juan Manuel López Caballero.
El mundo no se reduce únicamente a la reelección o no de Uribe.
Y no me refiero a que el debate debería ser sobre lo que significan las reformas que se han hecho y las que se pretenden hacer para tener al país dependiendo de una sola persona.
Evidentemente es un privilegio conocer otras partes del planeta, pero no solo por el placer que eso puede proporcionar sino porque amplía el horizonte con diferentes perspectivas.
Por ejemplo si uno solo conoce o solo ha vivido dentro de la religión católica le parece que los musulmanes o los hindúes son impíos y pecadores.
Esto además tiene un corolario y es que por ello se asume que son primitivos y/o subdesarrollados porque no han entendido que la ‘civilización occidental’ es la única que merece existir.
Igual premisa orientó los horrores que pudo producir la conquista española de América: se justificaba la explotación de los indígenas o el despojo de sus ‘dorados’ sobre la base de que eran seres inferiores ya que ellos no sabían que solo existía un dios verdadero y por lo tanto no había razón para que se les respetaran sus bienes o sus creencias; no fueron pocas las luchas para que se les reconociera simplemente como seres humanos y con alma, y mientras tanto el derecho de expoliación era amparado por la justicia, los valores y la cultura prevaleciente.
Hoy tanto al nivel local como internacional se impone en alguna medida el mismo error o forma de pensamiento.
Unas FARC o un Chávez son descalificados en Colombia por representar pensamientos diferentes al que se considera el único válido. Esto por supuesto se ha ido exacerbando bajo el nuevo régimen, aunque no se debe únicamente al mandatario que orienta esta política sino a la clase ‘dirigente’ o, como dicen los estudiosos de la economía política, la clase dominante que él representa.
Y, en lo internacional, ‘occidente’ –nosotros incluidos- nos encontramos vinculados a unas guerras –Irak y Afganistán – cuya justificación emotiva es que no se someten a que nuestros valores –democracia y capitalismo- son los únicos aceptables.
Pero, al igual que en los tiempos de la conquista de nuestros territorios –o sea de lo que era de nuestras comunidades indígenas-, no se habla de los intereses algo más cuestionables que motivaban estas posiciones, esas guerras –tanto la interna como las externas- no suponen tener motivación diferente que la defensa de un idealismo que, más que representar beneficios para quienes en forma directa o indirecta ejercen el gobierno, se asume que tienen por único y verdadero propósito la promoción del interés general.
Los ‘impíos’ de hoy son los que se tachan de ‘terroristas’, obviamente por los métodos que utilizan, pero sin tener en cuenta las posiciones del adversario que lo enfrenta.
Así el horror de las 4.000 o 5.000 víctimas del 11 de Septiembre en las Torres Gemelas de Nueva York justifican algo más de 500.000 muertos Irakies (o los ya más 5.000 muertos americanos) sin que la lógica de lo que significa el haberse apoderado los Estado Unidos del control sobre el segundo productor de petróleo del mundo tuviera nada que ver.
O el Gobierno Colombiano aspira a que se dé continuidad a su mandato sin que se entienda que de no ser por su coincidencia con los intereses del paramilitarismo, y por ello su ayuda y respaldo, nunca hubiera accedido al poder ni se hubiera dado ya una primera reeleccion.
FINANZAS MODERNAS Y GESTIÓN ORTODOXA DE LOS CAPITALES
Por: Octavio Ramirez Rojas
“ … si el ascenso de las finanzas modernas empezó en los ochentas, con el “ poker mentiroso” en Wall Street y en el Big Ban de Londres, éste terminó en septiembre 15 de 2008- el día en que Lehman Brothers admitió su quiebra. Siete años después. 9/15 reemplazó a 9/11 como el día mas costoso en la historia de Wall Street … ”
N. Ferguson.
El desarrollo de riqueza y bienestar en las entidades y comunidades es, y será siempre, función de la calidad en la gestión que se haga con base en, y sobre, los capitales intelectuales, financieros y físicos que componen las organizaciones. Esta aseveración abarca las realidades micro y macroeconómicas, tanto en los sectores de derecho privado como de derecho público.
El autor citado en el epígrafe, Niall Ferguson, en su documento The Descent of Finance plantea las razones por las cuales las finanzas modernas están abocadas a un proceso de cambio radical, el cual se ha evidenciado con la materialización de la crisis financiera y económica que envuelve al mundo desde hace ya dos años.
En efecto, según Ferguson, fueron 19 días del mes de septiembre de 2008 los que han marcado el nuevo devenir en el reenfoque de las finanzas modernas, así:
Iniciando el 7 de septiembre con la nacionalización de Fannie Mae y de Freddi Mac, pasando por el anuncio del 14 de septiembre por parte del Bank of America que adquiriría Merrill Lynch y el 16 de de ese mes por la decisión de la Reserva Federal de apoyar a la aseguradora AIG con 85 billones de dólares, a la conversión de Goldman Sachs y de Morgan Stanley a entidades bancarias del 22 de septiembre, llegando a la mayor rotura del sistema bancario estadinense con el Washington Mutual Bank acaecida el 25 del mismo mes de 2008.
Esos eventos exteriorizados por el autor y los demás que se desataron en forma similar, son la base con la cual sustenta la afirmación presentada en el epígrafe y partiendo de ellos plantea escenarios de su incidencia sobre la economía norteamericana y la del resto del mundo. “… empezamos llamándole la crisis “subprima”. Rápidamente pasó a ser llamada de la escasez de crédito y luego la crisis financiera global…”.
Igualmente del trabajo citado se resaltan un par de indicadores que indujeron ese cambio, el primero muestra cómo la deuda del sector financiero estadounidense con respecto al PIB de ese país pasó de representar el 16% en 1976 a 116% en 2007. La deuda federal, igualmente con respecto al PIB de Estados Unidos pasará de ser hoy 10 trillones de dólares u 89% del PIB a 23 trillones de dólares o el 101% del PIB en el año 2019.
El planteamiento de fondo que emana de estos indicadores es: la solución financiera de largo plazo a una crisis generada en el exceso de apalancamiento privado, se soluciona con el aumento significativo del apalancamiento financiero del sector público.
Nuestra conclusión alrededor de los alcances del tema en cuestión, apunta a afirmar que la ortodoxia en la gestión productiva y competitiva de la finanzas de cualquier tipo de organización socioeconómica, privada y/o pública, y tal como lo hemos argumentado en anteriores oportunidades, se basa en los siguientes conceptos, los cuales son aplicables tanto a los procesos de planeación como a los de acción, retroalimentación y evaluación de resultados:
El riesgo operativo y financiero debe ser medible en la planeación y debe ser medido en la ejecución y avance.
El costo del capital nunca es cero y, por ende, es el referente de medición operativa y financiera,
Los ingresos de todo orden son efectivamente reales cuando se convierten en caja ( o sea, “cuando suena la registradora” ).
El valor en general, y el valor económico –operativo en particular, es siempre creado o destruido por la gestión del capital intelectual sobre los activos y las fuentes utilizadas por la entidad, ya se trate de una empresa, ciudad, región, país, club deportivo, organización política, organización eclesial y/o similares, o personas y familias.
Si la capacidad, potencial o actual, de generación operativa de la entidad no es aun infinitesimalmente mayor que el valor de sus cargas financieras y fiscales, ésta no es viable en ningún plazo. Por supuesto, los ciclos micro y macroeconómicos siempre estarán presentes.
Los anteriores planteamientos generales invitan a la investigación y aplicación empresarial y académica de estos temas, los cuales son prioridad en el mundo, teniendo como centro motor el concepto de la ortodoxia enrutada en todos los campos de actuación institucional e individual.
Santo Domingo, 31 de agosto de 2009.
URIBE Y LA OPINION ILUSTRADA
MAURICIO CABRERA GALVIS
Cali, Septiembre 13 de 2009
Cada vez hay más indicios de que Uribe está perdiendo popularidad entre los estratos altos de la población, sobretodo entre los que tienen un mayor nivel educativo, y que estos grupos sociales son los que menos apoyan la segunda reelección del candidato-presidente. No quiere decir que no reconozcan sus logros, pero si que no están de acuerdo con que quiera perpetuarse en el poder utilizando toda clase de métodos, hasta los legales.
Eso es lo que registran las encuestas, las mismas que le dan todavía un alto grado de popularidad y aceptación entre la mayoría de la población, pero también se percibe en los círculos empresariales y profesionales donde los críticos de Uribe ya no son unos bichos raros sino que crece la audiencia que comparte sus opiniones. Además, ha sido notorio el rechazo al referendo reeleccionista de la inmensa mayoría de los columnistas de opinión y de los editoriales de los periódicos, inclusive de muchos que apoyaron la primera reelección.
Esta tendencia se confirma en los resultados de la última gran encuesta política patrocinada por varios medios de comunicación y realizada por Ipsos-Napoleón Franco. En efecto, mientras que la imagen favorable de Uribe llega al 81% en los estratos bajos (1 y 2) en los estratos altos (5 y 6) cae al 52%. Una diferencia de 30 puntos porcentuales es demasiado grande para ignorarla.
En la posición frente al referendo para la segunda reelección aparece una diferencia similar: en los estratos bajos el 73% de los encuestados está de acuerdo, mientras que en los altos solo el 49% aprueba el quiebre de la Constitución y de las instituciones democráticas. Y eso que esta encuesta fue realizada antes del lamentable espectáculo de la compra de votos para la aprobación del referendo en la Cámara.
Una explicación simplista de esta divergencia de opiniones sería atribuir el apoyo de los estratos bajos a unos excelentes resultados del gobierno en materia de disminución de la pobreza y la desigualdad, y el descontento de los ricos a unas políticas redistributivas que les hubieran afectado sus bolsillos. Sin embargo las mismas cifras oficiales muestran que en los gobiernos de Uribe han sido pocos los avances en materia de miseria y pobreza y que ha aumentado la concentración del ingreso y la riqueza.
Tampoco es valida una interpretación moralista según la cual los pobres, apremiados por el hambre y las necesidades básicas, serían más laxos en materia de principios éticos, mientras que los ricos son más estrictos y rechazan la cultura del atajo y el “todo vale” que ha usado el presidente para buscar su reelección.
Una pista para entender la divergencia de opiniones la da la misma encuesta cuando las discrimina según nivel educativo. Entre las personas sin estudio o con solo educación primaria el 81% tiene una imagen favorable de Uribe y el 75% están de acuerdo con que se haga el referendo; pero entre las personas con estudios universitarios la favorabilidad es solo del 61% y el apoyo al referendo el 51%, y entre quienes tienen postgrado cae al 51% y el 43% respectivamente. Entre más estudios menor el apoyo al presidente.
No se trata de una posición elitista para la cual los pobres son brutos y los ricos inteligentes, sino que es un problema de las fuentes y la cantidad de información que recibe cada grupo social. En los estratos bajos la televisión es la fuente casi única de información, y su mezcla de goles, tetas y balas esconde la verdadera realidad del país con la esperanza que se demore más la adjudicación del tercer canal. En los estratos altos el acceso a la radio y los periódicos les da más información, lo que genera una opinión ilustrada que es la antítesis del “estado de opinión”.
Las encuestas, arma política
Ramón Elejalde Arbelaez
En una conferencia dictada hace algunos días en la ciudad de Pereira, el politólogo, historiador y autor de varios importantes libros, doctor Rodrigo Llano, quien además oficia como veedor Nacional del Partido Liberal, dictó una conferencia donde afirmó, entre otras cosas, lo siguiente: “Víctima de las encuestas: Comenzado el año de 1985, las encuestas decían que la intención de voto para las siguientes elecciones presidenciales las encabezaba el dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado con el 45% de favorabilidad, seguido de cerca por Galán con el 37% y Barco sólo aparecía con el 1,5%;
la campaña tomó entonces la decisión de utilizar la herramienta de las encuestas y contrató la hechura de unos sondeos de opinión que se publicaban cada mes y que iban inflando, artificialmente, a Barco y desinflando a sus contendores; en seis meses estuvo hecho el trabajo y don Virgilio quedó tan posicionado ante los ojos de la opinión pública que el presidente López Michelsen exclamó: “Si no es Barco, ¿quién?”, por lo que la candidatura de Galán quedó enfrentada al grave dilema de ser presentada o no a los electores; en las elecciones parlamentarias del año 86, Galán se fijó una meta de un millón de votos para lanzarse a la candidatura presidencial en contra de Virgilio Barco, pero sus resultados electorales fueron muy pobres, tanto que la revista Semana, en un subtítulo, escribió: Catástrofe galanista y decepción conservadora dejan a Barco a las puertas de la Presidencia; la suerte quedó echada y Barco pudo llegar a las presidenciales sin más contendor visible que el hijo de Laureano. Las encuestas amañadas habían logrado su siniestro fin”.
Indagué con el autor de la anterior afirmación las circunstancias de tiempo, modo y lugar donde se dieron los hechos que afirma y realmente es preocupante lo que desde entonces sucede con las encuestas. La encuestadora de marras sigue hoy apareciendo como de las más aprestigiadas. A no dudarlo también que estos instrumentos son aún un mecanismo de campaña y no de medición real de lo que piensa el ciudadano en un momento dado. Quien tiene dinero paga las encuestas y quien paga las encuestas garantiza los resultados. Así forman opinión, no la miden.
Hace algunos años se conoció en Antioquia una encuesta amañada que los medios se negaron a publicar por su dudoso origen, pero que los autores dieron a conocer como publicidad política con el aviso respectivo, que debía ser leído con lupa. Así lo demostramos algunos congresistas en la Comisión Primera de la Cámara en presencia del Consejo Nacional Electoral, con lupa en mano. Hoy otra encuestadora es de propiedad de un alto funcionario del Estado y de un amigo cercano al presidente de la República y con frecuencia, con más de la normal, publica mediciones, que seguramente lo que buscan es moldear a la opinión pública. Esta firma encuestadora es la que le realiza este tipo de trabajos a los dos medios de comunicación más acatados en nuestro medio.
Alguien tiene que tomar la iniciativa para reglamentar en Colombia las encuestas. Es necesario que el Estado, especialmente cuando se trate de campañas electorales, haga auditoría sobre este trabajo. Hace pocos días una reputada firma encuestadora hizo un trabajo para una importante empresa. Quien recogía la información entregaba antes del interrogatorio un obsequio que enviaba el interesado en las respuestas. ¡Así, bendita gracia!
Uribe: de la encrucijada al temor
Octavio Quintero
01 – 11 – 09
Si yo tuviera la popularidad que tiene Uribe habría sometido a referendo el convenio suscrito en forma cuasi clandestina con Estados Unidos mediante el cual se le entrega al Imperio más criminal de la historia las siete bases militares en territorio colombiano.
Si yo tuviera el control del Congreso que tiene Uribe, especialmente el dominio sobre aquellos congresistas proclives a la corrupción y expertos en chantaje, habría sometido a su discusión ese convenio, entre otras cosas, para cumplir con normas constitucionales oportunamente advertidas por la Corte Suprema de Justicia.
Pero mejor que no lo hizo porque ese convenio o acuerdo, como quiera llamársele, no aguanta un papirotazo legal.
¿Por qué no lo hizo? Fácil de responder. Uribe ya no tiene la imagen popular que los medios dicen que tiene y que las encuestadoras hacen ingentes esfuerzos por corroborar en los círculos de su evidente ocaso.
Hay un creciente post- uribismo que ha empezado a manifestarse hasta en la misma voz chillona, cansina, iracunda y desafiante del presidente Uribe a la Corte en un consejo comunal, porque no se ha dejado imponer una floja terna de fiscal de bolsillo que con urgencia necesita para sacarle el bulto a la Corte Penal Internacional que acecha su prontuario criminal de manera apabullante.
Este prematuro post- uribismo no deja a Uribe acudir a su efímero Estado de Opinión del que sacó pecho recientemente porque sabe bien, como buen saltimbanqui político que es, que abajo le espera un porrazo en el frío pavimento.
Por eso no creo en la reelección de Uribe, aunque la corte avale el referendo y aunque el mismo referendo alcance el umbral que necesita para ser reforma constitucional que le permita al Presidente aspirar a una segunda e inmediata reelección.
Haciendo abstracción de todas las irregularidades de forma y de fondo que empiedran el azaroso camino del referendo hasta la Corte Constitucional, y considerando que también la Corte sucumba a la arremetida y que por alguna última pirueta se baje el umbral que permita alcanzar la votación popular requerida para allanarle el camino a Uribe a su candidatura presidencial, no pasará en una nueva confrontación electoral en las urnas porque su post- ya no cuenta con monolíticas fuerzas políticas que en su primera y segunda candidatura le brindaron apoyo incondicional: el conservatismo, Cambio Radical y el mismo partido de la U, que es más santista que uribista. Y Santos (Juan Manuel) sabe de marrullas políticas tanto o más que Uribe.
Uribe, obviamente, ya no puede contar con el apoyo de partidos extintos entre su primero y segundo mandato como Alas Equipo Colombia, Colombia Democrática o Convergencia Ciudadana, cuyos líderes se disputan hoy las mejores celdas de los presidios.
Tampoco cuenta con el amplio aparato militar de otros tiempos, dado que en su arrogancia ha barrido la calle con numerosos oficiales sacrificados en aras de su propia impunidad. Y, por supuesto, tampoco tiene ya el frente paramilitar que le limpió a sangre y fuego el camino de opositores hacia sus anteriores mandatos presidenciales. El post- Uribe resta muchos “socios” de DMG quebrados por Uribe a petición de Sarmiento Angulo que no soportó más la competencia “desleal” de un aparecido como David Murcia; también suman –o mejor restan- los desempleados que siguen aumentando y, sobre todo, los empresarios privados que tienen en vilo sus empresas en gracia y por desgracia de las malas relaciones que este gobierno ha cosechado con Venezuela y Ecuador.
Los empresarios, como todo el mundo intuye, apoyan cualquier gobierno, independientemente de su legitimidad o color político, con tal que no obstaculice sus negocios y que sus actos no signifiquen pérdidas financieras. Por esto último es que vemos a los gremios como la Andi, tan uribista en la primera y segunda magistratura, diciendo que no es bueno un tercer mandato de Uribe.
Por eso, y por mucho más, Uribe no va más, y todo lo que espera es el momento en que pueda decirlo de manera que el pueblo crea que se trata de un desprendimiento de su alma democrática, camino al pabellón de la historia reservado a los próceres.
Ahora sí creo, y por lo visto en su arremetida contra la Corte Suprema de Justicia a la que acusa de conspirar en conciliábulos bogotanos y violadora de la Constitución (los pájaros tirándole a las escopetas), que Uribe está en una encrucijada en cuerpo y alma.
Qué bueno fuera que llegara en su delirante ansia de poder hasta la tercera candidatura para que Colombia pudiera tener la gloria de mandarlo al lugar adecuado de la historia, como eufemísticamente dijo una vez Diana Turbay, la arrogante hija del ex presidente Turbay Ayala, insinuando que el columnista Daniel Samper, debía irse a la mierda.
DE PRONÓSTICO RESERVADO
Amylkar D. Acosta M
El FMI, una vez más, revisó sus proyecciones de crecimiento de la economía latinoamericana y de la colombiana en particular para 2010, en esta ocasión al alza, de 2.3% a 2.9% y 1.25% a 2.5%, respectivamente. Según Jörg ecressin, jefe de la división de estudios económicos mundiales del FMI, la región esta vez 'la ha sacado barata' frente a crisis anteriores. Para él "Lo que ayudará a la recuperación de la región son los precios de las materias primas, que se prevé subirán el año entrante, y su capacidad para seguir atrayendo capital extranjero". En gran medida este repunte que se prevé en los precios de las materias primas responde al arrastre de la economía china, la cual pese a la crisis crecerá este año a un ritmo cercano al 9% y la de la India que cerrará el año con un crecimiento del 6%, a la caída de los inventarios, amén del retorno de los inversionistas a los mercados de futuro de los commodities. El Ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga, coincide en su pronóstico para el año entrante con el FMI y su apuesta para lograrlo está en “la recuperación de la demanda privada”, según le djo al corresponsal de Reuters . Su optimismo se apoya en una meta de crecimiento positivo este año de 0.5%, para lo cual espera que en el segundo semestre el PIB crezca el 1% y así poder contrarestar la baja del 0.5% en el primero. Pero, del dicho al hecho hay mucho trecho.
La economía colombiana viene de tres trimestres consecutivos, el último de 2008 y los dos primeros de 2009, en terreno negativo, con lo cual la recesión que el gobierno se niega a reconocer se convierte en la más prolongada en más de una década. Y lo más probable es que terminará el año en recesión, si nos atenemos al concepto autorizado de Daniel Niño, analista del Banco de Colombia, para quien “con la información disponible a agosto, los modelos indican que en lugar de crecer 0.7% en el tercer trimestre de 2009 la economía habría experimentado una contracción de – 0.7%, la más negativa del año. Con ello el crecimiento en 2009 estaría cerca del – 0.1%” . Desde luego, este resultado está determinado en gran medida por el comportamiento de la economía global, particularmente la estadounidense, que aunque empieza a mostrar algunos retoños verdes aún es demasiado pronto para hablar de una reactivación. Además, como lo afirma el propio FMI, "a diferencia de otros países que están en el mismo grupo que Colombia como, por ejemplo, Chile, Perú o Brasil, las perspectivas para Colombia son menos auspiciosas porque parte de su comercio depende de países que están con problemas de crecimiento como Venezuela y Ecuador" .
Javier Díaz, presidente de Analdex, afirmó que el sector tiene todas sus cartas puestas en la reactivación del mercado estadounidense, al tiempo que manifiesta que ha perdido las esperanzas en las relaciones comerciales con Venezuela. Sin embargo el mercado estadounidense está lejos de reactivarse todavía, pues el creciente desempleo ha terminado por afectar la demanda que constituye las dos terceras partes de su PIB. La Inversión Extranjera Directa (IED) y las exportaciones, que venían dinamizando el crecimiento, ahora están de capa caída y ello va a incidir en el desempeño de la economía el año entrante. Hasta agosto (US $4.897 millones) la IED había caído el 10% con respecto a igual período del año pasado, que no fue mayor gracias al nuevo auge de la industria del carbón. Por su parte las exportaciones para ese mismo período cayeron el 19.4% y las que tuvieron por destino a los EEUU, nuestro principal mercado, se disminuyeron un 16.4%. Se destaca el desplome de las ventas a Ecuador y Venezuela, que fueron del orden del 34.8% y 28.8$, respectivamente, las cuales no dan trazas de repuntar, habida cuenta del continuo deterioro de las relaciones de Colombia con estos dos países hermanos y de la recesión que afecta a estos, la cual se prolongaría hasta 2010. Según un estudio del FMI, una caída del 10% en las exportaciones le cuesta al país entre 2 y 3 puntos porcentuales del PIB, al tiempo que según Fedesarrollo, entre 2002 y 2007, la IED aportó un promedio de un punto porcentual al crecimiento del PIB y esta vez estos que se han considerado motores del crecimiento están funcionando a media marcha.
Además, de acuerdo con el DANE, la formación bruta de capital registró una baja de 1.3% anual en el I trimestre de 2009 y bien se ha dicho que el saldo (stock) de capital de un país es un determinante fundamental de la senda de crecimiento que puede seguir la economía. Y este es el caso; entre 2000 y finales de 2006 se dio una aceleración en la inversión privada trimestre tras trimestre; todo indica que dicha tendencia empezó a revertirse desde el 2007 y ello también incide en el crecimiento esperado para 2010. La baja recurrente en el empleo y el ingreso terminarán por afectar el consumo privado, el cual actuará junto con las otras variables como freno del crecimiento, razón por la cual me inclino por aquellos analistas que vaticinan un crecimiento del PIB en 2010 por debajo del 2%. Sobre todo, si tenemos en cuenta que la meta de crecimiento del gobierno para 2010 no es consistente con la meta de inflación del 3% para el año que viene acordada con el Banco emisor, la misma que se alcanzará por inercia en el 2009. Para cumplirla este tendrá que empezar a subir nuevamente las tasas de interés de intervención, cuando todavía la economía no termina de reponerse del coletazo de la crisis global, lo cual conspira contra las posibilidades de su recuperación.
Bogotá, octubre 29 de 2009
www.amylkaracosta.net
Palabras de la Esfinge
César González Muñoz
Según el comunicado de prensa del Banco de la República después de la sesión de la Junta Directiva del viernes pasado, este año la inflación podrá estar incluso por debajo del 3%, y además la meta de 2010 será igual a la del largo plazo, centrada en el mismo 3%. Lo de este año era altamente previsible, pero la declaración sobre la meta de 2010 es bien contundente y algunos observadores del mercado financiero la han calificado incluso de “agresiva”. Si bien el banco central reconoce que este comportamiento de los precios internos coincide con una notoria debilidad de la demanda interna e internacional de bienes y servicios, hay un definido aire de satisfacción de las autoridades monetarias: Por una parte, se atreve a afirmar que hay condiciones para que “en lo sucesivo” se logre el objetivo de largo plazo de la inflación. Y por la otra, advierte una vez más que “una inflación baja y estable es la mejor contribución que puede hacer la política monetaria al crecimiento sostenido de la economía y el empleo y a la competitividad nacional.”
Como es usual – y tal vez necesario - entre banqueros centrales, el Banco de la República maneja una buena dosis de lenguaje críptico a la hora de explicar sus acciones y sobre todo de otear el futuro. Y es entonces cuando el cronista debe leer entre líneas, a riesgo de no interpretar correctamente las palabras de la Esfinge. Intentémoslo.
Es legítima la satisfacción del Banco con el resultado de precios. Además, en esta ocasión, cuando crece la preocupación por los daños de la revaluación del peso, el banco reclama que, para la “competitividad”, el empleo y el crecimiento, lo mejor es una inflación sostenible y esperable del 3%, así este logro coincida con un absurdo “endurecimiento” de la divisa colombiana. No se puede afirmar que la revaluación haya sido el costo de alcanzar la meta de inflación. Pero sí es cierto que la autoridad monetaria colombiana ha resistido todas las presiones para intervenir en el mercado cambiario de un modo tal que se amenace el cumplimiento del objetivo de inflación.
En ésta y en sus últimas declaraciones, el Banco de la República parece confirmar sus previsiones del Informe sobre Inflación de Junio de 2009, en varios aspectos importantes.
Uno, cree que el ambiente de la economía mundial será de una lenta recuperación de la demanda y que las exportaciones colombianas sufrirán el impacto de ese proceso. Por esta vía, los precios internos tendrán una presión a la baja.
Dos, cree que el sector financiero no será en los próximos meses un agente importante de reactivación del consumo interno.
Tres, cree que las restricciones comerciales impuestas por Venezuela y Ecuador tendrán un fuerte impacto recesivo en el crecimiento económico y especialmente en la actividad manufacturera.
Cuatro, cree que el fenómeno del Niño producirá alzas en los precios de los alimentos (y en el índice de precios al consumidor) en los dos primeros trimestres de 2010, pero que las cosechas del segundo semestre diluirán cualquier impacto inflacionario neto en el periodo anual.
Y cinco, cree que todos estos hechos no tendrán un efecto neto hacia la depreciación del peso la que, a su vez, generaría presiones inflacionarias que podrían amenazar la meta de inflación.
Más bien el Banco se ha cuidado de pronunciar palabra alguna que sugiera un propósito de “rescate” de la tasa de cambio. Todo lo que dice su comunicado del viernes es que la provisión de liquidez de fin de año se hará principalmente “mediante la compra de dólares y de TES por tres millones de millones de dólares”. Lo demás queda para la interpretación de los exégetas.
¿Valdrá la pena hablar de ética?
Jorge Mejía Martinez
Jorge.mejia@une.net.co
La corrupción en Colombia es aberrante, pero hablar de ella en la actual campaña a congreso o presidencia, no produce entusiasmo ni moviliza respaldos. La población está anestesiada, con la nariz tapada para no percibir los nauseabundos olores.
Es nadar contra la corriente. Para la mayoría de las personas, según la última gran encuesta nacional, poco importan los desafueros conocidos alrededor del trámite del referendo reeleccionista. Una emisora de Medellín recibió respuestas sorprendentes a una pregunta sobre lo ocurrido con el programa Agro Ingreso Seguro: para la gran mayoría de los oyentes “eso estaba bien y que el Presidente sabía como hacía sus cosas”. Pruebas múltiples se han acumulado –todos los días aparece una nueva- para demostrar el manejo irresponsable de los recursos que por ser comunes son sagrados. Pero, en el Congreso a raíz de la moción de censura presentada por el Partido Liberal, en lugar de prevalecer el afán de conocer la verdad de lo ocurrido, va a predominar la solidaridad de cuerpo de las huestes uribistas, quienes dirimirán a pupitrazo limpio asuntos que corresponden a la ética y la moral públicas. Las fronteras éticas y morales, se corrieron en este país.
El alma nacional está hecha trizas. Su recuperación no dependerá de los índices sociales y económicos. La cultura de la ilegalidad determinará más el futuro de Colombia que la inversión en infraestructura o en mega proyectos. Leí, no sé dónde, que uno de los grandes interrogantes de la historia reciente fue la facilidad con que los rusos desecharon 70 años de uno de los procesos más complejos y profundos de la historia. La revolución socialista se estableció en las instituciones, en las instancias y relaciones de poder, a las buenas o a las malas, pero no penetró la conciencia o el alma de la población. La implantación del socialismo se convirtió en un imperativo económico o social, más no ético o moral. La denuncia de la corrupción, la politiquería o el clientelismo, es un botadero de corriente si valores como la honradez, la decencia, el esfuerzo y el respeto, no recuperan su preeminencia en la organización social.
Carlos Zorro Sanchez, profesor de la Universidad de los Andes, recuerda en hechos del callejón Nro. 49, que así como los individuos pueden escoger entre diversas opciones, las sociedades políticamente organizadas pueden elegir el fin que quisieran convertir en realidad y los medios para lograrlo. De aquí surge la relación indisoluble entre ética y política tanto para los ciudadanos –comunidad política- como para sus gobernantes. ¿Cuáles son los criterios éticos que permiten escoger fines y medios? En cuanto a los primeros, desde Aristóteles la civilización occidental ha señalado al bien común como propósito último de la política. En una democracia como la que consagra la Constitución colombiana de 1991 ese es el mandato que el pueblo confiere a quienes elige para gobernarlo. Sobre los medios, es claro que no todos son válidos por loable o deseable que sea el fin que se persigue, si se acepta que el ser humano tiene derechos inalienables. No es lícito, por ejemplo, asesinar a quien perturba la tranquilidad pública, ni sería aceptable, para aumentar la producción, despojar a campesinos económicamente poco productivos de las tierras que aseguran su subsistencia. Por esto, al elegir los medios hay que respetar principios éticos fundamentales.
Si se vive en un “estado de derecho”, plantea Zorro Sanchez, en el que el gobernante está sujeto a unas normas legales, éstas no pueden violarse so pretexto de avanzar más eficazmente hacia el fin deseado. El fin no justifica los medios. Esto significa que la ética no sólo propone orientaciones sobre los grandes fines a los que debe apuntar la actividad humana, sino que fija límites a las acciones dirigidas a obtenerlos. Estos límites impiden, incluso, justificar eventuales transgresiones a principios éticos por el hecho de que ellos sean quebrantados por grupos que hacen de la violencia el instrumento para imponer sus ideas o sus intereses. Por ello, no sólo desviar indebidamente los recursos destinados a lo público -corrupción en sentido estricto- sino despilfarrarlos por ineptitud o descuido constituyen faltas a la ética, concluye el profesor.
GESTIÓN DE RIESGOS: ANOTACIONES PARA REFLEXION EJECUTIVA
Por: Octavio Ramírez Rojas
“ … Creemos que el manejo del riesgo debería ser acerca de disminuir el impacto de lo que no entendemos – no un sutil intento de desarrollar sofisticadas técnicas e historias que perpetúan nuestras ilusiones de ser capaces de entender y predecir el ambiente social y económico … ”
N. Taleb, D.Goldstein y M. Spitznagel
De acuerdo con el actual Global Financial Stability Report, GFSR, del FMI en el mundo se evidencian los síntomas de recuperación del sistema financiero, el cual fue el epicentro y origen de la crisis que hemos vivido en los recientes dos años y que tuvo su génesis en el sistema financiero estadinense.
En este informe se afirma que “ estamos en el camino de la recuperación pero esto no quiere decir que los riesgos hayan desaparecido … si no somos capaces de enfrentar los desafíos que todavía tiene el sistema financiero en la crisis presente arriesgamos a reactivar los riesgos sistémicos y aun a desacelerar la recuperación económica que ahora avanza. Como se sabe esto es algo que no podemos aceptar… ”, como comenta José Vinals director del departamento de mercados de capitales y monetarios del FMI.
En efecto, dimensionando el alcance de “la vuelta” al orden hasta ahora alcanzada se tiene que “ … tanto para los bancos como para otras instituciones financieras el GFSR calcula que las actuales y potenciales cancelaciones de activos malos tales como préstamos e inversiones, han caído alrededor de 600 billones de dólares (desde aproximadamente 4 trillones a 3.4 trillones) lo cual es una reducción de la tensión en el sistema financiero… ”
Ahora bien, el mismo GFSR afirma que “ los bancos todavía tienen desafíos sustanciales. El GFSR estima que los bancos comerciales ya han reconocido 1.3 trillones de dólares en el primer semestre de 2009, pero enfrentan otros 1.5 trillones de dólares de potenciales cancelaciones de activos. Así se infiere que los bancos han reconocido escasamente menos de la mitad de sus pérdidas esperadas …”.
La conclusión evidente es que al mínimo el sistema financiero requiere inyecciones grandes de capital. Al evaluar las relaciones de capital a activos de los bancos en el mercado mundial, tal como se desprende de la información proporcionada en el cuadro adjunto producido por el mismo FMI, esas relaciones de capitalización han sido, y son hoy, consistentemente por debajo del 20% con muy contadas excepciones.
La pregunta es: ¿un sistema con niveles de apalancamiento arriba del rango 85 -90% es capaz o es realmente sostenible en el largo plazo?
Como para matizar el alcance de este aspecto, la investigación de Taleb, Goldstein y Spitznagel sobre la gestión de riesgos generales identifica los que denominan seis errores ejecutivos frente a la gestión sobre la incertidumbre y el riesgo, así:
Pensamos que podemos manejar los riesgos prediciendo eventos extremos.
Estamos convencidos que estudiando el pasado nos ayudará a manejar el riesgo.
No escuchamos consejos sobre lo que deberíamos escuchar.
Asumimos que el riesgo puede ser medido por la desviación estándar.
No apreciamos que lo que es matemáticamente equivalente no lo es sicológicamente así.
Se nos enseña que la eficiencia y la maximización de los valores para los accionistas no soportan redundancias.
Las anteriores son consideraciones de valor en el entender los alcances de las decisiones ejecutivas frente a las incertidumbres y los riesgos en las relaciones globales y sectoriales en el mundo de hoy y de siempre.
Santo Domingo, 30 de septiembre de 2009
GOBIERNO - OPOSICION
MAURICIO CABRERA GALVIS
Cali, Octubre 25 de 2009
Cuando Virgilio Barco fue elegido presidente en 1986 se propuso implantar un nuevo esquema para el manejo del Estado que denominó “Gobierno-Oposición”. Se trataba de superar los vestigios del viejo esquema del Frente Nacional en el que los dos partidos tradicionales se repartían con precisión milimétrica el poder, es decir el manejo de la burocracia estatal: un puesto para mi, un puesto para ti, era la regla del juego político con la cual los hermanos godos se aseguraban una buena parte de la tajada burocrática a pesar de ser minoría.
El objetivo de Barco era modernizar la democracia colombiana para que funcionara como en países con mejores instituciones, donde el partido político que gana las elecciones asume todo el gobierno y toda la responsabilidad de desarrollar el programa por el que votaron los electores, y los partidos que perdieron se dedican a la oposición, es decir que desde afuera del gobierno ejercen la vigilancia crítica de las ejecutorias oficiales y proponen sus alternativas con la esperanza de ganar las siguientes elecciones. Por supuesto en los temas de interés nacional, como las relaciones exteriores, se busca el consenso y se minimizan las diferencias entre los partidos.
A primera vista podría decirse que Álvaro Uribe ha desarrollado al máximo este esquema de Gobierno-Oposición, porque pocas veces en la historia reciente del país se ha llegado a una polarización tan radical entre los partidarios del presidente y sus opositores. Sin embargo, a diferencia del esquema de Barco, el de Uribe no representa un avance de la democracia sino un retroceso y un debilitamiento de las instituciones; no conlleva un fortalecimiento de los partidos sino la implantación del caudillismo que tanto daño ha hecho en otros países de América Latina.
En primer lugar porque Uribe nunca ha querido hacer un gobierno de partidos. Es cierto que el partido Conservador ha sido “la fuerza que decide”, es decir el apoyo principal a las iniciativas oficiales, (a cambio de una buena cuota burocrática para mantener a la clientela), y que dirigentes de este partido afirman que Uribe es el mejor exponente de las ideas conservadoras, pero el presidente no se decide a afiliarse a este partido ni tampoco a crear uno que refleje su ideario político. Por el contrario ha alimentado y mantenido una diversidad variopinta de movimientos y partidos cuyo único elemento común es la figura del caudillo.
De otra parte Uribe ha borrado los límites entre el gobierno y la oposición. Con una maestría política y mediática envidiable, el presidente se ha convertido en jefe del gobierno y a la vez líder de la oposición a su propio gobierno. Eso es lo que reflejan las encuestas donde más del 70% tienen una opinión favorable del presidente y de su gestión, pero solo la mitad cree que el gobierno está haciendo las cosas bien, e inclusive una mayoría raja al gobierno en temas tan cruciales como el empleo y la reducción de la pobreza. ¡Como si el presidente no fuera la cabeza del gobierno y el responsable de sus resultados!
Los consejos comunales donde el presidente regaña a sus ministros por los errores en sus políticas son el mejor ejemplo de esta doble función, pero hay otros muy recientes. El presidente se muestra preocupado por la revaluación y exige a las autoridades que hagan algo para controlarla, el mismo día en que su Ministro de Hacienda anuncia la venta de bonos por 1.000 millones de dólares, con lo que genera más presiones para la revaluación. O ante el escándalo de los millonarios regalos de AIS a los amigos del presidente, es él mismo quien sale a pedir que se devuelva esa platica y a regañar a los ministros por dejar que sucedan estos hechos, como si hubieran sido a sus espaldas y él no tuviera ninguna responsabilidad por esas políticas.
lunes, 2 de noviembre de 2009
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